¿Qué aspecto tiene Dios?
Introducción
Un día una niña de seis años estaba haciendo un dibujo, cuando su profesora le dijo: «¿Qué estás dibujando?». La niña respondió: «Estoy dibujando a Dios». La profesora, sorprendida, respondió: «¡Pero nadie sabe cómo es la cara de Dios!» La niña siguió dibujando y respondió: «En un minuto lo sabrán».
Una de las aventuras de leer la Biblia en un año es que nos hacemos una imagen completa de la naturaleza y el carácter de Dios, adquiriendo una comprensión mayor acerca de cómo es Dios.
Salmos 45:1-9
Salmo 45
Al director musical. Sígase la tonada de «Los lirios». Masquil de los hijos de Coré. Canto nupcial.
1 En mi corazón se agita un bello tema
mientras recito mis versos ante el rey;
mi lengua es como pluma de hábil escritor.
2 Tú eres el más apuesto de los hombres;
tus labios son fuente de elocuencia,
ya que Dios te ha bendecido para siempre.
3 ¡Con esplendor y majestad,
cíñete la espada, oh valiente!
4 Con majestad, cabalga victorioso
en nombre de la verdad, la humildad y la justicia;
que tu diestra realice gloriosas hazañas.
5 Que tus agudas flechas atraviesen
el corazón de los enemigos del rey,
y que caigan las naciones a tus pies.
6 Tu trono, oh Dios, permanece para siempre;
el cetro de tu reino es un cetro de justicia.
7 Tú amas la justicia y odias la maldad;
por eso Dios te escogió a ti y no a tus compañeros,
¡tu Dios te ungió con perfume de alegría!
8 Aroma de mirra, áloe y canela
exhalan todas tus vestiduras;
desde los palacios adornados con marfil
te alegra la música de cuerdas.
9 Entre tus damas de honor se cuentan princesas;
a tu derecha se halla la novia real
luciendo el oro más fino.
Comentario
El rey Jesús
El autor de los Hebreos ve este salmo como una descripción profética de Jesús. Escribe: «Pero con respecto al Hijo dice: “Tu trono, oh Dios, permanece por los siglos de los siglos…”» (Ver Hebreos 1:8–9, citando los versículos 6–7 de este salmo).
Este es uno de los casos más claros en el Nuevo Testamento en los que se dirige a Jesús el apelativo de «Dios», como el legítimo objeto de la adoración. Jesús es el cumplimiento del esperado «rey ungido» conocido como el Mesías que da cumplimiento a aquellas profecías.
Jesús afirmó que «el que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Juan 14:9). Dicho de otro modo: si quieres conocer cómo es Dios, mira a Jesús.
Él es en quien «la gracia se ha derramado» (Salmo 45:2, RVA-2015). En estos versos vemos alusiones a la Trinidad entera: Dios Padre («Dios, tu Dios» Salmo 45:7, DHH), Jesús el Hijo («Tu trono, oh Dios», v.6a), y el Espíritu Santo («óleo de alegría», v.7b RVR1995, ver también Isaías 61:1,3).
Oración
Rey Jesús, «con majestad, cabalga victorioso en nombre de la verdad, la humildad y la justicia; que tu diestra realice gloriosas hazañas» (Salmo 45:4a).
Lucas 15:1-32
Parábola de la oveja perdida
15Muchos recaudadores de impuestos y pecadores se acercaban a Jesús para oírlo, 2 de modo que los fariseos y los maestros de la ley se pusieron a murmurar: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos.»
3 Él entonces les contó esta parábola: 4 «Supongamos que uno de ustedes tiene cien ovejas y pierde una de ellas. ¿No deja las noventa y nueve en el campo, y va en busca de la oveja perdida hasta encontrarla? 5 Y cuando la encuentra, lleno de alegría la carga en los hombros 6 y vuelve a la casa. Al llegar, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Alégrense conmigo; ya encontré la oveja que se me había perdido.” 7 Les digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.
Parábola de la moneda perdida
8 »O supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde una. ¿No enciende una lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? 9 Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: “Alégrense conmigo; ya encontré la moneda que se me había perdido.” 10 Les digo que así mismo se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente.
Parábola del hijo perdido
11 »Un hombre tenía dos hijos —continuó Jesús—. 12 El menor de ellos le dijo a su padre: “Papá, dame lo que me toca de la herencia.” Así que el padre repartió sus bienes entre los dos. 13 Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia.
14 »Cuando ya lo había gastado todo, sobrevino una gran escasez en la región, y él comenzó a pasar necesidad. 15 Así que fue y consiguió empleo con un ciudadano de aquel país, quien lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. 16 Tanta hambre tenía que hubiera querido llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero aun así nadie le daba nada. 17 Por fin recapacitó y se dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, y yo aquí me muero de hambre! 18 Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros.” 20 Así que emprendió el viaje y se fue a su padre.
»Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. 21 El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo.” 22 Pero el padre ordenó a sus siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. 23 Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. 24 Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” Así que empezaron a hacer fiesta.
25 »Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música del baile. 26 Entonces llamó a uno de los siervos y le preguntó qué pasaba. 27 “Ha llegado tu hermano —le respondió—, y tu papá ha matado el ternero más gordo porque ha recobrado a su hijo sano y salvo.” 28 Indignado, el hermano mayor se negó a entrar. Así que su padre salió a suplicarle que lo hiciera. 29 Pero él le contestó: “¡Fíjate cuántos años te he servido sin desobedecer jamás tus órdenes, y ni un cabrito me has dado para celebrar una fiesta con mis amigos! 30 ¡Pero ahora llega ese hijo tuyo, que ha despilfarrado tu fortuna con prostitutas, y tú mandas matar en su honor el ternero más gordo!”
31 »“Hijo mío —le dijo su padre—, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. 32 Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” »
Comentario
Padre amoroso
Dios te ama apasionada e incondicionalmente. Por más que te hayas equivocado de tu vida, sea lo que sea lo que lamentas haber hecho, nunca es demasiado tarde para volverse a Dios. Él te aceptará y te abrazará como un padre amoroso abraza al hijo que se ha perdido.
Jesús escandalizó y ofendió a los líderes religiosos: «los fariseos y los maestros de la ley se pusieron a murmurar: “Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos”» (vv.2–3). Su murmuración fue lo que provocó estas parábolas.
Jesús narra tres parábolas para ilustrar que Dios se preocupa y siente urgencia por los perdidos. Si alguna vez has perdido algo de valor y lo has buscado desesperadamente hasta que lo has encontrado, recordarás la alegría que sentiste al encontrar lo que estaba perdido. Jesús dice que esa alegría es insignificante comparada con la alegría que habrá en el cielo.
La historia de la oveja perdida muestra que «habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse» (v.7). La historia de la moneda perdida muestra cómo «se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente» (v.10).
Acto seguido, en el que probablemente es el mejor relato breve jamás contado, Jesús desvela otra increíble revelación acerca de cómo es Dios: un padre amoroso.
El hijo menor reclama su herencia en vida de su padre cuando este disfruta aún de buena salud. En la cultura tradicional del Medio Oriente, es lo equivalente a decir: «Padre, ¡estoy deseando que te mueras!». Un padre tradicional del Medio Oriente lo echaría de la casa. Es una petición indignante y lo que es de esperar es que un padre se niegue a ella.
Pero, en un acto de extraordinario amor, el padre rompe la tradición y da a su hijo la libertad de vender su porción de la herencia (y ello supuso la vergüenza a la familia ante los ojos de toda la comunidad). El hijo «juntó todo lo que tenía» (v.13) y se fue, dejando la ciudad lo más rápido posible.
Mucha gente de hoy en día, incluyéndome a mí, ha experimentado lo que el hijo menor descubrió cuando estaba lejos del padre. Estaba desperdiciando su vida; ***«***vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia (v.13) y «comenzó a pasar necesidad» (v.14). Fue esclavizado («consiguió empleo», v.15) y se sintió vacío por dentro («tanta hambre tenía que hubiera querido llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos», v.16). Se sintió solo en este mundo («nadie le daba nada», v.16).
Volverse a Dios no es un acto irracional. Es lo opuesto: «Por fin recapacitó» (v.17). El hijo se dio cuenta de que necesitaba ayuda. Decidió tragarse su orgullo y volver donde su padre (v.18). Sabía que tenía que volver a casa y estaba preparado para admitir su pecado. Planeaba decir a su padre: «He pecado \[…\] Ya no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros» (vv.18–19).
Tenemos que dar un paso de fe: «Así que emprendió el viaje y se fue a su padre» (v.20). Aquel hijo no sabía lo que pasaría. En el tiempo de Jesús, un muchacho judío que perdía la herencia familiar dándosela a los gentiles podía ser castigado por la gente de su pueblo, el cual repudiaría al hijo descarriado.
El amor de Dios es extraordinario y va más allá de lo que nunca puedas esperar o imaginar. En vez de recibir la deshonra que merecemos, recibimos perdón y amor. Cuando el chico estaba aún lejos, el padre lo vio. Parece ser que el padre había estado esperando y vigilando pues nunca había olvidado a su hijo. «Salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó» (v.20). La palabra usada sugiere que lo besó una y otra vez. Así es como te recibe Dios.
Cuando el hijo comienza el discurso de arrepentimiento que había preparado, el padre lo interrumpe. Lo trata como un invitado de honor, dándoles las mejores ropas (v.22). Le da un signo de confianza al ponerle el anillo familiar en su dedo (v.22). Lo calza con sandalias reservadas para los hijos, no para los esclavos (v.22) y planea una celebración copiosa con una fiesta (vv.23–24).
Aquí podemos apreciar un destello de cómo es Dios y cuánto te ama.
Una vez más, vemos una imagen del reino de los cielos como una fiesta. Esto es lo opuesto a lo que la gente cree. No asocian a Dios con la música y el baile, el banquete y la celebración.
El amor de Dios alcanza también al hijo mayor el cual se indigna (v.28) y envidia el perdón y la aceptación que ha recibido su hermano. Puedes imaginar al padre rodeándolo con su brazo para decirle: «Hijo mío, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado» (vv.31–32).
Esta parábola (contada a los líderes religiosos) termina con un final lleno de intriga: ¿cómo responderá el hijo mayor al amor del padre?
Oración
Padre, gracias por amarme tanto y porque cuando fallo no me rechazas. En cuanto me arrepiento y vuelvo a ti, tú me aceptas y me dices: «Hagamos fiesta y celebremos» (v.23).
Deuteronomio 19:1-20:20
Las ciudades de refugio
19»Cuando el Señor tu Dios haya destruido a las naciones cuyo territorio va a entregarte, y tú las hayas expulsado y te hayas establecido en sus ciudades y en sus casas, 2 apartarás tres ciudades centrales en la tierra que el Señor tu Dios te da en posesión. 3 Dividirás en tres partes la tierra que el Señor tu Dios te da por herencia, y construirás caminos para que cualquiera que haya cometido un homicidio pueda ir a refugiarse en ellas.
4 »En cuanto al homicida que llegue allí a refugiarse, sólo se salvará el que haya matado a su prójimo sin premeditación ni rencor alguno. 5 Por ejemplo, si un hombre va con su prójimo al bosque a cortar leña, y al dar el hachazo para cortar un árbol el hierro se desprende y golpea a su prójimo y lo mata, tal hombre podrá refugiarse en una de esas ciudades y ponerse a salvo. 6 Es necesario evitar grandes distancias, para que el enfurecido vengador del delito de sangre no le dé alcance y lo mate; aquel hombre no merece la muerte, puesto que mató a su prójimo sin premeditación. 7 Por eso te ordeno apartar tres ciudades.
8 »Si el Señor tu Dios extiende tu territorio, como se lo juró a tus antepasados, y te da toda la tierra que te prometió, 9 y si tú obedeces todos estos mandamientos que hoy te ordeno, y amas al Señor tu Dios y andas siempre en sus caminos, entonces apartarás tres ciudades más. 10 De este modo no se derramará sangre inocente en la tierra que el Señor tu Dios te da por herencia, y tú no serás culpable de homicidio.
11 »Pero si un hombre odia a su prójimo y le prepara una emboscada, y lo asalta y lo mata, y luego busca refugio en una de esas ciudades, 12 los ancianos de su ciudad mandarán arrestarlo y lo entregarán al vengador para que lo mate. 13 No le tendrás lástima, porque así evitarás que Israel sea culpable de que se derrame sangre inocente, y a ti te irá bien.
14 »Cuando ocupes el territorio que el Señor tu Dios te da como herencia, no reduzcas el límite de la propiedad de tu prójimo, que hace mucho tiempo le fue señalado.
Los testigos requeridos
15 »Un solo testigo no bastará para condenar a un hombre acusado de cometer algún crimen o delito. Todo asunto se resolverá mediante el testimonio de dos o tres testigos.
16 »Si un testigo falso acusa a alguien de un crimen, 17 las dos personas involucradas en la disputa se presentarán ante el Señor, en presencia de los sacerdotes y de los jueces que estén en funciones. 18 Los jueces harán una investigación minuciosa, y si comprueban que el testigo miente y que es falsa la declaración que ha dado contra su hermano, 19 entonces le harán a él lo mismo que se proponía hacerle a su hermano. Así extirparás el mal que haya en medio de ti. 20 Y cuando todos los demás oigan esto, tendrán temor y nunca más se hará semejante maldad en el país. 21 No le tengas consideración a nadie. Cobra vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, y pie por pie.
Instrucciones para la guerra
20»Cuando salgas a pelear contra tus enemigos y veas un ejército superior al tuyo, con muchos caballos y carros de guerra, no les temas, porque el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, estará contigo. 2 Cuando estés a punto de entrar en batalla, el sacerdote pasará al frente y exhortará al ejército 3 con estas palabras: “¡Escucha, Israel! Hoy vas a entrar en batalla contra tus enemigos. No te desanimes ni tengas miedo; no te acobardes ni te llenes de pavor ante ellos, 4 porque el Señor tu Dios está contigo; él peleará en favor tuyo y te dará la victoria sobre tus enemigos.”
5 »Luego los oficiales le dirán al ejército: “Si alguno de ustedes ha construido una casa nueva y no la ha estrenado, que vuelva a su casa, no sea que muera en batalla y otro la estrene. 6 Y si alguno ha plantado una viña y no ha disfrutado de las uvas, que vuelva a su finca, no sea que muera en batalla y sea otro el que disfrute de ellas. 7 Y si alguno se ha comprometido con una mujer y no se ha casado, que regrese a su pueblo, no sea que muera en batalla y sea otro el que se case con ella.” 8 Y añadirán los oficiales: “Si alguno de ustedes es miedoso o cobarde, que vuelva a su casa, no sea que desanime también a sus hermanos.” 9 Cuando los oficiales hayan terminado de hablar, nombrarán capitanes que dirijan el ejército.
10 »Cuando te acerques a una ciudad para atacarla, hazle primero una oferta de paz. 11 Si acepta y abre las puertas, todos los habitantes de esa ciudad quedarán bajo tu dominio y serán tus esclavos. 12 Pero si la ciudad rechaza la paz y entra en batalla contra ti, la sitiarás; 13 y cuando el Señor tu Dios la entregue en tus manos, matarás a filo de espada a todos sus hombres. 14 Como botín, podrás retener a las mujeres y a los niños, y el ganado y todo lo demás que haya en la ciudad. También podrás comer del botín de tus enemigos, que te entrega el Señor tu Dios. 15 Así tratarás a todas las ciudades lejanas que no pertenezcan a las naciones vecinas.
16 »Sin embargo, en las ciudades de los pueblos que el Señor tu Dios te da como herencia, no dejarás nada con vida. 17 Exterminarás del todo a hititas, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos, tal como el Señor tu Dios te lo ha mandado. 18 De lo contrario, ellos te enseñarán a hacer todas las cosas abominables que hacen para adorar a sus dioses, y pecarás contra el Señor tu Dios.
19 »Si antes de conquistar una ciudad tienes que sitiarla por mucho tiempo, no derribes sus árboles a golpe de hacha, pues necesitarás alimentarte de sus frutos. No los derribes, pues no son hombres que puedan defenderse de ti sino sólo árboles del campo. 20 Sin embargo, podrás derribar los árboles que no sean frutales y construir con ellos instrumentos de asedio contra la ciudad que tengas sitiada, hasta que caiga bajo tu dominio.
Comentario
Juez sagrado
Es vital que como cristianos leamos el Antiguo Testamento con los lentes de Jesús. No podemos simplemente aplicar las leyes del Antiguo Testamento a nuestra sociedad de hoy. Tampoco podemos asumir el concepto de la «guerra santa» (20:1–20) y convertirla en un «cruzada».
Lo que vemos a lo largo de la Biblia es que Dios es un Dios santo y un Dios de justicia. Algunos de los principios del sistema legal del antiguo Israel eran específicos para aquella época. Otros, son de aplicación más general.
El asesinato es claramente un crimen más grave que el homicidio
(19:1–13). Se requiere presentar unas buenas pruebas para sentenciar a alguien por un crimen (v.15). El perjurio es un delito muy grave (vv.16–18). La retribución debe ser merecida y proporcional (v.21, el cual nunca se tomaba literalmente excepto en el caso de la pena de muerte). Al imponer una retribución justa, se busca como propósito secundario la disuasión (v.20).
Pero no todo lo del antiguo Israel es aplicable a nosotros. En Jesucristo se estableció un nuevo camino. La ira de Dios que en la comunidad se imponía sobre el criminal, se ha descargado de una vez para todas sobre el defensor justo, el Hijo del Hombre.
No podemos aceptar a Israel como modelo para nuestro estudio del castigo del crimen. Como escribe el profesor Oliver O’Donovan: «No es porque sería retrógrado, sino porque hacerlo sería anticristiano. “Israel” en el sentido estricto en el alegaba ser el único lugar donde residía la presencia de Dios en la tierra, ha sido reemplazado en Cristo».
Por ejemplo, cuando Jesús citó este pasaje dijo: «Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente” \[Deuteronomio 19:21\]. Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra» (Mateo 5:38–39).
Oración
Señor, gracias porque eres el Dios de amor, justicia y verdad. Gracias porque te me revelas cuando estudio Tu palabra y paso tiempo en Tu presencia.
Añadidos de Pippa
Pippa añade
Lucas 15:1–32
Jesús contó tres parábolas sobre perder cosas y puedo identificarme con ellas. Perdemos cosas todos los días (en el caso de Nicky, normalmente las llaves y los lentes). Una vez encontré el anillo de mi abuela, que creía que había perdido. Me sentí igual que la mujer de la parábola.
App
Enjoy reading or listening to The Bible with Nicky and Pippa Gumbel on your iPhone or Android device.
Receive a daily email with a fresh devotion straight in your inbox.
Podcast
Subscribe and listen to The Bible with Nicky and Pippa Gumbel delivered to your favourte podcast app everyday.
Website
Far from your mobile device? You can read the daily devotion right here on this website.
Referencias
Oliver O’Donovan, Measure For Measure: Justice in Punishment and the Sentence of Death, Grove Booklet on Ethics No. 19 (Bramcote Notts: Grove Books, 1977) p.8
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.
Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)
Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.