El Servicio a Él es libertad perfecta
Introducción
Billy Nolan huyó de la marina mercante y fue alcohólico durante los treinta y ocho años que siguieron a su huida. Pasó veinte años bebiendo y mendigando a la puerta de nuestra iglesia HTB Brompton Road. El 13 de mayo de 1990 se miró al espejo y se dijo: «Tú no eres el Billy Nolan que yo conocí». Como él mismo cuenta, pidió al Señor Jesucristo que entrara en su vida y le hizo la promesa de que nunca más volvería a beber alcohol. No ha vuelto a beber ni un trago desde entonces. Su vida ha sido transformada. Irradiaba el amor y la alegría de Cristo. Una vez, le dije: «Billy, se te ve muy contento». Él respondió: «Estoy contento porque soy libre. La vida es como un laberinto y, por fin, he encontrado una salida gracias a Jesucristo».
San Agustín escribió que Dios es el maestro «a quien servir es libertad perfecta». ¡Esta es una gran paradoja! Muchas personas piensan que si sirven a Dios perderán su libertad; de hecho, es todo lo contrario. Vivir para nosotros mismos es, de hecho, una forma de esclavitud. Servir a Dios «con el nuevo poder que nos da el Espíritu» (Romanos 7:6) es el camino para encontrar la libertad perfecta.
Salmos 88:1-9a
Cántico. Salmo de los hijos de Coré. Al director musical. Según majalat leannot. Masquil de Hemán el ezraíta.
1 Señor, Dios de mi salvación,
día y noche clamo en presencia tuya.
2 Que llegue ante ti mi oración;
dígnate escuchar mi súplica.
3 Tan colmado estoy de calamidades
que mi vida está al borde del sepulcro.
4 Ya me cuentan entre los que bajan a la fosa;
parezco un guerrero desvalido.
5 Me han puesto aparte, entre los muertos;
parezco un cadáver que yace en el sepulcro,
de esos que tú ya no recuerdas,
porque fueron arrebatados de tu mano.
6 Me has echado en el foso más profundo,
en el más tenebroso de los abismos.
7 El peso de tu enojo ha recaído sobre mí;
me has abrumado con tus olas.
8 Me has quitado a todos mis amigos
y ante ellos me has hecho aborrecible.
Estoy aprisionado y no puedo librarme;
9 los ojos se me nublan de tristeza.
Yo, Señor, te invoco cada día,
y hacia ti extiendo las manos.
Comentario
1. Clama a Dios
Este salmo describe una situación similar a aquella que Billy Nolan había encontrado. Como traduce The Message: «Estoy atrapado en un laberinto y no puedo encontrar mi salida, cegado por las lágrimas de dolor y frustración» (v.8, MSG).
El salmista está sufriendo mucho: «Tan colmado estoy de calamidades» (v.3a). Piensa que va a morir: «Mi vida está al borde del sepulcro. Ya me cuentan entre los que bajan a la fosa; \[…\].
Me han puesto aparte, entre los muertos» (vv.3-5). Está «en el más tenebroso de los abismo» (v.6), «desvalido» (v.4), «aprisionado y no puedo librarme» (v.8). Incluso ha perdido el apoyo de sus amigos más cercanos (v.8).
Solo Dios puede salvarnos: «Dios, tú eres mi última oportunidad del día» (v.1, MSG). Él clama a Dios que lo salve, así como lo hizo Billy Nolan. Sin importar lo mal que te sientas en tu situación, clama a Dios pidiéndole libertad.
Oración
«Señor, Dios de mi salvación, día y noche clamo en presencia tuya. Que llegue ante ti mi oración; dígnate escuchar mi súplica» (vv.1-2).
Romanos 6:15-7:6
Esclavos de la justicia
15 Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la ley sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera! 16 ¿Acaso no saben ustedes que, cuando se entregan a alguien para obedecerlo, son esclavos de aquel a quien obedecen? Claro que lo son, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia. 17 Pero gracias a Dios que, aunque antes eran esclavos del pecado, ya se han sometido de corazón a la enseñanza que les fue transmitida. 18 En efecto, habiendo sido liberados del pecado, ahora son ustedes esclavos de la justicia.
19 Hablo en términos humanos, por las limitaciones de su naturaleza humana. Antes ofrecían ustedes los miembros de su cuerpo para servir a la impureza, que lleva más y más a la maldad; ofrézcanlos ahora para servir a la justicia que lleva a la santidad. 20 Cuando ustedes eran esclavos del pecado, estaban libres del dominio de la justicia. 21 ¿Qué fruto cosechaban entonces? ¡Cosas que ahora los avergüenzan y que conducen a la muerte! 22 Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna. 23 Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.
Analogía tomada del matrimonio
7Hermanos, les hablo como a quienes conocen la ley. ¿Acaso no saben que uno está sujeto a la ley solamente en vida? 2 Por ejemplo, la casada está ligada por ley a su esposo sólo mientras éste vive; pero si su esposo muere, ella queda libre de la ley que la unía a su esposo. 3 Por eso, si se casa con otro hombre mientras su esposo vive, se le considera adúltera. Pero si muere su esposo, ella queda libre de esa ley, y no es adúltera aunque se case con otro hombre.
4 Así mismo, hermanos míos, ustedes murieron a la ley mediante el cuerpo crucificado de Cristo, a fin de pertenecer al que fue levantado de entre los muertos. De este modo daremos fruto para Dios. 5 Porque cuando nuestra naturaleza pecaminosa aún nos dominaba, las malas pasiones que la ley nos despertaba actuaban en los miembros de nuestro cuerpo, y dábamos fruto para muerte. 6 Pero ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito.
Comentario
2. Sirve a Dios
Hay una serie infantil británica llamada «Thomas y sus amigos», los cuales son unos trenes. En uno de los episodios vemos a Thomas por su lado, habiéndose salido de las vías del tren, gritando: «¡Soy libre! ¡Soy libre al fin!». Pero la realidad es que Thomas es mucho más «libre» cuando sus ruedas están en los rieles y está funcionando en consonancia tal como fue diseñado para desempeñarse.
Lo mismo ocurre con nosotros; podemos imaginar que somos más libres si no tenemos a nadie que nos diga lo que debemos hacer, pero aquello es una ilusión porque nos hallamos esclavizados al pecado, que conduce a un «callejón sin salida» (6:21, MSG).
Se dice que «el único ejercicio que algunas personas hacen es llegar a conclusiones equivocadas». El apóstol Pablo está preocupado de que sus lectores lleguen a la conclusión equivocada, que algunos podrían argumentar que no importa si continuamos pecando. Escribe: «Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!» (v.15).
La seguridad del perdón no es una excusa para seguir pecando. La gracia no es una «cláusula de salida» informal para el pecado. Sería absurdo seguir pecando por dos razones:
- Un nuevo Señor
Como cristianos tenemos un nuevo Señor. Ahora servimos a Dios, «uno cuyos mandamientos te dan libertad para vivir ¡abiertamente en su libertad!» (v.17, MSG). Nos guste o no, todos somos esclavos de algo; el pecado es una forma de esclavitud que solo trae cautiverio espiritual y muerte, pero servir a Dios trae libertad perfecta. Porque «el don o regalo de Dios es vida real, vida eterna, entregada por Jesús, nuestro Maestro» (v.23, MSG).
Dios es nuestro nuevo Señor. Cada vez que nos rendimos al pecado vamos en contra del propósito de la gracia, que es darnos la vida real y la vida eterna. Cuando seas tentado, recuerda que no tienes que ceder; ya no eres esclavo del pecado, eres libre de decir «no».
Recuerda también las recompensas de la obediencia. Al servir a Dios «el resultado es la vida santa y, finalmente, la vida eterna» (v.22, DHH).
- Un nuevo amor
Es absurdo seguir pecando porque, además de tener un nuevo Señor, también tenemos un nuevo amor.
Pablo lo ilustra con un aspecto del matrimonio. Una mujer es liberada de la ley del matrimonio cuando su esposo muere; así, la muerte nos libera de la ley (7:1-6).
Del mismo modo, nosotros como cristianos hemos muerto a la ley. Nuestro viejo amor era la ley, pero, como cristianos, «ya no estamos encadenados a ese compañero dominante del pecado» (v.6, MSG). Ahora podemos estar atados a nuestro nuevo amor (Jesús), igual que una mujer cuyo esposo muere es libre para casarse con un nuevo amor (v.4).
Ahora que vives bajo la gracia más que bajo la ley, tienes el Espíritu viviendo en ti que te llena tanto con el querer como con la capacidad de hacer lo que es correcto. Conectado a Jesús, tu nuevo amor, ahora puedes «servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito» (v.6). Sin embargo, como veremos mañana, Pablo es realista acerca de la batalla que enfrentamos con el pecado.
Oración
Señor, gracias porque servirte es la libertad perfecta. Hoy ofrezco todas las partes de mi cuerpo como esclavas de la justicia (6:19). Quiero servirte, mi Señor y mi amor, en el nuevo poder del Espíritu.
Oseas 3:1-5:15
Oseas se reconcilia con su esposa
3Me habló una vez más el Señor, y me dijo: «Ve y ama a esa mujer adúltera, que es amante de otro. Ámala como ama el Señor a los israelitas, aunque se hayan vuelto a dioses ajenos y se deleiten con las tortas de pasas que les ofrecen.»
2 Compré entonces a esa mujer por quince monedas de plata y una carga y media de cebada, 3 y le dije: «Vas a vivir conmigo mucho tiempo, pero sin prostituirte. No tendrás relaciones sexuales con ningún otro hombre. ¡Ni yo te voy a tocar!»
4 Ciertamente los israelitas vivirán mucho tiempo sin rey ni gobernante, sin sacrificio ni altares, ni efod ni ídolos. 5 Pero después los israelitas buscarán nuevamente al Señor su Dios, y a David su rey. En los últimos días acudirán con temor reverente al Señor y a sus bondades.
Pleito contra Israel
4Escuchen, israelitas, la palabra del Señor,
porque el Señor va a entrar en juicio
contra los habitantes del país:
Ya no hay entre mi pueblo fidelidad ni amor,
ni conocimiento de Dios.
2 Cunden, más bien, el perjurio y la mentira.
Abundan el robo, el adulterio y el asesinato.
¡Un homicidio sigue a otro!
3 Por tanto, se resecará la tierra,
y desfallecerán todos sus habitantes.
¡Morirán las bestias del campo,
las aves del cielo y los peces del mar!
4 »¡Que nadie acuse ni reprenda a nadie!
¡Tu pueblo parece acusar al sacerdote!
5 Tropiezas de día y de noche,
y los profetas tropiezan contigo;
tu madre dejará de existir,
6 pues por falta de conocimiento
mi pueblo ha sido destruido.
»Puesto que rechazaste el conocimiento,
yo también te rechazo como mi sacerdote.
Ya que te olvidaste de la ley de tu Dios,
yo también me olvidaré de tus hijos.
7 Mientras más aumentaban los sacerdotes,
más pecaban contra mí;
cambiaron a quien es su gloria en algo deshonroso.
8 El pecado de mi pueblo es su comida;
se regodean en su perversidad.
9 ¡De tal pueblo, tal sacerdote!
¡Por eso les pediré cuentas de su conducta
y les daré la paga de sus acciones!
10 »Comerán, pero no quedarán satisfechos;
se prostituirán, pero no se saciarán;
porque han abandonado al
para entregarse
11 a la prostitución y al vino,
¡al mosto que hace perder la razón!
12 Mi pueblo consulta a su ídolo de madera,
y ese pedazo de palo le responde;
su tendencia a prostituirse los descarría;
se prostituyen en abierto desafío a su Dios.
13 En la cumbre de montes y colinas
queman ofrendas y ofrecen sacrificios,
bajo la agradable sombra
de robles, álamos y encinas.
Por eso se prostituyen sus hijas
y cometen adulterio sus nueras.
14 Pero no las castigaré
por sus prostituciones y adulterios,
porque sus propios maridos
se juntan con prostitutas
y celebran banquetes paganos
con las sacerdotisas del templo.
¡Es así como acaba por hundirse
un pueblo falto de entendimiento!
15 »Si tú, Israel, te prostituyes,
¡que no resulte culpable Judá!
»No vayan a Guilgal
ni suban a Bet Avén,
ni juren: “¡Por la vida del Señor!”
16 Israel es tan indómito como una novilla.
¿Cómo podrá el Señor pastorearlos
en campo abierto, como a corderos?
17 Efraín se ha aliado con las imágenes;
¡pues que se quede con ellas!
18 Cuando ya no tienen licor,
se entregan de lleno a la prostitución,
¡y hasta sus gobernantes aman la deshonra!
19 ¡Por eso un torbellino los arrastrará,
y quedarán avergonzados por sus sacrificios!
Juicio contra Israel
5»¡Oigan esto, sacerdotes!
¡Pon atención, reino de Israel!
¡Escucha, casa real!
¡Contra ustedes es la sentencia!
En Mizpa han sido ustedes una trampa;
en el monte Tabor, una red tendida;
2 en Sitín, una fosa abierta.
Por eso, yo los disciplinaré.
3 Yo conozco bien a Efraín;
Israel no me es desconocido.
Pero ahora Efraín se ha prostituido;
e Israel se ha mancillado.
4 »No les permiten sus malas obras
volverse a su Dios;
su tendencia a prostituirse
les impide conocer al Señor.
5 La arrogancia de Israel testificará en su contra,
Israel y Efraín tropezarán con su maldad,
y hasta Judá caerá con ellos.
6 Con sus ovejas y sus vacas
irán en busca del Señor,
pero no lo encontrarán
porque él se ha apartado de ellos.
7 Han traicionado al Señor;
han dado a luz hijos de otros padres.
¡Ahora la destrucción devorará sus fincas!
8 »Toquen la corneta en Guibeá,
hagan sonar la trompeta en Ramá,
lancen el grito de guerra en Bet Avén:
“¡Cuídate las espaldas, Benjamín!”
9 En el día de la reprensión,
Efraín quedará desolado.
Entre las tribus de Israel
doy a conocer lo que les va a pasar.
10 Las autoridades de Judá se parecen
a los que alteran los linderos.
¡Pues derramaré mi enojo sobre ellos
como si derramara un torrente de agua!
11 Efraín está deprimido,
aplastado por el juicio,
empeñado en seguir a los ídolos.
12 ¡Pues seré para Efraín como polilla,
como carcoma para el pueblo de Judá!
13 »Cuando Efraín vio su enfermedad
y Judá reparó en sus llagas,
Efraín recurrió a Asiria
y pidió la ayuda del gran rey.
Pero el rey no podrá sanarlo,
ni tampoco curar sus llagas.
14 Yo seré como un león para Efraín,
como un cachorro para Judá.
Yo mismo los haré pedazos,
y luego me alejaré;
yo mismo me llevaré la presa,
y no habrá quien me la arrebate.
15 Volveré luego a mi morada,
hasta que reconozcan su culpa.
Buscarán ganarse mi favor;
angustiados, me buscarán con ansias.»
Comentario
3. Busca la libertad de Dios
Tim Keller dice que la gente en Nueva York encuentra difícil entender el concepto del pecado, pero el concepto de amar algo demasiado (idolatría) está mucho más dentro de su marco de referencia. Aquello que llega a ser nuestro amor más grande es aquello que servimos y adoramos.
Este pasaje del Antiguo Testamento provee una ilustración del principio que Pablo expuso en el libro de Romanos, que los que pecan son esclavos del pecado y terminan arruinando sus vidas.
Dios ama a Su pueblo (3:1). El profeta Oseas es llamado a explicar este amor mediante una demostración visible, mediante el amor a su esposa a pesar de que ella ha cometido adulterio (v.1): «Ámala como yo, Dios, amo al pueblo israelita, incluso si coquetea y hace fiesta con todos los dioses que se le antojen» (v.1, MSG).
Oseas proclama la palabra del Señor: «Ya no hay entre mi pueblo fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios. Cunden, más bien, el perjurio y la mentira. Abundan el robo, el adulterio y el asesinato» (4:1-2). El pueblo es culpable de adulterio y prostitución (vv.13b, 15; 5:3). Esta es una descripción bastante exacta de muchas sociedades de hoy.
Los líderes no estaban dando un buen ejemplo: «Mientras más aumentaban los sacerdotes, más pecaban contra mí; cambiaron a quien es su gloria en algo deshonroso. El pecado de mi pueblo es su comida; se regodean en su perversidad. ¡De tal pueblo, tal sacerdote!» (4:7-9).
En lugar de encontrar la libertad a través de su pecado, estaban insatisfechos y esclavizados como resultado de su pecado, en palabras de la traducción bíblica The Message: «Comerán y estarán tan hambrientos como siempre, tendrán sexo y no obtendrán satisfacción... El vino y el whisky dejan a mi gente en un estupor... Borrachos de sexo, no pueden encontrar su camino a casa. Han reemplazado a su Dios por sus genitales» (vv.10-12, MSG). Son «adictos a los ídolos... Cuando la cerveza se agota, es sexo, sexo y más sexo» (vv.17-18, MSG).
Fueron incapaces de regresar a Dios: «No les permiten sus malas obras volverse a su Dios» (5:4a), el adulterio y la prostitución abundaban entre el pueblo (14:13b, 15; 5:3). Es como si estuvieran bajo algún poder demoníaco: «… porque hay espíritu de prostitución en medio de ellos y no conocen al Señor» (v.4b, RVA-2015). Dios se ha apartado de ellos (v.6).
Pero Dios se aleja de ellos para que el pueblo se vuelva a Él. El camino de regreso es admitir su culpa y buscar el rostro de Dios: «Angustiados, me buscarán con ansias» (v.15b).
«¿Cómo buscamos a Dios?» —escribe Joyce Meyer— «una forma es pensar en Él y considerar lo que le importa y lo que Dios dice acerca de ciertas situaciones. Cuando lo buscamos, encontramos mucho más que sus respuestas a nuestros problemas. También encontramos gozo, paz, amor, sabiduría y todo lo que necesitamos en nuestras vidas. Permíteme instarte a que lo busques en todos los ámbitos de tu vida hoy».
Oración
Señor, hoy te busco. Te traigo todos los problemas que enfrento... Muéstrame por favor lo que quieres que haga. Dame sabiduría. Ayúdame hoy a encontrar la libertad perfecta para servirte de todo corazón.
Añadidos de Pippa
Romanos 6:23b
«… mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor».
Me parece que comprar regalos para la gente es bastante estresante. A menudo me siento desbordada por la bondad, la generosidad y la atención de la gente cuando me dan un regalo. El regalo de Dios para nosotros es aún más asombroso: ¡VIDA ETERNA! Este regalo nunca envejecerá, nunca se gastará ni se olvidará. Es el regalo más precioso de todos. Requirió un gran sacrificio para conseguirlo, durará para siempre y será perfecto en todos los sentidos.
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Referencias
Nueva Versión Inernacional (NVI)
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