Reconoce lo que eres
Introducción
Siempre me han impresionado enormemente los embajadores que he conocido. Sin duda, han sido elegidos con mucho cuidado; todos ellos han sido entrenados en el arte de la diplomacia. Tienen la habilidad de representar a su país tanto por la forma en que actúan, como por lo que dicen.
Ser un embajador es un inmenso privilegio, un embajador es «un representante del más alto rango enviado internacionalmente para representar una monarquía o país». Un embajador británico es un enviado que representa a la Reina y al país dondequiera que vaya.
Pablo escribe que «somos embajadores de Cristo» (2 Corintios 5:20). La palabra griega traducida como «embajador» es «presbeuo». Comparte la misma raíz de «presbítero», que es una de las palabras utilizadas para describir a los líderes de la iglesia. Ya sea que estés en un rol de liderazgo reconocido en la iglesia o no, eres un embajador de Cristo que tiene el extraordinario privilegio y responsabilidad de representar a Jesús en este mundo. Eres representante de Dios en la tierra.
A través de ti, Dios hace su llamamiento para que otros reciban Su perdón, Su amor y Su gracia. Los llama a que se conviertan en amigos de Dios y sean embajadores. Como embajador de la realeza, actúa con diplomacia y habilidad porque estás representando a Cristo en la tierra.
Salmos 105:1-11
Salmo 105
1 Den gracias al Señor, invoquen su nombre;
den a conocer sus obras entre las naciones.
2 Cántenle, entónenle salmos;
hablen de todas sus maravillas.
3 Siéntanse orgullosos de su santo nombre;
alégrese el corazón de los que buscan al Señor.
4 Recurran al Señor y a su fuerza;
busquen siempre su rostro.
5 Recuerden las maravillas que ha realizado,
sus señales, y los decretos que ha emitido.
6 ¡Ustedes, descendientes de Abraham su siervo!
¡Ustedes, hijos de Jacob, elegidos suyos!
7 Él es el Señor, nuestro Dios;
en toda la tierra están sus decretos.
8 Él siempre tiene presente su pacto,
la palabra que ordenó para mil generaciones.
9 Es el pacto que hizo con Abraham,
el juramento que le hizo a Isaac.
10 Se lo confirmó a Jacob como un decreto,
a Israel como un pacto eterno,
11 cuando dijo: «Te daré la tierra de Canaán
como la herencia que te toca.»
Comentario
1. Embajadores del mundo entero
Como embajadores, estamos llamados a ser una bendición para todas las naciones. Jesús nos instó a salir por todo el mundo y a hacer discípulos de todas las naciones (Mateo 28:19-20). El pueblo de Dios es bendecido para ser bendición para el mundo entero.
«Den gracias al Señor, invoquen su nombre; den a conocer sus obras entre las naciones» (Salmo 105:1). Algunos de nosotros ni siquiera tenemos que viajar para estar en contacto con muchas naciones. En Londres —donde vivo—están representadas prácticamente todas las naciones del mundo.
El salmista escribe: «Recuerden las maravillas que ha realizado» (v.5a), y luego continúa haciendo exactamente eso. Va recapitulando todas las cosas que Dios ha hecho por ellos.
¿Cuáles son algunos de tus recuerdos favoritos? Tómate un tiempo para recordar las bendiciones de Dios y para darle gracias. Encuentra una manera diplomática, como embajador de Cristo, para «que todo el mundo sepa lo que él ha hecho» (v.1).
Oración
Señor, gracias por todas los prodigios asombrosos que has hecho por mí. Al mirar hacia los días venideros, ayúdame a dar a conocer lo que has hecho entre las naciones.
2 Corintios 5:11-6:2
El ministerio de la reconciliación
11 Por tanto, como sabemos lo que es temer al Señor, tratamos de persuadir a todos, aunque para Dios es evidente lo que somos, y espero que también lo sea para la conciencia de ustedes. 12 No buscamos el recomendarnos otra vez a ustedes, sino que les damos una oportunidad de sentirse orgullosos de nosotros, para que tengan con qué responder a los que se dejan llevar por las apariencias y no por lo que hay dentro del corazón. 13 Si estamos locos, es por Dios; y si estamos cuerdos, es por ustedes. 14 El amor de Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos, y por consiguiente todos murieron. 15 Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado.
16 Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos. Aunque antes conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así. 17 Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! 18 Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: 19 esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. 20 Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios.» 21 Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios.
6Nosotros, colaboradores de Dios, les rogamos que no reciban su gracia en vano. 2 Porque él dice:
«En el momento propicio te escuché,
y en el día de salvación te ayudé.»
Les digo que éste es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!
Comentario
2. Embajadores con un mensaje urgente
Todos «somos embajadores de Cristo» (5:20). Pablo, como embajador de Cristo, busca «persuadir a todos» (v.11) acerca de la verdad del evangelio.
Esta es una gran responsabilidad y es urgente; tómalo en serio: «No es cosa para tomarse a la ligera saber que todos estaremos en el estrado del juicio un día. Es por eso que trabajamos con urgencia con todos los que nos reunimos para prepararlos para comparecer ante Dios» (v.11, MSG).
Dios hace Su llamamiento a través de ti. Dios podría hacer Su llamado directo o a través de ángeles. Pero en su lugar, ha elegido hacerlo a través tuyo y mío,«encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación» (v.19b). Pablo escribe: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios» (v.20). En palabras de The Message: «Hazte amigo de Dios, él ya es amigo tuyo» (v.20, MSG).
- El amor es… el motivo
«El amor de Cristo nos obliga» (v.14). «Su amor tiene la primera y última palabra en todo lo que hacemos» (v.14a, MSG). Estás llamado a vivir una vida de amor. Primero, el amor por Jesús, quien murió por nosotros para que ya no vivamos por nosotros mismos, sino por él (v.15). Segundo, el amor por los demás, porque estamos convencidos de que Jesús murió por ellos: «Cristo murió por todos» (v.14b, NTV).
- El amor es… el mensaje
El mensaje es: «Dios te ama» y te da la bienvenida con los brazos abiertos. Porque Jesús murió por ti, puedes ser amigo de Dios. Puedes acercarte a Él con valentía y con confianza tantas vez como quieras.
Todo en lo que consiste el mensaje es en la reconciliación (vv.18-19). La reconciliación consiste en la amistad restaurada dentro de una relación de amor: con Dios y unos con los demás. Es un gran privilegio y gozo ver a la gente reconciliada con Dios y reconciliada entre sí; especialmente en los matrimonios, las familias y otras relaciones rotas.
Ello es posible por medio de la muerte y resurrección de Jesús: «Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios» (v.21).
Pablo escribe que «Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo» (v.19). Algunas personas caricaturizan la enseñanza del Nuevo Testamento y sugieren que Dios es bárbaro e injusto porque castigó a Jesús —la parte inocente—, en lugar de nosotros. Esto no es lo que dice el Nuevo Testamento. Más bien, Pablo escribe: «Dios estaba \[...\] en Cristo». Él mismo fue el sustituto en la persona de su Hijo e hizo posible que fuéramos restaurados a una relación con Él.
Como resultado, «si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!» (v.17). Como dice la Nueva Traducción Viviente: «Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!» (v.17, NTV).
- El amor es… el medio
Nunca presiones a la gente; por el contrario, trata de persuadirlos (v.11) porque los amas. Ruégales en nombre de Cristo (v.20). Eres el representante de Cristo. Jesús siempre actuó en amor y, como sus embajadores, tú también representas este amor.
Pablo escribe: «Espero que se den cuenta de lo mucho y lo que profundamente nos importan» (v.11, MSG). Como suelen decir, «a la gente no le importa lo mucho que sepas, hasta que no sepan lo mucho que te importan».
Oración
Señor, ayúdame a ser un buen embajador de Cristo. Ayúdame a vivir una vida de amor. Oro para que el amor de Jesús me impulse en todo lo que hago.
Isaías 1:1-2:22
1Visión que recibió Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y Jerusalén, durante los reinados de Uzías, Jotán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.
Judá, nación rebelde
2 ¡Oigan, cielos! ¡Escucha, tierra!
Así dice el Señor:
«Yo crié hijos hasta hacerlos hombres,
pero ellos se rebelaron contra mí.
3 El buey conoce a su dueño
y el asno el pesebre de su amo;
¡pero Israel no conoce,
mi pueblo no entiende!»
4 ¡Ay, nación pecadora,
pueblo cargado de culpa,
generación de malhechores,
hijos corruptos!
¡Han abandonado al Señor!
¡Han despreciado al Santo de Israel!
¡Se han vuelto atrás!
5 ¿Para qué recibir más golpes?
¿Para qué insistir en la rebelión?
Toda su cabeza está herida,
todo su corazón está enfermo.
6 Desde la planta del pie hasta la coronilla
no les queda nada sano:
todo en ellos es heridas, moretones,
y llagas abiertas,
que no les han sido curadas ni vendadas,
ni aliviadas con aceite.
7 Su país está desolado,
sus ciudades son presa del fuego;
ante sus propios ojos
los extraños devoran sus campos;
su país está desolado,
como si hubiera sido destruido por extranjeros.
8 La bella Sión ha quedado
como cobertizo en un viñedo,
como choza en un melonar,
como ciudad sitiada.
9 Si el SeñorTodopoderoso
no nos hubiera dejado algunos sobrevivientes,
seríamos ya como Sodoma,
nos pareceríamos a Gomorra.
10 ¡Oigan la palabra del Señor,
gobernantes de Sodoma!
¡Escuchen la enseñanza de nuestro Dios,
pueblo de Gomorra!
11 «¿De qué me sirven sus muchos sacrificios?
—dice el Señor —.
Harto estoy de holocaustos de carneros
y de la grasa de animales engordados;
la sangre de toros, corderos y cabras
no me complace.
12 ¿Por qué vienen a presentarse ante mí?
¿Quién les mandó traer animales
para que pisotearan mis atrios?
13 No me sigan trayendo vanas ofrendas;
el incienso es para mí una abominación.
Luna nueva, día de reposo, asambleas convocadas;
¡no soporto que con su adoración me ofendan!
14 Yo aborrezco sus lunas nuevas y festividades;
se me han vuelto una carga
que estoy cansado de soportar.
15 Cuando levantan sus manos,
yo aparto de ustedes mis ojos;
aunque multipliquen sus oraciones,
no las escucharé,
pues tienen las manos llenas de sangre.
16 ¡Lávense, límpiense!
¡Aparten de mi vista sus obras malvadas!
¡Dejen de hacer el mal!
17 ¡Aprendan a hacer el bien!
¡Busquen la justicia y reprendan al opresor!
¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda!
18 »Vengan, pongamos las cosas en claro
—dice el Señor —.
¿Son sus pecados como escarlata?
¡Quedarán blancos como la nieve!
¿Son rojos como la púrpura?
¡Quedarán como la lana!
19 ¿Están ustedes dispuestos a obedecer?
¡Comerán lo mejor de la tierra!
20 ¿Se niegan y se rebelan?
¡Serán devorados por la espada!»
El Señor mismo lo ha dicho.
21 ¡Cómo se ha prostituido la ciudad fiel!
Antes estaba llena de justicia.
La rectitud moraba en ella,
pero ahora sólo quedan asesinos.
22 Tu plata se ha convertido en escoria;
tu buen vino, en agua.
23 Tus gobernantes son rebeldes,
cómplices de ladrones;
todos aman el soborno
y van detrás de las prebendas.
No abogan por el huérfano,
ni se ocupan de la causa de la viuda.
24 Por eso afirma el Señor,
el Señor Todopoderoso,
el Fuerte de Israel:
«Me desquitaré de mis adversarios,
me vengaré de mis enemigos.
25 Volveré mi mano contra ti,
limpiaré tus escorias con lejía
y quitaré todas tus impurezas.
26 Restauraré a tus jueces como al principio,
y a tus consejeros como al comienzo.
Entonces serás llamada “Ciudad de justicia”,
“Ciudad fiel”.»
27 Sión será redimida con justicia,
y con rectitud, los que se arrepientan.
28 Pero los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados,
y perecerán los que abandonan al Señor.
29 Se avergonzarán de las encinas que ustedes tanto aman;
los jardines que eligieron serán para ellos una afrenta.
30 Serán como una encina con hojas marchitas,
como un jardín sin agua.
31 El hombre fuerte se convertirá en estopa,
y su trabajo en chispa;
arderán los dos juntos,
y no habrá quien los apague.
El monte del
2Palabra que Isaías hijo de Amoz recibió en visión acerca de Judá y Jerusalén:
2 En los últimos días,
el monte de la casa del Señor será establecido
como el más alto de los montes;
se alzará por encima de las colinas,
y hacia él confluirán todas las naciones.
3 Muchos pueblos vendrán y dirán:
«¡Vengan, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob!,
para que nos enseñe sus caminos
y andemos por sus sendas.»
Porque de Sión saldrá la enseñanza,
de Jerusalén la palabra del Señor.
4 Él juzgará entre las naciones
y será árbitro de muchos pueblos.
Convertirán sus espadas en arados
y sus lanzas en hoces.
No levantará espada nación contra nación,
y nunca más se adiestrarán para la guerra.
5 ¡Ven, pueblo de Jacob,
y caminemos a la luz del Señor!
El día del
6 Has abandonado a tu pueblo,
a los descendientes de Jacob,
porque están llenos de astrólogos de Oriente,
de adivinos como entre los filisteos,
y hacen tratos con extranjeros.
7 Su tierra está llena de oro y plata,
y sus tesoros son incalculables.
En su tierra abundan los caballos,
y sus carros de guerra son incontables.
8 Su país está lleno de ídolos;
el pueblo adora la obra de sus manos,
lo que han hecho con sus propios dedos.
9 Al hombre se le humilla,
a la humanidad se le degrada.
¡Imposible que los perdones!
10 ¡Métete en la roca,
y escóndete en el polvo
ante el terror del
y el esplendor de su majestad!
11 Los ojos del altivo serán humillados
y la arrogancia humana será doblegada.
¡En aquel día sólo el Señor será exaltado!
12 Un día vendrá el SeñorTodopoderoso
contra todos los orgullosos y arrogantes,
contra todos los altaneros, para humillarlos;
13 contra todos los cedros del Líbano, arrogantes y erguidos,
contra todas las encinas de Basán,
14 contra todas las montañas altivas,
contra todas las colinas erguidas,
15 contra todas las torres altas,
contra todo muro fortificado,
16 contra todas las naves de Tarsis,
contra todos los barcos lujosos.
17 La altivez del hombre será abatida,
y la arrogancia humana será humillada.
En aquel día sólo el Señor será exaltado,
18 y los ídolos desaparecerán por completo.
19 Los hombres se meterán en las cuevas de las rocas,
y en las grietas del suelo,
ante el terror del
y el esplendor de su majestad,
cuando él se levante
para hacer temblar la tierra.
20 En aquel día arrojará el hombre
a los topos y murciélagos,
a sus ídolos de oro y plata
que él fabricó para adorarlos.
21 Se meterá en las grutas de las rocas
y en las hendiduras de los peñascos,
ante el terror del
y el esplendor de su majestad,
cuando él se levante
para hacer temblar la tierra.
22 ¡Dejen de confiar en el hombre,
que es muy poco lo que vale!
¡Su vida es un soplo nada más!
Comentario
3. Embajadores del amor santo
«En Isaías, el nombre característico de Dios es "El Santo"» —escribe Eugene Peterson—, «la santidad es la cualidad más atractiva, la experiencia más intensa que tenemos de la vida pura: la vida auténtica, de primera mano, no la vida vista y disfrutada a distancia \[...\]. La santidad es un horno que transforma a los hombres y mujeres que entran en ella».
El mensaje de Isaías trata sobre el amor santo de Dios por su pueblo. Dios ama a su pueblo más de lo que cualquier padre ama a un niño.
Sin embargo, Isaías escribe: «¡Oigan, cielos! ¡Escucha, tierra! Así dice el Señor: "Yo crié hijos hasta hacerlos hombres, pero ellos se rebelaron contra mí…"» (1:2). Sigue hablando de todas las formas en que Sus hijos se han rebelado: la infidelidad de ellos, la injusticia que permiten, y su fracaso en el cuidado de las viudas y de los huérfanos (vv.21-23).
El deseo de Dios es la santidad:
«¡Lávense, límpiense!
¡Aparten de mi vista sus obras malvadas!
¡Dejen de hacer el mal!
¡Aprendan a hacer el bien!
¡Busquen la justicia y reprendan al opresor!
¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda!» (vv.16–17).
Pero han fracasado y se han rebelado. Además, están llenos de supersticiones, practican la adivinación, y su tierra está llena de materialismo e ídolos (2:6-8).
Su religiosidad no está funcionando. El Señor dice: «… la sangre de toros, corderos y cabras no me complace» (1:11c). «No puedo soportar sus juegos religiosos triviales... Estoy harto de su decir “religión, religión, religión”, mientras van a pecar» (vv.13-14, MSG).
Sin embargo, Dios no los abandona. Promete: «Vengan, pues, dice el Señor; y razonemos juntos» (v.18, RVA-2015). «¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana!» (v.18).
Dios declara: «Entonces serás llamada "Ciudad de justicia", "Ciudad fiel". Con justicia Sión será redimida, y con rectitud, los que se arrepientan» (vv.26b-27a). Como Miqueas, promete que la justicia y la paz vendrán (2:2-4).
¿Pero cómo? ¿Cómo podemos ser justos los que somos pecadores y rebeldes? ¿Cómo podemos nosotros, cuyos «pecados son como escarlata», quedar «blancos como la nieve» (1:18)? ¿Cómo se cumplirán estas promesas notables del Antiguo Testamento?
Solo en Jesús encontramos la solución. Los profetas del Antiguo Testamento presagian lo que estaba por venir. El Nuevo Testamento nos dice cómo: en el pasaje de hoy del Nuevo Testamento leímos cómo «al que no cometió pecado alguno \[Jesús\], por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios» (2 Corintios 5:21).
Jesús, quien «no cometió pecado alguno», fue hecho pecado en la cruz por nosotros; para que en él —aunque nuestros pecados sean como escarlata— podamos quedar blancos como la nieve y recibir la justicia de Dios. Nos hacemos amigos de Dios y embajadores de Cristo.
Oración
Señor, gracias por Tu gracia asombrosa, prefigurada y predicha por el profeta Isaías, y cumplida en Jesús por medio de su cruz y resurrección. Gracias por el inmenso privilegio de ser Tus embajadores, capaces de llevar este mensaje a un mundo que necesita urgentemente esperanza y perdón.
Añadidos de Pippa
Isaías 2:3
«¡Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob!, para que nos enseñe sus caminos y andemos por sus sendas».
La vida es muy ajetreada y a comienzos de septiembre, tenemos muchas decisiones que tomar. Soy consciente de que todavía tengo mucho que aprender sobre Sus caminos y quiero saber qué caminos emocionantes ha planeado Dios para que recorra durante esta temporada.
App
Enjoy reading or listening to The Bible with Nicky and Pippa Gumbel on your iPhone or Android device.
Receive a daily email with a fresh devotion straight in your inbox.
Podcast
Subscribe and listen to The Bible with Nicky and Pippa Gumbel delivered to your favourte podcast app everyday.
Website
Far from your mobile device? You can read the daily devotion right here on this website.
Referencias
Eugene Peterson, The Message, 'Introducción de Isaías', (NavPress, 1993). No está disponible en español.
Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida a español, se parafrasea.
Eugene Peterson, The Message, 'Introduction to Isaiah', (NavPress, 1993).
Webster English Dictionary.
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.
Scripture quotations are taken from the Holy Bible, New Living Translation, copyright ©1996, 2004, 2007 by Tyndale House Foundation. Used by permission of Tyndale House Publishers, Inc., Carol Stream, Illinois 60188. All rights reserved.
Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.