Día 366

El principio y el final

Sabiduría Salmos 150:1-6
Nuevo Testamento Apocalipsis 22:1-21
Antiguo Testamento Nehemías 13:1-31

Introducción

Una mujer joven me hizo las siguientes preguntas: «¿Cómo será el cielo? ¿Cómo serán nuestros cuerpos celestiales? ¿Seremos capaces de volar? ¿Seremos asexuados? ¿Podremos ver el Jardín del Edén? ¿Reconoceremos a nuestros familiares y amigos? ¿Qué tipo de amistades tendremos? ¿Qué haremos? ¿Habrá estudios bíblicos y Alpha? ¿Quiénes serán la congregación?

La Biblia no responde a todas nuestras preguntas.

Tengo un libro en la estantería titulado 50 Sucesos remarcables que apuntan AL FINAL. Escrito en 1997, predijo que Jesús podría regresar para el año 2000 d.C. Es uno de tantos intentos de predecir el tiempo de «el Final» que han resultado ser falsos. ¡Es por eso por lo que Tony Campolo sabiamente dice que él quiere ser «parte del comité de bienvenida», en vez de ser «del comité de planificación»!

No se nos dice cuándo llegará el final, pero se nos habla acerca del cómo y del quién. La clave es el quién. Jesús dice: «Yo soy \[…\] el Principio y el Fin» (Apocalipsis 22:13). Por supuesto, «el Fin» y «el Principio» parecen muy diferentes, pero puede haber similitudes significativas entre ambos.

Sabiduría

Salmos 150:1-6

Salmo 150

1 ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Alaben a Dios en su santuario,
alábenlo en su poderoso firmamento.
2 Alábenlo por sus proezas,
alábenlo por su inmensa grandeza.
3 Alábenlo con sonido de trompeta,
alábenlo con el arpa y la lira.
4 Alábenlo con panderos y danzas,
alábenlo con cuerdas y flautas.
5 Alábenlo con címbalos sonoros,
alábenlo con címbalos resonantes.

6 ¡Que todo lo que respira alabe al Señor!

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Comentario

1. Comienza y termina con adoración

Al final, los siervos de Dios «lo adorarán; lo verán cara a cara, y llevarán su nombre en la frente» (Apocalipsis 22:3). Nuestra respuesta al ver a Dios cara a cara será la adoración eterna.

El libro de Salmos termina con «Aleluya», que aquí se traduce «¡Alabado sea el Señor!» (Salmo 150:6b). El propio Salmo 150 comienza y termina con «Aleluya» («¡Alabado sea el Señor!», vv.1,6). Todos nosotros estamos llamados a alabar: «¡Que todo lo que respira alabe al Señor!» (v.6).

  1. Alaba en todas partes

La alabanza a Dios debe llenar el universo: «Alaben a Dios en su santuario, alábenlo en su poderoso firmamento» (v.1b). 2. Alábalo por todo

Alaba a Dios por ser quién es («su inmensa grandeza») y lo que Él ha hecho («sus proezas», v.2). 3. Alábalo de todas las maneras

Alaba a Dios con todo lo que tienes, incluyendo todo tipo de música y danza (vv.3-5).

Oración

Señor, te alabo por Tu inmensa grandeza y Tus proezas. Te alabo como Creador del universo entero que me amas personalmente

Nuevo Testamento

Apocalipsis 22:1-21

El río de vida

22Luego el ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, 2 y corría por el centro de la calle principal de la ciudad. A cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce cosechas al año, una por mes; y las hojas del árbol son para la salud de las naciones. 3 Ya no habrá maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad. Sus siervos lo adorarán; 4 lo verán cara a cara, y llevarán su nombre en la frente. 5 Ya no habrá noche; no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios los alumbrará. Y reinarán por los siglos de los siglos.

6 El ángel me dijo: «Estas palabras son verdaderas y dignas de confianza. El Señor, el Dios que inspira a los profetas, ha enviado a su ángel para mostrar a sus siervos lo que tiene que suceder sin demora.»

Cristo viene pronto

7 «¡Miren que vengo pronto! Dichoso el que cumple las palabras del mensaje profético de este libro.»

8 Yo, Juan, soy el que vio y oyó todas estas cosas. Y cuando lo vi y oí, me postré para adorar al ángel que me había estado mostrando todo esto. 9 Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un siervo como tú, como tus hermanos los profetas y como todos los que cumplen las palabras de este libro. ¡Adora sólo a Dios!»

10 También me dijo: «No guardes en secreto las palabras del mensaje profético de este libro, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca. 11 Deja que el malo siga haciendo el mal y que el vil siga envileciéndose; deja que el justo siga practicando la justicia y que el santo siga santificándose.»

12 «¡Miren que vengo pronto! Traigo conmigo mi recompensa, y le pagaré a cada uno según lo que haya hecho. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin.

14 »Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de la vida y para poder entrar por las puertas de la ciudad. 15 Pero afuera se quedarán los perros, los que practican las artes mágicas, los que cometen inmoralidades sexuales, los asesinos, los idólatras y todos los que aman y practican la mentira.

16 »Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para darles a ustedes testimonio de estas cosas que conciernen a las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, la brillante estrella de la mañana.»

17 El Espíritu y la novia dicen: «¡Ven!»; y el que escuche diga: «¡Ven!» El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.

18 A todo el que escuche las palabras del mensaje profético de este libro le advierto esto: Si alguno le añade algo, Dios le añadirá a él las plagas descritas en este libro. 19 Y si alguno quita palabras de este libro de profecía, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa, descritos en este libro.

20 El que da testimonio de estas cosas, dice: «Sí, vengo pronto.»

Amén. ¡Ven, Señor Jesús!

21 Que la gracia del Señor Jesús sea con todos. Amén.

Comentario

2. Comienza y termina con Jesús

Al final, todo se trata de Jesús y siempre se ha tratado de él. Empieza ahora a centrar tu vida, tus pensamientos, tu ministerio, tu evangelización y todo lo demás en Jesús.

La Biblia comienza con Jesús. Como veremos mañana en la Biblia en un Año, cuando contemplemos el capítulo 1 del Génesis, la creación del universo se hizo por medio de Jesús. «En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios \[…\] Por medio de él todas las cosas fueron creadas» (Juan 1:1,3).

La Biblia termina también con Jesús: «Amén. ¡Ven, Señor Jesús! Que la gracia del Señor Jesús sea con todos. Amén» (Apocalipsis 22:20b–21). Él es «el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin» (v.13).

En este pasaje vemos cómo será el mundo al final. El lenguaje es figurativo, por lo que no es una descripción exacta, pero está llena de imágenes de vida y de bendición. La Biblia comienza y termina con el «árbol de la vida», que simboliza la vida de bendición de Dios y su plan «bueno» para Su pueblo.

En el nuevo cielo y la nueva tierra, estará el «río de agua de vida» (v.1). Así se cumplirá la profecía de Ezequiel 47, de la cual habló Jesús en Juan 7:37-39 (los «ríos de agua viva»). Traerá «la salud de las naciones» (Apocalipsis 22:2). ¡Cuán desesperadamente se necesita esto, tanto dentro de los países como entre las naciones! Qué maravilloso será cuando las «Naciones Unidas» se conviertan en una realidad.

El «árbol de la vida, que produce doce cosechas al año» (v.2), que estaba allí desde el principio (del cual la humanidad estaba excluida por causa del pecado), de nuevo estará disponible para todos. La maldición del Edén será revocada (v.3). La palabra para árbol (xylos) se usa a veces en el Nuevo Testamento para describir la cruz (ver, por ejemplo, Hechos 5:30).

Al final, verás el rostro de Dios. Nadie podía ver a Dios y vivir (Éxodo 33:20), pero en el nuevo cielo y la nueva tierra, verás Su cara y Su nombre estará inscrito en tu frente (Apocalipsis 22:4). «Ya no habrá noche; no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios los alumbrará» (v.5a). Y reinarás con Él por los siglos de los siglos (v.5b).

¡Hay tantísimo que aguardar en el nuevo cielo y la nueva tierra! Jesús promete: «Vengo pronto» (vv.7,12,20).

No es de extrañar que «El Espíritu y la novia dicen: “¡Ven!”; y el que escuche diga: “¡Ven!” El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida» (v.17).

La Biblia es una larga invitación para venir a Jesús. En él, encuentras el significado y el propósito de tu vida. Parte de ese propósito es invitar a otros a que vengan, para que también ellos encuentren frescura y compleción en el agua de vida que Jesús derrama sobre todos los que vienen a él.

El Espíritu Santo y la iglesia invitan a la gente a venir y recibir los maravillosos dones que Dios tiene para ellos, en vez de desaprovechar las maravillas de la ciudad santa (como en vv.11a,15,19). También ellos oran por el regreso de Jesús: «Ven, Señor Jesús» (v.20).

Oración

Señor, gracias porque un día beberé del agua de la vida para regocijo de mi corazón. Gracias porque te veré cara a cara y reinaré contigo por los siglos de los siglos. Ven, Señor Jesús.

Antiguo Testamento

Nehemías 13:1-31

Reforma final de Nehemías

13Aquel día se leyó ante el pueblo el libro de Moisés, y allí se encontró escrito que los amonitas y moabitas no debían jamás formar parte del pueblo de Dios, 2 porque no sólo no les habían dado de comer ni de beber a los israelitas sino que habían contratado a Balán para que los maldijera, aunque en realidad nuestro Dios cambió la maldición por bendición. 3 Al escuchar lo que la ley decía, apartaron de Israel a todos los que se habían mezclado con extranjeros.

4 Antes de esto, el sacerdote Eliasib, encargado de los almacenes del templo de nuestro Dios, había emparentado con Tobías 5 y le había acondicionado una habitación grande. Allí se almacenaban las ofrendas, el incienso, los utensilios, los diezmos del trigo, vino y aceite correspondientes a los levitas, cantores y porteros, y las contribuciones para los sacerdotes.

6 Para ese entonces yo no estaba en Jerusalén, porque en el año treinta y dos de Artajerjes, rey de Babilonia, había ido a ver al rey. Después de algún tiempo, con permiso del rey 7 regresé a Jerusalén y me enteré de la infracción cometida por Eliasib al proporcionarle a Tobías una habitación en los atrios del templo de Dios. 8 Esto me disgustó tanto que hice sacar de la habitación todos los cachivaches de Tobías. 9 Luego ordené que purificaran las habitaciones y volvieran a colocar allí los utensilios sagrados del templo de Dios, las ofrendas y el incienso.

10 También me enteré de que a los levitas no les habían entregado sus porciones, y de que los levitas y cantores encargados del servicio habían regresado a sus campos. 11 Así que reprendí a los jefes y les dije: «¿Por qué está tan descuidado el templo de Dios?» Luego los reuní y los restablecí en sus puestos.

12 Todo Judá trajo a los almacenes la décima parte del trigo, del vino y del aceite. 13 Puse a cargo de los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc y al levita Pedaías; como ayudante de ellos nombré a Janán, hijo de Zacur y nieto de Matanías. Todos ellos eran dignos de confianza, y se encargarían de distribuir las porciones entre sus compañeros.

14 «¡Recuerda esto, Dios mío, y favoréceme; no olvides todo el bien que hice por el templo de mi Dios y de su culto!»

15 Durante aquellos días vi en Judá que en sábado algunos exprimían uvas y otros acarreaban, a lomo de mula, manojos de trigo, vino, uvas, higos y toda clase de cargas que llevaban a Jerusalén. Los reprendí entonces por vender sus víveres en ese día. 16 También los tirios que vivían en Jerusalén traían a la ciudad pescado y otras mercancías, y las vendían a los judíos en sábado. 17 Así que censuré la actitud de los nobles de Judá, y les dije: «¡Ustedes están pecando al profanar el día sábado! 18 Lo mismo hicieron sus antepasados, y por eso nuestro Dios envió toda esta desgracia sobre nosotros y sobre esta ciudad. ¿Acaso quieren que aumente la ira de Dios sobre Israel por profanar el sábado?»

19 Entonces ordené que cerraran las puertas de Jerusalén al caer la tarde, antes de que comenzara el sábado, y que no las abrieran hasta después de ese día. Así mismo, puse a algunos de mis servidores en las puertas para que no dejaran entrar ninguna carga en sábado. 20 Una o dos veces, los comerciantes y los vendedores de toda clase de mercancías pasaron la noche fuera de Jerusalén. 21 Así que les advertí: «¡No se queden junto a la muralla! Si vuelven a hacerlo, ¡los apresaré!» Desde entonces no volvieron a aparecerse más en sábado. 22 Luego ordené a los levitas que se purificaran y que fueran a hacer guardia en las puertas, para que el sábado fuera respetado.

«¡Recuerda esto, Dios mío, y conforme a tu gran amor, ten compasión de mí!»

23 En aquellos días también me di cuenta de que algunos judíos se habían casado con mujeres de Asdod, de Amón y de Moab. 24 La mitad de sus hijos hablaban la lengua de Asdod o de otros pueblos, y no sabían hablar la lengua de los judíos. 25 Entonces los reprendí y los maldije; a algunos de ellos los golpeé, y hasta les arranqué los pelos, y los obligué a jurar por Dios. Les dije: «No permitan que sus hijas se casen con los hijos de ellos, ni se casen ustedes ni sus hijos con las hijas de ellos. 26 ¿Acaso no fue ése el pecado de Salomón, rey de Israel? Entre todas las naciones no hubo un solo rey como él: Dios lo amó y lo hizo rey sobre todo Israel. Pero aun a él lo hicieron pecar las mujeres extranjeras. 27 ¿Será que también de ustedes se dirá que cometieron el gran pecado de ofender a nuestro Dios casándose con mujeres extranjeras?»

28 A uno de los hijos de Joyadá, hijo del sumo sacerdote Eliasib, lo eché de mi lado porque era yerno de Sambalat el horonita.

29 «¡Recuerda esto, Dios mío, en perjuicio de los que profanaron el sacerdocio y el pacto de los sacerdotes y de los levitas!»

30 Yo los purifiqué de todo lo extranjero y asigné a los sacerdotes y levitas sus respectivas tareas. 31 También organicé la ofrenda de la leña en las fechas establecidas, y la entrega de las primicias.

«¡Acuérdate de mí, Dios mío, y favoréceme!»

Comentario

3. Empieza y termina con amor

El libro de Nehemías, como el conjunto de la Biblia, empieza y termina con el amor. Nehemías comenzó orando: «Señor, Dios del cielo, grande y temible, que cumples el pacto y eres fiel con los que te aman…» (Nehemías 1:5).

Al acercarse a su final el libro de Nehemías, ora así: «¡Recuerda esto, Dios mío, y conforme a tu gran amor, ten compasión de mí!» (13:22).

En este último capítulo, leemos acerca de las reformas finales de Nehemías. Como buen líder, Nehemías eligió delegar en personas consideradas «dignos» y «de confianza» (v.13); en palabras de The Message, «aquellos que tenían reputación de ser honestos y trabajar duro» (MSG).

Joyce Meyer comenta: «¿Sabes cómo prueba Dios nuestra fidelidad? Nos asigna algo que no queremos hacer por un periodo de tiempo; algo que no es divertido ni emocionante, algo que puede requerir que nos sometamos a la autoridad de otra persona durante un tiempo, y Él nos dirá al corazón: “Simplemente, sé fiel”. La fidelidad no es presentarse día tras día; es presentarse día tras día con una buena actitud y un excelente humor. Dios recompensará ese tipo de fidelidad. Lucas 16:12 nos dice que si somos fieles con lo que pertenece a otra persona, Dios nos dará lo nuestro. Si estás siendo probado en el área de la fidelidad, no cedas en tu resolución de ser fiel y fiable. Te alegrarás de haberlo hecho así».

Nehemías consiguió realizar muchísimo, pero no pudo cambiar el corazón del pueblo. Habían prometido que se entregarían de todo corazón al Señor, pero fueron incapaces de cumplirlo (compara Nehemías 10:30 con 13:23; 10:31 con 13:16; 10:39 con 13:11). El problema del pecado humano continuó.

Nehemías les advierte (13:15,21), los reprende (vv.17,25) y quiere que sean puros, (vv.22,30), pero es en vano. La frustración de Nehemías nos dirige hacia Jesús, el único que pudo lidiar con el problema del corazón humano lidiando con nuestro pecado.

Una y otra vez, Nehemías ora «recuerda esto Dios mío» (vv.14,22,31). Pide ser recordado con favor porque ha servido fielmente a Dios. En definitiva, confía en la misericordia y el amor de Dios: «¡Recuerda esto, Dios mío, y conforme a tu gran amor, ten compasión de mí!» (v.22).

Nehemías, como todos nosotros, necesitaba ser receptor de la misericordia y el amor de Dios; ambos se manifestaron en su suma expresión en la muerte de Jesús en nuestro lugar. Como Pablo escribió a los romanos: «Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros» (Romanos 5:8).

Oración

Señor, gracias porque en el nuevo cielo y la nueva tierra, disfrutaremos de Tu gran amor por los siglos de los siglos. Gracias porque ahora mismo conozco Tu amor por medio de la muerte y la resurrección de Jesús, y experimento Tu amor derramado en mi corazón por el Espíritu Santo. Señor Jesús, ¡alabaré tu nombre por los siglos de los siglos!

Añadidos de Pippa

Pippa añade

Salmo 150:1-6

Este salmo conjuga el verbo «alabar» trec

e veces. Es bueno acabar este año alabando al Señor por todo lo que ha hecho.

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Referencias

Notas:

Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea

Joyce Meyer, La Biblia de la vida diaria, (Casa Creación 2010)

Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. «NIV» is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.

Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)

Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel

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