Día 71

Maravilla sorprendente

Sabiduría Salmos 32:1-11
Nuevo Testamento Marcos 15:33-47
Antiguo Testamento Levítico 23:1-24:23

Introducción

El obispo Sandy Millar nos contó de una ocasión cuando caminaba junto a la playa y notó cómo la arena se había revuelto por las pisadas de aquellos que habían pasado por allí antes que él. A la mañana siguiente, las huellas habían sido totalmente borradas por el mar. Sintió que Jesús le decía: «Esa es una imagen del perdón».

El perdón de Jesucristo es como si el registro de las cosas malas en nuestra vida fuera limpiado por completo.

El perdón nunca resulta fácil. Todos sabemos cuán duro es perdonar a los demás. No obstante, a menudo suponemos que el perdón de Dios es casi automático. En su lecho de muerte, la emperatriz Catalina la Grande de Rusia (1729-1796) expresó: «Seré una autócrata: ese es mi estilo. Y el buen Señor me perdonará: ese es el suyo».

En el pasaje de hoy vemos el alto costo y la enorme bendición que implican el perdón de Dios. Como señaló P. T. Forsyth: primero tenemos que conocer la «desesperación de la culpa», luego podemos apreciar «la maravilla asombrosa del perdón».

Sabiduría

Salmos 32:1-11

Salmo de David. Masquil.

1 Dichoso aquel
 a quien se le perdonan sus transgresiones,
 a quien se le borran sus pecados.
2 Dichoso aquel
 a quien el Señor no toma en cuenta su maldad
 y en cuyo espíritu no hay engaño.

3 Mientras guardé silencio,
 mis huesos se fueron consumiendo
 por mi gemir de todo el día.
4 Mi fuerza se fue debilitando
 como al calor del verano,
porque día y noche
 tu mano pesaba sobre mí.

5 Pero te confesé mi pecado,
 y no te oculté mi maldad.
Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor»,
 y tú perdonaste mi maldad y mi pecado.

6 Por eso los fieles te invocan
 en momentos de angustia;
caudalosas aguas podrán desbordarse,
 pero a ellos no los alcanzarán.
7 Tú eres mi refugio;
 tú me protegerás del peligro
 y me rodearás con cánticos de liberación.

8 El Señor dice:
 «Yo te instruiré,
 yo te mostraré el camino que debes seguir;
 yo te daré consejos y velaré por ti.
9 No seas como el mulo o el caballo,
 que no tienen discernimiento,
y cuyo brío hay que domar con brida y freno,
 para acercarlos a ti.»
10 Muchas son las calamidades de los malvados,
 pero el gran amor del
 envuelve a los que en él confían.

11 ¡Alégrense, ustedes los justos;
 regocíjense en el Señor!
¡canten todos ustedes,
 los rectos de corazón!

Comentario

Experimenta el alivio del perdón

¿Alguna vez te resultó difícil perdonar a los demás o aun perdonarte a ti mismo por algo que hiciste? La clave para perdonar a los demás y a ti mismo es saber lo mucho que Dios te ha perdonado. La gente perdonada, perdona.

Como señaló C. S. Lewis: «Ser cristiano significa perdonar lo inexcusable porque Dios ha perdonado lo inexcusable que hay en ti». En cuanto a lo que respecta a perdonarnos a nosotros, escribió: «i Dios nos perdona, también nosotros debemos perdonarnos. No hacerlo sería casi como situar nuestro juicio por encima del suyo».

Por medio de Jesús Dios ha hecho que el perdón pleno esté disponible para ti y para mí. En este salmo vemos la enorme diferencia que produce el perdón de Dios.

  • Ser liberado de la mano juzgadora

David describe la agonía espiritual de no ser perdonado: «Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día. Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí» (vv.3-4).

  • Transparencia para con Dios

El camino hacia el perdón es sencillamente acudir al Señor sin máscaras ni simulaciones: «Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: “Voy a confesar mis transgresiones al Señor”, y tú perdonaste mi maldad y mi pecado» (v.5).

  • Un nuevo comienzo

David describe la enorme bendición de saber que somos perdonados: «Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados. Dichoso aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño» (vv.1-2).

Imagina que en nuestros calendarios y agendas se registraran no solo nuestros compromisos y reuniones sino también todos nuestros pecados. Los primeros dos versículos de este salmo nos dan tres imágenes de lo que Dios hace. Primero, «el Señor no toma en cuenta» tus pecados (v.2). Obra como si no existieran.

Segundo, «se le borran» (v.1). Es como si Dios tomara un borrador celestial y eliminara los registros pecaminosos de tu calendario. Tercero, «se le perdonan» (v.1a). Literalmente esa palabra significa «quitar» o «llevar lejos». Las páginas relacionadas con tus pecados son arrancadas y destruidas. Se te ofrece un nuevo comienzo.

El apóstol Pablo cita este salmo como evidencia de que por medio de la muerte de Jesús por ti, Dios te acredita justicia por la fe y ese perdón no es algo que puedas adquirir por las buenas obras (ver Romanos 4:6-8). Mediante la cruz, Dios te restaura a una relación justa con Él. Por lo tanto, puedes orar a él (Salmo 32:6a). Él se convierte en tu «refugio» (v.7a). Te protege del peligro (v.7b). Te guía (v.8) y su amor te «envuelve» (v.10).

Esto no se obtiene por buenas acciones. Llega a la persona que confía en él por la fe (v.10). Una comprensión adecuada del Antiguo Testamento muestra que el sendero hacia el perdón es el arrepentimiento y la fe.

El perdón no es una razón para pecar sino un incentivo para no pecar. Queremos permanecer en el camino de Dios. Él promete guiarte: «Mis ojos están puestos en ti. Yo te daré instrucciones, te daré consejos, te enseñaré el camino que debes seguir» (v.8).

Él no quiere que seas alguien difícil de guiar como un caballo o una mula, que deben controlarse con el estribo y la rienda (v.9). Quiere que evites el dolor que implica resistir al Espíritu Santo. Si sigues el impulso del Espíritu Santo evitarás el dolor innecesario. Dios desea que oigas su voz diariamente, atiendas Su instrucción, camines en Sus caminos y confíes en Su amor.

Oración

Señor, gracias por morir en la cruz por mí para que pudiera conocer el alivio del perdón. Lamento las cosas malas que he cometido en mi vida… Por favor perdóname.

Nuevo Testamento

Marcos 15:33-47

Muerte de Jesús

33 Desde el mediodía y hasta la media tarde quedó toda la tierra en oscuridad. 34 A las tres de la tarde Jesús gritó a voz en cuello:

— Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”).

35 Cuando lo oyeron, algunos de los que estaban cerca dijeron:

—Escuchen, está llamando a Elías.

36 Un hombre corrió, empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y se la ofreció a Jesús para que bebiera.

—Déjenlo, a ver si viene Elías a bajarlo —dijo.

37 Entonces Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró.

38 La cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. 39 Y el centurión, que estaba frente a Jesús, al oír el grito y ver cómo murió, dijo:

—¡Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios!

40 Algunas mujeres miraban desde lejos. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé. 41 Estas mujeres lo habían seguido y atendido cuando estaba en Galilea. Además había allí muchas otras que habían subido con él a Jerusalén.

Sepultura de Jesús

42 Era el día de preparación (es decir, la víspera del sábado). Así que al atardecer, 43 José de Arimatea, miembro distinguido del Consejo, y que también esperaba el reino de Dios, se atrevió a presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. 44 Pilato, sorprendido de que ya hubiera muerto, llamó al centurión y le preguntó si hacía mucho que había muerto. 45 Una vez informado por el centurión, le entregó el cuerpo a José. 46 Entonces José bajó el cuerpo, lo envolvió en una sábana que había comprado, y lo puso en un sepulcro cavado en la roca. Luego hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro. 47 María Magdalena y María la madre de José vieron dónde lo pusieron.

Comentario

Agradece a Jesús por pagar el precio del perdón

Aparta tiempo hoy para dar gracias a Jesús por haber muerto por ti. Pagó un alto precio por tu perdón. El perdón no resulta fácil, pero Jesús lo hizo posible.

  • Jesús murió en la cruz por ti

Algunos sugieren que Jesús no murió realmente en la cruz sino que se recuperó en el ambiente fresco de la tumba.

No obstante, Pilato verificó «si hacía mucho que había muerto» (v.44b). El centurión que había supervisado la crucifixión confirmó que Jesús estaba realmente muerto. Los soldados romanos eran expertos en realizar crucifixiones. El centurión hubiera enfrentado un castigo grave si dejaba que un prisionero huyera.

José de Arimatea «bajó el cuerpo, lo envolvió en una sábana que había comprado, y lo puso en un sepulcro cavado en la roca» (v.46). José hubiera notado si Jesús seguía vivo y respiraba. No hubiera sepultado a un Jesús vivo.

  • Jesús fue «olvidado por Dios» debido a nuestros pecados

«…quedó toda la tierra en oscuridad» (v.33). Jesús clamó: «Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?» (v.34a). Marcos retiene las palabras originales de Jesús en arameo, que significan: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» (v.34b). como hemos visto antes en la Biblia en un año, esta es una cita del Salmo 22 que concluye con una gran victoria (ver BEAU, día 46).

  • Jesús abrió el camino para el perdón y el acceso a la presencia de Dios

El velo del templo (ver el pasaje de hoy del Antiguo Testamento, Levítico 24:3), que separaba a la gente de la presencia de Dios, fue partido en dos de forma sobrenatural por Dios desde arriba hasta abajo. Tenía 18 metros de alto y, al menos 3 centímetros de grosor. El hecho de que fuera partido desde arriba hacia abajo (donde los humanos no podían alcanzar) enfatiza que fue Dios quien causó que se partiera.

Esto simbolizaba el hecho de que mediante la muerte de Jesús se te da acceso a Dios porque tus pecados son perdonados. Dios te acredita justicia y nos concede a ti y a mí el inmenso privilegio de una relación íntima con Él.

Oración

Dios, gracias porque el Señor Jesús «me amó y dio su vida por mí» (Gálatas 2.20). Gracias porque ahora puedo entrar en Tu presencia con valentía y confianza en Tu nombre.

Antiguo Testamento

Levítico 23:1-24:23

Calendario de fiestas solemnes

23El Señor le ordenó a Moisés 2 que les dijera a los israelitas: «Éstas son las fiestas que yo he establecido, y a las que ustedes han de convocar como fiestas solemnes en mi honor. Yo, el Señor, las establecí.

Celebración del sábado

3 »Trabajarán ustedes durante seis días, pero el séptimo día es de reposo, es un día de fiesta solemne en mi honor, en el que no harán ningún trabajo. Dondequiera que ustedes vivan, será sábado consagrado al Señor.

Fiesta de la Pascua

4 »Éstas son las fiestas que el Señor ha establecido, las fiestas solemnes en su honor que ustedes deberán convocar en las fechas señaladas para ellas:

5 »La Pascua del Señor comienza el día catorce del mes primero, a la hora del crepúsculo. 6 El día quince del mismo mes comienza la fiesta de los Panes sin levadura en honor al Señor. Durante siete días comerán pan sin levadura. 7 El primer día celebrarán una fiesta solemne en su honor; ese día no harán ningún trabajo. 8 Durante siete días presentarán al Señor ofrendas por fuego, y el séptimo día celebrarán una fiesta solemne en su honor; ese día no harán ningún trabajo.»

Fiesta de las Primicias

9 El Señor le ordenó a Moisés 10 que les dijera a los israelitas: «Cuando ustedes hayan entrado en la tierra que les voy a dar, y sieguen la mies, deberán llevar al sacerdote una gavilla de las primeras espigas que cosechen. 11 El sacerdote mecerá la gavilla ante el Señor para que les sea aceptada. La mecerá a la mañana siguiente del sábado. 12 Ese mismo día sacrificarán ustedes un cordero de un año, sin defecto, como holocausto al Señor. 13 También presentarán cuatro kilos de harina fina mezclada con aceite, como ofrenda de cereal, ofrenda por fuego, de aroma grato al Señor, y un litro de vino como ofrenda de libación. 14 No comerán pan, ni grano tostado o nuevo, hasta el día en que traigan esta ofrenda a su Dios. Éste será un estatuto perpetuo para todos tus descendientes, dondequiera que habiten.

Fiesta de las Semanas

15 »A partir del día siguiente al sábado, es decir, a partir del día en que traigan la gavilla de la ofrenda mecida, contarán siete semanas completas. 16 En otras palabras, contarán cincuenta días incluyendo la mañana siguiente al séptimo sábado; entonces presentarán al Señor una ofrenda de grano nuevo. 17 Desde su lugar de residencia le llevarán al Señor, como ofrenda mecida de las primicias, dos panes hechos con cuatro kilos de flor de harina, cocidos con levadura. 18 Junto con el pan deberán presentar siete corderos de un año, sin defecto, un novillo y dos carneros. Serán, junto con sus ofrendas de cereal y sus ofrendas de libación, un holocausto al Señor, una ofrenda presentada por fuego, de aroma grato al Señor. 19 Luego sacrificarán un macho cabrío como ofrenda por el pecado, y dos corderos de un año como sacrificio de comunión. 20 El sacerdote mecerá los dos corderos, junto con el pan de las primicias. Son una ofrenda mecida ante el Señor, una ofrenda consagrada al Señor y reservada para el sacerdote. 21 Ese mismo día convocarán ustedes a una fiesta solemne en honor al Señor, y en ese día no harán ningún trabajo. Éste será un estatuto perpetuo para todos tus descendientes, dondequiera que habiten.

22 »Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no sieguen hasta el último rincón del campo ni recojan todas las espigas que queden de la mies. Déjenlas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor su Dios.»

Fiesta de las Trompetas

23 El Señor le ordenó a Moisés 24 que les dijera a los israelitas: «El primer día del mes séptimo será para ustedes un día de reposo, una conmemoración con toques de trompeta, una fiesta solemne en honor al Señor. 25 Ese día no harán ningún trabajo, sino que presentarán al Señor ofrendas por fuego.»

El día del Perdón

26 El Señor le dijo a Moisés: 27 «El día diez del mes séptimo es el día del Perdón. Celebrarán una fiesta solemne en honor al Señor, y ayunarán y le presentarán ofrendas por fuego. 28 En ese día no harán ningún tipo de trabajo, porque es el día del Perdón, cuando se hace expiación por ustedes ante el Señor su Dios. 29 Cualquiera que no observe el ayuno será eliminado de su pueblo. 30 Si alguien hace algún trabajo en ese día, yo mismo lo eliminaré de su pueblo. 31 Por tanto, no harán ustedes ningún trabajo. Éste será un estatuto perpetuo para todos sus descendientes, dondequiera que habiten. 32 Será para ustedes un sábado de solemne reposo, y deberán observar el ayuno. Este sábado lo observarán desde la tarde del día nueve del mes hasta la tarde siguiente.»

Fiesta de las Enramadas

33 El Señor le ordenó a Moisés 34 que les dijera a los israelitas: «El día quince del mes séptimo comienza la fiesta de las Enramadas en honor al Señor, la cual durará siete días. 35 El primer día se celebrará una fiesta solemne en honor al Señor. Ese día no harán ningún trabajo. 36 Durante siete días le presentarán al Señor ofrendas por fuego. Al octavo día celebrarán una fiesta solemne en honor al Señor y volverán a presentarle ofrendas por fuego. Es una fiesta solemne; ese día no harán ningún trabajo.

37 »Éstas son las fiestas que el Señor ha establecido, y a las que ustedes habrán de convocar como fiestas solemnes en su honor, para presentarle ofrendas por fuego, holocaustos, ofrendas de cereal, y sacrificios y ofrendas de libación, tal como está prescrito para cada día. 38 Todas estas fiestas son adicionales a los sábados del Señor y a los tributos y ofrendas votivas o voluntarias que ustedes le presenten.

39 »A partir del día quince del mes séptimo, luego de que hayan recogido los frutos de la tierra, celebrarán durante siete días la fiesta del Señor. El primer día y el octavo serán de descanso especial. 40 El primer día tomarán frutos de los mejores árboles, ramas de palmera, de árboles frondosos y de sauces de los arroyos, y durante siete días se regocijarán en presencia del Señor su Dios. 41 Cada año, durante siete días, celebrarán esta fiesta en honor al Señor. La celebrarán en el mes séptimo. Éste será un estatuto perpetuo para las generaciones venideras. 42 Durante siete días vivirán bajo enramadas. Todos los israelitas nativos vivirán bajo enramadas, 43 para que sus descendientes sepan que yo hice vivir así a los israelitas cuando los saqué de Egipto. Yo soy el Señor su Dios.»

44 Así anunció Moisés a los israelitas las fiestas establecidas por el Señor.

Iluminación del santuario

24El Señor le dijo a Moisés: 2 «Manda a los israelitas que te traigan aceite puro de olivas prensadas, para la iluminación del santuario. Así las lámparas se mantendrán siempre encendidas. 3 Aarón preparará las lámparas en la Tienda de reunión, fuera de la cortina del pacto, para que ardan delante del Señor toda la noche. Éste será un estatuto perpetuo para las generaciones venideras. 4 Las lámparas que están sobre el candelabro de oro puro se mantendrán siempre encendidas delante del Señor.

Los panes ofrecidos al

5 »Toma flor de harina y hornea doce tortas de pan. Cada torta debe pesar cuatro kilos. 6 Ponlas ante el Señor sobre la mesa de oro puro, en dos hileras de seis tortas cada una. 7 En cada hilera pondrás incienso puro. Así el pan será una ofrenda memorial presentada por fuego al Señor. 8 Este pan se dispondrá regularmente ante el Señor todos los sábados. Éste es un pacto perpetuo de los israelitas. 9 El pan les pertenece a Aarón y a sus hijos, quienes lo comerán en un lugar santo. Es una parte sumamente sagrada de las ofrendas que se presentan por fuego al Señor. Es un estatuto perpetuo.»

Lapidación de un blasfemo

10 Entre los israelitas vivía un hombre, hijo de madre israelita y de padre egipcio. Y sucedió que un día este hombre y un israelita iniciaron un pleito en el campamento. 11 Pero el hijo de la mujer israelita, al lanzar una maldición, pronunció el nombre del Señor; así que se lo llevaron a Moisés. (El nombre de su madre era Selomit hija de Dibrí, de la tribu de Dan.) 12 Y lo pusieron bajo arresto hasta que el Señor les dijera qué hacer con él.

13 Entonces el Señor le dijo a Moisés: 14 «Saca al blasfemo fuera del campamento. Quienes lo hayan oído impondrán las manos sobre su cabeza, y toda la asamblea lo apedreará. 15 Diles a los israelitas: “Todo el que blasfeme contra su Dios sufrirá las consecuencias de su pecado.” 16 Además, todo el que pronuncie el nombre del Señor al maldecir a su prójimo será condenado a muerte. Toda la asamblea lo apedreará. Sea extranjero o nativo, si pronuncia el nombre del Señor al maldecir a su prójimo, será condenado a muerte.

La ley del talión

17 »El que le quite la vida a otro ser humano será condenado a muerte.

18 »El que le quite la vida a algún animal ajeno, reparará el daño con otro animal.

19 »Al que lesione a su prójimo se le infligirá el mismo daño que haya causado: 20 fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente. Sufrirá en carne propia el mismo daño que haya causado.

21 »Todo el que mate un animal reparará el daño, pero el que mate a un hombre será condenado a muerte. 22 Una sola ley regirá, tanto para el nativo como para el extranjero. Yo soy el Señor su Dios.»

23 Moisés les comunicó todo esto a los israelitas, y ellos sacaron al blasfemo fuera del campamento, y allí lo apedrearon. Los israelitas procedieron tal como el Señor se lo ordenó a Moisés.

Comentario

Comprende que el perdón es obtenido no por nosotros sino para nosotros

En el Antiguo Testamento vemos la seriedad con la que se trata al pecado. No es una cuestión trivial. Y el perdón no es algo que deba darse por sentado.

La justicia exigía una equivalencia: «Vida por vida» (24:18); «fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente» (v.20). Esto nunca se pensó para las relaciones personales sino para los tribunales de justicia a fin de evitar una escalada de violencia.

Mostraba la necesidad de la adecuación de un castigo por el pecado (incidentalmente estaba bajo la ley de blasfemia, vv.10-16, por la que Jesús mismo fue condenado a muerte como vimos en Marcos 14:64).

De nuevo, en este pasaje vemos la anticipación de la muerte de Jesús. El perdón de pecados requiere sacrificio, exige un cordero. El cordero debe ser perfecto, «sin defecto» (Levítico 23:12).

Como hemos visto (BEAU, días 43 y 66), San Pablo describe a Jesús como «nuestro Cordero pascual, \[quien\] ya ha sido sacrificado» (1 Corintios 5:7).

No podemos ganar el perdón. En el día del Perdón, «se hace expiación por ustedes» (Levítico 23:28). No lo hacemos nosotros sino que se hace para nosotros. Es la enseñanza radical y revolucionaria de toda la Biblia. Cuando entiendes cómo fue posible el perdón a través de Jesús, es algo que te deja boquiabierto y transforma totalmente tu vida.

Oración

Señor Jesús, gracias porque me has hecho libre de todas estas leyes del Antiguo Testamento. Gracias porque eres el «Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Juan 1:29). Gracias por haber hecho posible el perdón para mí. Gracias por la maravilla sorprendente de tu perdón que transforma mi vida aquí y en la eternidad.

Añadidos de Pippa

Pippa añade:

Marcos 15:40–41

En un momento tan crucial en la historia, cuando Jesús derrotaba a los poderes de las tinieblas, todos sus discípulos y muchos seguidores lo abandonaron. Pero las mujeres estuvieron allí junto a la cruz. ¡Qué valentía y lealtad! En una cultura donde las mujeres parecían ser prácticamente ignoradas, Jesús las dignificó: «Además había allí muchas otras que habían subido con él a Jerusalén» (Marcos 15:41). ¡Se percibe un movimiento!

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Referencias

Notas:

C. S. Lewis, citado en Philip Yancey, Gracia divina vs. Condena humana, (Editorial Vida, 1998) , 2013)

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel

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