Dios ama a la gente imperfecta
Introducción
Estoy lejos de ser perfecto y a veces me resulta difícil creer que Dios realmente me ame, en especial cuando fallo, echo a perder algo o tomo malas decisiones.
En realidad, nadie es perfecto aparte de Jesús. Pero Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo para morir por nosotros (Juan 3:16). Por lo tanto, Dios debe amar a las personas imperfectas. En realidad, «cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros» (Romanos 5:8).
Dios sabe que la gente perfecta no existe y que todos fracasamos. El amor de Dios por ti es más grande que tus errores; Dios ama a la gente imperfecta.
Todo el mundo sabe que su cónyuge no es perfecto, sus hijos no son perfectos, sus padres no son perfectos, pero amamos a personas imperfectas y si amamos a personas imperfectas, tal vez no debería sorprendernos que Dios ame aún más a las personas imperfectas.
Salmos 107:33-43
33 Dios convirtió los ríos en desiertos,
los manantiales en tierra seca,
34 los fértiles terrenos en tierra salitrosa,
por la maldad de sus habitantes.
35 Convirtió el desierto en fuentes de agua,
la tierra seca en manantiales;
36 hizo habitar allí a los hambrientos,
y ellos fundaron una ciudad habitable.
37 Sembraron campos, plantaron viñedos,
obtuvieron abundantes cosechas.
38 Dios los bendijo y se multiplicaron,
y no dejó que menguaran sus rebaños.
39 Pero si merman y son humillados,
es por la opresión, la maldad y la aflicción.
40 Dios desdeña a los nobles
y los hace vagar por desiertos sin senderos.
41 Pero a los necesitados los saca de su miseria,
y hace que sus familias crezcan como rebaños.
42 Los rectos lo verán y se alegrarán,
pero todos los impíos serán acallados.
43 Quien sea sabio, que considere estas cosas
y entienda bien el gran amor del Señor.
Comentario
1. Medita en cuán grande es el amor de Dios por ti
Habiendo ensayado todas las grandes cosas que Dios ha hecho por ellos, el salmista concluye: «… entienda\[n\] bien el gran amor del Señor» (v.43). En palabras de The Message, «Si eres realmente sabio, pensarás en esto, ya es hora de que aprecies el profundo amor de Dios» (v.43, MSG). Dios ha rescatado a Su pueblo muchas veces, ha respondido a sus oraciones.
El pueblo de Dios distaba mucho de ser perfecto pero el Señor responde a los fracasos del pueblo con disciplina. Aún aquí, el amor de Dios está en primer plano, ya que utiliza esa disciplina para atraerlos de nuevo a Sí mismo. Cuando ellos vuelven, las dificultades se convierten en bendiciones. Los «ríos» (v.33) reaparecen: «Convirtió el desierto en fuentes de agua, la tierra seca en manantiales; \[…\] los bendijo y se multiplicaron» (vv.35, 38).
Jesús dijo que el Espíritu Santo dentro de ti sería como aquellos «ríos de agua viva» (Juan 7:38). Oswald Chambers escribe: «El río del Espíritu de Dios supera todos los obstáculos. Nunca enfoques tus ojos en el obstáculo o la dificultad. El obstáculo será algo totalmente indiferente para el río que fluirá a través de ti continuamente si tan solo recuerdas estar enfocado en la Fuente».
Oración
Señor, medito en Tu gran amor por mí. Te ruego que con tu Espíritu Santo cambies el desierto y la sequedad de mi vida por «fuentes de agua» y «manantiales» (Salmo 107:35).
Gálatas 2:11-3:9
Pablo se opone a Pedro
11 Pues bien, cuando Pedro fue a Antioquía, le eché en cara su comportamiento condenable. 12 Antes que llegaran algunos de parte de Jacobo, Pedro solía comer con los gentiles. Pero cuando aquéllos llegaron, comenzó a retraerse y a separarse de los gentiles por temor a los partidarios de la circuncisión. 13 Entonces los demás judíos se unieron a Pedro en su hipocresía, y hasta el mismo Bernabé se dejó arrastrar por esa conducta hipócrita.
14 Cuando vi que no actuaban rectamente, como corresponde a la integridad del evangelio, le dije a Pedro delante de todos: «Si tú, que eres judío, vives como si no lo fueras, ¿por qué obligas a los gentiles a practicar el judaísmo?
15 »Nosotros somos judíos de nacimiento y no “pecadores paganos”. 16 Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la ley sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la ley; porque por éstas nadie será justificado.
17 »Ahora bien, cuando buscamos ser justificados por Cristo, se hace evidente que nosotros mismos somos pecadores. ¿Quiere esto decir que Cristo está al servicio del pecado? ¡De ninguna manera! 18 Si uno vuelve a edificar lo que antes había destruido, se hace transgresor. 19 Yo, por mi parte, mediante la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. 20 He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí. 21 No desecho la gracia de Dios. Si la justicia se obtuviera mediante la ley, Cristo habría muerto en vano.»
La fe o la observancia de la ley
3¡Gálatas torpes! ¿Quién los ha hechizado a ustedes, ante quienes Jesucristo crucificado ha sido presentado tan claramente? 2 Sólo quiero que me respondan a esto: ¿Recibieron el Espíritu por las obras que demanda la ley, o por la fe con que aceptaron el mensaje? 3 ¿Tan torpes son? Después de haber comenzado con el Espíritu, ¿pretenden ahora perfeccionarse con esfuerzos humanos? 4 ¿Tanto sufrir, para nada? ¡Si es que de veras fue para nada! 5 Al darles Dios su Espíritu y hacer milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras que demanda la ley o por la fe con que han aceptado el mensaje? 6 Así fue con Abraham: «Le creyó a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia.»
7 Por lo tanto, sepan que los descendientes de Abraham son aquellos que viven por la fe. 8 En efecto, la Escritura, habiendo previsto que Dios justificaría por la fe a las naciones, anunció de antemano el evangelio a Abraham: «Por medio de ti serán bendecidas todas las naciones.» 9 Así que los que viven por la fe son bendecidos junto con Abraham, el hombre de fe.
Comentario
2. Entiende cuán personal es el amor de Dios por ti
El apóstol Pablo, quien se describe a sí mismo como el jefe de los pecadores en la versión inglesa King James (1 Timoteo 1:15, KJV), escribe: «He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí» (2:20).
Esta es la medida de la grandeza del amor de Dios. El Hijo de Dios se entregó a sí mismo por mí... y por ti. No es solo que Dios ama al mundo entero, sino que te ama a ti y se entregó en la cruz por ti y por mí; murió por ti y si hubieras sido la única persona en el mundo, Jesús habría muerto por ti. ¡Es así de personal!
El amor de Dios por ti es incondicional, sincero y continuo. No hay nada que puedas hacer para que Dios te ame más y no hay nada que puedas hacer para que Dios te ame menos.
Cuando Pablo finalmente entendió esto, cambió radicalmente su vida. Su vieja vida había llegado a su fin. En la traducción de The Message nos dice: «He sido crucificado con Cristo. Mi ego ya no es central \[...\]. La vida que me ves viviendo no es "mía"» (v.20, MSG). Una vida nueva había comenzado, «Cristo vive en mí» (v.20). El Espíritu de Cristo había venido a vivir en él. Esta nueva vida fue una vida de «fe en el Hijo de Dios» (v.20).
En este versículo, Pablo resume el mensaje del evangelio. ¡Es tan increíble y tan simple! Añadirle algo solo le resta valor.
Por eso Pablo habló de modo vehemente al defender este evangelio. Es por eso por lo que tuvo que «confrontar cara a cara» a Pedro (v.11, MSG). El mismo Pedro sabía la verdad de este mensaje. Sin embargo, debido al «temor que sentía a la camarilla judía conservadora, había estado imponiendo el antiguo sistema de circuncisión» (v.12, MSG), comenzó a seguir y promover las antiguas leyes y costumbres judías (vv.12-13).
Haciendo eso, Pedro dio la impresión de que no era suficiente ser cristiano; estaba diciendo que la gente también debía seguir las costumbres judías (v.14).
Pero la fe en Jesucristo es todo lo que se requiere. «Sabemos muy bien que no estamos a buenas con Dios por medio de la observancia de reglas, sino solo por la fe personal en Jesucristo» (v.16, MSG).
Dios, en su gran amor, abraza sin distinción a todos los que ponen su fe en Cristo. Tú eres justificado por la fe y esto resulta en una vida totalmente cambiada. Cristo viene a vivir dentro de ti, y ya no vives tu vieja vida, sino una nueva por la fe en el Hijo de Dios.
Recibes su Espíritu (3:2); la fe y recibir al Espíritu Santo no son solo el camino para comenzar la vida cristiana, son el camino para seguir viviendo (v.3).
Claramente, los gálatas tuvieron una experiencia del Espíritu Santo, a la cual Pablo podía señalar: «¿Recibieron el Espíritu por las obras que demanda la ley, o por la fe con que aceptaron el mensaje?» (v.2). Cuando pusiste tu fe en Cristo, recibiste el Espíritu Santo. «Al darles Dios su Espíritu y hacer milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras que demanda la ley o por la fe con que han aceptado el mensaje?» (v.5).
A menudo me han hecho esta pregunta en Alpha: «¿Qué hay de aquellos que vivieron antes de Jesús? ¿Qué pasa con ellos?». Este pasaje nos da la respuesta.
La cruz de Jesús opera a lo largo de toda la eternidad. Funciona tanto antes como después de su tiempo. Fue eficaz para Abraham: «Le creyó a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia» (v.6). «La Escritura, habiendo previsto que Dios justificaría por la fe a las naciones, anunció de antemano el evangelio a Abraham» (v.8). La cruz fue el acontecimiento determinante en la historia del mundo al que apuntaba la ley y el sistema sacrificial.
Oración
Señor Jesús, gracias porque me amaste y te entregaste por mí. Ayúdame a confiar hoy en tu gran amor en todos los desafíos que enfrento.
Isaías 38:1-40:31
Enfermedad de Ezequías
38Por aquellos días Ezequías se enfermó gravemente y estuvo a punto de morir. El profeta Isaías hijo de Amoz fue a verlo y le dijo: «Así dice el Señor: “Pon tu casa en orden, porque vas a morir; no te recuperarás.” »
2 Ezequías volvió el rostro hacia la pared y le rogó al Señor: 3 «Recuerda, Señor, que yo me he conducido delante de ti con lealtad y con un corazón íntegro, y que he hecho lo que te agrada.» Y Ezequías lloró amargamente.
4 Entonces la palabra del Señor vino a Isaías: 5 «Ve y dile a Ezequías que así dice el Señor, Dios de su antepasado David: “He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas; voy a darte quince años más de vida. 6 Y a ti y a esta ciudad los libraré de caer en manos del rey de Asiria. Yo defenderé esta ciudad. 7 Y ésta es la señal que te daré para confirmar lo que te he prometido: 8 Haré que en la escala de Acaz la sombra del sol retroceda las diez gradas que ya ha bajado.” » ¡Y la luz del sol retrocedió las diez gradas que ya había bajado!
Escrito de Ezequías
9 Después de su enfermedad y recuperación Ezequías, rey de Judá, escribió:
10 «Yo decía: “¿Debo, en la plenitud de mi vida,
pasar por las puertas del sepulcro
y ser privado del resto de mis días?”
11 Yo decía: “Ya no veré más al
en esta tierra de los vivientes;
ya no contemplaré más a los seres humanos,
a los que habitan este mundo.”
12 Me quitaron mi casa, me la arrebataron,
como si fuera la carpa de un pastor.
Como un tejedor, enrollé mi vida,
y él me la arrancó del telar.
¡De la noche a la mañana acabó conmigo!
13 Pacientemente esperé hasta la aurora,
pero él, como león, me quebró todos los huesos.
¡De la noche a la mañana acabó conmigo!
14 Chillé como golondrina, como grulla;
¡me quejé como paloma!
Mis ojos se cansaron de mirar al cielo.
¡Angustiado estoy, Señor!
¡Acude en mi ayuda!
15 »Pero ¿qué puedo decir?
Él mismo me lo anunció, y así lo ha hecho.
La amargura de mi alma
me ha quitado el sueño.
16 Señor, por tales cosas viven los hombres,
y también mi espíritu encuentra vida en ellas.
Tú me devolviste la salud
y me diste vida.
17 Sin duda, fue para mi bien
pasar por tal angustia.
Con tu amor me guardaste
de la fosa destructora,
y le diste la espalda a mis pecados.
18 El sepulcro nada te agradece;
la muerte no te alaba.
Los que descienden a la fosa
nada esperan de tu fidelidad.
19 Los que viven, y sólo los que viven,
son los que te alaban,
como hoy te alabo yo.
Todo padre hablará a sus hijos
acerca de tu fidelidad.
20 »El Señor me salvará,
y en el templo del
todos los días de nuestra vida
cantaremos con instrumentos de cuerda.»
21 Isaías había dicho: «Preparen una pasta de higos, aplíquensela en la llaga, y él se recuperará.»
22 Y Ezequías había preguntado: «¿Qué señal recibiré de que se me permitirá subir al templo del Señor?»
Mensajeros de Babilonia
39En aquel tiempo Merodac Baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, le envió cartas y un regalo a Ezequías, porque supo que había estado enfermo y que se había recuperado. 2 Ezequías se alegró al recibir esto, y les mostró a los mensajeros todos sus tesoros: la plata, el oro, las especias, el aceite fino, todo su arsenal y todo lo que había en ellos. No hubo nada en su palacio ni en todo su reino que Ezequías no les mostrara.
3 Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías y le preguntó:
—¿Qué querían esos hombres? ¿De dónde vinieron?
—De un país lejano —respondió Ezequías—. Vinieron a verme desde Babilonia.
4 —¿Y qué vieron en tu palacio? —preguntó el profeta.
—Vieron todo lo que hay en él —contestó Ezequías—. No hay nada en mis tesoros que yo no les haya mostrado.
5 Entonces Isaías le dijo:
—Oye la palabra del SeñorTodopoderoso: 6 “Sin duda vendrán días en que todo lo que hay en tu palacio, y todo lo que tus antepasados atesoraron hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará nada —dice el Señor —. 7 Y algunos de tus hijos y de tus descendientes serán llevados para servir como eunucos en el palacio del rey de Babilonia.”
8 —El mensaje del Señor que tú me has traído es bueno —respondió Ezequías.
Y es que pensaba: «Al menos mientras yo viva, habrá paz y seguridad.»
Consuelo para el pueblo de Dios
40¡Consuelen, consuelen a mi pueblo!
—dice su Dios—.
2 Hablen con cariño a Jerusalén,
y anúncienle
que ya ha cumplido su tiempo de servicio,
que ya ha pagado por su iniquidad,
que ya ha recibido de la mano del
el doble por todos sus pecados.
3 Una voz proclama:
«Preparen en el desierto
un camino para el Señor;
enderecen en la estepa
un sendero para nuestro Dios.
4 Que se levanten todos los valles,
y se allanen todos los montes y colinas;
que el terreno escabroso se nivele
y se alisen las quebradas.
5 Entonces se revelará la gloria del Señor,
y la verá toda la humanidad.
El Señor mismo lo ha dicho.»
6 Una voz dice: «Proclama.»
«¿Y qué voy a proclamar?», respondo yo.
«Que todo mortal es como la hierba,
y toda su gloria como la flor del campo.
7 La hierba se seca y la flor se marchita,
porque el aliento del Señor sopla sobre ellas.
Sin duda, el pueblo es hierba.
8 La hierba se seca y la flor se marchita,
pero la palabra de nuestro Dios
permanece para siempre.»
9 Sión, portadora de buenas noticias,
¡súbete a una alta montaña!
Jerusalén, portadora de buenas noticias,
¡alza con fuerza tu voz!
Álzala, no temas;
di a las ciudades de Judá:
«¡Aquí está su Dios!»
10 Miren, el Señor omnipotente llega con poder,
y con su brazo gobierna.
Su galardón lo acompaña;
su recompensa lo precede.
11 Como un pastor que cuida su rebaño,
recoge los corderos en sus brazos;
los lleva junto a su pecho,
y guía con cuidado a las recién paridas.
12 ¿Quién ha medido las aguas con la palma de su mano,
y abarcado entre sus dedos la extensión de los cielos?
¿Quién metió en una medida el polvo de la tierra?
¿Quién pesó en una balanza las montañas y los cerros?
13 ¿Quién puede medir el alcance del espíritu del Señor,
o quién puede servirle de consejero?
14 ¿A quién consultó el Señor para ilustrarse,
y quién le enseñó el camino de la justicia?
¿Quién le impartió conocimiento
o le hizo conocer la senda de la inteligencia?
15 A los ojos de Dios, las naciones son
como una gota de agua en un balde,
como una brizna de polvo en una balanza.
El Señor pesa las islas
como si fueran polvo fino.
16 El Líbano no alcanza para el fuego de su altar,
ni todos sus animales para los holocaustos.
17 Todas las naciones no son nada en su presencia;
no tienen para él valor alguno.
18 ¿Con quién compararán a Dios?
¿Con qué imagen lo representarán?
19 Al ídolo un escultor lo funde;
un joyero lo enchapa en oro
y le labra cadenas de plata.
20 El que es muy pobre para ofrendar
escoge madera que no se pudra,
y busca un hábil artesano
para erigir un ídolo que no se caiga.
21 ¿Acaso no lo sabían ustedes?
¿No se habían enterado?
¿No se les dijo desde el principio?
¿No lo entendieron desde la fundación del mundo?
22 Él reina sobre la bóveda de la tierra,
cuyos habitantes son como langostas.
Él extiende los cielos como un toldo,
y los despliega como carpa para ser habitada.
23 Él anula a los poderosos,
y a nada reduce a los gobernantes de este mundo.
24 Escasamente han sido plantados,
apenas han sido sembrados,
apenas echan raíces en la tierra,
cuando él sopla sobre ellos y se marchitan;
¡y el huracán los arrasa como paja!
25 «¿Con quién, entonces, me compararán ustedes?
¿Quién es igual a mí?», dice el Santo.
26 Alcen los ojos y miren a los cielos:
¿Quién ha creado todo esto?
El que ordena la multitud de estrellas una por una,
y llama a cada una por su nombre.
¡Es tan grande su poder, y tan poderosa su fuerza,
que no falta ninguna de ellas!
27 ¿Por qué murmuras, Jacob?
¿Por qué refunfuñas, Israel:
«Mi camino está escondido del Señor;
mi Dios ignora mi derecho»?
28 ¿Acaso no lo sabes?
¿Acaso no te has enterado?
El Señor es el Dios eterno,
creador de los confines de la tierra.
No se cansa ni se fatiga,
y su inteligencia es insondable.
29 Él fortalece al cansado
y acrecienta las fuerzas del débil.
30 Aun los jóvenes se cansan, se fatigan,
y los muchachos tropiezan y caen;
31 pero los que confían en el
renovarán sus fuerzas;
volarán como las águilas:
correrán y no se fatigarán,
caminarán y no se cansarán.
Comentario
3. Conoce cuán duradero es el amor de Dios por ti
El amor de Dios por ti es eterno, no te dejará ir. «Con tu amor me guardaste de la fosa destructora, y le diste la espalda a mis pecados» (38:17), escribió Ezequías. Dios escuchó su oración, vio sus lágrimas y añadió quince años a su vida librándolo de la mano del rey de Asiria (vv.5-6).
La segunda parte de Isaías comienza con las palabras que Juan el Bautista cita más adelante (40:3). El mensaje de Isaías 40-55 es el siguiente: «El exilio habrá terminado pronto». Cuando Jesús vino, estaba proclamando el verdadero fin del exilio. En estos capítulos, podemos degustarlo anticipadamente cuando Isaías proclama el fin del exilio físico que Israel experimentó en el siglo VI a.C.
Isaías previó un nuevo sentido de la presencia de Dios (40:3-5), una nueva confianza en la palabra de Dios (vv.6-8) y una nueva visión de Dios (v.9 en adelante).
Vio el gran amor de Dios, y escribió: «Como un pastor que cuida su rebaño, recoge los corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho, y guía con cuidado a las recién paridas» (v.11, véase también Juan 10).
Nadie se puede comparar con Dios en términos de grandeza. Él es el Creador del universo (Isaías 40:12-14). En comparación con Dios, «las naciones son como una gota de agua en un balde» (v.15). Es absurdo comparar a Dios con un ídolo que está hecho por un artesano (v.18-20).
Comparados con Dios, las personas de este mundo —incluso los grandes líderes— son «como saltamontes» (v.22, NTV). Él es el Creador de todo el universo, incluyendo millones y billones de estrellas (v.26). Este es el Dios que te ama personalmente y te lleva cerca de su corazón. Dios no viene y se va, Él permanece.
Dios es también un Dios que comparte el poder. «Fortalece al cansado \[…\] los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas» (vv.29-31). Espera silenciosamente en Dios, estudia Su palabra, ora, adora y medita en Su amor por ti. Él te restaurará, te reforzará y te capacitará para enfrentarte a todo lo que necesites.
Oración
Señor, te adoro. Tú eres el Creador de este gran universo. Eres todopoderoso y aún así, me amas, me tomas en Tus brazos y me sostienes cerca de Tu corazón. Te pido que renueves mi fuerza mientras espero en Ti. Gracias por la grandeza de Tu amor por mí y porque Tu amor nunca me dejará ir.
Añadidos de Pippa
Isaías 40:28
«El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra».
El mismo Dios que creó todo este universo se preocupa por nosotros: «… recoge los corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho» (v.11). Nuestro magnífico y todopoderoso Dios es también un Dios tierno y delicado.
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Referencias
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Las citas bíblicas marcadas (KJV) son tomadas de King James Version® en inglés, no está traducida al español, se parafrasea.
Ben Cantelon, 'Love Came Down', Everything in Colour, (Kingsway Music, 2012).
Oswald Chambers, My Utmost for His Highest, ‘March 19’, (Discovery Books, 1992) Se parafrasea.
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.
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