Cómo lidiar con los conflictos
Introducción
«La Biblia nos dice que amemos a nuestro prójimo, y también que amemos a nuestros enemigos; posiblemente porque generalmente son las mismas personas», escribió G. K. Chesterton.
El conflicto es ineludible, incluso es imposible evitarlo para aquellos de nosotros que huimos de la confrontación. A medida que transitamos por la vida, inevitablemente nos encontraremos con personas con las que entraremos en conflicto. Además, para un cristiano, existe un conflicto interno entre los deseos de nuestra naturaleza pecaminosa y el Espíritu Santo.
También podemos experimentar conflicto cuando defendemos la verdad dentro de la iglesia, o cuando nos relacionamos con la cultura predominante. Incluso en el Reino Unido, un país que tradicionalmente ha sido visto como «cristiano», la cultura es cada vez más hostil hacia la fe cristiana.
Salmos 109:1-20
Salmo 109
Al director musical. Salmo de David.
1 Oh Dios, alabanza mía,
no guardes silencio.
2 Pues gente impía y mentirosa
ha declarado en mi contra,
y con lengua engañosa me difaman;
3 con expresiones de odio me acosan,
y sin razón alguna me atacan.
4 Mi amor me lo pagan con calumnias,
mientras yo me encomiendo a Dios.
5 Mi bondad la pagan con maldad;
en vez de amarme, me aborrecen.
6 Pon en su contra a un malvado;
que a su derecha esté su acusador.
7 Que resulte culpable al ser juzgado,
y que sus propias oraciones lo condenen.
8 Que se acorten sus días,
y que otro se haga cargo de su oficio.
9 Que se queden huérfanos sus hijos;
que se quede viuda su esposa.
10 Que anden sus hijos vagando y mendigando;
que anden rebuscando entre las ruinas.
11 Que sus acreedores se apoderen de sus bienes;
que gente extraña saquee sus posesiones.
12 Que nadie le extienda su bondad;
que nadie se compadezca de sus huérfanos.
13 Que sea exterminada su descendencia;
que desaparezca su nombre en la próxima generación.
14 Que recuerde el Señor la iniquidad de su padre,
y no se olvide del pecado de su madre.
15 Que no les quite el Señor la vista de encima,
y que borre de la tierra su memoria.
16 Por cuanto se olvidó de hacer el bien,
y persiguió hasta la muerte
a pobres, afligidos y menesterosos,
17 y porque le encantaba maldecir,
¡que caiga sobre él la maldición!
Por cuanto no se complacía en bendecir,
¡que se aleje de él la bendición!
18 Por cuanto se cubrió de maldición
como quien se pone un vestido,
¡que ésta se filtre en su cuerpo como el agua!,
¡que penetre en sus huesos como el aceite!
19 ¡Que lo envuelva como un manto!
¡Que lo apriete en todo tiempo como un cinto!
20 ¡Que así les pague el Señor a mis acusadores,
a los que me calumnian!
Comentario
1. Conflicto con quienes nos odian y atacan
David clama a Dios «a quien alabo» (v.1, NTV). Está en conflicto con las personas malvadas y engañosas que han abierto sus bocas contra él (v.2) «con lengua engañosa» (v.2) y «con expresiones de odio» (v.3): «Mi bondad la pagan con maldad; en vez de amarme, me aborrecen» (v.5).
Cuando aquellos que amamos y consideramos amigos nos atacan, es algo profundamente angustioso. Sus acusaciones y palabras de odio causan un dolor profundo.
La respuesta de David en este salmo es llevar su dolor y luchas ante Dios. En medio de todo esto, declara: «… yo me encomiendo a Dios» (v.4), y derrama su corazón a Dios. En términos inequívocos clama a Dios pidiéndole que no permanezca en silencio y les pague su merecido.
Parte de lo que dice puede resultar duro de leer y refleja lo difícil que es perdonar sin la ayuda de Dios. Está en desacuerdo con el llamado de Jesús a amar «a sus enemigos y or\[ar\] por quienes los persiguen» (Mateo 5:44). Si eres injustamente atacado, sigue el ejemplo de oración y honestidad ante Dios de David. Al mismo tiempo, pídele a Dios que te ayude a superar la amargura y el odio.
Oración
Señor, ayúdame cuando entro en conflicto a no reaccionar en la carne, sino a responder en el Espíritu.
Gálatas 5:7-26
7 Ustedes estaban corriendo bien. ¿Quién los estorbó para que dejaran de obedecer a la verdad? 8 Tal instigación no puede venir de Dios, que es quien los ha llamado.
9 «Un poco de levadura fermenta toda la masa.» 10 Yo por mi parte confío en el Señor que ustedes no pensarán de otra manera. El que los está perturbando será castigado, sea quien sea. 11 Hermanos, si es verdad que yo todavía predico la circuncisión, ¿por qué se me sigue persiguiendo? Si tal fuera mi predicación, la cruz no ofendería tanto. 12 ¡Ojalá que esos instigadores acabaran por mutilarse del todo!
13 Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor. 14 En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo.» 15 Pero si siguen mordiéndose y devorándose, tengan cuidado, no sea que acaben por destruirse unos a otros.
La vida por el Espíritu
16 Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa. 17 Porque ésta desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu desea lo que es contrario a ella. Los dos se oponen entre sí, de modo que ustedes no pueden hacer lo que quieren. 18 Pero si los guía el Espíritu, no están bajo la ley.
19 Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; 20 idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos 21 y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
22 En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, 23 humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. 24 Los que son de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos. 25 Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu. 26 No dejemos que la vanidad nos lleve a irritarnos y a envidiarnos unos a otros.
Comentario
2. Conflicto con la herejía y en nuestros corazones
El conflicto y la confrontación nunca son fáciles, pero son una parte necesaria del liderazgo audaz. Pablo se encuentra en conflicto con los instigadores (v.12). Él es un apasionado de la verdad, y usa palabras muy fuertes con ellos porque están llevando a la iglesia por mal camino.
En efecto, señala que si están tan interesados en cortar esa parte de la anatomía de un hombre a través de la circuncisión, pueden hacer el trabajo completo y castrarse del todo. ¡Es un lenguaje bastante sorprendente de hallar en el Nuevo Testamento! Pero la verdad tiene importancia, y Pablo está preparado para enfrentarse al conflicto con el fin de defenderla.
Pablo entonces pasa al conflicto entre la naturaleza pecaminosa y el Espíritu Santo. Escribe que el Espíritu Santo y la naturaleza pecaminosa «se oponen entre sí» (v.17).
El punto central del argumento de Pablo ha sido subrayar la libertad. Sin embargo, la liberación del pecado no significa que somos libres para pecar.
Pablo contrasta dos formas de esclavitud: el legalismo (esclavitud de la ley) y el tener licencia (la esclavitud consigo mismo). Eres liberado de ambas. Evita tanto el legalismo como el tener licencia: «… no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor» (vv.13-14).
Esta es la verdadera libertad, no la ausencia de la moral, sino la libertad de servir a los demás en el amor: amar a tu prójimo como a ti mismo (v.14). Si continuamos respondiendo al conflicto como lo hace el mundo, «mordiéndose y devorándose», nos destruiremos unos a otros (v.15).
Pablo enumera cuatro ejemplos de reinos en los que opera este conflicto; en palabras de The Message:
- El pecado sexual: «Sexo repetitivo, sin amor, barato; una apestosa acumulación de basura mental y emocional; apuesta por una felicidad frenética y sin alegría» (v.19, MSG)
- El pecado religioso: «Dioses de amuleto; religión como espectáculo de magia; soledad paranoica» (v.20a, MSG)
- El pecado social: «Competencia feroz; todo se consume pero las necesidades no son satisfechas; temperamento brutal; impotencia para amar o ser amado; hogares y vidas divididas; mentes pequeñas y persecuciones sesgadas; el hábito vicioso de despersonalizar a todos en un rival» (v.20b, MSG)
- El Pecado del exceso: «Adicciones incontroladas e incontrolables; parodias desagradables de la comunidad» (v.21, MSG)
No debemos satisfacer estos deseos. Más bien, vivir y ser «guiados por el Espíritu» (v.18, RVA-2015). Si eliges vivir por el Espíritu, no seguirás los deseos de la carne que nos tientan continuamente. En su lugar, producirás el fruto del Espíritu: «Amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio» (vv.22-23). Aquellas son las características que vemos en Jesús.
Pablo continúa diciendo: «Los que son de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos» (v.24). La tentación es siempre volver atrás. Pero «si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu» (v.25). En la medida de lo posible, evita el conflicto personal: «No dejemos que la vanidad nos lleve a irritarnos y a envidiarnos unos a otros» (v.26).
Ahora que el Espíritu Santo vive en ti, inclúyelo en todas tus decisiones y sigue Sus indicaciones. Si estás pensando, diciendo o haciendo algo que te hace sentir incómodo en tu interior, aquello puede ser un llamado del Espíritu Santo para que te detengas. Por otro lado, cuando tomas una decisión y sientes una profunda sensación de paz, reconoce que aquello viene de seguir la guía del Espíritu Santo.
Oración
Señor, ayúdame a lidiar sabiamente con el conflicto, a seguir la guía del Espíritu Santo y a producir amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio en mi vida.
Isaías 47:1-49:7
La caída de Babilonia
47»Desciende, siéntate en el polvo,
hija virginal de Babilonia;
siéntate en el suelo, hija de los caldeos,
pues ya no hay trono.
Nunca más se te llamará
tierna y delicada.
2 Toma piedras de molino, y muele la harina;
quítate el velo.
Levántate las faldas, desnúdate las piernas,
y cruza los ríos.
3 Tu desnudez quedará al descubierto;
quedará expuesta tu vergüenza.
Voy a tomar venganza,
y a nadie perdonaré.»
4 Nuestro Redentor es el Santo de Israel;
su nombre es el SeñorTodopoderoso.
5 «Siéntate en silencio, hija de los caldeos;
entra en las tinieblas.
Porque nunca más se te llamará
“soberana de los reinos”.
6 Yo estaba enojado con mi pueblo;
por eso profané mi heredad.
Los entregué en tu mano,
y no les tuviste compasión.
Pusiste sobre los ancianos
un yugo muy pesado.
7 Dijiste: “¡Por siempre seré la soberana!”
Pero no consideraste esto,
ni reflexionaste sobre su final.
8 »Ahora escucha esto, voluptuosa;
tú, que moras confiada y te dices a ti misma:
“Yo soy, y no hay otra fuera de mí.
Nunca enviudaré ni me quedaré sin hijos.”
9 De repente, en un solo día,
ambas cosas te sorprenderán:
la pérdida de tus hijos y la viudez
te abrumarán por completo,
a pesar de tus muchas hechicerías
y de tus poderosos encantamientos.
10 Tú has confiado en tu maldad,
y has dicho: “Nadie me ve.”
Tu sabiduría y tu conocimiento te engañan
cuando a ti misma te dices:
“Yo soy, y no hay otra fuera de mí.”
11 Pero vendrá sobre ti una desgracia
que no sabrás conjurar;
caerá sobre ti una calamidad
que no podrás evitar.
¡Una catástrofe que ni te imaginas
vendrá de repente sobre ti!
12 »Persiste, entonces, con tus encantamientos
y con tus muchas hechicerías,
en las que te has ejercitado desde la niñez.
Tal vez tengas éxito,
tal vez puedas provocar terror.
13 ¡Los muchos consejos te han fatigado!
Que se presenten tus astrólogos,
los que observan las estrellas,
los que hacen predicciones mes a mes,
¡que te salven de lo que viene sobre ti!
14 ¡Míralos! Son como la paja,
y el fuego los consumirá.
Ni a sí mismos pueden salvarse
del poder de las llamas.
Aquí no hay brasas para calentarse,
ni fuego para sentarse ante él.
15 Eso son para ti los hechiceros
con quienes te has ejercitado,
y con los que has negociado desde tu juventud.
Cada uno sigue en su error;
no habrá quien pueda salvarte.
El Israel obstinado
48»Escuchen esto ustedes, los de la familia de Jacob,
descendientes de Judá,
que llevan el nombre de Israel;
que juran en el nombre del Señor,
e invocan al Dios de Israel,
pero no con sinceridad ni justicia.
2 Ustedes que se llaman ciudadanos de la ciudad santa
y confían en el Dios de Israel,
cuyo nombre es el SeñorTodopoderoso:
3 Desde hace mucho tiempo
anuncié las cosas pasadas.
Yo las profeticé;
yo mismo las di a conocer.
Actué de repente,
y se hicieron realidad.
4 Porque yo sabía que eres muy obstinado;
que tu cuello es un tendón de hierro,
y que tu frente es de bronce.
5 Por eso te declaré esas cosas desde hace tiempo;
te las di a conocer antes que sucedieran,
para que no dijeras:
“¡Fue mi ídolo quien las hizo!
¡Mi imagen tallada o fundida las dispuso!”
6 De todo esto has tenido noticia,
¿y no vas a proclamarlo?
»Desde ahora te haré conocer cosas nuevas;
cosas que te son ocultas y desconocidas.
7 Son cosas creadas ahora, y no hace tiempo;
hasta hoy no habías oído hablar de ellas,
para que no dijeras:
“¡Sí, ya las sabía!”
8 Nunca habías oído ni entendido;
nunca antes se te había abierto el oído.
Yo sé bien que eres muy traicionero,
y que desde tu nacimiento te llaman rebelde.
9 Por amor a mi nombre contengo mi ira;
por causa de mi alabanza me refreno,
para no aniquilarte.
10 ¡Mira! Te he refinado pero no como a la plata;
te he probado en el horno de la aflicción.
11 Y lo he hecho por mí, por mí mismo.
¿Cómo puedo permitir que se me profane?
¡No cederé mi gloria a ningún otro!
Liberación de Israel
12 »Escúchame, Jacob,
Israel, a quien he llamado:
Yo soy Dios;
yo soy el primero, y yo soy el último.
13 Con la mano izquierda afirmé la tierra,
y con la derecha desplegué los cielos.
Yo pronuncié su nombre,
y todos ellos aparecieron.
14 »Reúnanse, todos ustedes, y escuchen:
¿Quién de ellos ha profetizado estas cosas?
El amado del
ejecutará su propósito contra Babilonia;
su brazo estará contra los caldeos.
15 Sólo yo he hablado;
sólo yo lo he llamado.
Lo haré venir,
y triunfará en su misión.
16 »Acérquense a mí, escuchen esto:
»Desde el principio, jamás hablé en secreto;
cuando las cosas suceden, allí estoy yo.»
Y ahora el Señor omnipotente
me ha enviado con su Espíritu.
17 Así dice el Señor,
tu Redentor, el Santo de Israel:
«Yo soy el Señor tu Dios,
que te enseña lo que te conviene,
que te guía por el camino en que debes andar.
18 Si hubieras prestado atención a mis mandamientos,
tu paz habría sido como un río;
tu justicia, como las olas del mar.
19 Como la arena serían tus descendientes;
como los granos de arena, tus hijos;
su nombre nunca habría sido eliminado
ni borrado de mi presencia.»
20 ¡Salgan de Babilonia!
¡Huyan de los caldeos!
Anuncien esto con gritos de alegría
y háganlo saber.
Publíquenlo hasta en los confines de la tierra;
digan: «El Señor ha redimido a su siervo Jacob.»
21 Cuando los guió a través de los desiertos,
no tuvieron sed;
hizo que de la roca brotara agua para ellos;
partió la roca, y manaron las aguas.
22 «No hay paz para el malvado»,
dice el Señor.
El Siervo del
49Escúchenme, costas lejanas,
oigan esto, naciones distantes:
El Señor me llamó antes de que yo naciera,
en el vientre de mi madre pronunció mi nombre.
2 Hizo de mi boca una espada afilada,
y me escondió en la sombra de su mano;
me convirtió en una flecha pulida,
y me escondió en su aljaba.
3 Me dijo: «Israel, tú eres mi siervo;
en ti seré glorificado.»
4 Y respondí: «En vano he trabajado;
he gastado mis fuerzas sin provecho alguno.
Pero mi justicia está en manos del Señor;
mi recompensa está con mi Dios.»
5 Y ahora dice el Señor,
que desde el seno materno me formó
para que fuera yo su siervo,
para hacer que Jacob se vuelva a él,
que Israel se reúna a su alrededor;
porque a los ojos del Señor soy digno de honra,
y mi Dios ha sido mi fortaleza:
6 «No es gran cosa que seas mi siervo,
ni que restaures a las tribus de Jacob,
ni que hagas volver a los de Israel,
a quienes he preservado.
Yo te pongo ahora como luz para las naciones,
a fin de que lleves mi salvación
hasta los confines de la tierra.»
7 Así dice el Señor,
el Redentor y Santo de Israel,
al despreciado y aborrecido por las naciones,
al siervo de los gobernantes:
«Los reyes te verán y se pondrán de pie,
los príncipes te verán y se inclinarán,
por causa del Señor, el Santo de Israel,
que es fiel y te ha escogido.»
Comentario
3. Conflicto con la cultura
Como muchos hoy en día, el pueblo de Dios se encontraba a menudo en una cultura con normas muy diferentes a las suyas. No estás llamado a abandonar la cultura, sino que estás llamado a ser distinto. Vive una vida contracultural y tendrás un poderoso impacto para bien en la cultura.
El pueblo de Dios se encontraba en una sociedad cruel (Babilonia) que «no les tu\[vo\] compasión» (47:6). Una cultura muy orgullosa (v.8-8) que se entregó a la magia, la astrología y los horóscopos: «muchas hechicerías y \[...\] poderosos encantamientos» (vv.9b, 12-13).
Es muy difícil vivir una vida totalmente contracultural. En el capítulo 48, el profeta cambia su fuego de Babilonia a Israel señalando que si hubieran prestado atención al Señor y a Sus mandamientos, «tu paz habría sido como un río; tu justicia, como las olas del mar» (48:18).
A pesar de todos los fracasos y problemas de Israel, Dios no abandonó Sus planes y propósitos para Israel: «Tú eres mi siervo; en ti seré glorificado» (49:3). Leemos acerca de otro «siervo del Señor» (ver BEUA, día 260), esta vez un persona, «para hacer que Jacob se vuelva a él, que Israel se reúna a su alrededor» (v.5). Los propósitos originales de Dios para Su siervo Israel serían revelados y cumplidos en él. Todo aquello apunta a Jesús; era un israelita enviado a Israel, que estaba totalmente identificado con su nación, pero fue distinto de ella.
La primera tarea del siervo es declarar la verdad. Su boca es «una espada afilada» (v.2). Dios le habló a una nación y les pidió que se lo contaran al resto. La segunda tarea del siervo es hacer visible a Dios: «… en ti seré glorificado» (v.3). La tercera tarea es ser una bendición para el mundo: «Yo te pongo ahora como luz para las naciones, a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra» (v.6).
Después, Isaías nos deja vislumbrar un destello de cómo el siervo lo logrará realizar. En anticipación de lo que se dirá en Isaías 53, habla de aquel «despreciado y aborrecido por las naciones» (49:7). El siervo glorifica a Dios (v.3) y ahora Dios glorifica al siervo: «Los reyes te verán y se pondrán de pie, los príncipes te verán y se inclinarán, por causa del Señor, el Santo de Israel, que es fiel y te ha escogido» (v.7).
Aquello se cumplió cuando los sabios del Oriente vinieron a adorar a Jesús (Mateo 2:1-12). Se ha cumplido una y otra vez durante los últimos 2 000 años cuando reyes, emperadores, presidentes y primeros ministros han inclinado sus rodillas ante Jesús.
Israel no tuvo éxito, pero Jesús sí. Ahora, es nuestra tarea ser el siervo del Señor. Pablo y Bernabé citaron este versículo: «Así nos lo ha mandado el Señor: “Te he puesto por luz para las naciones, a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra”» (Hechos 13:47, Isaías 49:6).
Oración
Señor, ayúdame a vincularme de la manera correcta con la cultura que me rodea. Ayúdame a tener una boca como una espada afilada para proclamar con amor la verdad. Ayúdame a mostrar Tu esplendor y a ser luz para aquellos que están a mi alrededor, «a fin de que \[lleve Tu\] salvación hasta los confines de la tierra».
Añadidos de Pippa
Gálatas 5:22–23
«En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio».
¿Qué tal estamos con estos?
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Referencias
Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida a español, se parafrasea.
G. K. Chesterton, Illustrated London News, 16 July 1910
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.
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