Día 97

Tu descubrimiento más emocionante

Sabiduría Proverbios 8:32-36
Nuevo Testamento Lucas 11:5-32
Antiguo Testamento Deuteronomio 4:15-5:33

Introducción

— ¿Puedes ver algo?— preguntó su asistente mientras los ojos de Carter se ajustaban a la semioscuridad. Carter podía ver lo suficientemente bien, pero le costaba hablar debido a la deslumbrante variedad de tesoros que se extendían ante él.

Durante más de dos mil años, turistas, ladrones de tumbas y arqueólogos habían cavado buscando los lugares de sepultura de los faraones egipcios. Armado con apenas unos pocos restos como pistas y tras muchos años, la búsqueda del arqueólogo británico Howard Carter parecía condenada al fracaso.

Finalmente, Carter abrió una antigua tumba egipcia. Nadie en el mundo moderno había visto algo semejante. El cuerpo embalsamado del rey yacía en un nicho de tres ataúdes, siendo de oro el que más profundo estaba. Sobre la cabeza del rey había una majestuosa máscara mortuoria, y depositadas sobre el cuerpo y sus vendajes había muchísimas piezas de joyería.

Las demás habitaciones estaban atiborradas de estatuas, un carro, armas, corazas, cobras esculpidas, vasijas, dagas, joyas y un trono. Era la inestimable tumba del rey Tutankamon, quien reinó del 1352 al 1343 a.C. Un total de 3265 años después, un 26 de noviembre de 1922, Carter completaba su descubrimiento.

Howard Carter hizo el hallazgo arqueológico más emocionante del mundo entero porque no dejó de buscar. Dios te ama, y no se te va a imponer, sino que te promete revelarse si lo buscas sinceramente.

Sabiduría

Proverbios 8:32-36

32 »Y ahora, hijos míos, escúchenme:
dichosos los que van por mis caminos.
33 Atiendan a mi instrucción, y sean sabios;
no la descuiden.
34 Dichosos los que me escuchan
y a mis puertas están atentos cada día,
esperando a la entrada de mi casa.
35 En verdad, quien me encuentra, halla la vida
y recibe el favor del Señor.
36 Quien me rechaza, se perjudica a sí mismo;
quien me aborrece, ama la muerte.»

Comentario

Busca la sabiduría de Dios a diario

Aquí vemos una maravillosa imagen de lo que haces cada día al abrir tu Biblia para buscar escuchar a Dios. Estás «(en tu) puerta atento cada día, esperando a la entrada de (tu) casa» (v.34). Este es el camino de la vida en toda su plenitud. Este es el camino para recibir «el favor del Señor» (v.35). Es crucial: una cuestión de vida o muerte (vv.35-36).

Hemos visto que la sabiduría del libro de los Proverbios prefigura a Cristo, quien es la sabiduría de Dios. No se trata de aprender algunos «consejos para la vida», sino de aprender de quien es la fuente de la sabiduría. Si tienes demasiada prisa, lo podrías pasar por alto.

Oración

Señor, gracias porque al encontrarte hallo la vida. Ayúdame a buscarte diariamente, a esperarte con paciencia y escuchar tus instrucciones.

Nuevo Testamento

Lucas 11:5-32

5 »Supongamos —continuó— que uno de ustedes tiene un amigo, y a medianoche va y le dice: “Amigo, préstame tres panes, 6 pues se me ha presentado un amigo recién llegado de viaje, y no tengo nada que ofrecerle.” 7 Y el que está adentro le contesta: “No me molestes. Ya está cerrada la puerta, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme a darte nada.” 8 Les digo que, aunque no se levante a darle pan por ser amigo suyo, sí se levantará por su impertinencia y le dará cuanto necesite.

9 »Así que yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. 10 Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.

11 »¿Quién de ustedes que sea padre, si su hijo le pide un pescado, le dará en cambio una serpiente? 12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? 13 Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!

Jesús y Beelzebú

14 En otra ocasión Jesús expulsaba de un hombre a un demonio que lo había dejado mudo. Cuando salió el demonio, el mudo habló, y la gente se quedó asombrada. 15 Pero algunos dijeron: «Éste expulsa a los demonios por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios.» 16 Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo.

17 Como él conocía sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado, y una casa dividida contra sí misma se derrumbará. 18 Por tanto, si Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo puede mantenerse en pie su reino? Lo pregunto porque ustedes dicen que yo expulso a los demonios por medio de Beelzebú. 19 Ahora bien, si yo expulso a los demonios por medio de Beelzebú, ¿los seguidores de ustedes por medio de quién los expulsan? Por eso ellos mismos los juzgarán a ustedes. 20 Pero si expulso a los demonios con el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el reino de Dios.

21 »Cuando un hombre fuerte y bien armado cuida su hacienda, sus bienes están seguros. 22 Pero si lo ataca otro más fuerte que él y lo vence, le quita las armas en que confiaba y reparte el botín.

23 »El que no está de mi parte, está contra mí; y el que conmigo no recoge, esparce.

24 »Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos buscando un descanso. Y al no encontrarlo, dice: “Volveré a mi casa, de donde salí.” 25 Cuando llega, la encuentra barrida y arreglada. 26 Luego va y trae otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado final de aquella persona resulta peor que el inicial.»

27 Mientras Jesús decía estas cosas, una mujer de entre la multitud exclamó:

—¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te amamantó!

28 —Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.

La señal de Jonás

29 Como crecía la multitud, Jesús se puso a decirles: «Ésta es una generación malvada. Pide una señal milagrosa, pero no se le dará más señal que la de Jonás. 30 Así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, también lo será el Hijo del hombre para esta generación. 31 La reina del Sur se levantará en el día del juicio y condenará a esta gente; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí tienen ustedes a uno más grande que Salomón. 32 Los ninivitas se levantarán en el día del juicio y condenarán a esta generación; porque ellos se arrepintieron al escuchar la predicación de Jonás, y aquí tienen ustedes a uno más grande que Jonás.

Comentario

Busca persistentemente el Espíritu de Dios

Jesús te anima a no desalentarte con facilidad. Narra una historia para mostrar el poder de la «insistencia» (v.8, RVA-2015) incluso en las imperfectas relaciones humanas (vv.5–8).

Prosigue explicando cómo la persistencia es tan importante en tu relación con Dios. «Así que les digo, sigan pidiendo y recibirán lo que piden; sigan buscando y encontrarán; sigan llamando, y la puerta se les abrirá. Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta» (vv.9–10, NTV).

Jesús relaciona esto en particular con recibir el Espíritu Santo (v.13). Tienes que seguir buscando más del Espíritu Santo así como de su sabiduría y poder en tu vida.

Jesús da la solución a algunas de las dificultades prácticas que puedes experimentar a la hora de recibir de Dios:

  • Duda

La gente se llena de dudas con todo este tema. Se preguntan «Si pido, ¿recibiré?». Jesús dice que simplemente pidamos y se nos dará (v.9).

Jesús tuvo que percatarse de que eran un poco escépticos, pues lo repite de una manera diferente: «Sigan buscando y encontrarán». Y, por tercera vez, insiste: «Sigan llamando, y la puerta se les abrirá».

Él conoce la naturaleza humana, por lo que lo reitera una cuarta vez: «Pues todo el que pide, recibe» (v.10). No están convencidos, así que dice por quinta vez: «Todo el que busca, encuentra; hasta una sexta: «Y a todo el que llama, se le abrirá la puerta».

¿Por qué lo dice seis veces? Porque conoce nuestra tendencia a dudar. Puede que te resulte muy difícil creer que Dios te dará algo, y mucho menos algo tan maravilloso como su Espíritu Santo y los dones que vienen con el Espíritu.

  • Miedo

Incluso si has superado el primer obstáculo de la duda, puede que tropieces con el siguiente del miedo acerca de lo que recibirás. ¿Será algo bueno?

Jesús usa la analogía de un padre humano. Si un niño pide un pescado, ningún padre le daría una serpiente. Si un niño pide un huevo, ningún padre le daría un escorpión (vv.11–12). Sería impensable que tratáramos a nuestros hijos así.

Jesús continúa diciendo que en comparación con Dios, ¡somos malos! Si nosotros no trataríamos así a nuestros hijos, es inconcebible que Dios nos tratara así. Dios no te defrauda. Si pides el Espíritu Santo y todos los maravillosos dones que trae consigo, eso es exactamente lo que recibirás (v.13).

  • Insuficiencia

Por supuesto, es importante pedir perdón y dar la espalda a aquello que sabes que está mal. Pero incluso después de haberlo hecho, puede que tengas un vago sentimiento de indignidad e insuficiencia. Puede que no te creas que Dios te vaya a dar nada.

A veces es más fácil creer que dará sus dones a cristianos mucho más avanzados y no a nosotros. Pero Jesús no dice «Cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a todos los cristianos que estén muy avanzados» sino que dice: «¡Cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!» (v.13).

La segunda parte de este pasaje nos enseña a asegurarnos de que estamos buscando las cosas adecuadas. Alguna gente buscaba «una señal del cielo» (v.16). Esa misma gente era la que estaba atribuyendo al diablo las obras que Jesús hacía por medio del Espíritu Santo (v.15).

Jesús les señala que el diablo no expulsa demonios (vv.17–20) como él lo hizo. Entonces les dice que no busquen «señales». La única señal que necesitamos es la señal de la resurrección (vv.29–30), que es el signo de que Jesús es más grande que Salomón y Jonás (vv.31–32).

No busques las cosas incorrectas. Busca a Dios, su reino, su justicia y su Espíritu Santo.

Oración

Señor, hoy te pido que me vuelvas a llenar con el amor, el poder y la sabiduría que vienen de tu Espíritu.

Antiguo Testamento

Deuteronomio 4:15-5:33

Prohibición de la idolatría

15 »El día que el Señor les habló en Horeb, en medio del fuego, ustedes no vieron ninguna figura. Por lo tanto, tengan mucho cuidado 16 de no corromperse haciendo ídolos o figuras que tengan alguna forma o imagen de hombre o de mujer, 17 o imágenes de animales terrestres o de aves que vuelan por el aire, 18 o imágenes de animales que se arrastran por la tierra, o peces que viven en las aguas debajo de la tierra. 19 De lo contrario, cuando levanten los ojos y vean todo el ejército del cielo —es decir, el sol, la luna y las estrellas—, pueden sentirse tentados a postrarse ante ellos y adorarlos. Esos astros los ha designado el Señor, el Dios de ustedes, como dioses de todas las naciones que están debajo del cielo. 20 Pero a ustedes el Señor los tomó y los sacó de Egipto, de ese horno donde se funde el hierro, para que fueran el pueblo de su propiedad, como lo son ahora.

21 »Sin embargo, por culpa de ustedes el Señor se enojó conmigo y juró que yo no cruzaría el Jordán ni entraría en la buena tierra que el Señor su Dios les da en posesión. 22 Yo moriré en esta tierra sin haber cruzado el Jordán, pero ustedes sí lo cruzarán y tomarán posesión de esa buena tierra. 23 Tengan, pues, cuidado de no olvidar el pacto que el Señor su Dios ha hecho con ustedes. No se fabriquen ídolos de ninguna figura que el Señor su Dios les haya prohibido, 24 porque el Señor su Dios es fuego consumidor y Dios celoso.

25 »Si después de haber tenido hijos y nietos, y de haber vivido en la tierra mucho tiempo, ustedes se corrompen y se fabrican ídolos y toda clase de figuras, haciendo así lo malo ante el Señor su Dios y provocándolo a ira, 26 hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ustedes, de que muy pronto desaparecerán de la tierra que van a poseer al cruzar el Jordán. No vivirán allí mucho tiempo, sino que serán destruidos por completo. 27 El Señor los dispersará entre las naciones, y entre todas ellas sólo quedarán esparcidos unos pocos. 28 Allí ustedes adorarán a dioses de madera y de piedra, hechos por seres humanos: dioses que no pueden ver ni oír, ni comer ni oler.

29 »Pero si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás. 30 Y al cabo del tiempo, cuando hayas vivido en medio de todas esas angustias y dolores, volverás al Señor tu Dios y escucharás su voz. 31 Porque el Señor tu Dios es un Dios compasivo, que no te abandonará ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que mediante juramento hizo con tus antepasados.

El Señor es Dios

32 »Pregúntales ahora a los tiempos pasados que te precedieron, desde el día que Dios creó al ser humano en la tierra, e investiga de un extremo a otro del cielo. ¿Ha sucedido algo así de grandioso, o se ha sabido alguna vez de algo semejante? 33 ¿Qué pueblo ha oído a Dios hablarle en medio del fuego, como lo has oído tú, y ha vivido para contarlo? 34 ¿Qué dios ha intentado entrar en una nación y tomarla para sí mediante pruebas, señales, milagros, guerras, actos portentosos y gran despliegue de fuerza y de poder, como lo hizo por ti el Señor tu Dios en Egipto, ante tus propios ojos?

35 »A ti se te ha mostrado todo esto para que sepas que el Señor es Dios, y que no hay otro fuera de él. 36 Desde el cielo te permitió escuchar su voz, para instruirte. Y en la tierra te permitió ver su gran fuego, desde el cual te habló. 37 El Señor amó a tus antepasados y escogió a la descendencia de ellos; por eso te sacó de Egipto con su presencia y gran poder, 38 y ante tus propios ojos desalojó a naciones más grandes y más fuertes que tú, para hacerte entrar en su tierra y dártela en posesión, como sucede hoy.

39 »Reconoce y considera seriamente hoy que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y que no hay otro. 40 Obedece sus preceptos y normas que hoy te mando cumplir. De este modo a ti y a tus descendientes les irá bien, y permanecerán mucho tiempo en la tierra que el Señor su Dios les da para siempre.»

Ciudades de refugio

41 Entonces Moisés reservó tres ciudades al este del Jordán, 42 para que en alguna de ellas pudiera refugiarse el que, sin premeditación ni rencor alguno, hubiera matado a su prójimo. De este modo tendría a dónde huir para ponerse a salvo. 43 Para los rubenitas designó Béser en el desierto, en la planicie; para los gaditas, Ramot de Galaad; y para los manasesitas, Golán de Basán.

Introducción a la ley

44 Ésta es la ley que Moisés expuso a los israelitas. 45 Éstos son los mandatos, preceptos y normas que Moisés les dictó después de que salieron de Egipto, 46 cuando todavía estaban al este del Jordán, en el valle cercano a Bet Peor. Era la tierra de Sijón, rey de los amorreos, que vivía en Hesbón y que había sido derrotado por Moisés y los israelitas cuando salieron de Egipto. 47 Los israelitas tomaron posesión de su tierra y de la tierra de Og, rey de Basán, es decir, de los dos reyes amorreos cuyos territorios estaban al este del Jordán. 48 Este territorio se extendía desde Aroer, a la orilla del arroyo Arnón, hasta el monte Sirión, es decir, el monte Hermón. 49 Incluía además todo el Arabá al este del Jordán, hasta el mar del Arabá, en las laderas del monte Pisgá.

Los Diez Mandamientos

5Moisés convocó a todo Israel y dijo:

«Escuchen, israelitas, los preceptos y las normas que yo les comunico hoy. Apréndanselos y procuren ponerlos en práctica. 2 El Señor nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en el monte Horeb. 3 No fue con nuestros padres con quienes el Señor hizo ese pacto, sino con nosotros, con todos los que hoy estamos vivos aquí. 4 Desde el fuego el Señor les habló cara a cara en la montaña. 5 En aquel tiempo yo actué como intermediario entre el Señor y ustedes, para declararles la palabra del Señor, porque ustedes tenían miedo del fuego y no subieron a la montaña. El Señor dijo:

6 »Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, país donde eras esclavo.

7 »No tengas otros dioses además de mí.

8 »No hagas ningún ídolo ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. 9 No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación. 10 Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones.

11 »No pronuncies el nombre del Señor tu Dios a la ligera. Yo, el Señor, no tendré por inocente a quien se atreva a pronunciar mi nombre a la ligera.

12 »Observa el día sábado, y conságraselo al Señor tu Dios, tal como él te lo ha ordenado. 13 Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, 14 pero observa el séptimo día como día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu burro, ni ninguno de tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. De ese modo podrán descansar tu esclavo y tu esclava, lo mismo que tú. 15 Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí con gran despliegue de fuerza y de poder. Por eso el Señor tu Dios te manda observar el día sábado.

16 »Honra a tu padre y a tu madre, como el Señor tu Dios te lo ha ordenado, para que disfrutes de una larga vida y te vaya bien en la tierra que te da el Señor tu Dios.

17 »No mates.

18 »No cometas adulterio.

19 »No robes.

20 »No des falso testimonio en contra de tu prójimo.

21 »No codicies la esposa de tu prójimo, ni desees su casa, ni su tierra, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca.

22 »Éstas son las palabras que el Señor pronunció con voz fuerte desde el fuego, la nube y la densa oscuridad, cuando ustedes estaban reunidos al pie de la montaña. No añadió nada más. Luego las escribió en dos tablas de piedra, y me las entregó.

23 »Cuando ustedes oyeron la voz que salía de la oscuridad, mientras la montaña ardía en llamas, todos los jefes de sus tribus y sus ancianos vinieron a mí 24 y me dijeron: “El Señor nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su majestad, y hemos oído su voz que salía del fuego. Hoy hemos visto que un simple mortal puede seguir con vida aunque Dios hable con él. 25 Pero, ¿por qué tenemos que morir? Este gran fuego nos consumirá, y moriremos, si seguimos oyendo la voz del Señor nuestro Dios. 26 Pues ¿qué mortal ha oído jamás la voz del Dios viviente hablarle desde el fuego, como la hemos oído nosotros, y ha vivido para contarlo? 27 Acércate tú al Señor nuestro Dios, y escucha todo lo que él te diga. Repítenos luego todo lo que te comunique, y nosotros escucharemos y obedeceremos.”

28 »El Señor escuchó cuando ustedes me hablaban, y me dijo: “He oído lo que este pueblo te dijo. Todo lo que dijeron está bien. 29 ¡Ojalá su corazón esté siempre dispuesto a temerme y a cumplir todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos siempre les vaya bien!

30 » ”Ve y diles que vuelvan a sus carpas. 31 Pero tú quédate aquí conmigo, que voy a darte todos los mandamientos, preceptos y normas que has de enseñarles, para que los pongan en práctica en la tierra que les daré como herencia.”

32 »Tengan, pues, cuidado de hacer lo que el Señor su Dios les ha mandado; no se desvíen ni a la derecha ni a la izquierda. 33 Sigan por el camino que el Señor su Dios les ha trazado, para que vivan, prosperen y disfruten de larga vida en la tierra que van a poseer.

Comentario

Busca la presencia de Dios de todo corazón

Puedes tener una relación personal con Dios, quien dijo a su pueblo: «A ti se te ha mostrado esto para que sepas que el Señor es Dios y que no hay otro aparte de él» (4:35, RVA-2015).

Moisés le dice al pueblo de Dios que serán dispersados entre las naciones (v.27). Pero dijo: «Si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás» (v.29).

Al comienzo de los Diez Mandamientos, vemos este mismo énfasis en nuestra relación con Dios. Vivimos en un mundo que piensa que lo único que importa es cómo nos relacionamos con los demás. Nuestra relación con los demás es inmensamente importante y es el tema de los mandamientos sexto al décimo (5:16–21), pero hay algo aún más importante; tú relación con Dios es el aspecto más importante de tu vida.

Tu amor por los demás debe brotar de esta relación. Dios no es un accesorio opcional en tu vida. Moisés dice: «El Señor su Dios es fuego consumidor y Dios celoso» (4:24). Él te ama, te ha escogido y quiere bendecirte con Su presencia (v.37). Él es un «Dios compasivo» (v.31). Te ha liberado de la cautividad como liberó a los israelitas: «Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, país donde eras esclavo» (5:6).

Es en este contexto en el que te dice que pongas su relación con Él por encima de todo lo demás (mandamientos primero al cuarto, vv.6–15). La siguiente prioridad son tus relaciones de familia (v.16). Les siguen tus relaciones con los demás (mandamientos sexto al noveno, vv.17–20). Finalmente, el décimo mandamiento se ocupa de tus pensamientos (v.21).

Moisés le dice al pueblo que «escuche» estas instrucciones, las «aprendan» y las «pongan en práctica» (v.1). Si buscas a Dios persistentemente y de todo corazón, encontrarás la vida en toda su plenitud y la manera en la que amas y sirves a los demás será transformada.

Oración

Señor, hoy busco tu presencia de todo corazón. Ayúdame a experimentar personalmente tu gran amor y fortaleza, a escuchar tus mandamientos, obedecerlos y vivir bajo tu favor.

Añadidos de Pippa

Deuteronomio 5:29a

« ¡Ojalá su corazón esté siempre dispuesto a temerme y a cumplir todos mis mandamientos \[…\]»

Me resulta fácil sentir temor por las cosas equivocadas (en mi caso son las alturas, las serpientes, los perros gruñones y la gente violenta). Pero sentir el tipo de miedo adecuado ante nuestro Dios todopoderoso, reverenciando Su majestad, es bueno. Necesito ser más reverente ante nuestro gran Dios para tener todo en su justa perspectiva. Me gusta la siguiente parte del versículo: «\[…\] para que a ellos y a sus hijos siempre les vaya bien» (v.29b).

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Referencias

Notes:
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.

Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)

Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.

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