Palabras que cambian vidas
Introducción
Earl tenía muchísimo dinero y no necesitaba trabajar, así que se dedicó a consumir todo tipo de drogas, incluyendo la heroína y acabó en el hospital a la edad de treinta años.
Una vez, alguien que fue a visitarlo al hospital y le dio un Nuevo Testamento, y a Earl le encantó, pues el papel era tan fino que era ideal para hacer cigarrillos de marihuana. Se fumó a Mateo, Marcos y Lucas. Cuando llegó al evangelio de Juan empezó a leer. Como resultado de leer las palabras del Evangelio de Juan, encontró a Jesús. Estaba lleno de alegría.
La psicóloga encargada de su caso era una joven muy hermosa que había sido modelo. Un día, le dijo a Earl: «Mira, lo tengo todo (éxito, belleza y una gran lista de títulos), pero no me siento llena. Tu vida es un desastre y aun así, parece como si tuvieras algo, una paz y una alegría. ¿Qué es lo que tienes?»
Entonces, él la llevó a la fe en Jesucristo. Más Adelante, se casaron. Earl y su esposa Thommy fueron grandes amigos nuestros en la facultad de Teología de Oxford. Su vida había sido cambiada radicalmente por las palabras de Dios en la Biblia.
Salmos 119:1-8
Salmo 119
1 Dichosos los que van por caminos perfectos,
los que andan conforme a la ley del Señor.
2 Dichosos los que guardan sus estatutos
y de todo corazón lo buscan.
3 Jamás hacen nada malo,
sino que siguen los caminos de Dios.
4 Tú has establecido tus preceptos,
para que se cumplan fielmente.
5 ¡Cuánto deseo afirmar mis caminos
para cumplir tus decretos!
6 No tendré que pasar vergüenzas
cuando considere todos tus mandamientos.
7 Te alabaré con integridad de corazón,
cuando aprenda tus justos juicios.
8 Tus decretos cumpliré;
no me abandones del todo.
Comentario
1. Palabras de bendición
Si quieres tener una «vida bendecida», en la que no te arrepientas de nada, entonces necesitas las palabras de Dios. Este salmo —el más largo de todos— trata sobre las bendiciones de alinear tu conducta y conversación con las obras de Dios.
«Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del Señor. Dichosos los que guardan sus estatutos y de todo corazón lo buscan» (vv.1–2).
Dios te ama y quiere bendecirte. Descubre las bendiciones de una vida en relación con Dios por medio de las palabras de Dios en las Escrituras. Búscalo con todo tu corazón (v.2), camina por Sus sendas (v.3), aprende Sus palabras (v.7) y nunca pasarás vergüenza (v.6).
Oración
Señor, gracias porque Tus palabras traen tanta bendición a mi vida. Ayúdame a leerlas, subrayarlas, «aprenderlas» y digerirlas interiormente.
1 Tesalonicenses 1:1-2:16
1Pablo, Silvano y Timoteo,
a la iglesia de los tesalonicenses que está en Dios el Padre y en el Señor Jesucristo:
Gracia y paz a ustedes.
Acción de gracias por los tesalonicenses
2 Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes cuando los mencionamos en nuestras oraciones. 3 Los recordamos constantemente delante de nuestro Dios y Padre a causa de la obra realizada por su fe, el trabajo motivado por su amor, y la constancia sostenida por su esperanza en nuestro Señor Jesucristo.
4 Hermanos amados de Dios, sabemos que él los ha escogido, 5 porque nuestro evangelio les llegó no sólo con palabras sino también con poder, es decir, con el Espíritu Santo y con profunda convicción. Como bien saben, estuvimos entre ustedes buscando su bien. 6 Ustedes se hicieron imitadores nuestros y del Señor cuando, a pesar de mucho sufrimiento, recibieron el mensaje con la alegría que infunde el Espíritu Santo. 7 De esta manera se constituyeron en ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. 8 Partiendo de ustedes, el mensaje del Señor se ha proclamado no sólo en Macedonia y en Acaya sino en todo lugar; a tal punto se ha divulgado su fe en Dios que ya no es necesario que nosotros digamos nada. 9 Ellos mismos cuentan de lo bien que ustedes nos recibieron, y de cómo se convirtieron a Dios dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero, 10 y esperar del cielo a Jesús, su Hijo a quien resucitó, que nos libra del castigo venidero.
Ministerio de Pablo en Tesalónica
2Hermanos, bien saben que nuestra visita a ustedes no fue un fracaso. 2 Y saben también que, a pesar de las aflicciones e insultos que antes sufrimos en Filipos, cobramos confianza en nuestro Dios y nos atrevimos a comunicarles el evangelio en medio de una gran lucha. 3 Nuestra predicación no se origina en el error ni en malas intenciones, ni procura engañar a nadie. 4 Al contrario, hablamos como hombres a quienes Dios aprobó y les confió el evangelio: no tratamos de agradar a la gente sino a Dios, que examina nuestro corazón. 5 Como saben, nunca hemos recurrido a las adulaciones ni a las excusas para obtener dinero; Dios es testigo. 6 Tampoco hemos buscado honores de nadie; ni de ustedes ni de otros. 7 Aunque como apóstoles de Cristo hubiéramos podido ser exigentes con ustedes, los tratamos con delicadeza. Como una madre que amamanta y cuida a sus hijos, 8 así nosotros, por el cariño que les tenemos, nos deleitamos en compartir con ustedes no sólo el evangelio de Dios sino también nuestra vida. ¡Tanto llegamos a quererlos! 9 Recordarán, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas para proclamarles el evangelio de Dios, y cómo trabajamos día y noche para no serles una carga.
10 Dios y ustedes me son testigos de que nos comportamos con ustedes los creyentes en una forma santa, justa e irreprochable. 11 Saben también que a cada uno de ustedes lo hemos tratado como trata un padre a sus propios hijos. 12 Los hemos animado, consolado y exhortado a llevar una vida digna de Dios, que los llama a su reino y a su gloria.
13 Así que no dejamos de dar gracias a Dios, porque al oír ustedes la palabra de Dios que les predicamos, la aceptaron no como palabra humana sino como lo que realmente es, palabra de Dios, la cual actúa en ustedes los creyentes. 14 Ustedes, hermanos, siguieron el ejemplo de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea, ya que sufrieron a manos de sus compatriotas lo mismo que sufrieron aquellas iglesias a manos de los judíos. 15 Éstos mataron al Señor Jesús y a los profetas, y a nosotros nos expulsaron. No agradan a Dios y son hostiles a todos, 16 pues procuran impedir que prediquemos a los gentiles para que sean salvos. Así en todo lo que hacen llegan al colmo de su pecado. Pero el castigo de Dios vendrá sobre ellos con toda severidad.
Comentario
2. Palabras de poder
Ninguna iglesia es perfecta. Si encuentras una iglesia que sea perfecta, no te unas a ella: en el instante en el que tú o yo nos hagamos miembros de una iglesia así, ¡se hará imperfecta! Pero lo que sí que hay es iglesias modelo: una iglesia que es un buen ejemplo y sirve de inspiración a las demás. La gente viajará de todas partes del mundo para aprender de este tipo de iglesia.
La iglesia de Tesalónica era una iglesia modelo (1:7): «Se constituyeron en ejemplo para todos los creyentes \[...\] en todo lugar» (vv.7–8). Era una iglesia llena de fe, amor y especialmente esperanza: En palabras de The Message: «Se maravillan de cómo aguardan ustedes expectantes la llegada de \[…\] Jesús, quien nos rescató de la perdición segura» (v.10, MSG). Aquella iglesia era amada por Dios (v.4) y era una iglesia sufriente (v.6) que proclamaba con valentía las palabras de Dios. El mensaje de Dios se extendió partiendo de ellos, no solo en Macedonia y Acacia, sino por todo lugar (v.8).
Este debería ser nuestro objetivo y nuestra oración: que seamos una iglesia digna de imitar, donde el evangelio se irradie no solo en nuestra área local, sino a todas partes. El objetivo no es construir imperios, sino la propagación del evangelio. Pablo no ensalza a los tesalonicenses por el tamaño de su iglesia, el cual desconocemos. En vez de eso, los honra diciendo: «¡Ustedes son el mensaje!» (v.8, MSG).
El mensaje «llegó no solo con palabras, sino también con poder, es decir, con el Espíritu Santo y con profunda convicción»(v.5):
- Palabras
No es suficiente con vivir una vida cristiana, hay un tiempo para hablar. Cuéntale a la gente acerca de Jesús y lo que ha hecho.
- Poder
Tampoco las palabras son suficientes en sí mismas. Necesitamos poder: el poder de Dios habla por medio de ti, el Espírito Santo es quien convence profundamente en el corazón de quien escucha.
- Vida
Pablo prosigue: «Como bien saben, estuvimos entre ustedes buscando su bien» (v.5). Ni siquiera las palabras más poderosas tendrán un efecto duradero a menos que nuestra vida sea consecuente con el mensaje. No se trata de vivir o abrir los labios; sino de hacer ambas cosas: vivir y abrir los labios.
A ti se te ha «confiado el evangelio» (2:4) como al apóstol Pablo. Es un inmenso privilegio, el de proclamar con fidelidad las palabras de Dios, para lo cual «no tratamos de agradar a la gente, sino a Dios» (v.4). No uses mal las palabras: «Como saben, nunca hemos recurrido a las adulaciones ni a las excusas para obtener dinero» (v. 5).
La tarea de proclamar el evangelio es un gran privilegio y una enorme responsabilidad. Dios nos da ese trabajo. En última instancia, debes rendirle cuentas a Él y nada más que a Él. Principalmente, no te preocupes de si la predicación del evangelio agrada a otras personas —con toda probabilidad no lo hará—, sino de si le agrada a Dios (v.6).
Pablo no se dedicó simplemente a lanzar palabras a los Tesalonicenses: «Hubiéramos podido ser exigentes con ustedes, los tratamos con delicadeza» (v.7). Los amaba como un padre y se preocupaba de ellos compartiendo su vida entera con ellos (vv.7–8), dando ejemplo y animándolos a servir a Dios: «Los hemos animado, consolado y exhortado a llevar una vida digna de Dios, que los llama a su reino y a su gloria»(v.12).
Proclamar las palabras de Dios no siempre es fácil. Pablo escribe: «Recordarán, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas para proclamarles el evangelio de Dios, y cómo trabajamos día y noche para no serles una carga» (v.9).
1\.
Predicar el evangelio conlleva muchos «esfuerzos y fatigas» (v.9). Parte del trabajo puede resultar tedioso. Pienso en nuestro maravilloso «Equipo “A” de Alpha», que trabaja desde las 5 pm hasta las 11 pm, cocinando, limpiando, sirviendo y puliendo las sartenes.
- *«*Fatigas»
El «reavivamiento» tuvo un precio. Recibieron insultos, fuertes oposiciones, sufrimientos (v.2) y hostilidades (v.15). Pero a pesar de esto, hubo un gran gozo: «Recibieron el mensaje con la alegría que infunde el Espíritu Santo» (1:6). El sufrimiento y la alegría van de la mano en el Nuevo Testamento. No debemos esperar al uno sin la otra. Mucha gente en todo el mundo está sufriendo grandes privaciones a causa de predicar el evangelio.
- «Trabajos día y noche»
El trabajo no solo es intenso, también hay demasiado por hacer. En el caso de Pablo, como en el de muchos cristianos hoy en día, se daba la circunstancia de que no era un evangelizador a tiempo completo. Tenía dos trabajos a la vez: durante el día predicaba y por la noche se ganaba el sustento.
Los tesalonicenses reconocieron que las palabras del evangelio anunciadas por Pablo no eran meras palabras humanas, sino la palabra del mismo Dios (2:13). Tuvieron un impacto tal que cambió vidas, tanto que los tesalonicenses estaban deseos de transmitir el mensaje a pesar de todo el sufrimiento y la hostilidad que tuvieron que enfrentar.
Oración
Señor, gracias por el poder del evangelio de cambiar vidas. Dame la fuerza, energía y entusiasmo para seguir contándole a la gente la buena noticia de Jesús.
Jeremías 18:1-20:18
Parábola del alfarero
18Ésta es la palabra del Señor, que vino a Jeremías: 2 «Baja ahora mismo a la casa del alfarero, y allí te comunicaré mi mensaje.»
3 Entonces bajé a la casa del alfarero, y lo encontré trabajando en el torno. 4 Pero la vasija que estaba modelando se le deshizo en las manos; así que volvió a hacer otra vasija, hasta que le pareció que le había quedado bien.
5 En ese momento la palabra del Señor vino a mí, y me dijo: 6 «Pueblo de Israel, ¿acaso no puedo hacer con ustedes lo mismo que hace este alfarero con el barro? —afirma el Señor —. Ustedes, pueblo de Israel, son en mis manos como el barro en las manos del alfarero. 7 En un momento puedo hablar de arrancar, derribar y destruir a una nación o a un reino; 8 pero si la nación de la cual hablé se arrepiente de su maldad, también yo me arrepentiré del castigo que había pensado infligirles. 9 En otro momento puedo hablar de construir y plantar a una nación o a un reino. 10 Pero si esa nación hace lo malo ante mis ojos y no me obedece, me arrepentiré del bien que había pensado hacerles. 11 Y ahora habla con los habitantes de Judá y de Jerusalén, y adviérteles que así dice el Señor: “Estoy preparando una calamidad contra ustedes, y elaborando un plan en su contra. ¡Vuélvanse ya de su mal camino; enmienden su conducta y sus acciones!” 12 Ellos objetarán: “Es inútil. Vamos a seguir nuestros propios planes”, y cada uno cometerá la maldad que le dicte su obstinado corazón.»
13 Por eso, así dice el Señor:
«Pregunten entre las naciones:
¿Quién ha oído algo semejante?
La virginal Israel
ha cometido algo terrible.
14 ¿Acaso la nieve del Líbano
desaparece de las colinas escarpadas?
¿Se agotan las aguas frías
que fluyen de las montañas?
15 Sin embargo, mi pueblo me ha olvidado;
quema incienso a ídolos inútiles.
Ha tropezado en sus caminos,
en los senderos antiguos,
para andar por sendas
y caminos escabrosos.
16 Así ha dejado desolado su país;
lo ha hecho objeto de burla constante.
Todo el que pase por él
meneará atónito la cabeza.
17 Como un viento del este,
los esparciré delante del enemigo.
En el día de su calamidad
les daré la espalda y no la cara.»
18 Ellos dijeron: «Vengan, tramemos un plan contra Jeremías. Porque no le faltará la ley al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta. Ataquémoslo de palabra, y no hagamos caso de nada de lo que diga.»
19 ¡ Señor, préstame atención!
¡Escucha a los que me acusan!
20 ¿Acaso el bien se paga con el mal?
¡Pues ellos me han cavado una fosa!
Recuerda que me presenté ante ti
para interceder por ellos,
para apartar de ellos tu ira.
21 Por eso, entrega ahora sus hijos al hambre;
abandónalos a merced de la espada.
Que sus esposas se queden viudas y sin hijos;
que sus maridos mueran asesinados,
y que sus jóvenes caigan en combate a filo de espada.
22 ¡Que se oigan los gritos desde sus casas,
cuando de repente mandes contra ellos
una banda de asaltantes!
Han cavado una fosa para atraparme,
y han puesto trampas a mi paso.
23 Pero tú, Señor, conoces
todos sus planes para matarme.
¡No perdones su iniquidad,
ni borres de tu presencia sus pecados!
¡Que caigan derribados ante ti!
¡Enfréntate a ellos en el momento de tu ira!
19Así dice el Señor: «Ve a un alfarero, y cómprale un cántaro de barro. Pide luego que te acompañen algunos de los ancianos del pueblo y de los ancianos de los sacerdotes, 2 y ve al valle de Ben Hinón, que está a la entrada de la puerta de los Alfareros, y proclama allí las palabras que yo te comunicaré. 3 Diles: “Reyes de Judá y habitantes de Jerusalén, escuchen la palabra del Señor. Así dice el SeñorTodopoderoso, el Dios de Israel: ‘Haré venir tal calamidad sobre este lugar, que a todo el que se entere le zumbarán los oídos. 4 Porque ellos me han abandonado. Han profanado este lugar, quemando en él incienso a otros dioses que no conocían ni ellos ni sus antepasados ni los reyes de Judá. Además, han llenado de sangre inocente este lugar. 5 Han construido santuarios paganos en honor de Baal, para quemar a sus hijos en el fuego como holocaustos a Baal, cosa que yo jamás les ordené ni mencioné, ni jamás me pasó por la mente. 6 Por eso vendrán días en que este lugar ya no se llamará Tofet, ni Valle de Ben Hinón, sino Valle de la Matanza —afirma el Señor —. 7 En este lugar anularé los planes de Judá y de Jerusalén, y los haré caer a filo de espada delante de sus enemigos, es decir, a manos de los que atentan contra su vida, y dejaré sus cadáveres a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, para que les sirvan de comida. 8 Convertiré a esta ciudad en un lugar desolado y en objeto de burla. Todo el que pase por ella quedará atónito y se burlará de todas sus heridas. 9 Ante el angustioso asedio que les impondrán los enemigos que atentan contra ustedes, haré que se coman la carne de sus propios hijos e hijas, y que se devoren entre sí.’”
10 »Rompe después el cántaro en mil pedazos, a la vista de los hombres que te acompañaron, 11 y adviérteles que así dice el Señor Todopoderoso: “Voy a hacer pedazos esta nación y esta ciudad, como quien hace pedazos un cántaro de alfarero, que ya no se puede reparar; y a falta de otro lugar, enterrarán a sus muertos en Tofet. 12 Así haré con este lugar y con sus habitantes —afirma el Señor —; esta ciudad quedará tal y como quedó Tofet. 13 Todas las casas de Jerusalén y todos los palacios de los reyes de Judá, es decir, todas esas casas en cuyas azoteas se quemó incienso a los astros de los cielos y donde se derramaron libaciones a otros dioses, quedarán tan impuras como quedó Tofet.” »
14 Cuando Jeremías regresó de Tofet, adonde el Señor lo había enviado a profetizar, se paró en el atrio de la casa del Señor y dijo a todo el pueblo: 15 «Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: “Como esta ciudad y todos sus pueblos vecinos se han obstinado en desobedecer mis palabras, voy a mandarles toda la calamidad que les había prometido.” »
Jeremías y Pasur
20Cuando el sacerdote Pasur hijo de Imer, que era el oficial principal de la casa del Señor, oyó lo que Jeremías profetizaba, 2 mandó que golpearan al profeta Jeremías y que lo colocaran en el cepo ubicado en la puerta alta de Benjamín, junto a la casa del Señor. 3 A la mañana siguiente, cuando Pasur liberó a Jeremías del cepo, Jeremías le dijo: «El Señor ya no te llama Pasur, sino “Terror por todas partes”. 4 Porque así dice el Señor: “Te voy a convertir en terror para ti mismo y para tus amigos, los cuales caerán bajo la espada de sus enemigos, y tú mismo lo verás. Entregaré a todo Judá en manos del rey de Babilonia, el cual los deportará a Babilonia o los matará a filo de espada. 5 Además, pondré en manos de sus enemigos toda la riqueza de esta ciudad, todos sus productos y objetos de valor, y todos los tesoros de los reyes de Judá, para que los saqueen y se los lleven a Babilonia. 6 Y tú, Pasur, irás al cautiverio de Babilonia junto con toda tu familia. Allí morirás, y allí serás enterrado, con todos tus amigos, a quienes les profetizabas mentiras.” »
Quejas de Jeremías
7 ¡Me sedujiste, Señor,
y yo me dejé seducir!
Fuiste más fuerte que yo,
y me venciste.
Todo el mundo se burla de mí;
se ríen de mí todo el tiempo.
8 Cada vez que hablo, es para gritar:
«¡Violencia! ¡Violencia!»
Por eso la palabra del
no deja de ser para mí
un oprobio y una burla.
9 Si digo: «No me acordaré más de él,
ni hablaré más en su nombre»,
entonces su palabra en mi interior
se vuelve un fuego ardiente
que me cala hasta los huesos.
He hecho todo lo posible por contenerla,
pero ya no puedo más.
10 Escucho a muchos decir con sorna:
«¡Hay terror por todas partes!»
y hasta agregan: «¡Denúncienlo!
¡Vamos a denunciarlo!»
Aun mis mejores amigos
esperan que tropiece.
También dicen: «Quizá lo podamos seducir.
Entonces lo venceremos
y nos vengaremos de él.»
11 Pero el Señor está conmigo
como un guerrero poderoso;
por eso los que me persiguen
caerán y no podrán prevalecer,
fracasarán y quedarán avergonzados.
Eterna será su deshonra;
jamás será olvidada.
12 Tú, SeñorTodopoderoso,
que examinas al justo,
que sondeas el corazón y la mente,
hazme ver tu venganza sobre ellos,
pues a ti he encomendado mi causa.
13 ¡Canten al Señor, alábenlo!
Él salva a los pobres
del poder de los malvados.
14 ¡Maldito el día en que nací!
¡Maldito el día en que mi madre me dio a luz!
15 ¡Maldito el hombre que alegró a mi padre
cuando le dijo: «¡Te ha nacido un hijo varón!»!
16 ¡Que sea tal hombre como las ciudades
que el Señor destruyó sin compasión.
Que oiga gritos en la mañana
y alaridos de guerra al mediodía!
17 ¿Por qué Dios no me dejó morir
en el seno de mi madre?
Así ella habría sido mi tumba,
y yo jamás habría salido de su vientre.
18 ¿Por qué tuve que salir del vientre
sólo para ver problemas y aflicción,
y para terminar mis días en vergüenza?
Comentario
3. Palabras de fuego
Los insultos, la oposición, las hostilidades y las ridiculizaciones que experimentamos en occidente en los medios de comunicación, en las redes e incluso personalmente, son poca cosa comparados con lo que el apóstol Pablo, los tesalonicenses y Jeremías tuvieron que experimentar.
Jeremías era un verdadero profeta. Él escuchó la palabra de Dios: «Esta es la palabra del Señor, que vino a Jeremías» (18:1). «En ese momento la palabra del Señor vino a mí» (v.5). Dios habló a Jeremías por medio de la ilustración visual de un alfarero y sus vasijas. Esta poderosa imagen fue recogida y usada por Pablo (Romanos 9:21). Eres barro espiritual en las manos de Dios quien te modela para el propósito que Él tiene para tu vida.
Habiendo escuchado la palabra del Señor, Jeremías la proclamó: «Así dice el Señor» (Jeremías 19:1). Proclamó las palabras que el Señor le había dicho, diciendo: «Escuchen la palabra del Señor. Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel» (vv.3).
Pero ellos no escucharon (v.15b). Jeremías fue golpeado y lo colocaron en el cepo (20:2). Fue ridiculizado y se burlaron de él (v.7). No fue fácil para Jeremías. A veces es tentador renunciar a pregonar las palabras de Dios porque es muy doloroso. Pero Jeremías concluye:
«Su palabra en mi interior
se vuelve un fuego ardiente
que me cala hasta los huesos.
He hecho todo lo posible por contenerla,
pero ya no puedo más» (v.7, MSG ).
El fuego de Dios ardía tan poderosamente dentro de él, que tenía que seguir hablando. Al hacerlo, pudo decir: «Pero el Señor está conmigo como un guerrero poderoso» (v.11a).
Oración
Señor, ayúdame a escucharte cuidadosamente y no desalentarme por la oposición, los insultos, las hostilidades o las burlas. Gracias porque Tu palabra es como un fuego en mi corazón que no puedo contener. Ayúdame a anunciar tu mensaje con amor y con poder.
Añadidos de Pippa
Pippa añade
1 Tesalonicenses 2:12
Si somos padres, tenemos que «animar, consolar y exhortar» a nuestros hijos. En la iglesia debemos hacer lo mismo los unos con los otros.
¿A quién puedo alentar hoy para que «viva una vida digna de Dios»?
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Referencias
Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida a español, se parafrasea.
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Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.