Conexiones íntimas
Introducción
«Hermandad» o «fraternidad» son palabras maravillosas, son aquello para lo que fuiste creado. Estas satisfacen los anhelos más profundos de tu corazón y son la respuesta a la soledad. Nada en esta vida se puede comparar con ellas. Comienza ahora y continúa para siempre.
No hay mayor alegría en la vida que la comunión. Juan quiere que sus lectores disfruten la misma fraternidad que él tiene, como dice The Message: «Queremos que disfruten esto también. ¡Su alegría duplicará nuestra alegría!» (1 Juan 1:3, MSG).
«Koinonia», la palabra griega utilizada para comunión, es casi intraducible. Expresa una relación de gran intensidad e intimidad. Incluso se convirtió en la expresión favorita de la relación matrimonial, la más íntima entre los seres humanos. Es una palabra rica que describe una vida juntos en la que todo se comparte. Esta es la palabra que Juan usa para nuestra íntima relación con Dios (v.3).
También describe nuestra relación con los demás. Puedes tener amistades auténticas y fuertes y una comunicación honesta. No hay necesidad de máscaras o «apariencias» o «sesgos». Puedes ser auténtico ante Dios y ante los demás. El resultado es un nivel de conexión íntima con los demás que se resume mejor en estas hermosas palabras: «Hermandad» o «fraternidad».
Salmos 136:1-12
Salmo 136
1 Den gracias al Señor, porque él es bueno;
su gran amor perdura para siempre.
2 Den gracias al Dios de dioses;
su gran amor perdura para siempre.
3 Den gracias al Señor omnipotente;
su gran amor perdura para siempre.
4 Al único que hace grandes maravillas;
su gran amor perdura para siempre.
5 Al que con inteligencia hizo los cielos;
su gran amor perdura para siempre.
6 Al que expandió la tierra sobre las aguas;
su gran amor perdura para siempre.
7 Al que hizo las grandes luminarias;
su gran amor perdura para siempre.
8 El sol, para iluminar el día;
su gran amor perdura para siempre.
9 La luna y las estrellas, para iluminar la noche;
su gran amor perdura para siempre.
10 Al que hirió a los primogénitos de Egipto;
su gran amor perdura para siempre.
11 Al que sacó de Egipto a Israel;
su gran amor perdura para siempre.
12 Con mano poderosa y con brazo extendido;
su gran amor perdura para siempre.
Comentario
1. Dale las gracias a Dios
Dios te ama. Debemos recordar constantemente el amor de Dios por nosotros. El salmista repite 26 veces en este salmo: «Su gran amor perdura para siempre». Tu íntima conexión con el Señor se basa en Su amor duradero por ti.
Responde dando «gracias» a Dios por:
- Quién es Él
Él es bueno (v.1), es el «Dios de dioses» y «Señor de señores» (vv.2-3, NTV).
- Lo que ha hecho
Él hace grandes maravillas. Hizo los cielos y extendió la tierra; hizo el sol, la luna y las estrellas (vv.4-9)
- Lo que ha hecho por ti
Su mano es poderosa y Su brazo está extendido hacia ti (v.12).
Oración
Señor, gracias porque Tu amor por mí perdura para siempre.
1 Juan 1:1-2:11
El Verbo de vida
1Lo que ha sido desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado, lo que hemos tocado con las manos, esto les anunciamos respecto al Verbo que es vida. 2 Esta vida se manifestó. Nosotros la hemos visto y damos testimonio de ella, y les anunciamos a ustedes la vida eterna que estaba con el Padre y que se nos ha manifestado. 3 Les anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. 4 Les escribimos estas cosas para que nuestra alegría sea completa.
Caminemos en la luz
5 Éste es el mensaje que hemos oído de él y que les anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad. 6 Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad. 7 Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado.
8 Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad. 9 Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. 10 Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no habita en nosotros.
2Mis queridos hijos, les escribo estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo. 2 Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no sólo por los nuestros sino por los de todo el mundo.
3 ¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? Si obedecemos sus mandamientos. 4 El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no tiene la verdad. 5 En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él: 6 el que afirma que permanece en él, debe vivir como él vivió.
7 Queridos hermanos, lo que les escribo no es un mandamiento nuevo, sino uno antiguo que han tenido desde el principio. Este mandamiento antiguo es el mensaje que ya oyeron. 8 Por otra parte, lo que les escribo es un mandamiento nuevo, cuya verdad se manifiesta tanto en la vida de Cristo como en la de ustedes, porque la oscuridad se va desvaneciendo y ya brilla la luz verdadera.
9 El que afirma que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. 10 El que ama a su hermano permanece en la luz, y no hay nada en su vida que lo haga tropezar. 11 Pero el que odia a su hermano está en la oscuridad y en ella vive, y no sabe a dónde va porque la oscuridad no lo deja ver.
Comentario
2. Habla con Dios
Juan sabía de qué estaba hablando. Conocía personalmente a Jesucristo. Él fue el discípulo a quien Jesús amaba de una manera especial (Juan 13:23), y con quien había pasado gran parte de su tiempo.
Juan —ahora un anciano— escribe que había «oído», «visto», «contemplado» y «tocado» a Jesús (1 Juan 1:1). Aquello que había «visto» quería entregarlo como «testimonio» y «anunciarlo» a fin de que sus lectores también tuvieran una conexión íntima con el Padre y Su Hijo, Jesucristo (vv.2-3).
Sorprendentemente, también puedes experimentar aquella íntima conexión: «Les anunciamos lo que nosotros mismos hemos visto y oído, para que ustedes tengan comunión con nosotros; y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo, Jesucristo» (v.3, NTV).
¿Cómo puedes tener esta conexión íntima con el Padre y el Hijo?
Estás habilitado para «andar en la luz» debido a «la sangre de Jesús», que «nos limpia de todo pecado» (v.7, RVA-2015). Debido a esto, aunque todavía somos pecadores (v.8), se nos ofrece perdón continuo por nuestros pecados. Estás llamado a esta íntima relación con Él, donde puedes hablarle acerca de tus pecados y recibir la seguridad del perdón: «Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad» (v.9).
La sangre de Jesús te limpia continuamente de la misma manera que tu hígado y tu sangre física, en combinación, limpian continuamente tu cuerpo físico.
El único requisito es que admitas que has pecado y confieses tus pecados.
Mantén una contabilidad ajustada con Dios. Cuando peques, confiésate rápidamente, arrepiéntete y recibe la limpieza de Dios. Levántate y sigue adelante.
Aquí hallamos un equilibrio extraordinario. Se supone que no debemos pecar, sino caminar en la luz. Sin embargo, todos hemos pecado: «Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no habita en nosotros» (v.10).
Esto lleva a una maravillosa combinación: Juan alienta a sus lectores a no pecar, mientras que al mismo tiempo les asegura la gracia y la misericordia de Dios si lo hacen (2:1). Este equilibrio del llamado a la santidad junto con la gracia está en el corazón de la vida cristiana.
Sorprendentemente, cuando nos equivocamos, Jesús es nuestro «abogado» (NTV), es nuestro abogado defensor divino: «… tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo» (v.1).
Es el sacrificio de Jesús en la cruz por ti lo que te permite poder hablar con el Padre y el Hijo en una íntima relación de «comunión» (1:3). Estás llamado a conocer a Dios (2:4) y a experimentar su amor por ti (v.5). «Cualquiera que afirme vivir en intimidad con Dios debe vivir el mismo tipo de vida que Jesús vivió» (v.6, MSG).
Parte de esto lo vemos en nuestra conexión con los demás en la comunidad cristiana. «Si vivimos en la luz, \[...\], tenemos comunión unos con otros» (1:7). Una conciencia clara, el amor, la obediencia, la intimidad con Dios y la intimidad unos con otros, van de la mano.
Oración
Señor, gracias por el asombroso privilegio de poder tener comunión contigo y con los demás a través de tu sangre derramada por nosotros en la cruz.
Daniel 5:17-6:28
17 —Su Majestad puede quedarse con sus regalos, o dárselos a otro —le respondió Daniel—. Yo voy a leerle a Su Majestad lo que dice en la pared, y le explicaré lo que significa.
18 »El Dios Altísimo dio al rey Nabucodonosor, padre de usted, grandeza, gloria, majestad y esplendor. 19 Gracias a la autoridad que Dios le dio, ante él temblaban de miedo todos los pueblos, naciones y gente de toda lengua. A quien él quería matar, lo mandaba matar; a quien quería perdonar, lo perdonaba; si quería promover a alguien, lo promovía; y si quería humillarlo, lo humillaba. 20 Pero, cuando su corazón se volvió arrogante y orgulloso, se le arrebató el trono real y se le despojó de su gloria; 21 fue apartado de la gente y recibió la mente de un animal; vivió entre los asnos salvajes y se alimentó con pasto como el ganado; ¡el rocío de la noche empapaba su cuerpo! Todo esto le sucedió hasta que reconoció que el Dios Altísimo es el soberano de todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere.
22 »Sin embargo, y a pesar de saber todo esto, usted, hijo de Nabucodonosor, no se ha humillado. 23 Por el contrario, se ha opuesto al Dios del cielo mandando traer de su templo las copas, para que beban en ellas usted y sus nobles, y sus esposas y concubinas. Usted se ha deshecho en alabanzas a los dioses de oro, plata, hierro, madera y piedra, dioses que no pueden ver ni oír ni entender; en cambio, no ha honrado al Dios en cuyas manos se hallan la vida y las acciones de Su Majestad. 24 Por eso Dios ha enviado esa mano a escribir 25 lo que allí aparece: Mene, Mene, Téquel, Parsin.
26 »Pues bien, esto es lo que significan esas palabras:
» Mene: Dios ha contado los días del reino de Su Majestad, y les ha puesto un límite.
27 » Téquel: Su Majestad ha sido puesto en la balanza, y no pesa lo que debería pesar.
28 » Parsin: El reino de Su Majestad se ha dividido, y ha sido entregado a medos y persas.
29 Entonces Belsasar ordenó que se vistiera a Daniel de púrpura, que se le pusiera una cadena de oro en el cuello, y que se le nombrara tercer gobernante del reino. 30 Esa misma noche fue asesinado Belsasar, rey de los babilonios, y Darío el Persa se apoderó del reino. 31 Para entonces, Darío tenía sesenta y dos años.
Daniel en el foso de los leones
6Para el control eficaz de su reino, Darío consideró prudente nombrar a ciento veinte sátrapas 2 y tres administradores, uno de los cuales era Daniel. Estos sátrapas eran responsables ante los administradores, a fin de que los intereses del rey no se vieran afectados. 3 Y tanto se distinguió Daniel por sus extraordinarias cualidades administrativas, que el rey pensó en ponerlo al frente de todo el reino. 4 Entonces los administradores y los sátrapas empezaron a buscar algún motivo para acusar a Daniel de malos manejos en los negocios del reino. Sin embargo, no encontraron de qué acusarlo porque, lejos de ser corrupto o negligente, Daniel era un hombre digno de confianza. 5 Por eso concluyeron: «Nunca encontraremos nada de qué acusar a Daniel, a no ser algo relacionado con la ley de su Dios.»
6 Formaron entonces los administradores y sátrapas una comisión para ir a hablar con el rey, y estando en su presencia le dijeron:
—¡Que viva para siempre Su Majestad, el rey Darío! 7 Nosotros los administradores reales, junto con los prefectos, sátrapas, consejeros y gobernadores, convenimos en que Su Majestad debiera emitir y confirmar un decreto que exija que, durante los próximos treinta días, sea arrojado al foso de los leones todo el que adore a cualquier dios u hombre que no sea Su Majestad. 8 Expida usted ahora ese decreto, y póngalo por escrito. Así, conforme a la ley de los medos y los persas, no podrá ser revocado.
9 El rey Darío expidió el decreto y lo puso por escrito. 10 Cuando Daniel se enteró de la publicación del decreto, se fue a su casa y subió a su dormitorio, cuyas ventanas se abrían en dirección a Jerusalén. Allí se arrodilló y se puso a orar y alabar a Dios, pues tenía por costumbre orar tres veces al día. 11 Cuando aquellos hombres llegaron y encontraron a Daniel orando e implorando la ayuda de Dios, 12 fueron a hablar con el rey respecto al decreto real:
—¿No es verdad que Su Majestad publicó un decreto? Según entendemos, todo el que en los próximos treinta días adore a otro dios u hombre que no sea Su Majestad, será arrojado al foso de los leones.
—El decreto sigue en pie —contestó el rey—. Según la ley de los medos y los persas, no puede ser derogado.
13 —¡Pues Daniel —respondieron ellos—, que es uno de los exiliados de Judá, no toma en cuenta a Su Majestad ni al decreto que ha promulgado! ¡Todavía sigue orando a su Dios tres veces al día!
14 Cuando el rey escuchó esto, se deprimió mucho y se propuso salvar a Daniel, así que durante todo el día buscó la forma de salvarlo. 15 Pero aquellos hombres fueron a ver al rey y lo presionaron:
—No olvide Su Majestad que, según la ley de los medos y los persas, ningún decreto ni edicto emitido por el rey puede ser derogado.
16 El rey dio entonces la orden, y Daniel fue arrojado al foso de los leones. Allí el rey animaba a Daniel:
—¡Que tu Dios, a quien siempre sirves, se digne salvarte!
17 Trajeron entonces una piedra, y con ella taparon la boca del foso. El rey lo selló con su propio anillo y con el de sus nobles, para que la sentencia contra Daniel no pudiera ser cambiada. 18 Luego volvió a su palacio y pasó la noche sin comer y sin divertirse, y hasta el sueño se le fue. 19 Tan pronto como amaneció, se levantó y fue al foso de los leones. 20 Ya cerca, lleno de ansiedad gritó:
—Daniel, siervo del Dios viviente, ¿pudo tu Dios, a quien siempre sirves, salvarte de los leones?
21 —¡Que viva Su Majestad por siempre! —contestó Daniel desde el foso—. 22 Mi Dios envió a su ángel y les cerró la boca a los leones. No me han hecho ningún daño, porque Dios bien sabe que soy inocente. ¡Tampoco he cometido nada malo contra Su Majestad!
23 Sin ocultar su alegría, el rey ordenó que sacaran del foso a Daniel. Cuando lo sacaron, no se le halló un solo rasguño, pues Daniel confiaba en su Dios. 24 Entonces el rey mandó traer a los que falsamente lo habían acusado, y ordenó que los arrojaran al foso de los leones, junto con sus esposas y sus hijos. ¡No habían tocado el suelo cuando ya los leones habían caído sobre ellos y les habían triturado los huesos!
25 Más tarde el rey Darío firmó este decreto:
«A todos los pueblos, naciones y lenguas de este mundo:
»¡Paz y prosperidad para todos!
26 »He decretado que en todo lugar de mi reino la gente adore y honre al Dios de Daniel.
»Porque él es el Dios vivo,
y permanece para siempre.
Su reino jamás será destruido,
y su dominio jamás tendrá fin.
27 Él rescata y salva;
hace prodigios en el cielo
y maravillas en la tierra.
¡Ha salvado a Daniel
de las garras de los leones!»
28 Fue así como Daniel prosperó durante los reinados de Darío y de Ciro el Persa.
Comentario
3. Confía en Dios
Daniel disfrutaba de una conexión íntima y cercana con Dios. Él es un maravilloso ejemplo de alguien que tenía total y completa confianza en el Señor; se niega a aceptar los regalos de Belsasar (5:17). Ten cuidado con aceptar simplemente regalos de alguien. Daniel no quería comprometer su posición.
Los pecados de Belsasar fueron: primero, el orgullo (v.20): no se humilló (v.22); segundo, la arrogancia (v.20): se puso en contra del Señor del cielo (v.23); y tercero, la adoración a los ídolos: alabando a dioses de plata y oro (v.23).
Daniel es un magnífico ejemplo de un político cristiano. No es solo el hecho de que su inteligencia superaba a los demás por completo. Lo que realmente le hizo sobresalir fue su integridad. Cuando intentaron encontrar algún escándalo o armazón, no pudieron encontrar nada: «… no encontraron de qué acusarlo porque, lejos de ser corrupto o negligente, Daniel era un hombre digno de confianza» (6:4).
No todos podemos distinguirnos como lo hizo Daniel (v.3), pero todos podemos tener «excelencia de espíritu» (v.3, RVA-2015). Busca ser digno de confianza en tu trabajo, ser honesto y cuidadoso, no «corrupto o negligente» (v.4). Sé fiel en tu trabajo y lo más importante, sé fiel en tu relación con Dios.
Daniel era uno de los tres hombres más importantes del país y tenía una gran responsabilidad. Tenía un trabajo extremadamente demandante y que requería mucho tiempo. Sin embargo, logró encontrar el tiempo para orar tres veces al día.
Por aquel entonces, Daniel ya llevaba viviendo en Babilonia muchos años y su actitud hacia el estado es muy interesante. Desempeñó su papel al completo y obedeció todas las leyes. Sus acusadores lo sabían y se dieron cuenta de que la única forma de atacarlo era forjando una ley que fuera en contra de Dios; por ello, hicieron ilegal orar (vv.5-7). Daniel no vaciló en desobedecer ese mandato abiertamente (v.10).
Hablar con Dios está indisolublemente vinculado a confiar en Él. La comunión con Dios fue la prioridad número uno en la vida de Daniel. Continuó orando como siempre lo había hecho y rehusó hacer alguna concesión, ni siquiera trató de ocultar el hecho de que estaba orando. Mantenía las ventanas abiertas como lo había hecho siempre, para que todos pudieran ver.
Daniel fue arrojado al foso de los leones. Toda la historia parece presagiar el último período de la vida de Jesús:
- Los celos llevaron a acusaciones falsas en su contra
- Sus enemigos no pudieron encontrar ninguna base para un cargo en su contra
- Al final recurrieron a una acusación de cargo religiosa
- Un rey reacio y débil fue persuadido a tomar algunas medidas que realmente no quería tomar
- El gran coraje de Daniel presagiaba el valor supremo de Jesús
- El rescate de Dios presagiaba la resurrección
- Incluso la tumba vacía parece ser prefigurada: «Trajeron entonces una piedra, y con ella taparon la boca del foso. El rey lo selló \[...\]. Tan pronto como amaneció, \[el rey\] se levantó y fue al “foso” de los leones» (vv.17,19).
La clave de toda la historia es la completa confianza de Daniel en Dios. Aquello lo hizo intrépido. ¡Se dice que los leones no se comieron a Daniel «por su valor y temple»! Sirvió a Dios continuamente (vv.16,20), y fue reconocido y considerado como siervo del Dios vivo (v.20). Estaba a disposición de Dios en todo momento del día.
Resiste la presión de hacer concesiones; sigue confiando en Dios incluso cuando todo parezca salir mal y ten el coraje de ser diferente.
Oración
Señor, ayúdame a seguir caminando en una íntima relación de conexión contigo, dándote gracias, hablando contigo y confiando en Ti.
Añadidos de Pippa
Pippa añade
Necesitamos más personas como Daniel para asesorar a nuestros líderes. Es impresionante que fuera tan leal a Nabucodonosor y a Darío. Sin embargo, no comprometió su fe. En primer lugar, siguió a Dios, y en segundo lugar fue político y consejero.
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Referencias
Notas:
Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea.
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.
Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)
Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.
2011 Notes
Arndt and Gingrich write, ‘Koinonia expressed a relationship of great intimacy and depth, one so rich in fact that it even became the favourite expression for the marital relationship ... the most intimate between human beings’. (Arndt & Gingrich, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature, 1957 p. 439).
2012 Notes
‘My entire theology can be condensed into four words: “Jesus died for me”.’ (C.H. Spurgeon in Draper’s Book of Quotations for the Christian World, p.11195)
It is said that the lions did not eat Daniel ‘because he was grit and backbone’! (C.H. Spurgeon in Draper’s Book of Quotations for the Christian World, p.1046)