El amor, la unidad y el Espíritu Santo
Introducción
El padre Raniero Cantalamessa es un fraile franciscano. En 1977, el Vaticano lo envió para ser observador en una conferencia en Kansas City, Estados Unidos; donde había 20 000 católicos y otros 20 000 cristianos. En el último día de la conferencia, después de que alguien hablara de la tragedia de todas las divisiones en el cuerpo de Cristo (la iglesia), 40 000 personas se arrodillaron en señal de arrepentimiento. Al levantar la mirada el padre Raniero vio las palabras «JESÚS ES EL SEÑOR» en un letrero grande de neón que se alzaba en aquel lugar. El padre describe cómo vislumbró en ese momento lo que significa la unidad cristiana: 40 000 personas arrodilladas en arrepentimiento bajo el señorío de Jesús.
Le pidió a un protestante laico que orara por él para experimentar más del Espíritu Santo y el Espíritu Santo lo llenó. Experimentó el amor de Dios por él de una manera nueva. Se encontró a sí mismo hablando «de cierta forma como hablar en lenguas». La Biblia cobró vida de una manera nueva; recibió un nuevo ministerio. En 1980, fue invitado por el Papa Juan Pablo II para ser el predicador de la Casa Pontificia y esto es lo que ha hecho durante los últimos 36 años. Tres temas dominan su notable ministerio: la unidad, el amor y el Espíritu Santo. Son distintos, pero están estrechamente relacionados.
Salmos 133:1-3
Salmo 133
Cántico de los peregrinos. De David.
1 ¡Cuán bueno y cuán agradable es
que los hermanos convivan en armonía!
2 Es como el buen aceite que, desde la cabeza,
va descendiendo por la barba,
por la barba de Aarón,
hasta el borde de sus vestiduras.
3 Es como el rocío de Hermón
que va descendiendo sobre los montes de Sión.
Donde se da esta armonía,
el Señor concede bendición y vida eterna.
Comentario
1. Vivan juntos en unidad
Dios bendice la unidad (v.1, DHH). Lo he visto una y otra vez. Bendice la unidad en el matrimonio, las familias, los equipos, las comunidades, las naciones y en la iglesia. Cuando los cristianos de diferentes iglesias, tradiciones y denominaciones se reúnen en unidad, «allá enviará el Señor bendición» (v.3, RVA-2015).
El salmista escribe: «¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía!» (v.1). Un proverbio dice: «Cuando las cosas débiles se unen, se hacen fuertes». Lo mismo ocurre con las personas: los débiles unidos se vuelven fuertes.
El salmista describe esta unidad «como el buen aceite» (v.2, usando una imagen de Levítico 8:12). Es como «el rocío de Hermón» (Salmo 133:3). El Monte Hermón es un área extensa, que por lo general, está cubierto de nieve. Se eleva 2800 metros (9100 pies) sobre el nivel del mar. Se cree que su rocío mantiene toda la tierra fresca.
Estas imágenes de aceite y rocío son imágenes de bendición. Donde hay unidad, «el Señor concede bendición» (v.3).
Oración
Señor, gracias por haber bendecido tanto la unidad. Oro para que haya unidad en nuestra iglesia y entre las iglesias alrededor del mundo.
1 Pedro 4:1-19
Viviendo el ejemplo de Cristo
4Por tanto, ya que Cristo sufrió en el cuerpo, asuman también ustedes la misma actitud; porque el que ha sufrido en el cuerpo ha roto con el pecado, 2 para vivir el resto de su vida terrenal no satisfaciendo sus pasiones humanas sino cumpliendo la voluntad de Dios. 3 Pues ya basta con el tiempo que han desperdiciado haciendo lo que agrada a los incrédulos, entregados al desenfreno, a las pasiones, a las borracheras, a las orgías, a las parrandas y a las idolatrías abominables. 4 A ellos les parece extraño que ustedes ya no corran con ellos en ese mismo desbordamiento de inmoralidad, y por eso los insultan. 5 Pero ellos tendrán que rendirle cuentas a aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. 6 Por esto también se les predicó el evangelio aun a los muertos, para que, a pesar de haber sido juzgados según criterios humanos en lo que atañe al cuerpo, vivan conforme a Dios en lo que atañe al espíritu.
7 Ya se acerca el fin de todas las cosas. Así que, para orar bien, manténganse sobrios y con la mente despejada. 8 Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados. 9 Practiquen la hospitalidad entre ustedes sin quejarse. 10 Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas. 11 El que habla, hágalo como quien expresa las palabras mismas de Dios; el que presta algún servicio, hágalo como quien tiene el poder de Dios. Así Dios será en todo alabado por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Sufriendo por seguir a Cristo
12 Queridos hermanos, no se extrañen del fuego de la prueba que están soportando, como si fuera algo insólito. 13 Al contrario, alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también sea inmensa su alegría cuando se revele la gloria de Cristo. 14 Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes. 15 Que ninguno tenga que sufrir por asesino, ladrón o delincuente, ni siquiera por entrometido. 16 Pero si alguien sufre por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar el nombre de Cristo. 17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la familia de Dios; y si comienza por nosotros, ¡cuál no será el fin de los que se rebelan contra el evangelio de Dios!
18 «Si el justo a duras penas se salva,
¿qué será del impío y del pecador?»
19 Así pues, los que sufren según la voluntad de Dios, entréguense a su fiel Creador y sigan practicando el bien.
Comentario
2. Ámense los unos a los otros profundamente
«Ámense los unos a los otros profundamente», escribe el apóstol Pedro (v.8a). La palabra griega usada para «profundamente» es la palabra usada para un caballo al galope completo. Significa «con toda extensión» y a veces se traduce como «fervientemente».
En palabras de la versión clásica de Amplified Bible, este tipo de amor «cubre una multitud de pecados (perdona e ignora las ofensas de los demás)» (v.8b, AMPC). El amor perdona las faltas en los demás porque conoces la gracia amorosa e indulgente de Dios en tu propia vida.
Esto es clave para mantener buenas relaciones y evitar discutir con los demás con demasiada facilidad. Sabes por tu propia vida cuánto te ama Dios y cómo ha perdonado tus pecados. Debes estar dispuesto a pasar por alto las ofensas y pecados de los demás.
Esto no significa que el pecado no importe. Al contrario, Pedro nos insta a romper con el pecado (v.1). Romper con la vieja vida de malos deseos humanos y vivir según la voluntad de Dios (v.2).
Recuerdo bien la reacción de algunos de mis amigos cuando me encontré con Jesús. Se sorprendieron por el cambio y pensaron que aquello era extraño. Pedro escribe: «Pues ya basta con el tiempo que han desperdiciado haciendo lo que agrada a los incrédulos, entregados al desenfreno, a las pasiones, a las borracheras, a las orgías, a las parrandas y a las idolatrías abominables. A ellos les parece extraño que ustedes ya no corran con ellos en ese mismo desbordamiento de inmoralidad» (vv.3-4).
Estás llamado a vivir de otra manera: mantente sobrio y con la mente despejada para poder orar (v.7); sobre todo, ama (v.8), practica la hospitalidad y usa tus dones (vv.9-10). «Lo más importante de todo es que sigan demostrando profundo amor unos a otros, porque el amor cubre gran cantidad de pecados. Abran las puertas de su hogar con alegría al que necesite un plato de comida o un lugar donde dormir» (vv.8-9, NTV).
Como el apóstol Pablo, Pedro enmarca el uso de los dones del Espíritu Santo en el contexto del amor (vv.10-11, también ver 1 Corintios 12-14). El propósito de los dones es amar.
Incluso si amas fervientemente, ese amor no siempre será devuelto. Espera la oposición y no te dejes sorprender por ella: «… no se sorprendan de las pruebas de fuego por las que están atravesando, como si algo extraño les sucediera. En cambio, alégrense mucho, porque estas pruebas los hacen ser partícipes con Cristo de su sufrimiento, para que tengan la inmensa alegría de ver su gloria cuando sea revelada a todo el mundo» (1 Pedro 4:12-13[JW1] , NTV).
Este es un tipo de sufrimiento al que todos los cristianos estamos llamados. El sufrimiento es parte del proceso de purificación. Dios usa el sufrimiento para refinarte y librarte del pecado en tu vida (vv.1-2). Los insultos son en realidad una bendición: «Si eres insultado por causa de Cristo, cuéntate como un bendecido. Es el Espíritu de Dios y su gloria en ti lo que hizo que los demás lo notaran» (v.14, MSG).
Aunque ser insultado es doloroso, toda crítica es una bendición. Si es verdad, es una bendición porque puedes aprender de ella. Si no es verdad y «los insultan porque llevan el nombre de Cristo, serán bendecidos» (v.14). Es un honor tan grande estar asociado con Jesús que incluso compartir sus sufrimientos es una bendición. Como quiera que sea, ¡una vez lo entiendas vas a ser capaz de ver todas las críticas como una bendición!
A veces sufrimos por nuestro propio pecado (v.15), pero el sufrimiento por ser cristiano no es causa de vergüenza, es motivo de regocijo y alabanza a Dios (v.13,16). Este no debería descorazonarte, sino seguir animarte haciendo lo que es bueno: «De modo que, si sufren de la manera que agrada a Dios, sigan haciendo lo correcto y confíenle su vida a Dios, quien los creó, pues él nunca les fallará» (v.19, NTV). Martin Luther King afirmó: «He decidido continuar con el amor. El odio es una carga demasiado grande que soportar».
Oración
Señor, ayúdanos a ser una comunidad que se ama profundamente y donde el amor cubre una multitud de pecados.
Ezequiel 47:1-48:35
El río del templo
47El hombre me trajo de vuelta a la entrada del templo, y vi que brotaba agua por debajo del umbral, en dirección al oriente, que es hacia donde da la fachada del templo. El agua corría por la parte baja del lado derecho del templo, al sur del altar. 2 Luego el hombre me sacó por la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por fuera, hasta la puerta exterior que mira hacia el oriente; y vi que las aguas fluían del lado sur. 3 El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar el agua, la cual me llegaba a los tobillos. 4 Luego midió otros quinientos metros y me hizo cruzar el agua, que ahora me llegaba a las rodillas. Midió otros quinientos metros, y me hizo cruzar el agua, que esta vez me llegaba a la cintura. 5 Midió otros quinientos metros, pero la corriente se había convertido ya en un río que yo no podía cruzar. Había crecido tanto que sólo se podía cruzar a nado. 6 Entonces me preguntó: «¿Lo has visto, hijo de hombre?»
En seguida me hizo volver a la orilla del río, 7 y al llegar vi que en sus márgenes había muchos árboles. 8 Allí me dijo: «Estas aguas fluyen hacia la región oriental, descienden hasta el Arabá, y van a dar al Mar Muerto. Cuando desembocan en ese mar, las aguas se vuelven dulces. 9 Por donde corra este río, todo ser viviente que en él se mueva vivirá. Habrá peces en abundancia porque el agua de este río transformará el agua salada en agua dulce, y todo lo que se mueva en sus aguas vivirá. 10 Junto al río se detendrán los pescadores, desde Engadi hasta Eneglayin, porque allí habrá lugar para secar sus redes. Los peces allí serán tan variados y numerosos como en el mar Mediterráneo. 11 Pero sus pantanos y marismas no tendrán agua dulce, sino que quedarán como salinas. 12 Junto a las orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas no se marchitarán, y siempre tendrán frutos. Cada mes darán frutos nuevos, porque el agua que los riega sale del templo. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas serán medicinales.
Los límites del país
13 »Así dice el Señor omnipotente: Éstos son los límites del país que se repartirá como herencia a las doce tribus de Israel, tomando en cuenta que a José le tocará una doble porción. 14 A los antepasados de ustedes les juré darles este país como herencia. Ahora cada uno de ustedes recibirá una parte igual, porque este país es su herencia.
15 »Por el lado norte, comenzando desde el mar Mediterráneo y pasando por la ciudad de Hetlón hasta la entrada de Zedad, los límites del país serán: 16 Jamat, Berotá, Sibrayin —que está entre el territorio de Damasco y el de Jamat— y Jazar Haticón, que limita con Jaurán. 17 Así el límite norte se extenderá desde el mar Mediterráneo hasta Jazar Enán. Al norte quedarán los territorios de Jamat y Jaurán.
18 »Por el oriente, la frontera entre la tierra de Israel y Jaurán, Damasco y Galaad, será el río Jordán, hasta la ciudad de Tamar, que está junto al Mar Muerto; éste será el lado oriental.
19 »Por el sur, la frontera irá desde Tamar hasta el oasis de Meribá Cades, en dirección del torrente de Egipto, hasta el mar Mediterráneo. Éste será el límite sur.
20 »Por el occidente, la frontera será el mar Mediterráneo, desde el límite sur hasta la costa que está a la altura de Lebó Jamat. Éste será el límite occidental.
21 »Ustedes deberán repartirse esta tierra entre las doce tribus de Israel. 22 La sortearán como herencia entre ustedes, y entre los extranjeros que habiten entre ustedes y que entre ustedes hayan tenido, a los cuales deberán considerar israelitas por nacimiento. Por tanto, estos extranjeros recibirán una herencia con ustedes entre las tribus de Israel. 23 Y en la tribu donde esté residiendo el extranjero, allí le darán su herencia. Lo afirma el Señor omnipotente.
Reparto de la tierra
48»Éstos son los nombres de las tribus, partiendo desde la frontera norte y comenzando con la tribu de Dan, de este a oeste, y desde el Mediterráneo, pasando por Hetlón, hasta Lebó Jamat y Jazar Enán, que es la parte al sur de Damasco y Jamat:
2 »Debajo de Dan, de este a oeste, está la porción de territorio de Aser.
3 »Debajo de Aser, de este a oeste, está la porción de territorio de Neftalí.
4 »Debajo de Neftalí, de este a oeste, está la porción de territorio de Manasés.
5 »Debajo de Manasés, de este a oeste, está la porción de territorio de Efraín.
6 »Debajo de Efraín, de este a oeste, está la porción de territorio de Rubén.
7 »Debajo de Rubén, de este a oeste, está la porción de territorio de Judá.
8 »Debajo de Judá, de este a oeste, está la porción de territorio que reservarás. Será de doce mil quinientos metros de ancho, y de este a oeste su longitud será la misma que la de los otros territorios. En medio de esta porción estará el santuario.
9 »La parcela que ustedes deben reservar para el Señor tendrá doce mil quinientos metros de largo por diez mil metros de ancho. 10 Dentro de esta parcela sagrada, a los sacerdotes les corresponderá una sección exclusiva que medirá doce mil quinientos metros por el norte, y cinco mil metros por el sur. En medio de ella se levantará el santuario del Señor. 11 Esta sección estará destinada a los sacerdotes consagrados, descendientes de Sadoc, que cuando se descarrió el pueblo de Israel se encargaron de mi servicio y no se descarriaron, como los levitas. 12 Por eso, a los sacerdotes les corresponderá una sección santísima de la parcela consagrada al Señor, junto al territorio de los levitas. 13 También los levitas tendrán una parcela de doce mil quinientos metros de largo por cinco mil de ancho, a lo largo del territorio de los sacerdotes. En total, la parcela reservada tendrá doce mil quinientos metros de largo por diez mil metros de ancho. 14 Como parcela escogida del país, no se podrá vender, permutar ni expropiar ninguna parte de ella, pues está consagrada al Señor.
15 »La sección restante de doce mil quinientos metros de largo por dos mil quinientos metros de ancho es terreno profano. Se dedicará al uso común de la ciudad, para la construcción de viviendas y para pastizales. La ciudad quedará en el centro, 16 y medirá dos mil doscientos cincuenta metros de largo por el lado norte, y lo mismo por sus lados sur, este y oeste. 17 Los pastizales de la ciudad medirán ciento veinticinco metros de ancho alrededor de toda la ciudad. 18 A los costados de la ciudad quedará una sección, junto a la parcela consagrada al Señor, que tendrá cinco mil metros de largo por la parte este, y otros tantos por el oeste. Todo lo que allí se produzca servirá de alimento para los trabajadores de la ciudad. 19 La cultivarán los trabajadores de la ciudad, sin importar a qué tribu pertenezcan. 20 Toda la parcela consagrada, incluso lo que pertenece a la ciudad, formará un cuadrado de doce mil quinientos metros por lado.
21 »El terreno que quede a ambos lados de la parcela consagrada y de la que pertenece a la ciudad, será para el príncipe. A él le tocará una parcela de doce mil quinientos metros por el lado este, hasta la frontera oriental, y doce mil quinientos metros por el oeste, hasta la frontera occidental. Todo esto quedará paralelo a las otras secciones. En el centro estarán la parcela consagrada y el santuario del templo. 22 Así mismo, la propiedad de los levitas y la de la ciudad se ubicarán entre las fronteras de Judá y Benjamín, en medio de la parcela que le corresponde al príncipe.
23 »En cuanto a las demás tribus, a Benjamín le tocará una sección de este a oeste.
24 »Debajo de Benjamín, a Simeón le tocará una sección de este a oeste.
25 »Debajo de Simeón, a Isacar le tocará una sección de este a oeste.
26 »Debajo de Isacar, a Zabulón le tocará una sección de este a oeste.
27 »Debajo de Zabulón, a Gad le tocará una sección de este a oeste.
28 »Debajo de Gad, partiendo de este a oeste, la frontera irá desde Tamar hasta el oasis de Meribá Cades y el arroyo de Egipto, y hasta el mar Mediterráneo.
29 »Éste es el territorio que ustedes repartirán por sorteo entre las tribus de Israel, y que será su herencia. Así quedará distribuido el territorio. Lo afirma el Señor omnipotente.
Las puertas de Jerusalén
30 ȃstas son las salidas de la ciudad:
»Por el norte, la ciudad medirá dos mil doscientos cincuenta metros. 31 Las puertas de la ciudad tendrán los nombres de las tribus de Israel. Al norte habrá tres puertas: la de Rubén, la de Judá y la de Leví.
32 »Por el este, la ciudad medirá dos mil doscientos cincuenta metros, y tendrá tres puertas: la de José, la de Benjamín y la de Dan.
33 »Por el sur, la ciudad medirá dos mil doscientos cincuenta metros, y tendrá tres puertas: la de Simeón, la de Isacar y la de Zabulón.
34 »Por el oeste, la ciudad medirá dos mil doscientos cincuenta metros, y tendrá tres puertas: la de Gad, la de Aser y la de Neftalí.
35 »El perímetro urbano será de nueve mil metros.
»Y desde aquel día el nombre de la ciudad será:
AQUÍ HABITA EL Señor.»
Comentario
3. Anhela el derramamiento del Espíritu Santo
Cuando el Espíritu Santo infunde el amor de Dios en tu corazón (Romanos 5:5), el Espíritu de Dios trae vida abundante, crecimiento espiritual, más frutos y sanidad a tu existencia.
Ezequiel recibe una imagen de esto cuando ve la corriente de agua que fluye por debajo del templo. El agua brota y llega a ser un río que en primer lugar le llega hasta el tobillo, luego hasta la rodilla, luego hasta la cintura y finalmente «el río ya era demasiado profundo para cruzarlo caminando. Había buena profundidad para nadar, pero demasiada para atravesarlo a pie» (Ezequiel 47:5, NTV). Hay muchos árboles a ambos lados del río (v.7). Por dondequiera que el río fluye, el mar se vuelve fresco (v.8).
«Por donde corra este río, todo ser viviente que en él se mueva vivirá. Habrá peces en abundancia porque el agua de este río transformará el agua salada en agua dulce, y todo lo que se mueva en sus aguas vivirá. Junto al río se detendrán los pescadores, \[…\] allí habrá lugar para secar sus redes. Los peces allí serán tan variados y numerosos \[…\]. Junto a las orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas no se marchitarán, y siempre tendrán frutos. Cada mes darán frutos nuevos, porque el agua que los riega sale del templo. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas serán medicinales» (vv.8-12).
Jesús dijo que aquellas promesas de Ezequiel no se cumplirían en un lugar, sino en una persona: el mismo Jesús (Juan 7:37-39). A través del Espíritu Santo, las corrientes de agua viva fluirán en ti también. Jesús dijo: «De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva» (v.38).
Este río de agua viva, por lo tanto, es una imagen de la obra del Espíritu el cual te trae vida, abundancia y bendición, para después brotar de ti hasta tener un impacto positivo en los demás. Todas las metáforas apuntan a vida, crecimiento, fruto y sanidad. Es una imagen de la iglesia de Jesucristo creciendo y trayendo vida donde quiera que fluya el río.
En última instancia, el río prefigura y anticipa la nueva Jerusalén: la ciudad donde Dios vive. El nombre de la ciudad es: «Aquí habita el Señor» (Ezequiel 48:35). Esto prefigura el nuevo cielo y la nueva tierra que Jesús traerá cuando regrese (ver Apocalipsis 22:1-2).
Oración
Señor, gracias por el Espíritu Santo y la promesa de que corrientes de agua viva fluirán de lo íntimo de mi ser. Te pido que me llenes hoy con el Espíritu Santo para que pueda llevar vida, amor, unidad y sanidad donde quiera que vaya.
Añadidos de Pippa
Pippa añade
1 Pedro 4:9
«Practiquen la hospitalidad entre ustedes sin quejarse».
Al tener tantas personas que entran y salen de nuestra casa a diario, ¡necesito leer continuamente este versículo!
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Referencias
Notas:
Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea.
Las citas bíblicas marcadas (AMPC) son tomadas de la Biblia Amplificada® Classic Edition en inglés, no está traducida al español, se parafrasea.
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