Día 69

Mi naturaleza humana

Sabiduría Proverbios 6:30-35
Nuevo Testamento Marcos 14:43-72
Antiguo Testamento Levítico 19:1-20:27

Introducción

Aleksander Solzhenitsyn (1918–2008), el artista literario más importante de Rusia de la segunda mitad del siglo XX y ganador del premio Nobel, fue encarcelado durante ocho años por criticar a Stalin. Escribió en cierta ocasión: «La línea que separa el bien del mal no pasa entre Estados, ni entre clases, ni entre partidos políticos sino que atraviesa cada corazón humano».

Todos somos creados a imagen de Dios. Los seres humanos somos capaces de actuar con gran amor, valentía y heroísmo. No obstante, ninguno de nosotros (aparte de Jesús) está libre de pecado. ¿Conoces lo que hay en tu corazón?

Sabiduría

Proverbios 6:30-35

30 No se desprecia al ladrón
 que roba para mitigar su hambre;
31 pero si lo atrapan, deberá devolver siete tantos lo robado,
 aun cuando eso le cueste todas sus posesiones.
32 Pero al que comete adulterio le faltan sesos;
 el que así actúa se destruye a sí mismo.
33 No sacará más que golpes y vergüenzas,
 y no podrá borrar su oprobio.
34 Porque los celos desatan la furia del esposo,
 y éste no perdonará en el día de la venganza.
35 No aceptará nada en desagravio,
 ni se contentará con muchos regalos.

Comentario

La naturaleza humana y su debilidad

Todo pecado quebranta la ley de Dios y por lo tanto es grave. Pero existen distintos grados del pecado. Algunos son peores que otros.

El escritor de Proverbios explica eso mediante el uso del ejemplo de una persona que roba porque tiene hambre. Sí, es cierto: se trata de algo erróneo y hay un precio que pagar por el delito (vv.30-31).

Pero el escritor dice que las consecuencias del adulterio son mucho más graves. Conducen al «oprobio» (v.33b), los «celos» (v.34a), la «venganza» (v.34b) y la destrucción de vidas, particularmente la de los adúlteros mismos: «¡Qué imprudente es el que anda con la mujer ajena! ¡El que lo hace se destruye a sí mismo! Tendrá que afrontar golpes y ofensas, y no habrá nada que borre su deshonra» (vv.32-33, DHH).

El escritor dice: «Porque los celos desatan la furia del esposo, y este no perdonará en el día de la venganza» (v.34). La naturaleza humana no ha cambiado luego de miles de años.

No hay nada malo en el sexo ni en el dinero. Pero hay muchas tentaciones que rodean ambas realidades. Varias de las leyes del pasaje de hoy del Antiguo Testamento fueron desarrolladas para poner límites en torno a ellas, salvaguardando su utilización adecuada.

Oración

Señor, gracias por los dones que nos das y los límites que has provisto para su uso adecuado. No me dejes caer en tentación, sino líbrame del mal.

Nuevo Testamento

Marcos 14:43-72

Arresto de Jesús

43 Todavía estaba hablando Jesús cuando de repente llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos.

44 El traidor les había dado esta contraseña: «Al que yo le dé un beso, ése es; arréstenlo y llévenselo bien asegurado.» 45 Tan pronto como llegó, Judas se acercó a Jesús.

—¡Rabí! —le dijo, y lo besó.

46 Entonces los hombres prendieron a Jesús. 47 Pero uno de los que estaban ahí desenfundó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja.

48 —¿Acaso soy un bandido —dijo Jesús—, para que vengan con espadas y palos a arrestarme? 49 Día tras día estaba con ustedes, enseñando en el templo, y no me prendieron. Pero es preciso que se cumplan las Escrituras.

50 Entonces todos lo abandonaron y huyeron. 51 Cierto joven que se cubría con sólo una sábana iba siguiendo a Jesús. Lo detuvieron, 52 pero él soltó la sábana y escapó desnudo.

Jesús ante el Consejo

53 Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote y se reunieron allí todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley. 54 Pedro lo siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote. Allí se sentó con los guardias, y se calentaba junto al fuego.

55 Los jefes de los sacerdotes y el Consejo en pleno buscaban alguna prueba contra Jesús para poder condenarlo a muerte, pero no la encontraban. 56 Muchos testificaban falsamente contra él, pero sus declaraciones no coincidían. 57 Entonces unos decidieron dar este falso testimonio contra él:

58 —Nosotros le oímos decir: “Destruiré este templo hecho por hombres y en tres días construiré otro, no hecho por hombres.”

59 Pero ni aun así concordaban sus declaraciones.

60 Poniéndose de pie en el medio, el sumo sacerdote interrogó a Jesús:

—¿No tienes nada que contestar? ¿Qué significan estas denuncias en tu contra?

61 Pero Jesús se quedó callado y no contestó nada.

—¿Eres el Cristo, el Hijo del Bendito? —le preguntó de nuevo el sumo sacerdote.

62 —Sí, yo soy —dijo Jesús—. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.

63 —¿Para qué necesitamos más testigos? —dijo el sumo sacerdote, rasgándose las vestiduras—. 64 ¡Ustedes han oído la blasfemia! ¿Qué les parece?

Todos ellos lo condenaron como digno de muerte. 65 Algunos comenzaron a escupirle; le vendaron los ojos y le daban puñetazos.

—¡Profetiza! —le gritaban.

Los guardias también le daban bofetadas.

Pedro niega a Jesús

66 Mientras Pedro estaba abajo en el patio, pasó una de las criadas del sumo sacerdote. 67 Cuando vio a Pedro calentándose, se fijó en él.

—Tú también estabas con ese nazareno, con Jesús —le dijo ella.

68 Pero él lo negó:

—No lo conozco. Ni siquiera sé de qué estás hablando.

Y salió afuera, a la entrada.

69 Cuando la criada lo vio allí, les dijo de nuevo a los presentes:

—Éste es uno de ellos.

70 Él lo volvió a negar.

Poco después, los que estaban allí le dijeron a Pedro:

—Seguro que tú eres uno de ellos, pues eres galileo.

71 Él comenzó a echarse maldiciones.

—¡No conozco a ese hombre del que hablan! —les juró.

72 Al instante un gallo cantó por segunda vez. Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: «Antes de que el gallo cante por segunda vez, me negarás tres veces.» Y se echó a llorar.

Comentario

La naturaleza humana y sus resultados

La naturaleza humana pecaminosa llevó a la muerte de Jesús. El desafío es vivir de manera diferente:

  • Sé una persona auténtica

Judas traicionó a Jesús con un beso. Dijo: «Al que yo le dé un beso, ese es» (v.44a). Se acercó a Jesús «y lo besó» (v.45).

En griego, la palabra para hipocresía es la misma que se utiliza para la palabra máscara (se usaban máscaras en la antigua Grecia para la actuación teatral). Por fuera Judas llevaba una máscara de amor por Jesús, pero en realidad, lo estaba traicionando para que fuera crucificado. El beso fue el mayor acto de hipocresía.

Joyce Meyer escribe sobre lo que denomina como «La prueba del beso de Judas»: la prueba de ser traicionado por amigos que hemos amado, respetado y confiado. La mayoría de la gente haya estado en una posición de liderazgo durante cierta cantidad de tiempo probablemente haya experimentado dicha situación. Debemos «perdonar a quienes nos ofendieron y no permitir que tales personas lleven a que abandonemos o retrasemos efectuar lo que Dios nos ha llamado a realizar».

  • Habla la verdad

En vista de que no había pruebas contra Jesús, tuvieron que confiar en el falso testimonio. Y al parecer varias personas fueron preparadas de antemano para testificar en su contra (v.56). Habiendo trabajando como abogado he observado de primera mano que algunos se preparan para dar «falso testimonio» ante un tribunal judicial.

  • Combate la corrupción

Los jueces corruptos aún son una característica del mundo actual. Ellos sabían, o debían saber, que Jesús era totalmente inocente, pero aun así «lo condenaron como digno de muerte» (v.64b). Debe ser terrible vivir en una sociedad sin el gobierno de la ley, donde no se puede confiar en los jueces.

  • Identifícate con Jesús

Puedo simpatizar totalmente con la negación de Pedro hacia Jesús. Él estaba decidido a no hacerlo, pero aun así falló. Sé cuán débil es mi propia naturaleza humana.

El relato de la negación de Pedro solo puede haber venido de Pedro mismo, quien con extraordinaria franqueza y apertura reveló su propia debilidad y fracaso.

Cuando Jesús estuvo en problemas graves, «todos lo abandonaron y huyeron» (v.50). Probablemente Marcos, el autor del Evangelio, fue el joven «que se cubría con solo una sábana iba siguiendo a Jesús. Lo detuvieron, pero él soltó la sábana y escapó desnudo» (vv.51-52).

Aunque todos los demás habían huido (v.50), Pedro es lo suficientemente valiente y comprometido como para abrirse paso «hasta dentro del patio del sumo sacerdote» (v.54), aunque siguiéndolo desde cierta distancia, para ver a Jesús y su enjuiciamiento. Sospecho que en este punto yo hubiera estado con el resto de los discípulos, ¡a mitad de camino rumbo a Galilea!

Pero hay palabras inquietantes sobre la autoindulgencia del gran apóstol Pedro. Mientras Jesús, su amigo y líder, era llevado a juicio, Pedro «se sentó con los guardias, y se calentaba junto al fuego» (vv.54,67).

Al ver Pedro lo que ocurría con Jesús y lo que estaba por sufrir, se distanció aún más de Jesús (v.54a). Habiendo comenzado a transitar en aquella dirección, el siguiente paso fue negarlo. Al establecer un rumbo que implicaba mentir, terminó diciendo: «¡No conozco a ese hombre del que hablan!» (v.71b).

Estoy seguro de que Pedro no se propuso llegar tan lejos al mantener cierta distancia de Jesús. En cuanto a nosotros, es probable que un pecado fácilmente conduzca a otro y, antes de darnos cuenta, terminemos haciendo cosas que luego lamentemos profundamente. Cuando Pedro comprendió lo que había hecho, «se echó a llorar» (v.72c).

Oración

Señor, gracias por el aliento que da el ver que incluso aunque el gran apóstol Pedro fallara y se equivocara, lo perdonaste, lo restauraste y lo usaste de manera tan poderosa. Gracias por Tu sublime gracia.

Antiguo Testamento

Levítico 19:1-20:27

Llamado a la santidad

19El Señor le ordenó a Moisés 2 que hablara con toda la asamblea de los israelitas y les dijera: «Sean santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo.

3 »Respeten todos ustedes a su madre y a su padre, y observen mis sábados. Yo soy el Señor su Dios.

4 »No se vuelvan a los ídolos inútiles, ni se hagan dioses de metal fundido. Yo soy el Señor su Dios.

5 »Cuando le ofrezcan al Señor un sacrificio de comunión, háganlo de tal manera que el Señor lo acepte de buen grado. 6 Cómanselo el día en que lo sacrifiquen, o al día siguiente. Lo que sobre para el tercer día deberán quemarlo. 7 Si alguien lo come al tercer día, tal sacrificio no le será válido, pues la carne ya se habrá descompuesto. 8 Cualquiera que lo coma sufrirá las consecuencias de su pecado por profanar lo que ha sido consagrado al Señor. Tal persona será eliminada de su pueblo.

Relaciones sociales

9 »Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no sieguen hasta el último rincón de sus campos ni recojan todas las espigas que allí queden.

10 »No rebusquen hasta el último racimo de sus viñas, ni recojan las uvas que se hayan caído. Déjenlas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor su Dios.

11 »No roben.

»No mientan.

»No engañen a su prójimo.

12 »No juren en mi nombre sólo por jurar, ni profanen el nombre de su Dios. Yo soy el Señor.

13 »No explotes a tu prójimo, ni lo despojes de nada.

»No retengas el salario de tu jornalero hasta el día siguiente.

14 »No maldigas al sordo, ni le pongas tropiezos al ciego, sino teme a tu Dios. Yo soy el Señor.

15 »No perviertas la justicia, ni te muestres parcial en favor del pobre o del rico, sino juzga a todos con justicia.

16 »No andes difundiendo calumnias entre tu pueblo, ni expongas la vida de tu prójimo con falsos testimonios. Yo soy el Señor.

17 »No alimentes odios secretos contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado.

18 »No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.

Otras exigencias de la santidad

19 »Cumplan mis estatutos:

»No crucen animales de especies diferentes.

»No planten en su campo dos clases distintas de semilla.

»No usen ropa tejida con dos clases distintas de hilo.

20 »Si un hombre se acuesta con una esclava prometida a otro en matrimonio, pero que aún no ha sido rescatada ni declarada libre, a los dos se les impondrá el castigo debido, pero no se les condenará a muerte porque ella aún no ha sido declarada libre. 21 No obstante, el hombre deberá ofrecer al Señor un carnero como ofrenda por su culpa. Lo llevará a la entrada de la Tienda de reunión, 22 y el sacerdote hará expiación ante el Señor por el pecado cometido. De este modo su pecado le será perdonado.

23 »Cuando ustedes entren en la tierra y planten cualquier clase de árboles frutales, durante tres años no comerán su fruto, sino que lo considerarán inmundo. 24 En el cuarto año todo su fruto será consagrado como una ofrenda de alabanza al Señor, 25 y en el quinto año ya podrán comer de su fruto. De este modo aumentarán sus cosechas. Yo soy el Señor su Dios.

26 »No coman nada que tenga sangre.

»No practiquen la adivinación ni los sortilegios.

27 »No se corten el cabello en redondo ni se despunten la barba.

28 »No se hagan heridas en el cuerpo por causa de los muertos, ni tatuajes en la piel. Yo soy el Señor.

29 »No degraden a su hija haciendo de ella una prostituta, para que tampoco se prostituya la tierra ni se llene de perversidad.

Otros deberes

30 »Observen mis sábados, y tengan reverencia por mi santuario. Yo soy el Señor.

31 »No acudan a la nigromancia, ni busquen a los espiritistas, porque se harán impuros por causa de ellos. Yo soy el Señor su Dios.

32 »Ponte de pie en presencia de los mayores.

»Respeta a los ancianos.

»Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.

33 »Cuando algún extranjero se establezca en el país de ustedes, no lo traten mal. 34 Al contrario, trátenlo como si fuera uno de ustedes. Ámenlo como a ustedes mismos, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el Señor y Dios de Israel.

35 »No cometan injusticias falseando las medidas de longitud, de peso y de capacidad. 36 Usen balanzas, pesas y medidas justas. Yo soy el Señor su Dios, que los saqué de Egipto.

37 »Obedezcan todos mis estatutos. Pongan por obra todos mis preceptos. Yo soy el Señor.»

Castigos por el pecado

20El Señor le ordenó a Moisés 2 que les dijera a los israelitas: «Todo israelita o extranjero residente en Israel que entregue a uno de sus hijos para quemarlo como sacrificio a Moloc, será condenado a muerte. Los miembros de la comunidad lo matarán a pedradas. 3 Yo mismo me pondré en contra de ese hombre y lo eliminaré de su pueblo porque, al entregar a uno de sus hijos para quemarlo como sacrificio a Moloc, profana mi santuario y mi santo nombre.

4 »Si los miembros de la comunidad hacen caso omiso del hombre que haya entregado alguno de sus hijos a Moloc, y no lo condenan a muerte, 5 yo mismo me pondré en contra de él y de su familia; eliminaré del pueblo a ese hombre y a todos los que se hayan prostituido con él, siguiendo a Moloc.

6 »También me pondré en contra de quien acuda a la nigromancia y a los espiritistas, y por seguirlos se prostituya. Lo eliminaré de su pueblo.

7 »Conságrense a mí, y sean santos, porque yo soy el Señor su Dios.

8 »Obedezcan mis estatutos y pónganlos por obra. Yo soy el Señor, que los santifica.

9 »Si alguien maldice a su padre o a su madre, será condenado a muerte: ha maldecido a su padre o a su madre, y será responsable de su propia muerte.

10 »Si alguien comete adulterio con la mujer de su prójimo, tanto el adúltero como la adúltera serán condenados a muerte.

11 »Si alguien se acuesta con la mujer de su padre, deshonra a su padre. Tanto el hombre como la mujer serán condenados a muerte, de la cual ellos mismos serán responsables.

12 »Si alguien se acuesta con su nuera, hombre y mujer serán condenados a muerte. Han cometido un acto depravado, y ellos mismos serán responsables de su propia muerte.

13 »Si alguien se acuesta con otro hombre como quien se acuesta con una mujer, comete un acto abominable y los dos serán condenados a muerte, de la cual ellos mismos serán responsables.

14 »Si alguien tiene relaciones sexuales con hija y madre, comete un acto depravado. Tanto él como ellas morirán quemados, para que no haya tal depravación entre ustedes.

15 »Si alguien tiene trato sexual con un animal, será condenado a muerte, y se matará también al animal.

16 »Si una mujer tiene trato sexual con un animal, se les dará muerte a ambos, y ellos serán responsables de su muerte.

17 »Si alguien tiene relaciones sexuales con una hermana suya, comete un acto vergonzoso y los dos serán ejecutados en público. Ha deshonrado a su hermana, y sufrirá las consecuencias de su pecado.

18 »Si alguien se acuesta con una mujer y tiene relaciones sexuales con ella durante su período menstrual, pone al descubierto su flujo, y también ella expone el flujo de su sangre. Los dos serán eliminados de su pueblo.

19 »No tendrás relaciones sexuales ni con tu tía materna ni con tu tía paterna, pues eso significaría la deshonra de un pariente cercano y los dos sufrirían las consecuencias de su pecado.

20 »Si alguien se acuesta con su tía, deshonra a su tío, y los dos sufrirán las consecuencias de su pecado: morirán sin tener descendencia.

21 »Si alguien viola a la esposa de su hermano, comete un acto de impureza: ha deshonrado a su hermano, y los dos se quedarán sin descendencia.

22 »Cumplan todos mis estatutos y preceptos; pónganlos por obra, para que no los vomite la tierra adonde los llevo a vivir. 23 No vivan según las costumbres de las naciones que por amor a ustedes voy a expulsar. Porque ellas hicieron todas estas cosas, y yo las aborrecí. 24 Pero a ustedes les digo: “Poseerán la tierra que perteneció a esas naciones, tierra donde abundan la leche y la miel. Yo mismo se la daré a ustedes como herencia.”

»Yo soy el Señor su Dios, que los he distinguido entre las demás naciones. 25 Por consiguiente, también ustedes deben distinguir entre los animales puros y los impuros, y entre las aves puras y las impuras. No se hagan detestables ustedes mismos por causa de animales, de aves o de cualquier alimaña que se arrastra por el suelo, pues yo se los he señalado como impuros. 26 Sean ustedes santos, porque yo, el Señor, soy santo, y los he distinguido entre las demás naciones, para que sean míos.

27 »Cualquiera de ustedes, hombre o mujer, que sea nigromante o espiritista, será condenado a muerte. Morirá apedreado, y será responsable de su propia muerte.»

Comentario

La naturaleza humana y la ley de Dios

«Dios quiere que llevemos vidas puras, limpias, que fluyan como agua pura y limpia porque solamente Dios es nuestra fuente», escribe Joyce Meyer. Esta parte de Levítico ha sido llamada «el código de santidad»: «Sean santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo» (19:2).

En vistas de que la naturaleza humana tiene una faceta rebelde, existe la necesidad de tener ley. En toda sociedad hay leyes civiles y penales. Algunas de estas leyes son específicas y dirigidas a los problemas del antiguo Israel. Otras son amplias y generalmente aplicables a la mayoría de las sociedades.

Las leyes ceremoniales ahora están obsoletas. Las leyes sobre los alimentos han sido superadas por Jesús y los sacrificios cumplidos con su muerte. Las leyes civiles no son necesariamente adecuadas para otras naciones. Algunas eran humanitarias y otras severas. Parecen haber sido necesarias en las primeras etapas de la historia de Israel, pero no todas son de validez permanente ni universal.

La ley moral, tal como la amplió y profundizó Jesús y es ilustrada en las cartas apostólicas (en especial en sus paralelismos positivos con las prohibiciones de la ley), sigue aún vigente como una revelación de la voluntad de Dios para su pueblo.

La ley moral se resume por Jesús del siguiente modo: «Ama al Señor tu Dios \[…\] y \[…\] ama a tu prójimo como a ti mismo» (Lucas 10:27). Esto se remite a nuestro pasaje de hoy: «Ama a tu prójimo como a ti mismo» (Levítico 19:18b). La ley moral consistía en que el pueblo de Dios debía ser santo (v.2b). El resto de la ley nos instruye cómo amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos y cómo ser santos.

Las leyes morales aplicables a nosotros incluyen las leyes para proteger a los pobres (v.10), las leyes contra la discriminación racial (por ejemplo, vv.33-34), así como las más obvias sobre el robo (v.11), el fraude y la explotación (v.13a), etc.

Suele haber principios importantes que tienen aplicaciones muy reales hoy. Por ejemplo: «No retengas el salario de tu jornalero hasta el día siguiente» (v.13b) es una exhortación a que paguemos todas nuestras deudas a tiempo. Hay una tendencia creciente a demorar el pago de impuestos y servicios hasta el aviso final. El pueblo de Dios está llamado a ser diferente. Este es un pequeño ejemplo de lo que significa ser un pueblo santo.

Para mantener puro tu corazón debes abandonar las cosas que echan a perder tu vida. Entre los pecados más evidentes enumerados aquí (vv.3-31) está el de «andar con chismes» (v.16, DHH) y ser «rencoroso» (v.18, DHH). Mantén confidencias y trata de no tener rencor hacia nadie. Tener rencor es como permitir que otra persona viva en tu cabeza.

También hay advertencias sobre los peligros de la «brujería» (v.26b). Evita leer horóscopos, consultar psíquicos, quiromancía, adivinos, cartas de tarot y cualquier otra categoría de actividades ocultas (v.31). Si te has enredado en alguna de estas cosas, puedes ser perdonado. Arrepiéntete y deshazte de las cosas asociadas con dichas actividades como libros, encantamientos, amuletos, DVD y revistas (Hechos 19:19).

Otro aspecto de la ley es que trae el pecado a la luz y lleva al arrepentimiento y la confianza en la gracia de Dios. Al leer todas estas leyes puedo ver cuán difícil es vivir según sus parámetros, cuán lejos estoy de los estándares de Dios y cuánto necesito de su perdón y la ayuda del Espíritu Santo.

Oración

Señor, gracias por haber muerto para hacernos libres de la ley. Gracias porque ahora no hay condenación para aquellos que estamos en Cristo Jesús. Lléname con tu Espíritu Santo hoy y ayúdame a llevar una vida santa.

Añadidos de Pippa

Pippa añade:

Levítico 19:10

«No rebusquen hasta el último racimo de sus viñas, ni recojan las uvas que se hayan caído. Déjenlas para los pobres y los extranjeros».

Cuando era joven vivía junto a una extensa plantación de manzanos. Caminábamos por allí de forma habitual. Durante la cosecha se realizaba una gran selección de todas las manzanas. Después de eso, cualquier fruto que hubiera caído o no hubiera madurado a tiempo, se colocaba en grandes pilas que luego se pudrían.

Dejar que el pobre tome el alimento puede no tener sentido económico, pero el principio bíblico es que debería proveerse para el pobre y el alimento no debería desperdiciarse.

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Referencias

Notas:

Joyce Meyer, La Biblia de la vida diaria, (Casa Creación, 2013).

Aleksander Isaevich Solzhenitsyn, citado en Ogden Greg, Manual del discipulado: Creciendo y ayudando a otros a crecer, (CLIE, 2008), p. 110

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