¿Cómo puedes ser útil para Dios?
Introducción
Pippa y yo acabábamos de regresar del hospital; unas horas antes de aquel día, mi madre de 69 años había muerto de un ataque al corazón mientras estaba en su escritorio en el trabajo.
Yo estaba en un estado de shock y confusión, así que salí de nuestra casa para respirar aire fresco y pensé en que a la única persona que realmente quería ver era a Sandy Millar, nuestro pastor y amigo.
En aquel momento levanté la mirada y vi su automóvil llegando a mi casa. Acababa de enterarse de la noticia y había ido directo a vernos. Dios usó ese día la llegada de Sandy para darnos gran consuelo y aliento.
En el pasaje del Nuevo Testamento de hoy, leemos que Dios usó la llegada de Tito para darle gran consuelo y aliento a Pablo cuando estaba en un estado de agitación, agotamiento, opresión, aflicción, miedo y temor. En palabras de la versión en inglés de Amplified Bible, edición Clásica: «Pero Dios, quien consuela y alienta y refresca y anima a los deprimidos y a los caídos; nos consoló y alentó y refrescó y animó con la llegada de Tito» (2 Corintios 7:6, AMPC).
La llegada de Tito les trajo aún más ánimo porque llevaba noticias de cómo los corintios estaban siendo útiles para Dios; como resultado, Pablo se «alegró más todavía» (v.7, AMPC).
Por muy sombrías que se vean las cosas, Dios siempre parece suscitar personas que son instrumentos «para uso honorable. \[…\] listo para que el Maestro \[…\] use en toda buena obra» (2 Timoteo 2:21). ¿Cómo podemos ser útiles para Dios?
Salmos 105:23-36
23 Entonces Israel vino a Egipto;
Jacob fue extranjero en el país de Cam.
24 El Señor hizo que su pueblo se multiplicara;
lo hizo más numeroso que sus adversarios,
25 a quienes trastornó para que odiaran a su pueblo
y se confabularan contra sus siervos.
26 Envió a su siervo Moisés,
y a Aarón, a quien había escogido,
27 y éstos hicieron señales milagrosas entre ellos,
¡maravillas en el país de Cam!
28 Envió tinieblas, y la tierra se oscureció,
pero ellos no atendieron a sus palabras.
29 Convirtió en sangre sus aguas
y causó la muerte de sus peces.
30 Todo Egipto se infestó de ranas,
¡hasta las habitaciones de sus reyes!
31 Habló Dios, e invadieron todo el país
enjambres de moscas y mosquitos.
32 Convirtió la lluvia en granizo,
y lanzó relámpagos sobre su tierra;
33 derribó sus vides y sus higueras,
y en todo el país hizo astillas los árboles.
34 Dio una orden, y llegaron las langostas,
¡infinidad de saltamontes!
35 Arrasaron con toda la vegetación del país,
devoraron los frutos de sus campos.
36 Hirió de muerte a todos los primogénitos del país,
a las primicias de sus descendientes.
Comentario
1. Prepárate para tomar la iniciativa
¿Has sentido alguna vez que estás en un desierto espiritual en tu trabajo, en tu ciudad o incluso en toda tu nación?
El salmista recuerda uno de los períodos más sombríos para el pueblo de Dios, en el que Él los había bendecido, se habían vuelto «más numerosos» (v.24); pero fueron odiados debido a su éxito (v.25a). Sus enemigos conspiraron contra ellos (v.25b). «Conspiraron contra los siervos del Señor» (v.25, NTV).
El pueblo de Dios estaba oprimido y esclavizado. Como lo expresa The Message, estaban en un «desierto espiritual» (v.27, MSG). Pero «… envió a su siervo Moisés, y a Aarón, a quien había escogido» (v.26). Dios escogió a Moisés y a Aarón. Ellos respondieron a la llamada para liderar (lo cierto es que Moisés lo hizo con mucha reticencia). Hicieron señales milagrosas y prodigios y liberaron al pueblo de Dios: «Hicieron maravillas en aquel desierto espiritual» (v.26, MSG).
Oración
Señor, cuando observo nuestra nación y el estado de la iglesia, clamo a Ti para que suscites personas como Moisés y Aarón para que saquen a Tu pueblo del desierto espiritual.
2 Corintios 7:2-16
La alegría de Pablo
2 Hagan lugar para nosotros en su corazón. A nadie hemos agraviado, a nadie hemos corrompido, a nadie hemos explotado. 3 No digo esto para condenarlos; ya les he dicho que tienen un lugar tan amplio en nuestro corazón que con ustedes viviríamos o moriríamos. 4 Les tengo mucha confianza y me siento muy orgulloso de ustedes. Estoy muy animado; en medio de todas nuestras aflicciones se desborda mi alegría.
5 Cuando llegamos a Macedonia, nuestro cuerpo no tuvo ningún descanso, sino que nos vimos acosados por todas partes; conflictos por fuera, temores por dentro. 6 Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos consoló con la llegada de Tito, 7 y no sólo con su llegada sino también con el consuelo que él había recibido de ustedes. Él nos habló del anhelo, de la profunda tristeza y de la honda preocupación que ustedes tienen por mí, lo cual me llenó de alegría.
8 Si bien los entristecí con mi carta, no me pesa. Es verdad que antes me pesó, porque me di cuenta de que por un tiempo mi carta los había entristecido. 9 Sin embargo, ahora me alegro, no porque se hayan entristecido sino porque su tristeza los llevó al arrepentimiento. Ustedes se entristecieron tal como Dios lo quiere, de modo que nosotros de ninguna manera los hemos perjudicado. 10 La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte. 11 Fíjense lo que ha producido en ustedes esta tristeza que proviene de Dios: ¡qué empeño, qué afán por disculparse, qué indignación, qué temor, qué anhelo, qué preocupación, qué disposición para ver que se haga justicia! En todo han demostrado su inocencia en este asunto. 12 Así que, a pesar de que les escribí, no fue por causa del ofensor ni del ofendido, sino más bien para que delante de Dios se dieran cuenta por ustedes mismos de cuánto interés tienen en nosotros. 13 Todo esto nos reanima.
Además del consuelo que hemos recibido, nos alegró muchísimo el ver lo feliz que estaba Tito debido a que todos ustedes fortalecieron su espíritu. 14 Ya le había dicho que me sentía orgulloso de ustedes, y no me han hecho quedar mal. Al contrario, así como todo lo que les dijimos es verdad, también resultaron ciertos los elogios que hice de ustedes delante de Tito. 15 Y él les tiene aún más cariño al recordar que todos ustedes fueron obedientes y lo recibieron con temor y temblor. 16 Me alegro de que puedo confiar plenamente en ustedes.
Comentario
2. Recurre a Dios en los momentos de dificultad
A veces en nuestras vidas nos chocamos con el dolor y la angustia, los cuales nos abruman. Puede ser a causa de un duelo, el desempleo, la enfermedad, la decepción u otras circunstancias que escapan a nuestro control. Podrían incluso —como en el caso de los corintios—, tener su causa en nuestros propios pecados o errores.
Lo que importa es cómo respondemos. Para algunos, vivir momentos así los alejan de Dios. Para otros —como los corintios— son lo que los edifica. La angustia los llevó a Dios y se transformaron en un pueblo al que Dios pudo usar poderosamente.
Pablo fue alguien a quien Dios usó mucho. Pero no fue un camino de rosas; no tuvo una vida libre de preocupaciones. Pablo no iba por ahí acarreándose problemas a sí mismo. Escribe: «A nadie hemos agraviado, a nadie hemos corrompido, a nadie hemos explotado» (v.2). Sin embargo, continúa hablando de «todas nuestras aflicciones» (v.4). Escribe sobre «las peleas en la iglesia» y «los temores en nuestros corazones» (v.5, MSG).
Pablo amaba a los corintios (vv.3-4a). Aunque el amor de Pablo por ellos no siempre fue recíproco, le causaba una enorme alegría cuando lo era. Cuando escuchó de labios de Tito acerca del anhelo, de la profunda tristeza y de la honda preocupación de los corintios por él, exclamó: «Me llenó de alegría» (v.7).
Pablo tuvo el valor de confrontarlos en una carta. Inicialmente les causó tristeza (v.8),como suele ocurrir con este tipo de confrontación. En un primer momento, Pablo se arrepintió de escribir la carta, pero oportunamente los corintios respondieron con la actitud correcta permitiéndole acercarlos a Dios. Todos cometemos errores alguna vez, incluso el gran apóstol Pedro lo hizo. Sin embargo, lo que importa es cómo respondemos.
Como lo expresa The Message: «Has de dejar que tu angustia te lleve a Dios, no que te aleje de él \[...\] Nunca lamentamos ese tipo de dolor. Pero aquellos que dejan que la angustia los aleje de Dios \[...\] terminan en un lecho de muerte de lamentaciones» (vv.9-10, MSG).
La clase equivocada de dolor —tipificada por Judas—, no condujo al arrepentimiento, sino a la muerte: «La tristeza del mundo produce la muerte» (v.10c). Los corintios —como Pedro— respondieron de la manera correcta.
«Y ahora, ¿no son maravillosas todas las maneras en que esta angustia los ha empujado más cerca de Dios? Están más vivos, más preocupados, más sensibles, más respetuosos, más humanos, más apasionados, más responsables» (v.11, MSG).
Tito fue testigo de la transformación en sus vidas como resultado de su respuesta a la angustia. Se mostró eufórico al respecto. Él mismo fue revivido y alentado por todo lo que los corintios hicieron por él.
No podía dejar de hablarle a Pablo acerca de ellos: «Y él les tiene aún más cariño al recordar que todos ustedes fueron obedientes y lo recibieron con temor y temblor. Me alegro de que puedo confiar plenamente en ustedes» (vv.15-16).
Oración
Gracias, Señor, porque cuando me vuelvo a Ti en los momentos de angustia, me transformas y me haces más vivo, preocupado, sensible, respetuoso, humano, apasionado, responsable y más útil para Ti.
Isaías 5:8-8:10
Maldiciones contra los explotadores
8 ¡Ay de aquellos que acaparan casa tras casa
y se apropian de campo tras campo
hasta que no dejan lugar para nadie más,
y terminan viviendo solos en el país!
9 El SeñorTodopoderoso me ha dicho al oído:
«Muchas casas quedarán desoladas,
y no habrá quien habite las grandes mansiones.
10 Tres hectáreas de viña sólo producirán un tonel,
y diez medidas de semilla
darán tan sólo una.»
11 ¡Ay de los que madrugan
para ir tras bebidas embriagantes,
que quedan hasta muy tarde
embriagándose con vino!
12 En sus banquetes hay vino y arpas,
liras, tambores y flautas;
pero no se fijan en los hechos del
ni tienen en cuenta las obras de sus manos.
13 Por eso mi pueblo será exiliado
porque no me conoce;
sus nobles perecerán de hambre
y la multitud se morirá de sed.
14 Por eso el sepulcro ensancha su garganta,
y desmesuradamente abre sus fauces.
Allí bajan nobles y plebeyos,
con sus juergas y diversiones.
15 El hombre será humillado,
la humanidad, doblegada,
y abatidos los ojos altivos.
16 Pero el Señor Todopoderoso será exaltado en justicia,
el Dios santo se mostrará santo en rectitud.
17 Los corderos pastarán como en praderas propias,
y las cabras comerán entre las ruinas de los ricos.
18 ¡Ay de los que arrastran iniquidad con cuerdas de mentira,
y el pecado con sogas de carreta!
19 Dicen: «¡Que Dios se apure,
que apresure su obra
para que la veamos;
que se acerque y se cumpla
el plan del Santo de Israel,
para que lo conozcamos!»
20 ¡Ay de los que llaman a lo malo bueno
y a lo bueno malo,
que tienen las tinieblas por luz
y la luz por tinieblas,
que tienen lo amargo por dulce
y lo dulce por amargo!
21 ¡Ay de los que se consideran sabios,
de los que se creen inteligentes!
22 ¡Ay de los valientes para beber vino,
de los valentones que mezclan bebidas embriagantes,
23 de los que por soborno absuelven al culpable,
y le niegan sus derechos al indefenso!
24 Por eso, así como las lenguas de fuego devoran la paja
y el pasto seco se consume en las llamas,
su raíz se pudrirá
y, como el polvo, se disipará su flor.
Porque han rechazado la ley del Señor Todopoderoso
y han desdeñado la palabra del Santo de Israel.
25 Por eso se enciende la ira del Señor contra su pueblo,
levanta la mano contra él y lo golpea;
las montañas se estremecen,
los cadáveres quedan como basura
en medio de las calles.
Con todo, no se aplacó su ira,
y su brazo aún sigue extendido.
26 Con una bandera le hará señas a una nación lejana,
con un silbido la llamará desde el extremo de la tierra,
y esta nación llegará presta y veloz.
27 Ninguno de ellos se cansa ni tropieza,
ni dormita ni se duerme;
a ninguno se le afloja el cinturón
ni se le rompe la correa de las sandalias.
28 Sus flechas son puntiagudas,
tensos todos sus arcos;
parecen pedernal los cascos de sus caballos,
y torbellino las ruedas de sus carros.
29 Su rugido es el de una leona,
como el de los leoncillos:
gruñe y atrapa la presa,
y se la lleva sin que nadie se la arrebate.
30 En aquel día bramará contra ella
como brama el mar.
Si alguien contempla la tierra,
la verá sombría y angustiada,
y la luz se ocultará tras negros nubarrones.
La misión de Isaías
6El año de la muerte del rey Uzías, vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono; las orlas de su manto llenaban el templo. 2 Por encima de él había serafines, cada uno de los cuales tenía seis alas: con dos de ellas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. 3 Y se decían el uno al otro:
«Santo, santo, santo es el SeñorTodopoderoso;
toda la tierra está llena de su gloria.»
4 Al sonido de sus voces, se estremecieron los umbrales de las puertas y el templo se llenó de humo. 5 Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al Señor Todopoderoso!»
6 En ese momento voló hacia mí uno de los serafines. Traía en la mano una brasa que, con unas tenazas, había tomado del altar. 7 Con ella me tocó los labios y me dijo:
«Mira, esto ha tocado tus labios;
tu maldad ha sido borrada,
y tu pecado, perdonado.»
8 Entonces oí la voz del Señor que decía:
—¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?
Y respondí:
—Aquí estoy. ¡Envíame a mí!
9 Él dijo:
—Ve y dile a este pueblo:
»“Oigan bien, pero no entiendan;
miren bien, pero no perciban.”
10 Haz insensible el corazón de este pueblo;
embota sus oídos
y cierra sus ojos,
no sea que vea con sus ojos,
oiga con sus oídos,
y entienda con su corazón,
y se convierta
y sea sanado.
11 Entonces exclamé:
—¿Hasta cuándo, Señor?
Y él respondió:
«Hasta que las ciudades queden destruidas
y sin habitante alguno;
hasta que las casas queden deshabitadas,
y los campos, asolados y en ruinas;
12 hasta que el Señor haya enviado lejos a todo el pueblo,
y el país quede en total abandono.
13 Y si aún queda en la tierra una décima parte,
ésta volverá a ser devastada.
Pero así como al talar la encina y el roble
queda parte del tronco,
esa parte es la simiente santa.»
La señal de Emanuel
7Acaz, hijo de Jotán y nieto de Uzías, reinaba en Judá. En ese tiempo Rezín, rey de Siria, y Pecaj hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para atacarla, pero no pudieron conquistarla.
2 En el palacio de David se recibió la noticia de que Siria se había aliado con Efraín, y se estremeció el corazón de Acaz y el de su pueblo, como se estremecen por el viento los árboles del bosque.
3 El Señor le dijo a Isaías: «Ve con tu hijo Sear Yasub a encontrarte con Acaz donde termina el canal del estanque superior, en el camino que conduce al Campo del Lavandero. 4 Dile que tenga cuidado y no pierda la calma; que no tema ante el enojo ardiente de Rezín el sirio, ni ante el hijo de Remalías; que no se descorazone a causa de esos dos tizones humeantes. 5 Dile también que Efraín, junto con el hijo de Remalías y el sirio, han tramado hacerle mal, pues piensan 6 subir contra Judá, provocar el pánico, conquistarla y poner allí como rey al hijo de Tabel. 7 Pero dile además que yo, el Señor omnipotente, digo:
»“Eso no se cumplirá ni sucederá.
8 La cabeza de Siria es Damasco,
y la cabeza de Damasco es Rezín;
pero dentro de sesenta y cinco años
Efraín será destrozado hasta dejar de ser pueblo.
9 La cabeza de Efraín es Samaria,
y la cabeza de Samaria es el hijo de Remalías;
si ustedes no creen en mí,
no permanecerán firmes.” »
10 El Señor se dirigió a Acaz de nuevo:
11 —Pide que el Señor tu Dios te dé una señal, ya sea en lo más profundo de la tierra o en lo más alto del cielo.
12 Pero Acaz respondió:
—No pondré a prueba al Señor, ni le pediré nada.
13 Entonces Isaías dijo: «¡Escuchen ahora ustedes, los de la dinastía de David! ¿No les basta con agotar la paciencia de los hombres, que hacen lo mismo con mi Dios? 14 Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La joven concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel. 15 Cuando sepa elegir lo bueno y rechazar lo malo, comerá cuajada con miel. 16 Porque antes de que el niño sepa elegir lo bueno y rechazar lo malo, la tierra de los dos reyes que tú temes quedará abandonada.
17 »El Señor hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la dinastía de tu padre, días como no se conocieron desde que Efraín se separó de Judá, pues hará venir al rey de Asiria.»
18 En aquel día el Señor llamará con un silbido a la mosca que está en los lejanos ríos de Egipto, y a la abeja que está en la tierra de Asiria. 19 Todas ellas vendrán y anidarán en las quebradas profundas, en las hendiduras de las rocas, en todos los matorrales espinosos y sobre todos los abrevaderos.
20 En aquel día, con el rey de Asiria como navaja prestada del otro lado del río Éufrates, el Señor le afeitará a Israel la cabeza y el vello púbico, y también la barba.
21 En aquel día, un hombre criará un ternero y dos cabras; 22 y le darán tanta leche que tendrá leche cuajada para comer. Además, todos los que permanezcan en la tierra comerán cuajada con miel.
23 En aquel día, allí donde hubo mil viñedos que costaban mil monedas de plata cada uno, no quedarán más que zarzas y espinos, 24 los cuales cubrirán toda la tierra. Sólo se podrá entrar allí con arco y flecha. 25 Y por temor a estos espinos y a estas zarzas, ya no irás a los cerros que antes se cultivaban con el azadón, pues se convertirán en lugares donde se suelta el ganado y corretean las ovejas.
Asiria, el instrumento del
8El Señor me dijo: «Toma una tablilla grande y, con un estilete común, escribe sobre ella: “Tocante a Maher Salal Jasbaz”. 2 Yo convocaré como testigos confiables al sacerdote Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías.»
3 Luego tuve relaciones con la profetisa, y ella concibió y dio a luz un hijo. Entonces el Señor me dijo: «Ponle por nombre Maher Salal Jasbaz. 4 Antes de que el niño aprenda a decir “papá” y “mamá”, la riqueza de Damasco y el botín de Samaria serán llevados ante el rey de Asiria.»
5 El Señor volvió a decirme:
6 «Por cuanto este pueblo ha rechazado
las mansas corrientes de Siloé
y se regocija con Rezín
y con el hijo de Remalías,
7 el Señor está a punto de traer contra ellos
las impetuosas crecientes del río Éufrates:
al rey de Asiria con toda su gloria.
Rebasará todos sus canales,
desbordará todas sus orillas;
8 pasará hasta Judá, la inundará,
y crecerá hasta llegarle al cuello.
Sus alas extendidas, ¡oh Emanuel!,
cubrirán la anchura de tu tierra.»
9 Escuchen esto, naciones,
todas las naciones lejanas:
¡Alcen el grito de guerra,
y serán destrozadas!
¡Prepárense para la batalla, y serán despedazadas!
¡Prepárense para la batalla, y serán desmenuzadas!
10 Tracen su estrategia, pero será desbaratada;
propongan su plan, pero no se realizará,
porque Dios está con nosotros.
Comentario
3. Responde a la llamada de Dios y dile «yo iré»
Al mirar al mundo hoy en día vemos a muchas naciones pasando momentos críticos, incluyendo Siria, Iraq, Ucrania, Zimbabue, Corea del Norte y Sudán del Sur. La descripción en este pasaje es la de una nación llena de injusticia.
Los líderes: «¡… acaparan casa tras casa y se apropian de campo tras campo hasta que no dejan lugar para nadie más, y terminan viviendo solos en el país! \[…\]: “Muchas casas quedarán desoladas, \[…\]. Tres hectáreas de viña solo producirán un tonel…”» (5:8-10).
Mientras tanto, los líderes se aseguran de que «en sus banquetes hay vino y arpas, liras, tambores y flautas», mientras «la multitud se morirá de sed». Sus líderes llaman mal al bien y al bien mal (vv.8-22).
Pero, ¿qué autoridad tiene Isaías para hablar a la sociedad de esta manera? Dios lo llamó durante un período oscuro de la historia de Israel. Él describe la visión que tuvo alrededor de 740 a. C., en el año en que murió el rey Uzías (6:1):
- Isaías encontró a Dios
Isaías describe un sentido abrumador de la presencia de Dios «Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso» (vv.1-4). Las palabras clave son: «Vi al Señor» (v.1). La clave de su llamado no fue solamente una experiencia agradable; sino un encuentro que cambió la vida.
- Isaías fue limpiado
Isaías vio la santidad de Dios y dijo: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al Señor Todopoderoso!» (v.5). Cuanto más cerca estás de la luz, más se revela tu pecado.
Pero entonces, Dios toma la iniciativa y provee un medio de limpieza: «Mira, esto ha tocado tus labios; tu maldad ha sido borrada, y tu pecado, perdonado» (v.7).
Tu culpa es borrada y tu pecado perdonado a través de la cruz de Cristo. No necesitas andar por ahí abrumado por la culpa, sino que puedes estar lleno del sentimiento del amor de Dios por ti.
- Isaías le dijo a Dios «yo iré»
Isaías respondió al llamado de Dios. Dios le hizo la pregunta: he hecho todo esto por ti, ¿ahora vas a ir por mí? Toda tu vida está delante de ti, ¿qué vas a hacer con ella? Y dijo: «¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?» (v.8a).
Isaías respondió: «Aquí estoy. ¡Envíame a mí!» (v.8b). Vio que había una necesidad desesperada, no tuvo excusas, no se demoró. Él le respondió a Dios «yo iré» (v.8, MSG) y Dios lo usó grandemente.
Esto no era nada comparado con aquel de quien profetizó Isaías: «Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La doncella concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel» (7:14). Aquello tuvo su cumplimiento histórico con el nacimiento de Maher Salal Jasbaz (8:1). Sin embargo, el cumplimiento final de esta profecía fue en Jesucristo, quien es Emmanuel, Dios con nosotros (vv.8,10 y ver Mateo 1:23).
Oración
Señor, gracias porque me dices que mi «maldad ha sido borrada, y \[mi\] pecado, perdonado» (Isaías 6:7). Quiero responder hoy diciéndote: «Aquí estoy. ¡Envíame a mí!».
Añadidos de Pippa
2 Corintios 7:2
«Hagan lugar para nosotros en su corazón».
Es el comienzo de un nuevo año académico en algunos países como Reino Unido. Alpha comenzará pronto de nuevo también. Habrá mucha gente nueva viniendo a la iglesia. Aunque sea un poco apabullante, este hecho es un recordatorio para mí, para que abra mi corazón a cada nueva persona que conozca.
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Referencias
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Las citas bíblicas marcadas (AMPC) son tomadas de la Biblia Amplificada® edición clásica en inglés, no está traducida al español, se parafrasea.
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