Nunca es demasiado tarde
Introducción
Me gusta pensar que soy joven. Recientemente, escuché que la edad mediana va desde los 35 años hasta los 58. Basándonos en eso, no solo no soy joven, ¡ni siquiera he alcanzado la mediana edad!
Con frecuencia, la gente califica a la etapa de la mediana edad como el tiempo de la «crisis de los cuarenta». Una crisis en mitad de la vida puede ser causada por el envejecimiento mismo o por la combinación de este con cambios, problemas y frustraciones laborales, las relaciones, los hijos y los cambios físicos asociados con la edad.
Las personas que experimentan la crisis de la mediana edad suelen perseguir un sueño o una meta que no están definidos. Puede que tengamos un profundo sentimiento de remordimiento por las metas que aún no hemos logrado. Puede que temamos la humillación de parte de otros colegas más exitosos. Con frecuencia, deseamos lograr tener un sentimiento de juventud.
En la raíz de todas estas cosas hay un sentimiento de que falta algo. Se suele dar una especie de trágica sabiduría en las crisis de los cuarenta, cuando las personas se dan cuenta del vacío que hay en mucho de aquello por lo que se esforzaban (incluso aunque no sea muy sabio cambiarlo por aquello con lo que lo reemplacen).
Muchas veces me he preguntado si Zaqueo, de quien leemos hoy en el pasaje del Nuevo Testamento, estaba atravesando una crisis de la mediana edad. Lo estuviera o no, en su encuentro con Jesús encontró la respuesta que mucha gente está buscando.
Da igual cuánto tiempo hayas viajado en la dirección equivocada, siempre puedes dar la vuelta. Con Jesús, nunca es demasiada tarde para volver a empezar y asegurarte de que tu vida está orientada en la dirección correcta.
Proverbios 10:1-10
10Proverbios de Salomón:
El hijo sabio es la alegría de su padre;
el hijo necio es el pesar de su madre.
2 Las riquezas mal habidas no sirven de nada,
pero la justicia libra de la muerte.
3 El Señor no deja sin comer al justo,
pero frustra la avidez de los malvados.
4 Las manos ociosas conducen a la pobreza;
las manos hábiles atraen riquezas.
5 El hijo prevenido se abastece en el verano,
pero el sinvergüenza duerme en tiempo de cosecha.
6 El justo se ve coronado de bendiciones,
pero la boca del malvado encubre violencia.
7 La memoria de los justos es una bendición,
pero la fama de los malvados será pasto de los gusanos.
8 El de sabio corazón acata las órdenes,
pero el necio y rezongón va camino al desastre.
9 Quien se conduce con integridad, anda seguro;
quien anda en malos pasos será descubierto.
10 Quien guiña el ojo con malicia provoca pesar;
el necio y rezongón va camino al desastre.
Comentario
Aplica el «test de la mecedora»
Un exitoso hombre de negocios, muy destacado por poseer una extraordinaria integridad, me contó cómo aplicaba a sus decisiones el «test de la mecedora». Él se visualiza a sí mismo en el futuro lejano de su jubilación, sentado en su mecedora y echando la vista atrás recordando las decisiones que tomó en su vida. ¿Cuáles de ellas decidirá que fueron buenas decisiones y cuáles decidirá que no lo fueron? Quiere asegurarse de que no se arrepentirá más adelante de las decisiones que tome en el ahora.
Este pasaje nos muestra las cosas que tenemos que evitar; cosas como la malicia (v.10), decir necedades (vv.8,10 DHH) y la ociosidad (v.4).
La honestidad y la integridad son la clave para una vida sin remordimientos. «Las riquezas mal habidas no son de provecho, pero la honradez libra de la muerte» (v.2, DHH). «Al hombre bueno se le recuerda con bendiciones; al malvado, muy pronto se le olvida» (v.7, DHH).
Si vives con honestidad y con integridad puedes «andar seguro» (v.9a) pero «quien anda en malos pasos será descubierto» (v.9b).
Oración
Señor, ayúdame hoy a ser sabio y justo (vv.3,7), a evitar la malicia (v.10) y evitar decir necedades (vv.8,10), a vivir una vida diligente (v.4), con honestidad e integridad (v.9).
Lucas 18:31-19:10
Jesús predice de nuevo su muerte
31 Entonces Jesús tomó aparte a los doce y les dijo: «Ahora vamos rumbo a Jerusalén, donde se cumplirá todo lo que escribieron los profetas acerca del Hijo del hombre. 32 En efecto, será entregado a los gentiles. Se burlarán de él, lo insultarán, le escupirán; 33 y después de azotarlo, lo matarán. Pero al tercer día resucitará.»
34 Los discípulos no entendieron nada de esto. Les era incomprensible, pues no captaban el sentido de lo que les hablaba.
Un mendigo ciego recibe la vista
35 Sucedió que al acercarse Jesús a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna. 36 Cuando oyó a la multitud que pasaba, preguntó qué acontecía.
37 —Jesús de Nazaret está pasando por aquí —le respondieron.
38 —¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! —gritó el ciego.
39 Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él se puso a gritar aún más fuerte:
—¡Hijo de David, ten compasión de mí!
40 Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando el ciego se acercó, le preguntó Jesús:
41 —¿Qué quieres que haga por ti?
—Señor, quiero ver.
42 —¡Recibe la vista! —le dijo Jesús—. Tu fe te ha sanado.
43 Al instante recobró la vista. Entonces, glorificando a Dios, comenzó a seguir a Jesús, y todos los que lo vieron daban alabanza a Dios.
Zaqueo, el recaudador de impuestos
19Jesús llegó a Jericó y comenzó a cruzar la ciudad. 2 Resulta que había allí un hombre llamado Zaqueo, jefe de los recaudadores de impuestos, que era muy rico. 3 Estaba tratando de ver quién era Jesús, pero la multitud se lo impedía, pues era de baja estatura. 4 Por eso se adelantó corriendo y se subió a un árbol para poder verlo, ya que Jesús iba a pasar por allí.
5 Llegando al lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo:
—Zaqueo, baja en seguida. Tengo que quedarme hoy en tu casa.
6 Así que se apresuró a bajar y, muy contento, recibió a Jesús en su casa.
7 Al ver esto, todos empezaron a murmurar: «Ha ido a hospedarse con un pecador.»
8 Pero Zaqueo dijo resueltamente:
—Mira, Señor: Ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea.
9 —Hoy ha llegado la salvación a esta casa —le dijo Jesús—, ya que éste también es hijo de Abraham. 10 Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Comentario
Orienta tu vida en la dirección correcta
Jesús vino a hacer posible que nuestras vidas fueran redimidas y transformadas.
Se lleva a los Doce aparte (18:31) y explica que el propósito para el que ha venido es ser burlado, insultado, escupido, azotado, flagelado y asesinado (v.32). Pero« al tercer día resucitará» (v.33). Lo que da esperanza a todo ser humano es la crucifixión y resurrección de Jesús.
El ciego es un ejemplo de alguien cuya vida es transformada totalmente por un encuentro con Jesús. Un hombre, cuya vida lo había llevado a acabar pidiendo limosna al borde del camino, es transformado cuando clama pidiendo misericordia. Jesús le dice: «¡Recibe la vista! ¡Tu fe te ha sanado! Al instante recobró la vista… entonces, glorificando a Dios, comenzó a seguir a Jesús» (vv.42–43a).
Después, Zaqueo encuentra a Jesús. Probablemente Zaqueo no era joven. Como «jefe de los recaudadores de impuestos» había alcanzado la cima de su profesión (19:2). Aunque se hacía cada vez más viejo, aún era capaz de correr y trepar un árbol (v.4). Había conseguido hacerse rico (v.2) y probablemente su trabajo era su prioridad. Como jefe de los recaudadores, Zaqueo debía tener gente trabajando bajo sus órdenes.
Seguro que lo habrían promovido muchas veces y podía mirar atrás con satisfacción por todos sus logros. Pero el costo personal de su trabajo como recaudador de impuestos era el ostracismo y la impopularidad. La gente en la situación de Zaqueo, suelen sentirse resentidos hacia su trabajo y atrapados en la vida que han escogido.
Lo más seguro es que tuviera una familia y leemos acerca de su «casa» (v.9). Puede que trabajara muy duro por ellos. Una crisis de la mediana edad puede ser devastadora para la vida familiar. Una persona en esta crisis puede volverse alguien resentido, deprimido y enojado con los que están más cerca de él, al sentir que no importa lo duro que trabaja, pues su familia siempre exige más de lo que puede ganar.
Casi seguro que la casa de Zaqueo era un hogar religioso. Sus padres llamaban a Zaqueo «el justo». Pero ahora la gente religiosa lo veía como un «pecador» (v.7) porque recolectaba impuestos de su propio pueblo para dárselos a los romanos, llevándose una gran comisión para sí mismo.
Con todo, estaba «tratando de ver quién era Jesús» (v.3). Tuvo que darse cuenta de su necesidad; a pesar de todo su dinero, éxito, vida familiar y su «religión» todavía había algo que faltaba. Zaqueo quería ver a Jesús sin que Jesús lo viera (v.4).
Mucha gente siente que por causa de su pecado y sus imperfecciones, Dios les dará la espalda. Pero Dios ama a la gente imperfecta y, en vez de darte la espalda, se vuelve hacia a ti.
Zaqueo no se dio cuenta de que no podía esconderse de Dios. Jesús lo conocía incluso por su nombre. Zaqueo no se dio cuenta de que Jesús lo amaba y quería conocerlo (v.5). Sea lo que sea que hayas hecho en tu vida, y sea cual sea tu imperfección, Jesús te ama y quiere estar en una relación contigo. Pero necesita una respuesta. En un momento del encuentro espectacular, Jesús dijo: «Baja en seguida» (v.5).
Zaqueo se humilló y obedeció a Jesús. No lo pospuso sino que «se apresuró a bajar y, muy contento, recibió a Jesús» (v.6). A Jesús no le importó la respuesta negativa de la multitud (v.7).
El resultado fue la transformación total de la vida de Zaqueo (v.8 en adelante). Decidió «dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea» (v.8). Su actitud hacia sus posesiones cambió por completo. La pregunta que debemos hacernos no tendría que ser «¿cuánto puedo recibir?» sino «¿cuánto puedo dar?»(v.8).
Su familia entera fue transformada. Jesús le dijo «Hoy ha llegado la salvación a esta casa» (v.9). La salvación llegó a su casa con la llegada de Jesús. Salvación significa libertad; significa una relación con Jesús que perdura para siempre. Esto pone en perspectiva incluso a la crisis de la mediana edad.
Finalmente tú, como Zaqueo, puedes ser parte de la transformación de la sociedad que viene de Dios. La transformación en Zaqueo y en su casa benefició a los pobres y trajo justicia a aquellos que habían sido defraudados.
Oración
Señor, ayúdame hoy a ser sabio y justo (vv.3,7), a evitar la malicia (v.10) y evitar decir necedades (vv.8,10), a vivir una vida diligente (v.4), con honestidad e integridad (v.9).
Deuteronomio 29:1-30:10
La renovación del pacto
29Éstos son los términos del pacto que, por orden del Señor, hizo Moisés en Moab con los israelitas, además del pacto que ya había hecho con ellos en Horeb. 2 Moisés convocó a todos los israelitas y les dijo:
«Ustedes vieron todo lo que el Señor hizo en Egipto con el faraón y sus funcionarios, y con todo su país. 3 Con sus propios ojos vieron aquellas grandes pruebas, señales y maravillas. 4 Pero hasta este día el Señor no les ha dado mente para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír. 5 Durante los cuarenta años que los guié a través del desierto, no se les desgastó la ropa ni el calzado. 6 No comieron pan ni bebieron vino ni ninguna bebida fermentada. Esto lo hice para que supieran que yo soy el Señor su Dios.
7 »Cuando llegaron a este lugar, Sijón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, salieron a pelear contra nosotros, pero los derrotamos. 8 Tomamos su territorio y se lo dimos como herencia a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés.
9 »Ahora, cumplan con cuidado las condiciones de este pacto para que prosperen en todo lo que hagan. 10 Hoy están ante la presencia del Señor su Dios todos ustedes, sus líderes y sus jefes, sus ancianos y sus oficiales, y todos los hombres de Israel, 11 junto con sus hijos y sus esposas, y los extranjeros que viven en sus campamentos, desde los que cortan la leña hasta los que acarrean el agua. 12 Están aquí para hacer un pacto con el Señor su Dios, quien hoy lo establece con ustedes y lo sella con su juramento. 13 De esta manera confirma hoy que ustedes son su pueblo, y que él es su Dios, según lo prometió y juró a sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. 14 El Señor nuestro Dios afirma que no sólo hace su pacto y su juramento con los que ahora estamos en su presencia, 15 sino también con los que todavía no se encuentran entre nosotros.
16 »Ustedes saben cómo fue nuestra vida en Egipto, y cómo avanzamos en medio de las naciones que encontramos en nuestro camino hasta aquí. 17 Ustedes vieron entre ellos sus detestables imágenes e ídolos de madera y de piedra, de plata y de oro. 18 Asegúrense de que ningún hombre ni mujer, ni clan ni tribu entre ustedes, aparte hoy su corazón del Señor nuestro Dios para ir a adorar a los dioses de esas naciones. Tengan cuidado de que ninguno de ustedes sea como una raíz venenosa y amarga.
19 »Si alguno de ustedes, al oír las palabras de este juramento, se cree bueno y piensa: “Todo me saldrá bien, aunque persista yo en hacer lo que me plazca”, provocará la ruina de todos. 20 El Señor no lo perdonará. La ira y el celo de Dios arderán contra ese hombre. Todas las maldiciones escritas en este libro caerán sobre él, y el Señor hará que desaparezca hasta el último de sus descendientes. 21 El Señor lo apartará de todas las tribus de Israel, para su desgracia, conforme a todas las maldiciones del pacto escritas en este libro de la ley.
22 »Sus hijos y las generaciones futuras, y los extranjeros que vengan de países lejanos, verán las calamidades y enfermedades con que el Señor habrá azotado esta tierra. 23 Toda ella será un desperdicio ardiente de sal y de azufre, donde nada podrá plantarse, nada germinará, y ni siquiera la hierba crecerá. Será como cuando el Señor destruyó con su furor las ciudades de Sodoma y Gomorra, Admá y Zeboyín. 24 Todas las naciones preguntarán: “¿Por qué trató así el Señor a esta tierra? ¿Por qué derramó con tanto ardor su furia sobre ella?” 25 Y la respuesta será: “Porque este pueblo abandonó el pacto del Dios de sus padres, pacto que el Señor hizo con ellos cuando los sacó de Egipto. 26 Se fueron y adoraron a otros dioses; se inclinaron ante dioses que no conocían, dioses que no tenían por qué adorar. 27 Por eso se encendió la ira del Señor contra esta tierra, y derramó sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro. 28 Y como ahora podemos ver, con mucha furia y enojo el Señor los arrancó de raíz de su tierra, y los arrojó a otro país.”
29 »Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley.
Bendición a causa del arrepentimiento
30»Cuando recibas todas estas bendiciones o sufras estas maldiciones de las que te he hablado, y las recuerdes en cualquier nación por donde el Señor tu Dios te haya dispersado; 2 y cuando tú y tus hijos se vuelvan al Señor tu Dios y le obedezcan con todo el corazón y con toda el alma, tal como hoy te lo ordeno, 3 entonces el Señor tu Dios restaurará tu buena fortuna y se compadecerá de ti. ¡Volverá a reunirte de todas las naciones por donde te haya dispersado! 4 Aunque te encuentres desterrado en el lugar más distante de la tierra, desde allá el Señor tu Dios te traerá de vuelta, y volverá a reunirte. 5 Te hará volver a la tierra que perteneció a tus antepasados, y tomarás posesión de ella. Te hará prosperar, y tendrás más descendientes que los que tuvieron tus antepasados. 6 El Señor tu Dios quitará lo pagano que haya en tu corazón y en el de tus descendientes, para que lo ames con todo tu corazón y con toda tu alma, y así tengas vida. 7 Además, el Señor tu Dios hará que todas estas maldiciones caigan sobre tus enemigos, los cuales te odian y persiguen. 8 Y tú volverás a obedecer al Señor y a cumplir todos sus mandamientos, tal como hoy te lo ordeno. 9 Entonces el Señor tu Dios te bendecirá con mucha prosperidad en todo el trabajo de tus manos y en el fruto de tu vientre, en las crías de tu ganado y en las cosechas de tus campos. El Señor se complacerá de nuevo en tu bienestar, así como se deleitó en la prosperidad de tus antepasados, 10 siempre y cuando obedezcas al Señor tu Dios y cumplas sus mandamientos y preceptos, escritos en este libro de la ley, y te vuelvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
Comentario
Vive una vida con todo el corazón
Hace poco me senté en una comida al lado de una mujer de 86 años que estaba postrada en una silla de ruedas. Me percaté rápidamente de que aunque su cuerpo le estaba fallando, su mente estaba bien. Me planteó algunas cuestiones teológicas muy complicadas. Cuando le pregunté cuál pensaba que era la respuesta a aquellas cuestiones. Me respondió citando un versículo de este pasaje: «Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre» (29:29).
Me contó cómo había llegado a darse cuenta de que hay cosas cuya respuesta conocemos pero que hay otras cuya respuesta nunca conoceremos en esta vida (¡como las preguntas que había estado haciéndome!). Aquellas eran parte de «lo secreto» que «pertenece al Señor».
Sí que nos pertenece la respuesta a algunas cosas. Dios nos ha revelado cómo vivir bien y sabiamente (v.9,MSG). Tenemos que evitar apartarnos de Dios (v.18) y pensar que «todo me saldrá bien, aunque persista en hacer lo que me plazca» pues esto «provocará la ruina de todos» (v.19).
La manera de sacar el mayor partido al resto de tu vida es escuchar y obedecer a Dios con todo el corazón (30:2–10): «Obedezcan con todo el corazón y con toda el alma \[...\] se compadecerá de ti \[...\] te traerá de vuelta, y volverá a reunirte \[...\] Y tú volverás a obedecer al Señor y a cumplir todos sus mandamientos \[...\] siempre y cuando obedezcas al Señor tu Dios y cumplas sus mandamientos y preceptos, escritos en este libro de la ley, y te vuelvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma» (vv.2–10).
Nunca es demasiado tarde para empezar a vivir una vida de todo corazón.
Oración
Señor, ayúdame desde ahora en adelante a vivir una vida con una obediencia a ti de todo corazón. Ayúdame a no desviarme y a que hoy sea un nuevo comienzo; ayúdame a obedecerte de todo corazón.
Añadidos de Pippa
Pippa añade
Lucas 19:1–10
Un Viernes Santo asistí a una representación de La Pasión de Jesús en Trafalgar Square en Londres. Había tantísima gente que era muy difícil ver. Como soy más bien pequeña, me sentí igual que Zaqueo intentando aproximarse a Jesús. ¡Si hubiera habido un árbol me habría encaramado a él!
En mi intento por ver, traté de subirme a bancos, papeleras y paredes. ¡Una o dos veces los de seguridad me hicieron bajarme! Fue muy frustrante; yo quería ver a Jesús (¡aunque no fuera el verdadero!). Para Zaqueo debió de ser algo emocionante y llenarle de nervios a la vez que Jesús lo señalara entre toda la multitud. Jesús nos ve y nos busca, incluso cuando nos sentimos insignificantes.
App
Enjoy reading or listening to The Bible with Nicky and Pippa Gumbel on your iPhone or Android device.
Receive a daily email with a fresh devotion straight in your inbox.
Podcast
Subscribe and listen to The Bible with Nicky and Pippa Gumbel delivered to your favourte podcast app everyday.
Website
Far from your mobile device? You can read the daily devotion right here on this website.
Referencias
Notes:
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.
Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)
Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.