Día 132

Energía sin límites, fuerza ilimitada

Sabiduría Salmos 59:9-17
Nuevo Testamento Juan 6:60-7:13
Antiguo Testamento Jueces 12:1-13:25

Introducción

Con frecuencia contamos la historia de cuando John Wimber visitó por primera vez nuestra iglesia. Fuimos testigos de un derramamiento extraordinario del Espíritu Santo y varias sanaciones. Un suceso ocurrido en la segunda noche, quedó impreso indeleblemente en mi memoria. Una de nuestras amigas más cercanas estaba embarazada de ocho meses en aquel momento y el Espíritu Santo vino sobre ella con gran poder y empezó a girar a gran velocidad. Mientras lo hacía, exclamaba una y otra vez: «¡Me siento tan fuerte!».

Unas semanas más tarde dio a luz a su hijo quien, desde los primeros días, mostró no solo fuerza espiritual y emocional sino también una extraordinaria fuerza física. Se convirtió en un jugador de rugby sobresaliente, un excelente atleta y ahora es un modelo exitoso.

El Espíritu Santo da una fuerza física extraordinaria a algunos (como Sansón, de quien leemos en el pasaje del Antiguo Testamento de hoy). Pero a todos nosotros, el Espíritu Santo nos da fuerza espiritual.

El apóstol Pablo describe «cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos» (Efesios 1:19-20).

Fue el Espíritu Santo quien resucitó a Jesús de entre los muertos (Romanos 8:11a). El Espíritu Santo es «su fuerza grandiosa». Esa misma fuerza ahora vive en ti y dará vida a tu cuerpo mortal a través de su Espíritu, que vive en ti (v.11b).

Me encanta la traducción bíblica de The Message para este pasaje de Efesios donde se habla de Dios dando «¡energía sin límites, fuerza ilimitada!» (Efesios 1:19, MSG).

Sabiduría

Salmos 59:9-17

9 A ti, fortaleza mía, vuelvo los ojos,
 pues tú, oh Dios, eres mi protector.
10 Tú eres el Dios que me ama,

e irás delante de mí
 para hacerme ver la derrota de mis enemigos.
11 Pero no los mates,
 para que mi pueblo no lo olvide.
Zarandéalos con tu poder; ¡humíllalos!
 ¡Tú, Señor, eres nuestro escudo!
12 Por los pecados de su boca,
 por las palabras de sus labios,
que caigan en la trampa de su orgullo.
 Por las maldiciones y mentiras que profieren,
13 consúmelos en tu enojo;
 ¡consúmelos hasta que dejen de existir!
Así todos sabrán que Dios gobierna en Jacob,
 y hasta los confines de la tierra.

14 Porque ellos vuelven por la noche,
 gruñendo como perros
 y acechando alrededor de la ciudad.
15 Van de un lado a otro buscando comida,
 y aúllan si no quedan satisfechos.
16 Pero yo le cantaré a tu poder,
 y por la mañana alabaré tu amor;
porque tú eres mi protector,
 mi refugio en momentos de angustia.

17 A ti, fortaleza mía, te cantaré salmos,
 pues tú, oh Dios, eres mi protector.
 ¡Tú eres el Dios que me ama!

Comentario

Fortaleza mía

¿Estás luchando con algún problema en tu vida? ¿Te sientes profundamente preocupado?

Clama a Dios hoy, como lo hizo David quien atravesaba un momento de gran angustia: «A ti, fortaleza mía, vuelvo los ojos, pues tú, oh Dios, eres mi protector. Tú eres el Dios que me ama» (vv.9-10a).

El salmo termina en triunfo: «Pero yo cantaré le cantaré a tu poder, y por la mañana alabaré tu amor; porque tú eres mi protector, mi refugio en momentos de angustia. A ti, fortaleza mía, te cantaré salmos, pues tú, oh Dios, eres mi protector. ¡Tú eres el Dios que me ama» (vv.16-17).

Oración

Señor, gracias porque eres mi «fortaleza», mi Dios amoroso. Por favor, dame Tu energía sin límites y Tu fuerza ilimitada.

Nuevo Testamento

Juan 6:60-7:13

Muchos discípulos abandonan a Jesús

60 Al escucharlo, muchos de sus discípulos exclamaron: «Esta enseñanza es muy difícil; ¿quién puede aceptarla?»

61 Jesús, muy consciente de que sus discípulos murmuraban por lo que había dicho, les reprochó:

—¿Esto les causa tropiezo? 62 ¿Qué tal si vieran al Hijo del hombre subir adonde antes estaba? 63 El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida. 64 Sin embargo, hay algunos de ustedes que no creen.

Es que Jesús conocía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que iba a traicionarlo. Así que añadió:

65 —Por esto les dije que nadie puede venir a mí, a menos que se lo haya concedido el Padre.

66 Desde entonces muchos de sus discípulos le volvieron la espalda y ya no andaban con él. Así que Jesús les preguntó a los doce:

67 —¿También ustedes quieren marcharse?

68 —Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios.

70 —¿No los he escogido yo a ustedes doce? —repuso Jesús—. No obstante, uno de ustedes es un diablo.

71 Se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote, uno de los doce, que iba a traicionarlo.

Jesús va a la fiesta de los Tabernáculos

7Algún tiempo después, Jesús andaba por Galilea. No tenía ningún interés en ir a Judea, porque allí los judíos buscaban la oportunidad para matarlo. 2 Faltaba poco tiempo para la fiesta judía de los Tabernáculos, 3 así que los hermanos de Jesús le dijeron:

—Deberías salir de aquí e ir a Judea, para que tus discípulos vean las obras que realizas, 4 porque nadie que quiera darse a conocer actúa en secreto. Ya que haces estas cosas, deja que el mundo te conozca.

5 Lo cierto es que ni siquiera sus hermanos creían en él. 6 Por eso Jesús les dijo:

—Para ustedes cualquier tiempo es bueno, pero el tiempo mío aún no ha llegado. 7 El mundo no tiene motivos para aborrecerlos; a mí, sin embargo, me aborrece porque yo testifico que sus obras son malas. 8 Suban ustedes a la fiesta. Yo no voy todavía a esta fiesta porque mi tiempo aún no ha llegado.

9 Dicho esto, se quedó en Galilea. 10 Sin embargo, después de que sus hermanos se fueron a la fiesta, fue también él, no públicamente sino en secreto. 11 Por eso las autoridades judías lo buscaban durante la fiesta, y decían: «¿Dónde se habrá metido?»

12 Entre la multitud corrían muchos rumores acerca de él. Unos decían: «Es una buena persona.» Otros alegaban: «No, lo que pasa es que engaña a la gente.» 13 Sin embargo, por temor a los judíos nadie hablaba de él abiertamente.

Comentario

Una decisión difícil

¿Alguna vez has encontrado que la enseñanza de Jesús es muy difícil de vivir? ¿A veces te resulta difícil ser cristiano, por ejemplo en el lugar de trabajo? ¿Te das cuenta, en ocasiones, de que no le agradas a la gente por alguna razón? ¿Alguna vez has sentido ganas de dejar de seguir a Jesús?

Si quieres una vida fácil, no te recomiendo seguir a Jesús. No fue fácil antes, no es fácil ahora. Alice Cooper, el cantante de rock declaró: «Beber cerveza es fácil. Destrozar la habitación del hotel en el que uno se hospeda es fácil. Pero ser cristiano es una decisión difícil. Es una auténtica rebelión».

Seguir a Jesús es una decisión difícil, y sin embargo, al mismo tiempo, es el camino a la vida en toda su plenitud. Como Jesús explica, esta plenitud de vida viene del Espíritu Santo.

La enseñanza de Jesús no es fácil. Los discípulos exclamaron: «Esta enseñanza es muy difícil; ¿quién puede aceptarla?» (6:60). Ciertamente, algunas de las enseñanzas de Jesús fueron tan duras que «muchos de sus discípulos le volvieron la espalda y ya no andaban con él» (v.66). El capítulo comienza con muchas personas siguiendo a Jesús y termina con muchas alejándose de él.

No es tanto que los oyentes encontraran la enseñanza de Jesús difícil de entender sino que no les gustó su contenido. En realidad encontraron ofensiva su enseñanza (v.61). Parece que estaban particularmente ofendidos por las tremendas afirmaciones de Jesús acerca de sus vidas. Afirmó ser «el pan de vida», los llamó a creer en él y les ofreció la vida eterna.

Esta enseñanza no solo fue «dura», sino también fue «odiada». Jesús señala: «El mundo \[…\] a mí sí me odia, porque yo lo acuso de hacer lo malo» (7:7, NTV). Fue acusado de ser un embaucador (v.12). Seguir a alguien que era odiado de tal manera tenía un costo muy alto.

Cuando muchos le volvieron la espalda y ya no lo siguieron, Jesús preguntó a los doce, al parecer profundamente herido en su corazón: «¿También ustedes quieren marcharse? ―Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios» (6:67-69).

Esta es una verdad tan poderosa: Jesús tiene las palabras de vida eterna, él es el Santo de Dios, él es el único a quien ir.

En este pasaje vemos la Trinidad completa. Pedro reconoce a Jesús como «el Santo de Dios» (v.69). Jesús es único; encarna la santidad de Dios y es divino. Habla del Padre (v.65) y también habla del Espíritu Santo (v.63).

Jesús asegura: «El Espíritu da vida» (v.63a). Así como la carne física engendra la vida física, así mismo el Espíritu Santo engendra la vida espiritual. Continúa asegurando: «Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida» (v.63b).

Todo esto sucede justo antes de «la fiesta judía de los Tabernáculos» (7:2). Las familias dejaban sus hogares y vivían en tiendas durante ocho días de celebraciones llenas de gozo (algo así como «Focus», el campamento que hacemos en nuestra iglesia). Ellos daban gracias a Dios por el agua que da vida y este fue el escenario escogido por Jesús para enseñarles acerca de su Espíritu Santo que da vida.

Cuando Jesús habla de la vida eterna, está hablando de una calidad de vida que comienza ahora y sigue para siempre: «vida plena y abundante» (10:10, NTV). Esta es la clase de vida que trae el Espíritu Santo. Por eso, aunque hay un costo en seguir a Jesús, los beneficios superan el precio con creces. En realidad, no hay otra alternativa, solamente Jesús puede darte el Espíritu Santo. Solo Jesús puede darte vida plena.

Oración

Señor, necesito tu Espíritu Santo para tener vida. Por favor, lléname con tu Espíritu Santo para que las palabras que hoy hable sean «espíritu» y «vida» para los que las escuchan (6:63).

Antiguo Testamento

Jueces 12:1-13:25

Jefté y Efraín

12Los hombres de Efraín se alistaron, y cruzaron el río hacia Zafón y le dijeron a Jefté:

—¿Por qué fuiste a luchar contra los amonitas sin llamarnos para ir contigo? ¡Ahora prenderemos fuego a tu casa, contigo adentro!

2 Jefté respondió:

—Mi pueblo y yo estábamos librando una gran contienda con los amonitas y, aunque yo los llamé, ustedes no me libraron de su poder. 3 Cuando vi que ustedes no me ayudarían, arriesgué mi vida, marché contra los amonitas, y el Señor los entregó en mis manos. ¿Por qué, pues, han subido hoy a luchar contra mí?

4 Entonces Jefté reunió a todos los hombres de Galaad y lucharon contra los de la tribu de Efraín. Los de Galaad derrotaron a los de Efraín porque éstos les habían dicho: «Ustedes los galaaditas son renegados de Efraín y Manasés.» 5 Los galaaditas ocuparon los vados del Jordán que conducen a Efraín, y cada vez que algún sobreviviente de Efraín decía: «Déjenme cruzar», los hombres de Galaad le preguntaban: «¿Eres de la tribu de Efraín?» Si él contestaba: «No», 6 ellos decían: «Muy bien, di “Shibolet”.» Si decía: «Sibolet», porque no podía pronunciar la palabra correctamente, lo agarraban y allí mismo, en los vados del Jordán, lo degollaban. En aquella ocasión murieron cuarenta y dos mil hombres de la tribu de Efraín.

7 Jefté gobernó a Israel durante seis años. Cuando murió Jefté el galaadita, fue sepultado en su pueblo de Galaad.

Ibsán, Elón y Abdón

8 Después de Jefté, gobernó a Israel Ibsán de Belén. 9 Tuvo treinta hijos y treinta hijas. A sus hijas las dio en matrimonio a gente que no pertenecía a su clan, y para sus hijos trajo como esposas a treinta muchachas que no eran de su tribu. Ibsán gobernó a Israel por siete años. 10 Cuando murió, fue sepultado en Belén.

11 Después de Ibsán gobernó a Israel Elón, de la tribu de Zabulón, durante diez años. 12 Cuando murió Elón el zabulonita, fue sepultado en Ayalón, en el territorio de Zabulón.

13 Después de Elón gobernó a Israel Abdón hijo de Hilel, de Piratón. 14 Tuvo cuarenta hijos y treinta nietos, cada uno de los cuales montaba su propio asno. Gobernó a Israel durante ocho años. 15 Cuando murió Abdón hijo de Hilel, fue sepultado en Piratón, que está en el territorio de Efraín, en la región montañosa de los amalecitas.

Nacimiento de Sansón

13Una vez más los israelitas hicieron lo que ofende al Señor. Por eso él los entregó en manos de los filisteos durante cuarenta años.

2 Cierto hombre de Zora, llamado Manoa, de la tribu de Dan, tenía una esposa que no le había dado hijos porque era estéril. 3 Pero el ángel del Señor se le apareció a ella y le dijo: «Eres estéril y no tienes hijos, pero vas a concebir y tendrás un hijo. 4 Cuídate de no beber vino ni ninguna otra bebida fuerte, ni tampoco comas nada impuro, 5 porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja sobre su cabeza, porque el niño va a ser nazareo, consagrado a Dios desde antes de nacer. Él comenzará a librar a Israel del poder de los filisteos.»

6 La mujer fue adonde estaba su esposo y le dijo: «Un hombre de Dios vino adonde yo estaba. Por su aspecto imponente, parecía un ángel de Dios. Ni yo le pregunté de dónde venía, ni él me dijo cómo se llamaba. 7 Pero me dijo: “Concebirás y darás a luz un hijo. Ahora bien, cuídate de no beber vino ni ninguna otra bebida fuerte, ni de comer nada impuro, porque el niño será nazareo, consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte.” »

8 Entonces Manoa oró al Señor: «Oh Señor, te ruego que permitas que vuelva el hombre de Dios que nos enviaste, para que nos enseñe cómo criar al niño que va a nacer.»

9 Dios escuchó a Manoa, y el ángel de Dios volvió a aparecerse a la mujer mientras ésta se hallaba en el campo; pero Manoa su esposo no estaba con ella. 10 La mujer corrió de inmediato a avisarle a su esposo: «¡Está aquí! ¡El hombre que se me apareció el otro día!»

11 Manoa se levantó y siguió a su esposa. Cuando llegó adonde estaba el hombre, le dijo:

—¿Eres tú el que habló con mi esposa?

—Sí, soy yo —respondió él.

12 Así que Manoa le preguntó:

—Cuando se cumplan tus palabras, ¿cómo debemos criar al niño? ¿Cómo deberá portarse?

13 El ángel del Señor contestó:

—Tu esposa debe cumplir con todo lo que le he dicho. 14 Ella no debe probar nada que proceda de la vid, ni beber ningún vino ni ninguna otra bebida fuerte; tampoco debe comer nada impuro. En definitiva, debe cumplir con todo lo que le he ordenado.

15 Manoa le dijo al ángel del Señor:

—Nos gustaría que te quedaras hasta que te preparemos un cabrito.

16 Pero el ángel del Señor respondió:

—Aunque me detengan, no probaré nada de tu comida. Pero si preparas un holocausto, ofréceselo al Señor.

Manoa no se había dado cuenta de que aquél era el ángel del Señor. 17 Así que le preguntó:

—¿Cómo te llamas, para que podamos honrarte cuando se cumpla tu palabra?

18 —¿Por qué me preguntas mi nombre? —replicó él—. Es un misterio maravilloso.

19 Entonces Manoa tomó un cabrito, junto con la ofrenda de cereales, y lo sacrificó sobre una roca al Señor. Y mientras Manoa y su esposa observaban, el Señor hizo algo maravilloso: 20 Mientras la llama subía desde el altar hacia el cielo, el ángel del Señor ascendía en la llama. Al ver eso, Manoa y su esposa se postraron en tierra sobre sus rostros. 21 Y el ángel del Señor no se volvió a aparecer a Manoa y a su esposa. Entonces Manoa se dio cuenta de que aquél era el ángel del Señor.

22 —¡Estamos condenados a morir! —le dijo a su esposa—. ¡Hemos visto a Dios!

23 Pero su esposa respondió:

—Si el Señor hubiera querido matarnos, no nos habría aceptado el holocausto ni la ofrenda de cereales de nuestras manos; tampoco nos habría mostrado todas esas cosas ni anunciado todo esto.

24 La mujer dio a luz un niño y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. 25 Y el Espíritu del Señor comenzó a manifestarse en él mientras estaba en Majané Dan, entre Zora y Estaol.

Comentario

Su poder extraordinario

¿Alguna vez te has sentido frustrado por el tiempo que Dios parece demorarse en responder tus oraciones? Dios nunca tiene prisa, pero siempre llega a tiempo.

Vemos en este pasaje la elaborada preparación de Dios para el nacimiento de Sansón, cuyo poder extraordinario era salvar a la gente de su tiempo. Pero esto solo prefiguró algo que tardaría aún más. Cientos de años más tarde surgió Juan el Bautista (quien era como Sansón en muchos aspectos) como preparación para el último Salvador del mundo.

A menudo, Dios bendice especialmente los descendientes de aquellos que han esperado mucho tiempo para tener hijos y han pensado que era una imposibilidad, por ejemplo, Sara con Isaac y Elisabet con Juan el Bautista.

Sansón era como Juan el Bautista en muchos aspectos:

  • En ambos casos, se pensaba que la madre no podía tener hijos y fue necesario como un tipo de milagro (Jueces 13:3, Lucas 1:7).
  • En ambos casos, el ángel del Señor habló claramente a los padres (Jueces 13:7, Lucas 1:13).
  • Ambos hijos fueron apartados para Dios desde el nacimiento (Jueces 13:7, Lucas 1:14-17).
  • A ninguno de ellos se le permitió beber alcohol (Jueces 13:7, Lucas 1:15).
  • El Espíritu del Señor vino sobre ellos bastante temprano en sus vidas (Jueces 13:25, Lucas 1:15).

Nuevamente, vemos una rastro de toda la Trinidad en este pasaje. Leemos del «Señor» (Jueces 13:1), pero también leemos acerca del impresionante «ángel del Señor» que se apareció a los padres de Sansón (vv.3,6) y que luego ascendió al cielo en una llama (v.19).

Viendo esto, Manoa y su esposa se postraron con el rostro en el suelo \[...\] Manoa se dio cuenta de que era el ángel del Señor: «¡Estamos condenados a morir! –le dijo a su esposa–. ¡Hemos visto a Dios!» (vv.19-22). O en palabras de la Biblia Amplificada en inglés (¡Gracias a Dios tenía una «esposa sensata»!, v.23, AMP).

¿Podría el «ángel del Señor» ser la segunda persona de la Trinidad? Jesús usa el lenguaje del Hijo del hombre ascendiendo al cielo (Juan 6:62, NTV). Anteriormente, en el Evangelio de Juan, leímos «ustedes verán abrirse el cielo, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre» (Juan 1:51).

La tercera persona de la Trinidad, el Espíritu Santo, está claramente trabajando aquí en el nacimiento de Sansón: «La mujer dio a luz a un niño y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el Espíritu del Señor comenzó a manifestarse en él…» (Jueces 13:24-25). El Espíritu Santo le dio a Sansón una fuerza extraordinaria y un poder inusual.

Oración

Señor, gracias por la fuerza extraordinaria que le diste a Sansón. Lléname hoy con tu Espíritu. Dame fuerza espiritual y poder para resistir al enemigo y para vivir una vida santa.

Añadidos de Pippa

Pippa añade

Jueces 12:8–9a

«Después de Jefté, gobernó a Israel Ibsán de Belén. Tuvo treinta hijos y treinta hijas».

¡Caramba! ¡Estuvo ocupado!

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Referencias

Notas:

Alice Cooper citado en Nicky Gumbel, Preguntas de la vida, (Alpha USA, 2013), pp. 21-22

Las citas bíblicas marcadas (AMP) son tomadas de la Biblia Amplificada® en inglés, no está traducida al español, se parafrasea.

Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.

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Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.

Scripture marked (ISV) taken from The Holy Bible: International Standard Version. Release 2.0, Build 2015.02.09. Copyright © 1995-2014 by ISV Foundation. ALL RIGHTS RESERVED INTERNATIONALLY. Used by permission of Davidson Press, LLC

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