Tu belleza serena
Introducción
En palabras de Blaise Pascal, «la belleza serena de una vida santa es la influencia más poderosa en el mundo después del poder de Dios». La santidad es hermosa y no tiene nada que ver con la belleza exterior; es una belleza que irradia desde adentro. Aquella es la forma en que el mundo será cambiado. Comienza por ti y por mí. San Francisco de Asís dijo: «Santifícate y santificarás a la sociedad».
La santidad no es una opción extra. No es solo para santos y cristianos especiales; debe ser algo a lo que todos aspiremos en esta vida. La santidad no es lo mismo que la intensidad. ¡La intensidad no es fruto del Espíritu Santo! La capacidad de reírse de sí mismo es la clave de la santidad. El sentido del humor es el vínculo entre la santidad y la humildad.
La santidad no es aburrida. Como escribió C. S. Lewis: «¡Qué poco sabe la gente que piensa que la santidad es aburrida! Cuando uno se encuentra con la verdadera santidad... es irresistible».
Salmos 122:1-9
Salmo 122
Cántico de los peregrinos. De David.
1 Yo me alegro cuando me dicen:
«Vamos a la casa del Señor.»
2 ¡Jerusalén, ya nuestros pies
se han plantado ante tus portones!
3 ¡Jerusalén, ciudad edificada
para que en ella todos se congreguen!
4 A ella suben las tribus,
las tribus del Señor,
para alabar su nombre
conforme a la ordenanza que recibió Israel.
5 Allí están los tribunales de justicia,
los tribunales de la dinastía de David.
6 Pidamos por la paz de Jerusalén:
«Que vivan en paz los que te aman.
7 Que haya paz dentro de tus murallas,
seguridad en tus fortalezas.»
8 Y ahora, por mis hermanos y amigos te digo:
«¡Deseo que tengas paz!»
9 Por la casa del Señor nuestro Dios
procuraré tu bienestar.
Comentario
1. ¿Dónde encuentras la santidad?
Para el salmista, la fuente de su alegría era la oportunidad de adorar a Dios en Su casa. Aquel era el lugar donde el pueblo iba a «alabar el nombre del Señor» (v.4b, RVA-2015). Esta es la razón por la cual Jerusalén era tan importante para el pueblo de Dios y por la que el salmista estaba tan apasionado por la paz y la seguridad de la ciudad (vv.6-9).
Jerusalén era la ciudad santa. En nuestro pasaje del Antiguo Testamento de hoy se le describe como «mi monte santo» (Ezequiel 20:40). El templo era la casa de Dios, ser Su morada es lo que lo hacía santo.
Ahora, la iglesia es la casa de Dios. Como lo expresa The Message, es el nuevo lugar santo donde «la piedra angular que sostiene todas las partes juntas es Cristo Jesús mismo. Vemos cómo va tomando forma día tras día \[…\] un templo santo construido por Dios, con todos nosotros edificados dentro de él; un templo en el que Dios se siente en casa» (Efesios 2:20-22, MSG).
El pueblo es el nuevo lugar. A través de Jesús, eres una nueva morada de Dios: eres un templo del Espíritu Santo.
Oración
Señor, anhelo Tu santa presencia. Anhelo alabar el nombre del Señor. Gracias por la paz y la seguridad que viene de Tu presencia en la casa de Dios.
Hebreos 10:1-18
El sacrificio de Cristo, ofrecido una vez y para siempre
10La ley es sólo una sombra de los bienes venideros, y no la presencia misma de estas realidades. Por eso nunca puede, mediante los mismos sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras año, hacer perfectos a los que adoran. 2 De otra manera, ¿no habrían dejado ya de hacerse sacrificios? Pues los que rinden culto, purificados de una vez por todas, ya no se habrían sentido culpables de pecado. 3 Pero esos sacrificios son un recordatorio anual de los pecados, 4 ya que es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.
5 Por eso, al entrar en el mundo, Cristo dijo:
«A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas;
en su lugar, me preparaste un cuerpo;
6 no te agradaron ni holocaustos
ni sacrificios por el pecado.
7 Por eso dije: “Aquí me tienes —como el libro dice de mí—.
He venido, oh Dios, a hacer tu voluntad.” »
8 Primero dijo: «Sacrificios y ofrendas, holocaustos y expiaciones no te complacen ni fueron de tu agrado» (a pesar de que la ley exigía que se ofrecieran). 9 Luego añadió: «Aquí me tienes: He venido a hacer tu voluntad.» Así quitó lo primero para establecer lo segundo. 10 Y en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre.
11 Todo sacerdote celebra el culto día tras día ofreciendo repetidas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. 12 Pero este sacerdote, después de ofrecer por los pecados un solo sacrificio para siempre, se sentó a la derecha de Dios, 13 en espera de que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. 14 Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando.
15 También el Espíritu Santo nos da testimonio de ello. Primero dice:
16 «Éste es el pacto que haré con ellos
después de aquel tiempo —dice el Señor—:
Pondré mis leyes en su corazón,
y las escribiré en su mente.»
17 Después añade:
«Y nunca más me acordaré de sus pecados y maldades.»
18 Y cuando éstos han sido perdonados, ya no hace falta otro sacrificio por el pecado.
Comentario
2. ¿Cuándo llegas a ser santo?
La santidad es ahora posible para ti mediante el sacrificio de Jesús y el don del Espíritu Santo que viene a vivir en tu corazón. En un sentido, puedes experimentar la «santidad instantánea». Pero, en otro sentido, la santidad es un proceso muy largo que nunca estará completo en esta vida.
Una de las preguntas que se hacen con frecuencia en los grupos pequeños de Alpha es: «¿Qué sucede con todas las personas que vivieron antes de Jesús? ¿No es injusto que Jesús haya venido en un momento particular de la historia y haya hecho posible el perdón?». Lo que presuponen estas preguntas es que la cruz solo puede avanzar en el tiempo y no puede ser efectiva para aquellos que vivieron antes de Jesús.
Sin embargo, el escritor de Hebreos dice: «Pero este sacerdote \[Jesús\], después de ofrecer por los pecados un solo sacrificio para siempre, se sentó a la derecha de Dios» (v.12). El sacrificio de Jesús es eficaz para todos los tiempos. La cruz es eficaz para aquellos que vivieron antes de Jesús y para aquellos que viven después de él.
El autor de Hebreos escribe: «El sistema antiguo bajo la ley de Moisés era solo una sombra —un tenue anticipo de las cosas buenas por venir— no las cosas buenas en sí mismas» (v.1a, NTV). En otras palabras, solo prefiguró algo superior que estaba por venir.
La ley no podía perfeccionar (v.1b). La prueba de que no podía perfeccionar a la gente es que los sacrificios tenían que seguir siendo ofrecidos (v.2). La gente seguía sintiéndose culpable por sus pecados (v.2c), «ya que es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados» (v.4). Solo la sangre de Cristo puede quitar tu pecado, solo él es el sacrificio perfecto, pues solo él vivió una vida perfecta.
Su sacrificio voluntario puso fin al viejo orden y estableció el nuevo (vv.5-9). El resultado de su sacrificio es que «somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre» (v.10).
Aquello contrasta con la ley: «Cristo hizo un solo sacrificio por los pecados, ¡y eso fue todo! \[...\]. Fue un sacrificio perfecto de una persona perfecta para perfeccionar a algunas personas muy imperfectas» (vv.12-14, MSG).
La expresión «se sentó» es muy significativa. Los sacerdotes de Aarón nunca se sentaron a descansar en el santuario (v.11). Sus sacrificios nunca estuvieron completos. Por otra parte, Jesús «se sentó a la derecha de Dios» (v.12). Demostró que su obra había sido terminada: «Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando» (v.14).
Aquí puedes ver cómo sucede la santidad en tu vida:
- Santidad inmediata
En lo que se refiere al pasado, el castigo por el pecado ha sido pagado: «… somos santificados \[...\] ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando» (vv.10,14). Esta es la justificación, el sacrificio de Jesús ha hecho posible el perdón total y una relación perfecta con Dios, eres totalmente perdonado. Por lo tanto, perdonamos a los demás y, lo más difícil de todo, nos perdonamos a sí mismos. No hay necesidad de más sacrificios por los pecados (v.18).
- Proceso de santidad
En el presente, el poder del pecado está siendo roto. La santidad es un proceso de santificación (v.14). En mi caso al menos, parece ser un proceso muy lento y desafiante. Jesús me está liberando del poder del pecado. La santidad es obra del Espíritu Santo que «nos da testimonio de ello» (v.15). Por medio del Espíritu Santo que viene a vivir en ti, las leyes de Dios estarán en tu corazón y en tu mente (v.16).
- Santidad perfecta
En el futuro, incluso la presencia del pecado será eliminada. Un día se verá que el mal ha sido totalmente derrotado. Jesús espera «que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies» (v.13a) y que el proceso de los «que está santificando» sea terminado (véase también 1 Juan 3:2).
Oración
Señor, gracias porque por tu sacrificio me llevas a una relación santa con Dios. Gracias porque por tu Espíritu Santo estoy en el proceso de ser santificado, y porque un día habrá santidad perfecta para siempre.
Ezequiel 19:1-20:44
Lamento por los príncipes de Israel
19»Dedícale este lamento a la nobleza de Israel:
2 »“En medio de los leones,
tu madre era toda una leona.
Recostada entre leoncillos,
amamantaba a sus cachorros.
3 A uno de ellos lo crió,
y éste llegó a ser un león bravo
que aprendió a desgarrar su presa
y a devorar a la gente.
4 Las naciones supieron de sus excesos,
y lo atraparon en una fosa;
¡se lo llevaron encadenado a Egipto!
5 Cuando la leona madre perdió toda esperanza
de que volviera su cachorro,
tomó a otra de sus crías
y la convirtió en una fiera.
6 Cuando este león se hizo fuerte,
se paseaba muy orondo entre los leones.
Aprendió a desgarrar su presa
y a devorar a la gente.
7 Demolía palacios,
asolaba ciudades,
y amedrentaba con sus rugidos
a todo el país y a sus habitantes.
8 Las naciones y provincias vecinas
se dispusieron a atacarlo.
Le tendieron trampas,
y quedó atrapado en la fosa.
9 Encadenado y enjaulado
lo llevaron ante el rey de Babilonia.
Enjaulado lo llevaron
para que no se oyeran sus rugidos
en los cerros de Israel.
10 » ”En medio del viñedo
tu madre era una vid
plantada junto al agua:
¡fructífera y frondosa,
gracias al agua abundante!
11 Sus ramas crecieron vigorosas,
¡aptas para ser cetros de reyes!
Tanto creció que se destacaba
por encima del follaje.
Se le reconocía por su altura
y por sus ramas frondosas.
12 Pero fue desarraigada con furia
y arrojada por el suelo.
El viento del este la dejó marchita,
y la gente le arrancó sus frutos.
Secas quedaron sus vigorosas ramas,
y fueron consumidas por el fuego.
13 Ahora se halla en el desierto,
plantada en tierra árida y reseca.
14 De una de sus ramas brotó un fuego,
y ese fuego devoró sus frutos.
¡Nada queda de esas vigorosas ramas,
aptas para ser cetros de reyes!”
Éste es un lamento, y debe entonarse como tal.»
Historia de una rebelión
20El día diez del mes quinto del año séptimo, unos jefes de Israel vinieron a consultar al Señor, y se sentaron frente a mí. 2 Allí el Señor me dirigió la palabra: 3 «Hijo de hombre, habla con los jefes de Israel y adviérteles que yo, el Señor omnipotente, digo: “¿Así que ustedes vienen a consultarme? ¡Pues juro por mí mismo que no dejaré que me consulten! Lo afirmo yo, el Señor omnipotente.”
4 »¡Júzgalos tú, hijo de hombre; júzgalos tú! Hazles ver las repugnantes prácticas de sus antepasados. 5 Adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “El día en que elegí a Israel, con la mano en alto le hice un juramento a la descendencia de Jacob. El día en que me di a conocer a ellos en Egipto, volví a hacerles este juramento: ‘Yo soy el Señor su Dios.’ 6 En aquel día, con la mano en alto les juré que los sacaría de Egipto y los llevaría a una tierra que yo mismo había explorado. Es una tierra donde abundan la leche y la miel, ¡la más hermosa de todas! 7 A cada uno de ellos le ordené que arrojara sus ídolos detestables, con los que estaba obsesionado, y que no se contaminara con los malolientes ídolos de Egipto; porque yo soy el Señor su Dios.
8 » ”Sin embargo, ellos se rebelaron contra mí, y me desobedecieron. No arrojaron los ídolos con que estaban obsesionados, ni abandonaron los ídolos de Egipto. Por eso, cuando estaban en Egipto, pensé agotar mi furor y descargar mi ira sobre ellos. 9 Pero decidí actuar en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones entre las cuales vivían los israelitas. Porque al sacar a los israelitas de Egipto yo me di a conocer a ellos en presencia de las naciones.
10 » ”Yo los saqué de Egipto y los llevé al desierto. 11 Les di mis decretos, y les hice conocer mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. 12 También les di mis sábados como una señal entre ellos y yo, para que reconocieran que yo, el Señor, he consagrado los sábados para mí. 13 Pero el pueblo de Israel se rebeló contra mí en el desierto; desobedeció mis decretos y rechazó mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. ¡Hasta el colmo profanaron mis sábados! Por eso, cuando estaban en el desierto, pensé descargar mi ira sobre ellos y exterminarlos. 14 Pero decidí actuar en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones, las cuales me vieron sacarlos de Egipto.
15 » ”También con la mano en alto, en el desierto les juré que no los llevaría a la tierra que les había dado, ¡la tierra más hermosa de todas, donde abundan la leche y la miel! 16 Rechazaron mis leyes, desobedecieron mis decretos y profanaron mis sábados, ¡y todo esto lo hicieron por haber andado tras esos ídolos malolientes! 17 Sin embargo, les tuve compasión, y en el desierto no los destruí ni los exterminé.
18 » ”Allí en el desierto les dije a sus descendientes: ‘No sigan los preceptos de sus padres; no obedezcan sus leyes ni se contaminen con sus ídolos malolientes. 19 Yo soy el Señor su Dios. Sigan mis decretos, obedezcan mis leyes 20 y observen mis sábados como días consagrados a mí, como señal entre ustedes y yo, para que reconozcan que yo soy el Señor su Dios.’
21 » ”Sin embargo, los israelitas se rebelaron contra mí. No siguieron mis decretos y no obedecieron mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. Además, profanaron mis sábados. Por eso, cuando estaban en el desierto, pensé agotar mi furor y descargar mi ira sobre ellos. 22 Pero me contuve en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones, las cuales me vieron sacarlos de Egipto. 23 También con la mano en alto les juré en el desierto que los dispersaría entre las naciones. Los esparciría entre los países 24 porque, obsesionados como estaban con los ídolos malolientes de sus antepasados, desobedecieron mis leyes, rechazaron mis decretos y profanaron mis sábados. 25 ¡Hasta les di decretos que no eran buenos y leyes que no daban vida! 26 Los contaminé con sus propias ofrendas, dejándolos ofrecer en sacrificio a sus primogénitos, para horrorizarlos y hacerles reconocer que yo soy el Señor.”
27 »Por tanto, hijo de hombre, habla con el pueblo de Israel y adviértele que yo, el Señor omnipotente, digo: “En esto también me ofendieron tus antepasados y me trataron con absoluta infidelidad: 28 Cuando los hice entrar en la tierra que con la mano en alto había jurado darles, cualquier cerro o árbol frondoso que veían les venía bien para hacer sacrificios y presentarme esas ofrendas que tanto me ofenden. Allí quemaban incienso y derramaban sus libaciones. 29 Y les pregunté: ‘¿Qué significa ese santuario pagano que tanto frecuentan?’ Y hasta el día de hoy ese lugar de culto idolátrico se conoce como ‘santuario pagano’.”
Juicio y restauración
30 »Por tanto, adviértele al pueblo de Israel que así dice el Señor omnipotente: “¿Se contaminarán ustedes a la manera de sus antepasados, y se prostituirán con sus ídolos detestables? 31 Hasta el día de hoy, ustedes se contaminan al hacer sus ofrendas y al sacrificar a sus hijos, pasándolos por fuego en honor a los ídolos malolientes. ¿Y ahora ustedes, israelitas, vienen a consultarme? Juro por mí mismo que no dejaré que me consulten. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo. 32 Jamás sucederá lo que ustedes tienen en mente: ‘Queremos ser como las otras naciones, como los pueblos del mundo, que adoran al palo y a la piedra.’ 33 Yo, el Señor omnipotente, juro por mí mismo que reinaré sobre ustedes con gran despliegue de fuerza y de poder, y con furia incontenible. 34 Los sacaré de las naciones y de los pueblos por donde estaban esparcidos, y los reuniré con gran despliegue de fuerza y de poder, y con furia incontenible. 35 Los llevaré al desierto que está entre las naciones, y allí los juzgaré cara a cara. 36 Así como juzgué a sus antepasados en el desierto de Egipto, también los juzgaré a ustedes. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo. 37 Así como el pastor selecciona sus ovejas, también yo los haré pasar a ustedes bajo mi vara y los seleccionaré para que formen parte de la alianza. 38 Apartaré a los rebeldes, a los que se rebelan contra mí, y los sacaré del país donde ahora viven como extranjeros, pero no entrarán en la tierra de Israel. Entonces ustedes reconocerán que yo soy el Señor.
39 » ”En cuanto a ustedes, pueblo de Israel, así dice el Señor omnipotente: Si no quieren obedecerme, ¡vayan y adoren a sus ídolos malolientes! Pero no sigan profanando mi santonombre con sus ofrendas y sus ídolos apestosos. 40 Porque en mi monte santo, el monte elevado de Israel, me adorará todo el pueblo de Israel; todos los que habitan en el país. Yo, el Señor, lo afirmo. Allí los recibiré, y exigiré sus ofrendas y sus primicias, junto con todo lo que quieran dedicarme. 41 Cuando yo los saque a ustedes y los reúna de todas las naciones y pueblos donde estarán esparcidos, en presencia de las naciones los recibiré como incienso agradable y les manifestaré mi santidad. 42 Y cuando yo los lleve a la tierra de Israel, al país que con la mano en alto había jurado a sus antepasados que les daría, entonces reconocerán que yo soy el Señor. 43 Allí se acordarán de su conducta y de todas sus acciones con las que se contaminaron, y sentirán asco de sí mismos por todas las maldades que cometieron. 44 Pueblo de Israel, cuando yo actúe en favor de ustedes, en honor a mi nombre y no según su mala conducta y sus obras corruptas, entonces ustedes reconocerán que yo soy el Señor. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo.” »
Comentario
3. ¿Cómo llegas a ser santo?
La clave de la santidad se encuentra en tu relación con Dios. El Señor dice: «Yo soy el Santo» (20:40, MSG). A través de tu relación con Él, quiere que seas como Él. Nos recuerda: «… soy el Señor, quien los apartó para que fueran santos» (v.12, NTV).
Aquella fue la razón de que «mantengan santos mis días de descanso»: el Sabbat (v.20[JW1] , NTV). Fue para dar a la gente tiempo para desarrollar su relación con Dios. Dar a Dios el primer día de la semana simbolizaba dar a Dios prioridad sobre todo.
El deseo de Dios ha sido siempre un pueblo santo. En este pasaje, vemos una vez más Su frustración con la falta de santidad de Su pueblo. El pueblo de Dios está destinado a ser un reflejo del carácter santo de Dios.
El pasaje de hoy comienza con un lamento por los últimos reyes de Judá (19:1). La «leona» se refiere a Judá y los últimos reyes se describen como sus leones cachorros.
En el capítulo 19:10-14, la imagen cambia a la de un viñedo arrancado, pero el mensaje de lamento es constante. Cualquier imperio que construyamos para nosotros puede parecer fuerte, pero será fácil y rápidamente destruido.
El resto del pasaje continúa explicando porqué Israel fue desarraigado y juzgado, y cuáles deberían haber sido sus acciones. Dios describe cómo el pueblo ha «contaminado» y «profanado» su santidad, pero espera que llegue el momento en que ya no sea así.
El factor clave que hace que el pueblo sea santo o no parece estar en su relación con Dios. Su queja contra ellos se centra en sus otros dioses resultantes, y en la forma en que se contaminaron con las imágenes que vieron (20:16, véase también vv.7,24,28,30). Aquello contrasta con lo que debería haber sido una estrecha relación con Dios, en la cual «yo soy el SEÑOR, el que los santifico» (v.12, RVA-2015).
A través de todo, podemos ver que el anhelo de Dios es un pueblo santo que refleje Su carácter. El Señor tenía un plan para hacer posible ese tipo de santidad y aquel momento solo se materializó con el sacrificio de Jesús y el derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés.
Te estás santificando, el Espíritu Santo vive en ti. Pon a Dios primero en tu vida y evita cualquier cosa que estropee tu relación con Él. La belleza serena de tu vida santa será influyente e irresistible.
Oración
Padre, quiero ponerte primero en mi vida y evitar cualquier cosa que estropee mi relación contigo. Ayúdame a llevar una vida santa.
Añadidos de Pippa
Pippa añade
Hebreos 10:14 (MSG)
«Fue un sacrificio perfecto de una persona perfecta para perfeccionar a algunas personas muy imperfectas».
¡Yo soy una de ellas!
App
Enjoy reading or listening to The Bible with Nicky and Pippa Gumbel on your iPhone or Android device.
Receive a daily email with a fresh devotion straight in your inbox.
Podcast
Subscribe and listen to The Bible with Nicky and Pippa Gumbel delivered to your favourte podcast app everyday.
Website
Far from your mobile device? You can read the daily devotion right here on this website.
Referencias
Notas:
Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea.
C. S. Lewis, Cartas a una señora American, (William B Eerdmans Publishing Co, 1971).
Tony Castle, The Hodder Book of Christian Quotations, (Hodder & Stoughton, 1982) p.146. No está en español.
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.
Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)
Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.
Notes
‘The serene beauty of a holy life is the most powerful influence in the world next to the power of God.’ (Blaise Pascal quotation in The Hodder Book of Christian Quotations by Tony Castle, H146)
‘How little people know who think that holiness is dull. When one meets the real thing ... it is irresistible.’ (Taken from C.S. Lewis, Letters to an American Lady in 5,000 Quotations for Teachers & Preachers, compiled by Robert Backhouse)
‘Humour is one of the three H’s that link Holiness to Humility.’ (T.D. Roberts quotation in The Hodder Book of Christian Quotations by Tony Castle, H147)
‘The secret of holy living is in the mind.’ (John Stott quotation in Gathered Gold: A Treasury of Quotations for Christians by John Blanchard)