Cómo evitar retroceder
Introducción
Filipo fue secuestrado y tomado como rehén en Grecia cuando era joven. Allí se quedó por varios años, recibiendo una educación militar durante aquel tiempo. Posteriormente, regresó a su patria natal la cual había sufrido diversas derrotas perdiendo muchas tierras. En el trascurso de cinco años llegó a ser el rey.
Filipo II de Macedonia necesitaba desesperadamente que su ejército permaneciera firme. Es recordado por dos grandes innovaciones. La primera es la sarisa, una pica muy larga. La segunda, es el redesarrollo de una formación militar rectangular usada por los ejércitos antiguos (conocida como falange). Un núcleo de hombres de infantería muy entrenados, armados con las largas picas de Filipo, se apostaba hombro como hombro en filas que constaban normalmente de ocho hombres de profundidad.
Tanto en cuanto permanecieran firmes y no rompieran la formación, eran prácticamente invencibles e infundían el miedo en los corazones de sus enemigos. Usando esta táctica, Filipo unificó las ciudades-estado de Grecia y tomó la ciudad de Filipos (que así fue nombrada por él) en el 356 a.C.
A veces, parece que la vida cristiana es como enfrentarse a un enemigo poderoso. Pareciera ser un forcejeo en el que el otro equipo trata de empujarnos hacia atrás rompiendo nuestra formación. Si no permanecemos firmes, caemos de espaldas y nos resbalamos por el lodo en la dirección incorrecta. Hemos visto cómo Jeremías advirtió al pueblo en numerosas ocasiones contra retroceder (Jeremías 2:19; 3:22; 5:6; 14:7; 15:6).
No se trata de que permanezcamos firmes por nuestras propias fuerzas, somos parte de una comunidad. En el pasaje del Nuevo Testamento de hoy, Pablo evoca la imagen de la falange con la cual Filipo II de Macedonia conquistó la ciudad de Filipos (Filipenses 1:27). Hombro con hombro, la iglesia puede permanecer firme. Esta es una de las muchas ocasiones en las que Pablo exhorta a la iglesia a «permanecer firme» (2 Tesalonicenses 2:15).
Salmos 119:33-40
33 Enséñame, Señor, a seguir tus decretos,
y los cumpliré hasta el fin.
34 Dame entendimiento para seguir tu ley,
y la cumpliré de todo corazón.
35 Dirígeme por la senda de tus mandamientos,
porque en ella encuentro mi solaz.
36 Inclina mi corazón hacia tus estatutos
y no hacia las ganancias desmedidas.
37 Aparta mi vista de cosas vanas,
dame vida conforme a tu palabra.
38 Confirma tu promesa a este siervo,
como lo has hecho con los que te temen.
39 Líbrame del oprobio que me aterra,
porque tus juicios son buenos.
40 ¡Yo amo tus preceptos!
¡Dame vida conforme a tu justicia!
Comentario
1. Controla firmemente tu corazón y tus ojos
Se ha dicho que un gran roble es tan solo una pequeña semilla que se mantuvo firme. La tentación de caer y retroceder suele empezar en nuestro corazón y nuestros ojos. Claramente, el salmista experimentó una batalla dentro de sí mismo. Escribió: «Inclina mi corazón hacia tus estatutos y no hacia las ganancias desmedidas. Aparta mi vista de cosas vanas, dame vida conforme a tu palabra» (vv.36-37a).
Muy a menudo, retroceder comienza por poner nuestros corazones en lo que personalmente tenemos que ganar, o permitir que nuestra vista se pasee por «cosas vanas» (v.37). Vuelve tu corazón y tus ojos a la palabra de Dios y podrás permanecer firme.
La palabra de Dios es el lugar donde encontrar deleite (v.35), donde ser capacitado para perseverar (vv.37,40). Esto es así porque los «juicios \[de Dios\] son buenos» (v.39). El salmista ora: «Enséñame, Señor, a seguir tus decretos, y los cumpliré hasta el fin» (v.33). Jesús dijo: «El que se mantenga firme hasta el fin será salvo» (Mateo 24:13).
Oración
Señor, ayúdame a encontrar deleite en Tus palabras. Vuelve mi corazón lejos de la «ganancia desmedida» y mis ojos lejos de las «cosas vanas».
2 Tesalonicenses 2:1-17
Manifestación y juicio del malvado
2Ahora bien, hermanos, en cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, les pedimos que 2 no pierdan la cabeza ni se alarmen por ciertas profecías, ni por mensajes orales o escritos supuestamente nuestros, que digan: «¡Ya llegó el día del Señor!» 3 No se dejen engañar de ninguna manera, porque primero tiene que llegar la rebelión contra Dios y manifestarse el hombre de maldad, el destructor por naturaleza. 4 Éste se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de adoración, hasta el punto de adueñarse del templo de Dios y pretender ser Dios.
5 ¿No recuerdan que ya les hablaba de esto cuando estaba con ustedes? 6 Bien saben que hay algo que detiene a este hombre, a fin de que él se manifieste a su debido tiempo. 7 Es cierto que el misterio de la maldad ya está ejerciendo su poder; pero falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. 8 Entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor Jesús derrocará con el soplo de su boca y destruirá con el esplendor de su venida. 9 El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos. 10 Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos. 11 Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira. 12 Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad sino que se deleitaron en el mal.
Exhortación a la perseverancia
13 Nosotros, en cambio, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por el Señor, porque desde el principio Dios los escogió para ser salvos, mediante la obra santificadora del Espíritu y la fe que tienen en la verdad. 14 Para esto Dios los llamó por nuestro evangelio, a fin de que tengan parte en la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 15 Así que, hermanos, sigan firmes y manténganse fieles a las enseñanzas que, oralmente o por carta, les hemos transmitido.
16 Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza, 17 los anime y les fortalezca el corazón, para que tanto en palabra como en obra hagan todo lo que sea bueno.
Comentario
2. Mantente firme en la verdad del evangelio
Pablo urge a sus lectores a perseverar y permanecer firmes, aferrándose con firmeza a la verdad del evangelio.
Advierte a los tesalonicenses: «No se dejen engañar de ninguna manera» (v.3). «No pierdan la cabeza ni se alarmen» (v.2).
Satanás es un embaucador. Pablo avisa acerca de la venida del «malvado» quien «vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos» (v.9). Aquellos que se «niegan» a «amar la verdad» serán presa del engaño tejido «con toda perversidad» (vv.10-11) para que «crean la mentira».
No debemos dejarnos llevar por aquellos que digan «¡Ya llegó el día del Señor!» (v.2). Cuando Jesús regrese, será evidente para todo el mundo. Habrá una gran oscuridad antes del amanecer (vv.3-7) pero los poderes del mal serán revelados. Estos poderes no son absolutamente nada comparados con Jesús, quien «derrocará» al «malvado» con «el soplo de su boca y destruirá con el esplendor de su venida» (v.8).
La iglesia primitiva vivió en la expectativa diaria de la segunda venida de Jesús, y así deberíamos vivir nosotros también. Martín Lutero dijo: «Vivo como si Jesucristo hubiera sido crucificado ayer, y hubiera resucitado esta mañana, estando a punto de regresar mañana».
Mientras aguardas el regreso de Jesús, mantente firme. Pablo tiene toda la confianza en que los tesalonicenses así lo harán. Lo que es verdad para ellos, también lo es para ti: somos «hermanos amados por el Señor, porque desde el principio Dios los escogió para ser salvos, mediante la obra santificadora del Espíritu y la fe que tienen en la verdad. Para esto Dios los llamó por nuestro evangelio, a fin de que tengan parte en la gloria de nuestro Señor Jesucristo» (vv.13-14).
Tienes un papel que desempeñar: «Sigan firmes y manténganse fieles a las enseñanzas» (v.15) del Nuevo Testamento. Pero la razón por la que puedes tener tanta confianza en que permanecerás firme hasta el final es por causa del amor de Dios: «La obra santificadora del Espíritu» y el poder del evangelio, que nos permite compartir la gloria de Jesucristo (vv.13-14).
Así, Pablo escribe: «Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza, los anime y les fortalezca el corazón, para que tanto en palabra como en obra hagan todo lo que sea bueno» (vv.16-17).
El consuelo es como un rayo de sol. Calienta nuestro corazón y da luz a nuestra vida. El mismo Dios te ha dado «consuelo eterno» (v.16) y quiere animar tu corazón.
Dios te anima para que consueles y ayudes a los demás «tanto en palabra como en obra» (v.17). Se nos anima a vivir como Jesús quien «anduvo haciendo el bien» (Hechos 10:38).
Oración
Padre, gracias porque soy amado por el Señor y porque un día, compartiré la gloria del Señor Jesucristo. Ayúdame a mantenerme firme en la verdad del evangelio a pesar de la oposición.
Jeremías 29:24-31:14
Mensaje de Semaías
24 También a Semaías hijo de Nejelán le comunicarás 25 que así dice el SeñorTodopoderoso, el Dios de Israel: «Tú, en tu propio nombre, enviaste cartas a todo el pueblo que está en Jerusalén, al sacerdote Sofonías hijo de Maseías, y a todos los sacerdotes. En esas cartas decías: 26 “El Señor te ha puesto como sacerdote en lugar del sacerdote Joyadá, para que vigiles en la casa del Señor. A todo loco que se haga pasar por profeta, lo pondrás en el cepo y en el calabozo. 27 ¿Por qué, pues, no has reprendido a Jeremías de Anatot, que entre ustedes se hace pasar por profeta? 28 Resulta que él nos envió un mensaje a Babilonia, el cual decía: ‘La deportación va a durar mucho tiempo; así que construyan casas, y habítenlas; planten huertos y coman de su fruto.’” »
29 El sacerdote Sofonías leyó esta carta al profeta Jeremías. 30 Entonces vino a Jeremías la palabra del Señor:
31 «Comunícales a todos los deportados que así dice el Señor acerca de Semaías de Nejelán: “Puesto que Semaías les ha profetizado sin que yo lo haya enviado, y les ha hecho confiar en una mentira, 32 yo, el Señor, castigaré a Semaías de Nejelán y a su descendencia, porque ha incitado al pueblo a rebelarse contra mí. Ninguno de su familia vivirá para contar el bien que le haré a mi pueblo” », afirma el Señor.
Restauración de Israel
30La palabra del Señor vino a Jeremías: 2 «Así dice el Señor, el Dios de Israel: “Escribe en un libro todas las palabras que te he dicho. 3 Porque vienen días —afirma el Señor — cuando yo haré volver del cautiverio a mi pueblo Israel y Judá, y los traeré a la tierra que di a sus antepasados, y la poseerán” », afirma el Señor.
4 Esto fue lo que el Señor le dijo a Jeremías acerca de Israel y Judá: 5 «Así dice el Señor:
»“Hemos escuchado un grito de espanto;
no hay paz, sino terror.
6 Pregunten y vean
si acaso los varones dan a luz.
¿Por qué, pues, veo a todos los hombres
con las manos sobre las caderas,
como mujeres con dolores de parto?
¿Por qué han palidecido
todos los rostros?
7 ¡Ay! Será un día terrible,
un día que no tiene parangón.
Será un tiempo de angustia para Jacob,
pero será librado de ella.
8 » ”En aquel día —afirma el SeñorTodopoderoso—,
quebraré el yugo que mi pueblo lleva sobre el cuello,
romperé sus ataduras,
y ya no serán esclavos de extranjeros.
9 Servirán al Señor, su Dios,
y a David, a quien pondré como su rey.
10 » ”No temas, Jacob, siervo mío;
no te asustes, Israel
—afirma el Señor —.
A ti, Jacob, te libraré de ese país lejano;
a tus descendientes los libraré del exilio.
Volverás a vivir en paz y tranquilidad,
y ya nadie te infundirá temor.
11 Porque yo estoy contigo para salvarte
—afirma el Señor —.
Destruiré por completo a todas las naciones
entre las que te había dispersado.
Pero a ti no te destruiré del todo,
sino que te castigaré con justicia;
¡de ninguna manera quedarás impune!”
12 »Así dice el Señor:
»“Tu herida es incurable,
tu llaga no tiene remedio.
13 No hay quien defienda tu causa;
no hay remedio para tu mal
ni sanidad para tu enfermedad.
14 Todos tus amantes te han olvidado;
ya no se ocupan de ti.
Por causa de tu enorme iniquidad,
y por tus muchos pecados,
te he golpeado, te he corregido,
como lo haría un adversario cruel.
15 ¿Por qué te quejas de tus heridas,
si tu dolor es incurable?
Por causa de tu enorme iniquidad
y por tus muchos pecados,
yo te he tratado así.
16 » ”Todos los que te devoren serán devorados;
todos tus enemigos serán deportados.
Todos los que te saqueen serán saqueados;
todos los que te despojen serán despojados.
17 Pero yo te restauraré
y sanaré tus heridas
—afirma el Señor —
porque te han llamado la Desechada,
la pobre Sión, la que a nadie le importa.”
18 »Así dice el Señor:
»“Restauraré las fortunas de las carpas de Jacob,
y tendré compasión de sus moradas;
la ciudad resurgirá sobre sus ruinas,
y el palacio se asentará en el lugar debido.
19 Surgirán de ellos cánticos de gratitud,
y gritos de alegría.
Multiplicaré su descendencia, y no disminuirá;
los honraré, y no serán menospreciados.
20 Sus hijos volverán a ser como antes;
ante mí será restablecida su comunidad,
pero castigaré a todos sus opresores.
21 De entre ellos surgirá su líder;
uno de ellos será su gobernante.
Lo acercaré hacia mí, y él estará a mi lado,
pues ¿quién arriesgaría su vida por acercarse a mí?
—afirma el Señor —.
22 Ustedes serán mi pueblo,
y yo seré su Dios.” »
23 La tempestad del
ha estallado con furor;
una tempestad huracanada
se ha desatado sobre los malvados.
24 La ardiente ira del Señor no pasará
hasta que haya realizado del todo
los propósitos de su corazón.
Todo esto lo comprenderán ustedes
al final de los tiempos.
31«En aquel tiempo —afirma el Señor — seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo.»
2 Así dice el Señor:
«El pueblo que escapó de la espada
ha hallado gracia en el desierto;
Israel va en busca de su reposo.»
3 Hace mucho tiempo se me apareció el Señor y me dijo:
«Con amor eterno te he amado;
por eso te sigo con fidelidad,
4 oh virginal Israel.
Te edificaré de nuevo;
¡sí, serás reedificada!
De nuevo tomarás panderetas
y saldrás a bailar con alegría.
5 Volverás a plantar viñedos
en las colinas de Samaria,
y quienes los planten
gozarán de sus frutos
6 Vendrá un día en que los centinelas
gritarán por las colinas de Efraín:
“¡Vengan, subamos a Sión,
al monte del Señor, nuestro Dios!” »
7 Así dice el Señor:
«Canten jubilosos en honor de Jacob;
griten de alegría por la mejor de las naciones.
Hagan oír sus alabanzas y clamen:
“¡Salva, Señor, a tu pueblo;
salva al remanente de Israel!”
8 Yo los traeré del país del norte;
los reuniré de los confines de la tierra.
¡Volverá una gran multitud!
Entre ellos vendrán ciegos y cojos,
embarazadas y parturientas.
9 Entre llantos vendrán,
y entre consuelos los conduciré.
Los guiaré a corrientes de agua
por un camino llano
en el que no tropezarán.
Yo soy el padre de Israel;
mi primogénito es Efraín.
10 »Naciones, escuchen la palabra del Señor,
y anuncien en las costas más lejanas:
“El que dispersó a Israel, lo reunirá;
lo cuidará como un pastor a su rebaño.”
11 Porque el Señor rescató a Jacob;
lo redimió de una mano más poderosa.
12 Vendrán y cantarán jubilosos en las alturas de Sión;
disfrutarán de las bondades del Señor:
el trigo, el vino nuevo y el aceite,
las crías de las ovejas y las vacas.
Serán como un jardín bien regado,
y no volverán a desmayar.
13 Entonces las jóvenes danzarán con alegría,
y los jóvenes junto con los ancianos.
Convertiré su duelo en gozo, y los consolaré;
transformaré su dolor en alegría.
14 Colmaré de abundancia a los sacerdotes,
y saciaré con mis bienes a mi pueblo»,
afirma el Señor.
Comentario
3. Sigan firmes juntos como una comunidad fuerte
No estás solo; Dios nunca quiso que lucharas tus batallas solo. Te llamó a ser parte de la comunidad fuerte, sana, vibrante y en crecimiento de su pueblo. Juntos podemos permanecer firmes, no solo resistiendo para no retroceder, sino avanzando hacia el frente.
Jeremías advirtió al pueblo para que no fueran engañados por los falsos profetas: «Así dice el Señor \[...\] “Puesto que Semaías les ha profetizado sin que yo lo haya enviado, y les ha hecho confiar en una mentira \[…\] porque ha incitado al pueblo a rebelarse contra mí…”» (29:31-32).
Pero, a pesar del hecho que Israel había caído —«Por causa de tu enorme iniquidad, y por tus muchos pecados» (30:14)— Dios promete que los restaurará: «Pero yo te restauraré y sanaré tus heridas \[...\] Restauraré las fortunas de las carpas de Jacob, y tendré compasión de sus moradas; la ciudad resurgirá sobre sus ruinas»(vv.17-18). Promete, al menos, cuatro cosas:
- Alabanza gozosa
Habrán «cánticos de gratitud, y gritos de alegría» (v.19a). Con cánticos de alegría «disfrutarán de las bondades del Señor \[...\] Serán como un jardín bien regado, y no volverán a desmayar» (31:12): «Convertiré su duelo en gozo, y los consolaré; transformaré su dolor en alegría» (31:13).
- Crecimiento numérico
Habrá crecimiento: «Multiplicaré su descendencia, y no disminuirá» (30:19b). El crecimiento numérico es una bendición de Dios, planifica y prepárate para el mismo.
- Comunidad fuerte
Su comunidad «será restablecida» (v.20); en palabras de The Message «una comunidad de la que me enorgulleceré» (v.20, MSG); una fuerte e inamovible. No estás solo; nos necesitamos los unos a los otros para apoyarnos y posibilitar que permanezcamos firmes.
- Buen liderazgo
El líder será uno de los suyos: «De entre ellos surgirá su líder» (v.21). Alguien con la misma visión que camina en una relación íntima con Dios: «Lo acercaré hacia mí, y él estará a mi lado, pues ¿quién arriesgaría su vida por acercarse a mí?» (v.21b). Este es el desafío para todos nosotros como individuos y como iglesia. Conságrate a la labor de hacerte íntimo del Señor.
Dios te ama con un «amor eterno» (31:3). En palabras de The Message, Dios dijo a Su pueblo: «Nunca he dejado de amarte ni nunca lo dejaré. Espera amor, amor ¡y más amor!» (v.3, MSG). Él promete reedificar y restaurar (v.4), «lo cuidará como un pastor a su rebaño. Porque el Señor rescató a Jacob; lo redimió de una mano más poderosa» (vv.10-11).
Oración
Señor, ayúdanos a permanecer firmes con alegría y acción de gracias. Oro para que nuestros números aumenten. Hoy me entrego a acercarme a Ti. Que yo pueda estar entre los que permanezcan firmes hasta el final y sean salvos.
Añadidos de Pippa
Pippa añade
Salmo 119:35, DHH
«Llévame por el camino de tus mandamientos, pues en él está mi felicidad».
La felicidad o el deleite son palabras maravillosas. El último lugar en el que esperarías encontrarlas sería obedeciendo mandamientos.
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Referencias
Notas:
Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea.
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Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.