El león y el cordero
Introducción
Algunas personas son como leones: resueltas, fuertes y valientes. Otras, son como corderos: amables, mansos y sumisos. Todos nosotros debemos ser una mezcla divina de ambos y saber cuándo ser como un león y cuándo como un cordero.
Pero, ¿cómo puede ser una persona a la vez león y cordero?
En el libro Las crónicas de Narnia de C.S. Lewis, el león Aslan representa a Jesús. En el más famoso de estos libros, El león, la bruja y el armario, Aslan es sacrificado:
«“ —¡Atadlo, he dicho! —repitió la Bruja Blanca” \[...\]. “Hay que afeitarlo primero” \[…\]. “Hay que afeitarlo primero” \[...\]. “¡Ponedle el bozal! —dijo la bruja” \[…\] tantas como eran las criaturas
que lo rodeaban para asestarle patadas y golpes, escupirle y burlarse de él \[…\], empezaron a arrastrar al atado y amordazado león hacia la Mesa de Piedra».
Después, «en ese instante oyeron a su espalda un fuerte ruido; un enorme y ensordecedor crujido \[…\] La Mesa de Piedra estaba rota en dos pedazos con una enorme hendidura que la recorría de extremo
a extremo \[…\]. Allí, brillando bajo la luz del amanecer, más grande de lo que lo habían visto antes, sacudiendo la melena, que al parecer había vuelto a crecer, estaba el propio Aslan». Este mismo Aslan les dice que «cuando una víctima voluntaria que no ha cometido ninguna traición fuera ejecutada en lugar de un traidor, la Mesa se rompería y la muerte misma efectuaría un movimiento de retroceso».
En el libro de Apocalipsis, vemos a Jesús en pie en el centro del trono del cielo. Él es el León y el Cordero. Él es triunfante («ha vencido», 5:5) y sacrificado («fue sacrificado», v.9). De una manera imaginativa y poderosa, C.S. Lewis muestra cómo Jesús puede ser a la vez «el León de la tribu de Judá» (Apocalipsis 5:5) y «un Cordero que estaba de pie y parecía haber sido sacrificado» (v.6).
Proverbios 30:11-23
11 »Hay quienes maldicen a su padre
y no bendicen a su madre.
12 Hay quienes se creen muy puros,
pero no se han purificado de su impureza.
13 Hay quienes se creen muy importantes,
y a todos miran con desdén.
14 Hay quienes tienen espadas por dientes
y cuchillos por mandíbulas;
para devorar a los pobres de la tierra
y a los menesterosos de este mundo.
15 »La sanguijuela tiene dos hijas
que sólo dicen: “Dame, dame.”
»Tres cosas hay que nunca se sacian,
y una cuarta que nunca dice “¡Basta!”:
16 el sepulcro, el vientre estéril,
la tierra, que nunca se sacia de agua,
y el fuego, que no se cansa de consumir.
17 »Al que mira con desdén a su padre,
y rehúsa obedecer a su madre,
que los cuervos del valle le saquen los ojos
y que se lo coman vivo los buitres.
18 »Tres cosas hay que me causan asombro,
y una cuarta que no alcanzo a comprender:
19 el rastro del águila en el cielo,
el rastro de la serpiente en la roca,
el rastro del barco en alta mar,
y el rastro del hombre en la mujer.
20 »Así procede la adúltera:
come, se limpia la boca,
y afirma: “Nada malo he cometido.”
21 »Tres cosas hacen temblar la tierra,
y una cuarta la hace estremecer:
22 el siervo que llega a ser rey,
el necio al que le sobra comida,
23 la mujer rechazada que llega a casarse,
y la criada que suplanta a su señora.
Comentario
1. Sé limpio por el Cordero que fue sacrificado
Necesitamos ser limpiados de nuestro pecado, de nuestra «impureza», tal como la describe el autor de Proverbios (v.12). Esta «impureza» del pecado se presenta bajo muchos aspectos diferentes:
- No prestar la debida obediencia a nuestros padres ni bendecirlos (vv.11-12,17)
- El orgullo, el cual puede venir en forma de ojos que miran altivos con «desdén» (v.13). «No seas tan rígido y pienses que eres mejor que todo el mundo» (v.13, MSG)
- No cuidar a «los pobres» y «los menesterosos» (v.14)
- El pecado sexual, el cual se justifica a sí mismo diciendo: «Nada malo he cometido» (v.20)
No reconocer la necesidad de ser limpiados es el peor estado en el que podemos estar (v.12). Ser limpiados de nuestros pecados es una cosa maravillosa.
En el pasaje del Nuevo Testamento de hoy, vemos a toda la creación adorando al Cordero porque ha sido sacrificado «y con tu sangre compraste para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación» (Apocalipsis 5:9). La sangre de Jesús es la que «nos limpia de todo pecado» (1 Juan 1:7).
Oración
Señor, que no solo sea «puro» a mis «propios ojos» (v.12). Te pido que me limpies mediante la sangre del Cordero, que me compró para Dios.
Apocalipsis 5:1-14
El rollo escrito y el Cordero
5En la mano derecha del que estaba sentado en el trono vi un rollo escrito por ambos lados y sellado con siete sellos. 2 También vi a un ángel poderoso que proclamaba a gran voz: «¿Quién es digno de romper los sellos y de abrir el rollo?» 3 Pero ni en el cielo ni en la tierra, ni debajo de la tierra, hubo nadie capaz de abrirlo ni de examinar su contenido. 4 Y lloraba yo mucho porque no se había encontrado a nadie que fuera digno de abrir el rollo ni de examinar su contenido. 5 Uno de los ancianos me dijo: «¡Deja de llorar, que ya el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido! Él sí puede abrir el rollo y sus siete sellos.»
6 Entonces vi, en medio de los cuatro seres vivientes y del trono y los ancianos, a un Cordero que estaba de pie y parecía haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. 7 Se acercó y recibió el rollo de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. 8 Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo de Dios. 9 Y entonaban este nuevo cántico:
«Digno eres de recibir el rollo escrito
y de romper sus sellos,
porque fuiste sacrificado,
y con tu sangre compraste para Dios
gente de toda raza, lengua, pueblo y nación.
10 De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios,
y reinarán sobre la tierra.»
11 Luego miré, y oí la voz de muchos ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era millares de millares y millones de millones. 12 Cantaban con todas sus fuerzas:
«¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado,
de recibir el poder,
la riqueza y la sabiduría,
la fortaleza y la honra,
la gloria y la alabanza!»
13 Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban:
«¡Al que está sentado en el trono y al Cordero,
sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder,
por los siglos de los siglos!»
14 Los cuatro seres vivientes exclamaron: «¡Amén!», y los ancianos se postraron y adoraron.
Comentario
2. Adora al Cordero que también es un León
A veces me encuentro actuando como un cordero cuando debería ser un león. Actúo mansamente cuando debiera ser resuelto, fuerte y valiente. En otras ocasiones, actúo como un león cuando tendría que ser más como un cordero. Soy demasiado bravo cuando debería ser amable, manso y sumiso.
Jesús derrotó a poderosos oponentes con una valentía de león: por ejemplo cuando echó a los cambistas del Templo. Por otro lado, con la mujer sorprendida en adulterio (Juan 8:1-11) pudo haber sido inflexible, pero en vez de eso fue misericordioso y amable como un cordero. El reto para nosotros es seguir el ejemplo de aquel a quien adoramos.
¿Qué está pasando en el Cielo ahora mismo? Juan nos dice que cuando ve el Cielo contempla a millones de personas adorando a Jesús «el León», quien también es «un Cordero». Jesús es la clave para entender la historia y la salvación.
En la tierra, nos resulta muy difícil comprender lo que está pasando. ¿Cuáles son los planes y los propósitos de Dios para la historia y la salvación? ¿Cuáles son Sus planes y propósitos para tu vida y la mía? El rollo «sellado con siete sellos» (Apocalipsis 5:1) probablemente representa los planes y los propósitos de Dios.
Nadie ni en el cielo o la tierra, o bajo la tierra, es considerado digno de abrir el rollo o ni tan siquiera mirar dentro de él, excepto Jesús: «El León de la tribu de Judá» el cual «ha vencido» (vv.2-5).
Aquí se muestra a Jesús en toda su majestad y realeza. Solo Jesús puede abrir los secretos de la historia, los planes de salvación de Dios y Su propósito para cada una de nuestras vidas.
El León es también un Cordero: «Entonces vi, en medio de los cuatro seres vivientes y del trono y los ancianos, a un Cordero que estaba de pie y parecía haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Se acercó y recibió el rollo de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero» (vv.6-8a).
El Cordero es adorado por todo el orden creado y la iglesia entera se postra ante él.
He aquí un hecho sorprendente: tus oraciones en la tierra afectan a la adoración del cielo: «Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo de Dios» (v.8b). Tus oraciones llenan las copas de oro del cielo. Tus oraciones en verdad marcan la diferencia.
«Y entonaban este nuevo cántico: \[…\] y con tu sangre compraste para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación. De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra» (vv.9-10).
«Luego miré, y oí la voz de muchos ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era millares de millares y millones de millones» (v.11). Hay más de cien millones de ángeles adorando a Jesús:
«¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder,
la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!» (v.12).
Las grandes multitudes adorando juntas a Jesús tienen algo de extraordinariamente poderoso.
Esta es una de las razones por las que amo la Semana Global de Alpha, cuando gente de cientos de naciones y numerosas lenguas —pueblos y tribus todas juntas— adoran a Jesús (https://alpha.org/lc18). Este es un anticipo del cielo.
Aquí vemos que la actividad del cielo consiste en la adoración a Jesús. Cantarás canciones de redención. Todo el cielo prorrumpe en alabanza (v.13). Hay una gran orquesta y un coro magnífico y todo tipo de músicas en armonía. Fuiste creado para la alabanza de la gloria de Dios, la cual fue rebelada en Jesucristo, el León y también el Cordero.
Oración
Señor, te adoro como el León de la tribu de Judá quien ha vencido, y el Cordero que fue sacrificado. Señor, quiero volverme más como Jesús y saber cuándo ser resuelto y valiente como un león, y cuándo ser manso y amable como un cordero
Ester 9:1-10:3
Triunfo de los judíos
9El edicto y la orden del rey debían ejecutarse el día trece del mes doce, que es el mes de adar. Los enemigos de los judíos esperaban dominarlos ese día; pero ahora se habían invertido los papeles, y los judíos dominaban a quienes los odiaban. 2 En todas las provincias del rey Asuero, los judíos se reunieron en sus respectivas ciudades para atacar a los que procuraban su ruina. Nadie podía combatirlos, porque el miedo a ellos se había apoderado de todos. 3 Los funcionarios de las provincias, los sátrapas, los intendentes y los administradores del rey apoyaban a los judíos, porque el miedo a Mardoqueo se había apoderado de todos ellos. 4 Mardoqueo se había convertido en un personaje distinguido dentro del palacio real. Su fama se extendía por todas las provincias, y cada vez se hacía más poderoso.
5 Los judíos mataron a filo de espada a todos sus enemigos. Los mataron y los aniquilaron, e hicieron lo que quisieron con quienes los odiaban. 6 En la ciudadela de Susa mataron y aniquilaron a quinientos hombres. 7 También mataron a Parsandata, Dalfón, Aspata, 8 Porata, Adalías, Aridata, 9 Parmasta, Arisay, Ariday y Vaizata, 10 que eran los diez hijos de Amán hijo de Hamedata, el enemigo de los judíos. Pero no se apoderaron de sus bienes.
11 Ese mismo día, al enterarse el rey del número de muertos en la ciudadela de Susa, 12 le dijo a la reina Ester:
—Si los judíos han matado y aniquilado a quinientos hombres y a los diez hijos de Amán en la ciudadela de Susa, ¡qué no habrán hecho en el resto de las provincias del reino! Dime cuál es tu deseo, y se te concederá. ¿Qué otra petición tienes? ¡Se cumplirá tu deseo!
13 —Si a Su Majestad le parece bien —respondió Ester—, concédales permiso a los judíos de Susa para prorrogar hasta mañana el edicto de este día, y permita que sean empalados en la estaca los diez hijos de Amán.
14 El rey ordenó que se hiciera así. Se emitió un edicto en Susa, y los diez hijos de Amán fueron empalados. 15 Los judíos de Susa se reunieron también el día catorce del mes de adar, y mataron allí a trescientos hombres, pero no se apoderaron de sus bienes.
16 Mientras tanto, los judíos restantes que estaban en las provincias del rey también se reunieron para defenderse y librarse de sus enemigos. Mataron a setenta y cinco mil de quienes los odiaban, pero tampoco se apoderaron de sus bienes. 17 Esto sucedió el día trece del mes de adar. El día catorce descansaron, y lo celebraron con un alegre banquete.
Celebración dei Purim
18 En cambio, los judíos de Susa que se habían reunido el trece y el catorce, descansaron el día quince, y lo celebraron con un alegre banquete.
19 Por eso los judíos de las zonas rurales —los que viven en las aldeas— celebran el catorce del mes de adar como día de alegría y de banquete, y se hacen regalos unos a otros.
20 Mardoqueo registró estos acontecimientos, y envió cartas a todos los judíos de todas las provincias lejanas y cercanas del rey Asuero, 21 exigiéndoles que celebraran cada año los días catorce y quince del mes de adar 22 como el tiempo en que los judíos se libraron de sus enemigos, y como el mes en que su aflicción se convirtió en alegría, y su dolor en día de fiesta. Por eso debían celebrarlos como días de banquete y de alegría, compartiendo los alimentos los unos con los otros y dándoles regalos a los pobres.
23 Así los judíos acordaron convertir en costumbre lo que habían comenzado a festejar, cumpliendo lo que Mardoqueo les había ordenado por escrito. 24 Porque Amán hijo de Hamedata, el agagueo, el enemigo de todos los judíos, había maquinado aniquilar a los judíos y había echado el pur —es decir, la suerte— para confundirlos y aniquilarlos. 25 Pero cuando Ester se presentó ante el rey, éste ordenó por escrito que el malvado plan que Amán había maquinado contra los judíos debía recaer sobre su propia cabeza, y que él y sus hijos fueran empalados en la estaca. 26 Por tal razón, a estos días se los llamó Purim, de la palabra pur. Conforme a todo lo escrito en esta carta, y debido a lo que habían visto y a lo que les había sucedido, 27 los judíos establecieron para ellos y sus descendientes, y para todos los que se les unieran, la costumbre de celebrar sin falta estos dos días cada año, según la manera prescrita y en la fecha fijada. 28 Toda familia, y cada provincia y ciudad, debía recordar y celebrar estos días en cada generación. Y estos días de Purim no debían dejar de festejarse entre los judíos, ni debía morir su recuerdo entre sus descendientes.
29 La reina Ester, hija de Abijaíl, junto con Mardoqueo el judío, escribieron con plena autoridad para confirmar esta segunda carta con respecto a los días de Purim. 30 Él envió decretos a todos los judíos de las ciento veintisiete provincias del reino de Asuero —con palabras de buena voluntad y seguridad— 31 para establecer los días de Purim en las fechas fijadas, como lo habían decretado para ellos Mardoqueo el judío y la reina Ester, y como lo habían establecido para sí mismos y para sus descendientes, con algunas cláusulas sobre ayunos y lamentos. 32 El decreto de Ester confirmó estas normas con respecto a Purim, y quedó registrado por escrito.
Grandeza de Mardoqueo
10El rey Asuero impuso tributo por todo el imperio, incluyendo las islas del mar. 2 Todos los hechos de poder y autoridad de Mardoqueo, junto con un relato completo de la grandeza a la cual lo elevó el rey, se hallan registrados en las crónicas de los reyes de Media y Persia. 3 El judío Mardoqueo fue preeminente entre su pueblo y segundo en jerarquía después del rey Asuero. Alcanzó gran estima entre sus muchos compatriotas, porque procuraba el bien de su pueblo y promovía su bienestar.
Comentario
3. Celebra el triunfo del León de la tribu de Judá
Jesús es el León que invierte los papeles para nuestros enemigos espirituales. Él es aquel contra quien nadie puede prevalecer. Él es la causa de las festividades, el gozo y la celebración. En última instancia, él es la razón por la que damos regalos en el día de Navidad, para celebrar su venida y su victoria.
Ester es un «arquetipo» de Cristo; es decir, su vida prefiguró y anticipó a Jesús. Humanamente hablando, si no hubiera sido por su intervención, la nación judía habría sido destruida. Su acción trajo la derrota del malvado Amán y trajo libertad, alegría y victoria al pueblo de Dios. Los papeles «se habían invertido \[…\] Nadie podía combatirlos» (9:1–2).
Confía en que Dios, al final, hará que el mal que haya sido planeado contra ti se convierta en nada. Dios ha prometido darte la victoria final en Jesús.
Mientras tanto, ten la valentía de león que tuvieron Ester y Mardoqueo, así como su disposición al sacrificio de sus vidas como corderos en obediencia al propósito de Dios.
Esto llevó a que el pueblo de Dios «se librara de la opresión». Ellos «lo celebraron con un alegre banquete \[…\] como día de alegría y de banquete, y se hacen regalos unos a otros» (vv.17-19).
Aquellos eventos prefiguraron el gran suceso del triunfo del «León de la tribu de Judá, la Raíz de David» (Apocalipsis 5:5) por medio de la vida, muerte y resurrección de Jesús.
Por él «su aflicción se convirtió en alegría, y su dolor en día de fiesta. Por eso debían celebrarlos como días de banquete y de alegría, compartiendo los alimentos los unos con los otros y dándoles regalos a los pobres» (Ester 9:22). Esto debería ser parte de nuestra celebración.
Oración
Señor, gracias por la victoria definitiva del León, quien también es el Cordero que fue sacrificado. «¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!» (Apocalipsis 5:13).
Añadidos de Pippa
Pippa añade
Apocalipsis 5:8b
«Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo de Dios».
Me encanta el hecho de que las copas estén hechas de oro. Muestra que nuestras oraciones son preciosas, y que todas las oraciones —incluso las mías— entran en ellas
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Referencias
Notas:
Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea
C.S. Lewis, Narnia 2: El León, La Bruja Y El Armario, Planeta 2011.
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. «NIV» is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.
Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)
Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.
2011 Notes
C.S. Lewis, in The Lion, the Witch and the Wardrobe (p138-140, 146-148, 166)