El destino define las decisiones
Introducción
Todos los días tomamos decisiones: qué ponernos, qué comer y qué hacer. Hay decisiones pequeñas y grandes. Tal vez, las decisiones más importantes en la vida para la mayoría de las personas son acerca de las relaciones, el matrimonio (si casarse y con quién casarse) y el trabajo.
Pero estas decisiones son insignificantes al lado de la gran decisión. La gran decisión es cómo responder a Dios. Bernard Levin —el que quizá fue el columnista más influyente del periódico inglés Times del siglo XX— describió su experiencia de intentar tomar una decisión acerca de la fe cristiana en los siguientes términos: «La gente como yo duda sentada al borde de la piscina, deseando saltar y temiendo saltar a la vez…».
A lo largo de la Biblia, se destaca la importancia de esta decisión que determina el destino. Podemos verlo en todos los pasajes de hoy. Hay una separación de destinos entre los que están lejos y los que están cerca (Salmo 119). Hay una separación de destinos entre los que oyen el evangelio y responden con fe, y los que no lo combinan con la fe (Hebreos 4:2). En el libro de Joel, hay una separación de destinos entre los que invocan el nombre del Señor y los que no lo hacen (Joel 2:32).
Joel continúa diciendo: «¡Multitud tras multitud en el valle de la Decisión! ¡Cercano está el día del Señor en el valle de la Decisión!» (3:14).
Salmos 119:145-152
145 Con todo el corazón clamo a ti, Señor;
respóndeme, y obedeceré tus decretos.
146 A ti clamo: «¡Sálvame!»
Quiero cumplir tus estatutos.
147 Muy de mañana me levanto a pedir ayuda;
en tus palabras he puesto mi esperanza.
148 En toda la noche no pego los ojos,
para meditar en tu promesa.
149 Conforme a tu gran amor, escucha mi voz;
conforme a tus juicios, Señor, dame vida.
150 Ya se acercan mis crueles perseguidores,
pero andan muy lejos de tu ley.
151 Tú, Señor, también estás cerca,
y todos tus mandamientos son verdad.
152 Desde hace mucho conozco tus estatutos,
los cuales estableciste para siempre.
Comentario
1. Decide conocer a Dios primero
Me encanta este versículo: «Muy de mañana me levanto a pedir ayuda; en tus palabras he puesto mi esperanza» (v.147). Hace más de treinta años escribí al lado de este en mi Biblia, «¡Qué vital es encontrarse con el Señor antes de que comience el día, “muy de mañana”. De ahora en adelante, tengo la intención de siempre leer y orar inmediatamente cuando me levante para estar preparado para las batallas que trae cada día». No siempre he conseguido hacer esto; sin embargo, esa decisión ha supuesto una gran diferencia en mi vida.
Según el salmista, hay una distinción entre los que están lejos de Dios y los que están cerca de Él. El salmista escribe: «Ya se acercan mis crueles perseguidores, pero andan muy lejos de tu ley. Tú, Señor, también estás cerca» (vv.150-151).
El salmista ha tomado una decisión: «Con todo el corazón clamo a ti, Señor; \[…\]. A ti clamo: “¡Sálvame!”» (vv.145-146).
En palabras de The Message, igual que aquellos que se acercan a Él cada vez más, el salmista puede decir: «Pero tú eres el más cercano de todos a mí, Dios» (v.151, MSG).
Oración
Señor, gracias por estar cerca de mí cuando te invoco. Hoy, te pido ayuda con…
Hebreos 4:1-13
Reposo del pueblo de Dios
4Cuidémonos, por tanto, no sea que, aunque la promesa de entrar en su reposo sigue vigente, alguno de ustedes parezca quedarse atrás. 2 Porque a nosotros, lo mismo que a ellos, se nos ha anunciado la buena noticia; pero el mensaje que escucharon no les sirvió de nada, porque no se unieron en la fe a los que habían prestado atención a ese mensaje. 3 En tal reposo entramos los que somos creyentes, conforme Dios ha dicho:
«Así que, en mi enojo, hice este juramento:
“Jamás entrarán en mi reposo.” »
Es cierto que su trabajo quedó terminado con la creación del mundo, 4 pues en algún lugar se ha dicho así del séptimo día: «Y en el séptimo día reposó Dios de todas sus obras.» 5 Y en el pasaje citado también dice: «Jamás entrarán en mi reposo.»
6 Sin embargo, todavía falta que algunos entren en ese reposo, y los primeros a quienes se les anunció la buena noticia no entraron por causa de su desobediencia. 7 Por eso, Dios volvió a fijar un día, que es «hoy», cuando mucho después declaró por medio de David lo que ya se ha mencionado:
«Si ustedes oyen hoy su voz,
no endurezcan el corazón.»
8 Si Josué les hubiera dado el reposo, Dios no habría hablado posteriormente de otro día. 9 Por consiguiente, queda todavía un reposo especial para el pueblo de Dios; 10 porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas. 11 Esforcémonos, pues, por entrar en ese reposo, para que nadie caiga al seguir aquel ejemplo de desobediencia.
12 Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón. 13 Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.
Comentario
2. Decide creer las promesas de Dios
¿Estás experimentando el «reposo de Dios» en tu vida? ¿O estás desgastado, tratando de controlar todo y a todos a tu alrededor? Tal vez es hora de renunciar a ser el gerente general del universo y empezar a creer en las promesas de Dios y confiar en Dios para hacer lo que solo Él puede hacer.
La manera de encontrar el «descanso» para tu alma es escuchar las promesas de Dios, creerlas y demostrar que las crees viviendo en obediencia a la palabra de Dios.
Muchas personas oyen el evangelio. Cuando escuchas el evangelio tienes que tomar la decisión más importante de tu vida. ¿Respondes con fe y crees? ¿O respondes endureciendo tu corazón y desobedeciendo?
El escritor de Hebreos dice: «Porque a nosotros, lo mismo que a ellos \[aquellos en el desierto\], se nos ha anunciado la buena noticia; pero el mensaje que escucharon no les sirvió de nada, porque no se unieron en la fe a los que habían prestado atención a ese mensaje» (v.2). Les insta a no endurecer sus corazones (v.7) ni a caer en desobediencia (v.11).
La promesa de Dios a todos los que creen en el evangelio es que entrarán en Su reposo (v.1): «En tal reposo entramos los que somos creyentes» (v.3).
En esta vida, siempre habrá pruebas y tribulaciones; nunca tendremos períodos sin agitación. Sin embargo, si creemos en el Evangelio, tenemos la promesa del eterno y definitivo descanso de Dios: «Y al final del camino, sin duda descansaremos con Dios» (v.10, MSG).
Cada ser humano tendrá que rendir cuentas ante Dios un día: «Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas» (v.13).
Mientras tanto, tienes una asombrosa oportunidad de experimentar un anticipo de ese «reposo» al abrir tu corazón a la palabra de Dios, porque «la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. \[…\], y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón» (v.12).
Al abrirte día a día, la Palabra de Dios atraviesa tu interior, revelando áreas de tu vida («los pensamientos y las intenciones del corazón») que necesitas resolver. Aquello puede parecer a veces doloroso y desafiante; sin embargo, el propósito que tiene es prepararte para entrar en el reposo de Dios.
Hoy en día, puedes disfrutar del descanso y la paz de Dios mientras confías en Él y en Su palabra, creyendo que Él cuidará de ti y proveerá para todas tus necesidades.
Oración
Señor, creo en Tus promesas. Gracias porque puedo aguardar con expectación una eternidad en Tu reposo. Gracias porque incluso en el ahora tengo un anticipo de aquel reposo.
Joel 2:18-3:21
La respuesta del
18 Entonces el Señor mostró amor por su tierra
y perdonó a su pueblo.
19 Y les respondió el Señor:
«Miren, les enviaré cereales, vino nuevo y aceite,
hasta dejarlos plenamente satisfechos;
y no volveré a entregarlos
al oprobio entre las naciones.
20 »Alejaré de ustedes al que viene del norte,
arrojándolo hacia una tierra seca y desolada:
lanzaré su vanguardia hacia el mar oriental,
y su retaguardia hacia el mar occidental.
Subirá su hedor
y se elevará su fetidez.»
¡El Señor hará grandes cosas!
21 No temas, tierra,
sino alégrate y regocíjate,
porque el Señor hará grandes cosas.
22 No teman, animales del campo,
porque los pastizales de la estepa reverdecerán;
los árboles producirán su fruto,
y la higuera y la vid darán su riqueza.
23 Alégrense, hijos de Sión,
regocíjense en el Señor su Dios,
que a su tiempo les dará las lluvias de otoño.
Les enviará la lluvia,
la de otoño y la de primavera,
como en tiempos pasados.
24 Las eras se llenarán de grano;
los lagares rebosarán de vino nuevo y de aceite.
25 «Yo les compensaré a ustedes
por los años en que todo lo devoró
ese gran ejército de langostas
que envié contra ustedes:
las grandes, las pequeñas,
las larvas y las orugas.
26 Ustedes comerán en abundancia, hasta saciarse,
y alabarán el nombre del Señor su Dios,
que hará maravillas por ustedes.
¡Nunca más será avergonzado mi pueblo!
27 Entonces sabrán que yo estoy en medio de Israel,
que yo soy el Señor su Dios,
y no hay otro fuera de mí.
¡Nunca más será avergonzado mi pueblo!
El día del
28 »Después de esto,
derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán,
tendrán sueños los ancianos
y visiones los jóvenes.
29 En esos días derramaré mi Espíritu
aun sobre los siervos y las siervas.
30 En el cielo y en la tierra mostraré prodigios:
sangre, fuego y columnas de humo.
31 El sol se convertirá en tinieblas
y la luna en sangre
antes que llegue el día del Señor,
día grande y terrible.
32 Y todo el que invoque el nombre del
escapará con vida,
porque en el monte Sión y en Jerusalén
habrá escapatoria,
como lo ha dicho el Señor.
Y entre los sobrevivientes
estarán los llamados del Señor.
El juicio de las naciones
3»En aquellos días, en el tiempo señalado,
cuando restaure yo la suerte de Judá y de Jerusalén,
2 reuniré a todas las naciones
y las haré bajar al valle de Josafat.
Allí entraré en juicio contra los pueblos
en cuanto a mi propiedad, mi pueblo Israel,
pues lo dispersaron entre las naciones
y se repartieron mi tierra.
3 Se repartieron a mi pueblo echando suertes,
cambiaron a niños por prostitutas
y, para emborracharse,
vendieron niñas por vino.
4 »Ahora bien, Tiro y Sidón, y regiones todas de Filistea, ¿qué tienen en contra mía? ¿Quieren acaso vengarse de mí? Si es así, yo haré que muy pronto recaiga sobre ustedes su propia venganza, 5 pues se robaron mi oro y mi plata, y se llevaron a sus templos mis valiosos tesoros. 6 A los griegos les vendieron el pueblo de Jerusalén y de Judá, para alejarlos de su tierra.
7 »Sepan, pues, que voy a sacarlos de los lugares donde fueron vendidos, y haré que recaiga sobre ustedes su propia venganza. 8 Venderé sus hijos y sus hijas al pueblo de Judá, y ellos a su vez los venderán a los sabeos, una nación lejana.» El Señor lo ha dicho.
9 Proclamen esto entre las naciones:
¡Prepárense para la batalla!
¡Movilicen a los soldados!
¡Alístense para el combate todos los hombres de guerra!
10 Forjen espadas con los azadones
y hagan lanzas con las hoces.
Que diga el cobarde:
«¡Soy un valiente!»
11 Dense prisa, naciones vecinas,
reúnanse en ese lugar.
¡Haz bajar, Señor, a tus valientes!
12 «Movilícense las naciones;
suban hasta el valle de Josafat,
que allí me sentaré
para juzgar a los pueblos vecinos.
13 Mano a la hoz,
que la mies está madura.
Vengan a pisar las uvas,
que está lleno el lagar.
Sus cubas se desbordan:
¡tan grande es su maldad!»
14 ¡Multitud tras multitud
en el valle de la Decisión!
¡Cercano está el día del
en el valle de la Decisión!
15 Se oscurecerán el sol y la luna;
dejarán de brillar las estrellas.
16 Rugirá el Señor desde Sión,
tronará su voz desde Jerusalén,
y la tierra y el cielo temblarán.
Pero el Señor será un refugio para su pueblo,
una fortaleza para los israelitas.
Bendiciones para el pueblo de Dios
17 «Entonces ustedes sabrán que yo, el Señor su Dios,
habito en Sión, mi monte santo.
Santa será Jerusalén,
y nunca más la invadirán los extranjeros.
18 »En aquel día las montañas destilarán vino dulce,
y de las colinas fluirá leche;
correrá el agua por los arroyos de Judá.
De la casa del Señor brotará una fuente
que irrigará el valle de las Acacias.
19 Pero Egipto quedará desolado,
y Edom convertido en desierto,
por la violencia cometida contra el pueblo de Judá,
en cuya tierra derramaron sangre inocente.
20 Judá y Jerusalén serán habitadas
para siempre, por todas las generaciones.
21 ¿Perdonaré la sangre que derramaron?
¡Claro que no la perdonaré!»
¡El Señor hará su morada en Sión!
Comentario
3. Decide disfrutar de la vida en el Espíritu
El profeta Joel instruye al pueblo: «Alégrense, \[…\], regocíjense en el Señor su Dios» (2:23). Como Joyce Meyer escribe: «El gozo es el fruto del Espíritu Santo. Sin embargo, solo se libera al tomar la decisión de no permitir que las circunstancias adversas rijan tus actitudes emocionales y mentales. Por medio del gozo, puedes fortalecerte para hacer cosas que de otra manera serían imposibles».
Dios hace una promesa notable que se recuerda en el Nuevo Testamento: «… todo el que invoque el nombre del Señor será salvo» (2:32, NTV; ver Hechos 2:21, Romanos 10:13).
Esta promesa viene dada al final de la gran profecía que Pedro citó en el día de Pentecostés: «Después de esto, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán sueños los ancianos y visiones los jóvenes. En esos días derramaré mi Espíritu aun sobre los siervos y las siervas. \[…\]. Y todo el que invoque el nombre del Señor escapará con vida» (Joel 2:28-32, véase también Hechos 2:16-21).
Los demás pueden haberte discriminado, pero Dios no te discrimina por tu edad, tu género o tu situación en la vida. La promesa de salvación y de derramamiento del Espíritu Santo es para todos: hombres y mujeres, jóvenes y viejos. Vemos esto en los fines de semana de Alpha, cuando la vida de innumerables personas se transforma por esta efusión del Espíritu Santo prometida.
Hay muchos todavía en «el valle de la Decisión» (Joel 3:14). La decisión de invocar o no el nombre del Señor tiene implicaciones de largo alcance. El Nuevo Testamento deja en claro que el nombre del Señor es Jesús: «… si confiesas con tu boca que “Jesús es el Señor” y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, \[…\], porque “todo el que invoque el nombre del Señor será salvo”» (Romanos 10:9,13).
Joel promete a aquellos que lo invoquen que «el Señor será un refugio para su pueblo» (Joel 3:16). Promete bendiciones maravillosas, pero también advierte que habrá una prensa en el lagar del juicio de Dios (v.13, ver Marcos 4:29 y Mateo 13:39). El libro de Apocalipsis se refiere a la prensa de la uva en el lagar como una descripción del juicio de Jesús en el último día.
Lo que Dios espera en este pasaje es que la gente escucha este llamado y toma la decisión de volver hacia Él. «No es demasiado tarde» (Joel 2:12, MSG). «El Señor se compadecerá de su pueblo» (v.18, NTV): «Les enviaré cereales, vino nuevo y aceite, hasta dejarlos plenamente satisfechos» (v.19). Promete: «Yo les compensaré a ustedes por los años en que todo lo devoró ese gran ejército de langostas» (v.25). Esta es una promesa increíble, especialmente para aquellos que sienten que gran parte de su vida ha sido devorada por «ese gran ejército de langostas».
Como dice Joyce Meyer, Dios nos promete compensarnos con «el doble por nuestras molestias». Él nos restaura, redime, renueva y revive por su Espíritu. Nos promete: «En aquel día las montañas destilarán vino dulce, y de las colinas fluirá leche; correrá el agua por los arroyos de Judá. De la casa del Señor brotará una fuente…» (3:18, véase también Juan 7:37-39).
Esta es toda la maravillosa y buena noticia que necesitamos traer a los que están en el valle de la decisión.
Oración
Señor, gracias porque prometes restaurar los años que las langostas han devorado y prometes derramar tu Espíritu Santo sobre mí. Te pido que hoy me llenes con tu Espíritu de nuevo.
Añadidos de Pippa
Pippa añade
Joel 2:28
«… derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano».
Esto es lo que necesito hoy para mi familia, nuestra iglesia, nuestro mundo y para mí...
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Referencias
Notas:
Joyce Meyer, La Biblia de la vida diaria, (Casa Creación, 2013).
Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida a español, se parafrasea.
Joyce Meyer, The Everyday Life Bible, (Faithwords, 2014), p.1384
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