Día 361

Cómo manejar el dinero

Sabiduría Proverbios 31:10-20
Nuevo Testamento Apocalipsis 18:1-17a
Antiguo Testamento Nehemías 5:1-7:3

Introducción

El día después de Navidad, muchos de nosotros nos sentimos más bien arruinados económicamente. Este es un problema que no solo emerge cerca de la Navidad. Muchos de nosotros tenemos que lidiar con el dinero de una manera o de otra todos los días de nuestra vida, y preferimos no hablar de ello en la iglesia. Pero Jesús habló bastante acerca del dinero. La Biblia tiene mucho que decir acerca del mismo, pues el dinero nos importa y le importa a Dios. ¿Cómo deberíamos manejar el dinero?

Sabiduría

Proverbios 31:10-20

Epílogo: Acróstico a la mujer ejemplar

10 Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará?
¡Es más valiosa que las piedras preciosas!
11 Su esposo confía plenamente en ella
y no necesita de ganancias mal habidas.
12 Ella le es fuente de bien, no de mal,
todos los días de su vida.
13 Anda en busca de lana y de lino,
y gustosa trabaja con sus manos.
14 Es como los barcos mercantes,
que traen de muy lejos su alimento.
15 Se levanta de madrugada,
da de comer a su familia
y asigna tareas a sus criadas.
16 Calcula el valor de un campo y lo compra;
con sus ganancias planta un viñedo.
17 Decidida se ciñe la cintura
y se apresta para el trabajo.
18 Se complace en la prosperidad de sus negocios,
y no se apaga su lámpara en la noche.
19 Con una mano sostiene el huso
y con la otra tuerce el hilo.
20 Tiende la mano al pobre,
y con ella sostiene al necesitado.

Comentario

1. Prioriza las relaciones por encima del dinero

Las relaciones importan mucho más que el dinero. Por ejemplo, ni todo el dinero del mundo podría compensar tener un matrimonio infeliz. Por otro lado, cualquiera que tenga un matrimonio feliz «no necesita de ganancias» (v.11): «Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas! Su esposo confía plenamente en ella y no necesita de ganancias mal habidas» (vv.10-11).

Al ensalzar las virtudes de «la mujer de carácter noble», el escritor de Proverbios comienza por enumerar unas cuantas áreas de su vida que se relacionan directa o indirectamente con las finanzas. Ella es un gran ejemplo de alguien que tiene la actitud correcta hacia el dinero. Como dijo John Wesley: «Gana todo lo que puedas, ahorra todo lo que puedas y da todo lo que puedas».

  1. «Gana todo lo que puedas»

Ella trabaja duro y es diligente a la hora de ganarse la vida: «Se levanta de madrugada, da de comer a su familia» (vv.12-15a). Es una buena administradora, invierte su dinero sabiamente y comercia sacando beneficio (vv.16-18a).

  1. «Ahorra todo lo que puedas»

Disfruta de su trabajo y de las cosas buenas de la vida (v.13). Como lo expresa The Message, ahorra algunos de sus ingresos, apartando algún dinero (v.16, MSG).

  1. «Da todo lo que puedas»

Es generosa. «Tiende la mano al pobre, y con ella sostiene al necesitado» (v.20). Dar con generosidad es la respuesta adecuada a la generosidad de Dios, así como a las necesidades de los demás. Es la manera de romper con el materialismo.

Oración

Señor, ayúdame a ser un buen administrador de todo aquello que me has confiado. Oro para que siempre sea generoso, especialmente con los pobres y los necesitados.

Nuevo Testamento

Apocalipsis 18:1-17a

La caída de Babilonia

18Después de esto vi a otro ángel que bajaba del cielo. Tenía mucho poder, y la tierra se iluminó con su resplandor. 2 Gritó a gran voz:

«¡Ha caído! ¡Ha caído la gran Babilonia!
Se ha convertido en morada de demonios
y en guarida de todo espíritu maligno,
en nido de toda ave impura y detestable.
3 Porque todas las naciones han bebido
el excitante vino de su adulterio;
los reyes de la tierra cometieron adulterio con ella,
y los comerciantes de la tierra se enriquecieron
a costa de lo que ella despilfarraba en sus lujos.»

4 Luego oí otra voz del cielo que decía:

«Salgan de ella, pueblo mío,
para que no sean cómplices de sus pecados,
ni los alcance ninguna de sus plagas;
5 pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo,
y de sus injusticias se ha acordado Dios.
6 Páguenle con la misma moneda;
denle el doble de lo que ha cometido,
y en la misma copa en que ella preparó bebida
mézclenle una doble porción.
7 En la medida en que ella se entregó
a la vanagloria y al arrogante lujo
denle tormento y aflicción;
porque en su corazón se jacta:
“Estoy sentada como reina;
no soy viuda ni sufriré jamás.”
8 Por eso, en un solo día le sobrevendrán sus plagas:
pestilencia, aflicción y hambre.
Será consumida por el fuego,
porque poderoso es el Señor Dios que la juzga.»

9 Cuando los reyes de la tierra que cometieron adulterio con ella y compartieron su lujo vean el humo del fuego que la consume, llorarán de dolor por ella. 10 Aterrorizados al ver semejante castigo, se mantendrán a distancia y gritarán:

«¡Ay! ¡Ay de ti, la gran ciudad,
Babilonia, ciudad poderosa,
porque en una sola hora ha llegado tu juicio!»

11 Los comerciantes de la tierra llorarán y harán duelo por ella, porque ya no habrá quien les compre sus mercaderías: 12 artículos de oro, plata, piedras preciosas y perlas; lino fino, púrpura, telas de seda y escarlata; toda clase de maderas de cedro; los más variados objetos, hechos de marfil, de madera preciosa, de bronce, de hierro y de mármol; 13 cargamentos de canela y especias aromáticas; de incienso, mirra y perfumes; de vino y aceite; de harina refinada y trigo; de ganado vacuno y de corderos; de caballos y carruajes; y hasta de seres humanos, vendidos como esclavos.

14 Y dirán: «Se ha apartado de ti el fruto que con toda el alma codiciabas. Has perdido todas tus cosas suntuosas y espléndidas, y nunca las recuperarás.» 15 Los comerciantes que vendían estas mercaderías y se habían enriquecido a costa de ella se mantendrán a distancia, aterrorizados al ver semejante castigo. Llorarán y harán lamentación:

16 «¡Ay! ¡Ay de la gran ciudad,
vestida de lino fino, de púrpura y escarlata,
y adornada con oro, piedras preciosas y perlas,
17 porque en una sola hora ha quedado destruida toda tu riqueza!»

Todos los capitanes de barco, los pasajeros, los marineros y todos los que viven del mar se detendrán a lo lejos.

Comentario

2. No pongas tu confianza en el dinero

En la Biblia no hay ninguna prohibición acerca de ganar dinero, ahorrarlo y disfrutar de las cosas buenas de la vida. Se advierte contra la acumulación egoísta, la obsesión insana con el dinero o el poner tu confianza en las riquezas. Todo esto lleva a una inseguridad perpetua y te aleja de Dios.

El dinero no es un medio de intercambio neutral e impersonal. Jesús dijo que no puedes servir a Dios y a Mammón (Mateo 6:24). «Mammón» era el Dios de la riqueza en Cartago. El dinero tiene todas las características de un Dios. Parece ofrecer seguridad, libertad, poder, influencia, estatus y prestigio. Es capaz de inspirar devoción y acaparar toda la atención. Pero como lo expresó Dietrich Bonhoeffer, «nuestro corazón tiene espacio solamente para una devoción que lo abarque todo, y solo podemos ser fieles a un Señor».

En este pasaje, Juan recibe una visión de un suceso que tuvo que parece ser inconcebible para sus lectores: la caída de «Babilonia la grande» (Apocalipsis 18:2). En el contexto inmediato, aquella es una profecía de un suceso que no tendrá lugar hasta dentro de 320 años: el saqueo del Imperio romano en el 410 d.C.

En el momento en el que Juan escribía, el Imperio parecía invulnerable. Estaba en la cima de su poder y disfrutaba de paz, así como de seguridad. Pero Juan ve que las características de la ciudad fueron la semilla de su propia caída.

«Babilonia» representa aquí cualquier poder que se sitúa a sí mismo aparte de Dios. Juan subraya una serie de debilidades fatales que se esconden tras el hundimiento de toda sociedad:

  1. Un mal rampante

«Se ha convertido en morada de demonios y en guarida de todo espíritu maligno» (v.2).

  1. Una promiscuidad endémica

«Porque todas las naciones han bebido el excitante vino de su adulterio; los reyes de la tierra cometieron adulterio con ella» (v.3a).

  1. Los lujos excesivos

«Los comerciantes de la tierra se enriquecieron a costa de lo que ella despilfarraba en sus lujos» (v.3b, ver también v.7 and v.9). Probablemente, sus grandes riquezas fueron lo que la llevó a la arrogancia (v.7b).

  1. El tráfico de seres humanos

«Hasta de seres humanos, vendidos como esclavos» (v.13). Parece que Juan está señalando que los esclavos no son meros pedazos de carne que comprar y vender en propiedad, sino seres humanos. Al posicionar esto de manera enfática al final de la enumeración (vv.11-13), vemos que es más que un comentario acerca del tráfico de esclavos. Es un comentario acerca de toda la lista de cargos de acusación que ataca la brutalidad inhumana y el desprecio por la vida humana en los que se basaba toda la prosperidad y el lujo del Imperio. Hoy día, el resurgir de la esclavitud —se estima que hay unos 30 millones de esclavos en el mundo de hoy— y el tráfico de seres humanos, apuntan a que hay algo tremendamente desviado en nuestra sociedad.

Las riquezas, el esplendor y el lujo son transitorios; vienen y van. Juan advierte al pueblo de Dios para que no se contamine con los pecados de Babilonia: «Salgan de ella, pueblo mío, para que no sean cómplices de sus pecados» (v.4). Puede que la gloria de la Antigua Roma haya pasado hace mucho, pero este mensaje con el desafío que trae es tan actual para nosotros hoy, como lo fue para ellos.

Oración

Señor, guarda mi corazón de la arrogancia y de todos los demás males que tan a menudo se asocian a la riqueza relativa. Ayúdanos como iglesia a hacer todo lo que podamos contra el tráfico humano y la esclavitud moderna de hoy en día. Gracias porque mientras que los grandes imperios van y vienen, la palabra de Dios perdura para siempre.

Antiguo Testamento

Nehemías 5:1-7:3

Nehemías defiende a los pobres

5Los hombres y las mujeres del pueblo protestaron enérgicamente contra sus hermanos judíos, 2 pues había quienes decían: «Si contamos a nuestros hijos y a nuestras hijas, ya somos muchos. Necesitamos conseguir trigo para subsistir.» 3 Otros se quejaban: «Por conseguir trigo para no morirnos de hambre, hemos hipotecado nuestros campos, viñedos y casas.» 4 Había también quienes se quejaban: «Tuvimos que empeñar nuestros campos y viñedos para conseguir dinero prestado y así pagar el tributo al rey. 5 Y aunque nosotros y nuestros hermanos somos de la misma sangre, y nuestros hijos y los suyos son iguales, a nosotros nos ha tocado vender a nuestros hijos e hijas como esclavos. De hecho, hay hijas nuestras sirviendo como esclavas, y no podemos rescatarlas, puesto que nuestros campos y viñedos están en poder de otros.»

6 Cuando oí sus palabras de protesta, me enojé muchísimo. 7 Y después de reflexionar, reprendí a los nobles y gobernantes:

—¡Es inconcebible que sus propios hermanos les exijan el pago de intereses!

Convoqué además una gran asamblea contra ellos, 8 y allí les recriminé:

—Hasta donde nos ha sido posible, hemos rescatado a nuestros hermanos judíos que fueron vendidos a los paganos. ¡Y ahora son ustedes quienes venden a sus hermanos, después de que nosotros los hemos rescatado!

Todos se quedaron callados, pues no sabían qué responder.

9 Yo añadí:

—Lo que están haciendo ustedes es incorrecto. ¿No deberían mostrar la debida reverencia a nuestro Dios y evitar así el reproche de los paganos, nuestros enemigos? 10 Mis hermanos y mis criados, y hasta yo mismo, les hemos prestado dinero y trigo. Pero ahora, ¡quitémosles esa carga de encima! 11 Yo les ruego que les devuelvan campos, viñedos, olivares y casas, y también el uno por ciento de la plata, del trigo, del vino y del aceite que ustedes les exigen.

12 —Está bien —respondieron ellos—, haremos todo lo que nos has pedido. Se lo devolveremos todo, sin exigirles nada.

Entonces llamé a los sacerdotes, y ante éstos les hice jurar que cumplirían su promesa. 13 Luego me sacudí el manto y afirmé:

—¡Así sacuda Dios y arroje de su casa y de sus propiedades a todo el que no cumpla esta promesa! ¡Así lo sacuda Dios y lo deje sin nada!

Toda la asamblea respondió:

—¡Amén!

Y alabaron al Señor, y el pueblo cumplió lo prometido.

14 Desde el año veinte del reinado de Artajerjes, cuando fui designado gobernador de la tierra de Judá, hasta el año treinta y dos, es decir, durante doce años, ni mis hermanos ni yo utilizamos el impuesto que me correspondía como gobernador. 15 En cambio, los gobernadores que me precedieron habían impuesto cargas sobre el pueblo, y cada día les habían exigido comida y vino por un valor de cuarenta monedas de plata. También sus criados oprimían al pueblo. En cambio yo, por temor a Dios, no hice eso. 16 Al contrario, tanto yo como mis criados trabajamos en la reconstrucción de la muralla y no compramos ningún terreno.

17 A mi mesa se sentaban ciento cincuenta hombres, entre judíos y oficiales, sin contar a los que llegaban de países vecinos. 18 Era tarea de todos los días preparar un buey, seis ovejas escogidas y algunas aves; y cada diez días se traía vino en abundancia. Pero nunca utilicé el impuesto que me correspondía como gobernador, porque ya el pueblo tenía una carga muy pesada.

19 ¡Recuerda, Dios mío, todo lo que he hecho por este pueblo, y favoréceme!

Nueva oposición de los enemigos

6Sambalat, Tobías, Guesén el árabe y el resto de nuestros enemigos se enteraron de que yo había reconstruido la muralla, y de que se habían cerrado las brechas (aunque todavía no se habían puesto las puertas en su sitio). 2 Entonces Sambalat y Guesén me enviaron este mensaje: «Tenemos que reunirnos contigo en alguna de las poblaciones del valle de Ono.» En realidad, lo que planeaban era hacerme daño. 3 Así que envié unos mensajeros a decirles: «Estoy ocupado en una gran obra, y no puedo ir. Si bajara yo a reunirme con ustedes, la obra se vería interrumpida.» 4 Cuatro veces me enviaron este mensaje, y otras tantas les respondí lo mismo. 5 La quinta vez Sambalat me envió, por medio de uno de sus siervos, el mismo mensaje en una carta abierta, 6 que a la letra decía:

«Corre el rumor entre la gente —y Guesén lo asegura— de que tú y los judíos están construyendo la muralla porque tienen planes de rebelarse. Según tal rumor, tú pretendes ser su rey, 7 y has nombrado profetas para que te proclamen rey en Jerusalén, y se declare: “¡Tenemos rey en Judá!” Por eso, ven y hablemos de este asunto, antes de que todo esto llegue a oídos del rey.»

8 Yo envié a decirle: «Nada de lo que dices es cierto. Todo esto es pura invención tuya.»

9 En realidad, lo que pretendían era asustarnos. Pensaban desanimarnos, para que no termináramos la obra.

«Y ahora, Señor, ¡fortalece mis manos!»

10 Fui entonces a la casa de Semaías, hijo de Delaías y nieto de Mehitabel, que se había encerrado en su casa. Él me dijo:

«Reunámonos a puerta cerrada
en la casa de Dios,
en el interior del templo,
porque vendrán a matarte.
¡Sí, esta noche te quitarán la vida!»

11 Pero yo le respondí:

—¡Yo no soy de los que huyen! ¡Los hombres como yo no corren a esconderse en el templo para salvar la vida! ¡No me esconderé!

12 Y es que me di cuenta de que Dios no lo había enviado, sino que se las daba de profeta porque Sambalat y Tobías lo habían sobornado. 13 En efecto, le habían pagado para intimidarme y hacerme pecar siguiendo su consejo. De este modo podrían hablar mal de mí y desprestigiarme.

14 «¡Dios mío, recuerda las intrigas de Sambalat y Tobías! ¡Recuerda también a la profetisa Noadías y a los otros profetas que quisieron intimidarme!»

Termina la reconstrucción de la muralla

15 La muralla se terminó el día veinticinco del mes de elul. Su reconstrucción había durado cincuenta y dos días. 16 Cuando todos nuestros enemigos se enteraron de esto, las naciones vecinas se sintieron humilladas, pues reconocieron que ese trabajo se había hecho con la ayuda de nuestro Dios.

17 En aquellos días los nobles de Judá se mantuvieron en estrecho contacto con Tobías, 18 pues muchos judíos estaban aliados con él en vista de que era yerno de Secanías hijo de Araj, y de que su hijo Johanán era yerno de Mesulán hijo de Berequías. 19 En mi presencia hablaban bien de mí, pero luego le comunicaban todo lo que yo decía. Tobías, por su parte, trataba de intimidarme con sus cartas.

Plan para defender a Jerusalén

7Una vez que se terminó la reconstrucción de la muralla y se colocaron sus puertas, se nombraron porteros, cantores y levitas. 2 A mi hermano Jananí, que era un hombre fiel y temeroso de Dios como pocos, lo puse a cargo de Jerusalén, junto con Jananías, comandante de la ciudadela. 3 A los dos les dije: «Las puertas de Jerusalén se abrirán cuando ya haya salido el sol, y volverán a cerrarse y se asegurarán con sus barras cuando los porteros estén en sus puestos. Además, los habitantes de Jerusalén montarán guardia, unos en sus puestos y otros frente a su propia casa.»

Comentario

3. Da ejemplo de cómo manejar el dinero

Nehemías fue un líder que dio un ejemplo magnífico de cómo manejar el dinero. Tarde o temprano, la mayoría de nosotros pasaremos por momentos de dificultades financieras y falta de recursos, ya sea en nuestra vida personal o en la de nuestra iglesia. ¿Qué has de hacer cuando te encuentres en esa situación?

Nehemías se enfrentaba a una situación así. Algunas personas del pueblo no tenían suficiente comida para sobrevivir (5:2). Otros tuvieron que hipotecar sus campos y sus hogares (v.3) y hasta algunos tuvieron que pedir prestado dinero para pagar sus impuestos (v.4). ¿Qué podemos aprender del ejemplo de Nehemías?

Primero, lo pensó con mucho detenimiento: «Después de reflexionar…» (v.7a). Cuando te enfrentas a una crisis económica, no es sabio precipitarse en adoptar soluciones aceleradas, se necesita pensar cuidadosamente.

Segundo, convocó una reunión (v.7b). Algunas reuniones son, en el mejor de los casos, una pérdida de tiempo y en el peor, contraproducentes. Pero algunas reuniones son importantes y necesarias. Nehemías tuvo la sabiduría de discernir la diferencia entre estos dos tipos de reuniones. En el capítulo 6, se negó a reunirse con sus oponentes a pesar de que se lo pidieran cinco veces.

Pero aquí, Nehemías convoca una reunión. Le dice al pueblo que lo que están haciendo no está bien. No deberían estar cobrando intereses. «¡Detengamos la usura!» (v.10, MSG). Les ordena devolver los «campos, viñedos, olivares y casas, y también el uno por ciento» (v.11).

El encuentro tuvo éxito: «“―Está bien —respondieron ellos—, haremos todo lo que nos has pedido. Se lo devolveremos todo, sin exigirles nada”» (v.12). El pueblo cumplió lo que prometió (v.13).

Lo tercero y más importante, dio ejemplo con su propia vida:

  1. Integridad personal

A causa de su reverencia a Dios, Nehemías no actúo como los primeros gobernadores que impusieron cargas pesadas en impuestos y permitieron que sus asistentes se enseñorearan de ellos (v.15).

  1. Un estilo de vida modesto

«Ni mis hermanos ni yo utilizamos el impuesto que me correspondía como gobernador» (v.14).

  1. No tener ganancias personales

«Tanto yo como mis criados trabajamos en la reconstrucción de la muralla y no compramos ningún terreno \[…\] Pero nunca utilicé el impuesto que me correspondía como gobernador, porque ya el pueblo tenía una carga muy pesada» (vv.16,18).

  1. Generosidad hacia los demás

«A mi mesa se sentaban ciento cincuenta hombres, entre judíos y oficiales, sin contar a los que llegaban de países vecinos» (vv.17-18).

  1. Determinación de trabajar duro

«Tanto yo como mis criados trabajamos en la reconstrucción de la muralla» (v.16a). Se negó a dejarse amedrentar por las amenazas de sus oponentes que trataban de asustarlo. En vez de eso, oró pidiendo: «Y ahora, Señor, ¡fortalece mis manos!» (6:9).

Nehemías terminó lo que había empezado (v.15). Mucha gente sabe cómo empezar cosas, pero suele no tener lo que el padre de Pippa acostumbraba a llamar «capacidad de llevar a término». Nehemías tuvo perseverancia para completar lo que había comenzado.

El éxito del proyecto fue la respuesta perfecta a los que criticaban: «La muralla se terminó el día veinticinco del mes de elul. Su reconstrucción había durado cincuenta y dos días. Cuando todos nuestros enemigos se enteraron de esto, las naciones vecinas se sintieron humilladas, pues reconocieron que ese trabajo se había hecho con la ayuda de nuestro Dios» (vv.15-16).

Oración

Señor, dame sabiduría para manejar el dinero. Ayúdame a dar un buen ejemplo con mi vida personal, a llevar una vida de integridad despreocupada de mis ganancias personales, así como un estilo de vida modesto, de trabajo duro y de generosidad para con los demás.

Añadidos de Pippa

Pippa añade

Proverbios 31:10-20

Cuando leo sobre esa mujer que «lo hace todo», «lo tiene todo» y «lo es todo» me siento más bien inadecuada. De hecho, no creo que tengamos que ser así; lo que de verdad importa es nuestra relación con Dios y hacer aquello que nos está llamando a hacer.

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Referencias

Notas:

Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea:

Dietrich Bonhoeffer, El Costo del Discipulado, (CreateSpace Independent Publishing Platform, 2012)

Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. «NIV» is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.

Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)

Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.

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