Día 122

Dios quiere sorprenderte

Sabiduría Salmos 54:1-7
Nuevo Testamento Juan 2:1-25
Antiguo Testamento Josué 19:1-21:19

Introducción

A los 18 años, empecé a leer todo el Nuevo Testamento con el propósito de desmentir el cristianismo. Mientras lo leía, me sorprendió descubrir que me había convencido de que era cierto. Lo último que quería hacer era «convertirme en cristiano». Pensé que arruinaría mi vida y la haría aburrida al rechazar cualquier tipo de diversión. Sin embargo, al saber en mi corazón que era verdad, sentí que no tenía otra opción que decir «sí» a Jesús.

En el momento en que lo hice –usando las palabras que eligió C. S. Lewis para describir su propia experiencia de encontrar a Jesús– fui sorprendido por la alegría. Desde entonces, Jesús nunca ha dejado de sorprenderme.

Dios es el Dios de las sorpresas. Jesús constantemente sorprendió a sus seguidores y quiere seguir sorprendiéndote.

Sabiduría

Salmos 54:1-7

Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Masquil de David, cuando gente de Zif fue a decirle a Saúl: «¿No estará David escondido entre nosotros?»

1 Sálvame, oh Dios, por tu nombre;
 defiéndeme con tu poder.
2 Escucha, oh Dios, mi oración;
 presta oído a las palabras de mi boca.

3 Pues gente extraña me ataca;
 tratan de matarme los violentos,
 gente que no toma en cuenta a Dios.

4 Pero Dios es mi socorro;
 el Señor es quien me sostiene,

5 y hará recaer el mal sobre mis adversarios.
 Por tu fidelidad, Señor, ¡destrúyelos!

6 Te presentaré una ofrenda voluntaria
 y alabaré, Señor, tu buen nombre;
7 pues me has librado de todas mis angustias,
 y mis ojos han visto la derrota de mis enemigos.

Comentario

Sorprendido por la ayuda de Dios

Siempre es sorprendente cuando nos atacan personas que no conocemos, incluso si los ataques son justificados o parcialmente justificados. David dice «gente extraña me ataca» (v.3a). Recuerdo lo sorprendido que estaba la primera vez que leí artículos de personas que nunca había conocido atacando Alpha, HTB y, a veces, a mí mismo. Los ataques sorpresa pueden venir de vecinos, compañeros de trabajo u otras fuentes.

Lo que he encontrado aún más sorprendente es cómo Dios interviene para ayudarnos: «¡Oh, mira! ¡Dios está aquí mismo ayudando!» (v.4a, traducción bíblica The Message) «Dios es quien me ayuda» (v.4a, RVA-2015); Él me sostiene (v.4b) y me ha liberado de todas mis angustias (v.7).

Al mirar atrás reflexionando sobre mi propia experiencia, me doy cuenta de que la liberación no siempre ha sido instantánea, a veces ha llevado meses o incluso años. Sin embargo, me desafía la respuesta de David. En medio de los ataques él dice «te presentaré una ofrenda voluntaria y alabaré, Señor, tu buen nombre» (v.6).

El sentido de una «ofrenda voluntaria» era que no había ninguna condición puesta para el sacrificio; David no dijo que ofrecería un sacrificio solamente si Dios lo rescataba. Independientemente del resultado del ataque, alabó al Señor por su bondad.

Si estás enfrentando un ataque ahora mismo deposita tu confianza en Dios, cree en que Él quiere ayudarte y alábalo de antemano.

Oración

Señor, gracias porque un día podré mirar atrás y ver que me has librado de todas mis angustias.

Nuevo Testamento

Juan 2:1-25

Jesús cambia el agua en vino

2Al tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús se encontraba allí. 2 También habían sido invitados a la boda Jesús y sus discípulos. 3 Cuando el vino se acabó, la madre de Jesús le dijo:

—Ya no tienen vino.

4 —Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora.

5 Su madre dijo a los sirvientes:

—Hagan lo que él les ordene.

6 Había allí seis tinajas de piedra, de las que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada una cabían unos cien litros.

7 Jesús dijo a los sirvientes:

—Llenen de agua las tinajas.

Y los sirvientes las llenaron hasta el borde.

8 —Ahora saquen un poco y llévenlo al encargado del banquete —les dijo Jesús.

Así lo hicieron. 9 El encargado del banquete probó el agua convertida en vino sin saber de dónde había salido, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Entonces llamó aparte al novio 10 y le dijo:

—Todos sirven primero el mejor vino, y cuando los invitados ya han bebido mucho, entonces sirven el más barato; pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora.

11 Ésta, la primera de sus señales, la hizo Jesús en Caná de Galilea. Así reveló su gloria, y sus discípulos creyeron en él.

12 Después de esto Jesús bajó a Capernaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos, y se quedaron allí unos días.

Jesús purifica el templo

13 Cuando se aproximaba la Pascua de los judíos, subió Jesús a Jerusalén. 14 Y en el templo halló a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, e instalados en sus mesas a los que cambiaban dinero. 15 Entonces, haciendo un látigo de cuerdas, echó a todos del templo, juntamente con sus ovejas y sus bueyes; regó por el suelo las monedas de los que cambiaban dinero y derribó sus mesas. 16 A los que vendían las palomas les dijo:

—¡Saquen esto de aquí! ¿Cómo se atreven a convertir la casa de mi Padre en un mercado?

17 Sus discípulos se acordaron de que está escrito: «El celo por tu casa me consumirá.» 18 Entonces los judíos reaccionaron, preguntándole:

—¿Qué señal puedes mostrarnos para actuar de esta manera?

19 —Destruyan este templo —respondió Jesús—, y lo levantaré de nuevo en tres días.

20 —Tardaron cuarenta y seis años en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días?

21 Pero el templo al que se refería era su propio cuerpo. 22 Así, pues, cuando se levantó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de lo que había dicho, y creyeron en la Escritura y en las palabras de Jesús.

23 Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía. 24 En cambio Jesús no les creía porque los conocía a todos; 25 no necesitaba que nadie le informara nada acerca de los demás, pues él conocía el interior del ser humano.

Comentario

Sorprendido por Jesús

El ministerio de Jesús estaba lleno de sorpresas. Jesús te está llamando constantemente a profundizar en tu vida con él. Quiere sorprenderte de nuevas maneras.

  • Abundancia sorprendente

Algunos podrían sorprenderse no solo de que Jesús y sus discípulos fueran invitados a fiestas (como este banquete de bodas) sino también que aceptaran y asistieran. En aquella época, las fiestas de bodas duraban aproximadamente una semana. Eran momentos de gran júbilo y regocijo donde la gente vestía sus mejores ropas, se regocijaba, cantaba, bailaba, bromeaba, se reía y se divertía. Quizá lo que es aún más sorprendente es que en lugar de condenar a aquellos que bebieron vino, Jesús transformó más de 120 galones de agua en el mejor vino (v.10). Jesús hace las cosas en abundancia. Él quiere darte más y más vida y alegría.

El simple hecho de contarle a Jesús cuál era el problema («ya no tienen más vino», v.3) y seguir sus instrucciones («hagan lo que él les ordene», v.5), condujo a este sorprendente milagro. Jesús no solo respondió a la necesidad, sino que lo hizo superando cualquier cosa que pudieran haber esperado o incluso imaginado. El encargado del banquete se sorprendió cuando «probó el agua convertida en vino» (v.9).

Esto también puede verse como una representación de nuestras propias vidas: Jesús convierte el agua de una vida sin él, en el mejor vino de una vida con él. Pensé que seguir a Jesús significaba una vida «diluida». En realidad, es todo lo contrario. Jesús nos sorprende constantemente enriqueciendo nuestras vidas. Vemos aquí en particular cómo enriquece las bodas y, desde luego, los matrimonios. Él puede convertir el agua de un matrimonio corriente en el vino de un matrimonio enriquecido.

Jesús transforma la fatiga y la tristeza en plenitud de gozo.

Por medio de este milagro, Jesús «reveló su gloria, y sus discípulos creyeron en él» (v.11). Para muchos, esto tuvo que ser una revelación extremadamente sorprendente.

  • Pasión sorprendente

Jesús sorprendió a todo el mundo cuando entró en los atrios del templo y se encontró con personas vendiendo ganado, ovejas y palomas; así como a otros en mesas cambiando dinero: «Los prestamistas también estaban allí en toda su fuerza» (v.14, MSG).

Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del templo. Les increpó: «¡Saquen esto de aquí! ¿Cómo se atreven a convertir la casa de mi Padre en un mercado? (v.16). Sus discípulos recordaron las palabras: «El celo por tu casa me consumirá» (v.17).

Estamos rodeados de mercantilismo y de imágenes seductoras. Las iglesias están siendo reemplazadas por enormes centros comerciales. Existe el peligro de adorar el dinero y el comercio.

En aquel entonces se experimentaba la fortísima tentación, igual que se experimenta hoy en día, de pensar que hacer dinero interfería con la adoración a Dios. Por supuesto, hay un aspecto material necesario para hacer posible la adoración, tanto en el templo de Jerusalén como en las iglesias de hoy. Sin embargo, cuando el dinero se convierte en el centro de nuestro enfoque, estamos en serios apuros. La pasión que mostró Jesús en este asunto sorprendió a la gente.

  • Morada sorprendente

Jesús redefine el templo. El cuerpo de Jesús es el verdadero templo. Les expresa: «Destruyan este templo, y lo levantaré de nuevo en tres días» (v.19). El verdadero templo será destruido, pero Dios lo reconstruirá en tres días, a través de la resurrección. Están sorprendidos y no pueden entender esto; así que le preguntan a Jesús cómo piensa que puede reconstruir este templo en solo tres días. Pero Juan añade: «El templo al que se refería era su propio cuerpo» (v.21).

El templo era importante porque era la morada simbólica de Dios. Era donde Dios y la humanidad se encontraban. Estas palabras sorprendentes de Jesús nos muestran que él mismo es el nuevo templo. Él es la morada de Dios en la tierra.

A través de Jesús, ahora estás llamado a ser el hogar y la morada de Dios. Tu cuerpo es el templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19).

  • Sabiduría sorprendente

Cuando las personas vieron los milagros que Jesús realizó y lo que estaba haciendo, muchos «creyeron en su nombre» (Juan 2:23). Aunque Juan señala que «Jesús no les creía porque los conocía a todos; no necesitaba que nadie le informara nada acerca de los demás, pues él conocía el interior del ser humano» (vv.24-25).

Es sorprendente leer que Jesús no confió inmediatamente en aquellas personas, especialmente cuando leemos que el amor «siempre confía» (1 Corintios 13:7). Jesús es realista acerca de la naturaleza humana. Tendemos a buscar el cónyuge perfecto, los padres perfectos, los hijos perfectos, los amigos perfectos y la iglesia perfecta. Pero nada de eso existe pues todos somos seres humanos defectuosos.

Reconocer esto nos ayuda a ser más realistas, a decepcionarnos menos y a ser más tolerantes en nuestras relaciones.

Necesitamos la sabiduría de Jesús en nuestras relaciones y trato con los demás. Necesitamos equilibrar la sinceridad y la confianza amorosa con la sabiduría y la comprensión del corazón humano.

Oración

Señor, gracias por Jesús. Ayúdame a fijar mis ojos en él hoy, para que pueda sorprenderme de nuevo con su sabiduría, pasión, amor y abundancia.

Antiguo Testamento

Josué 19:1-21:19

El territorio de Simeón

19Simeón fue la segunda tribu que recibió sus territorios, según sus clanes. Su herencia estaba ubicada dentro del territorio de Judá. 2 Le pertenecían las siguientes ciudades: Berseba (o Sabá), Moladá, 3 Jazar Súal, Balá, Esen, 4 Eltolad, Betul, Jormá, 5 Siclag, Bet Marcabot, Jazar Susá, 6 Bet Lebaot y Sarujén, es decir, trece ciudades con sus poblaciones; 7 y Ayin, Rimón, Éter y Asán, es decir, cuatro ciudades con sus poblaciones. 8 A estas ciudades se agregaban los pueblos que se contaban hasta los bordes de Balatber, ciudad de Ramat ubicada en el Néguev.

Éstos fueron los territorios asignados a los clanes de la tribu de Simeón. 9 Como la tribu de Judá tenía más territorio de lo que sus clanes necesitaban, la tribu de Simeón recibió su porción del territorio asignado a Judá.

El territorio de Zabulón

10 Zabulón fue la tercera tribu que recibió su territorio, según sus clanes. La frontera del territorio se extendía hasta Sarid. 11 Por el occidente, se dirigía hacia Maralá, y llegaba a Dabéset, hasta tocar el arroyo frente a Jocneán. 12 De allí, giraba al este de Sarid, hacia la salida del sol, hasta el territorio de Quislot Tabor, luego continuaba hasta alcanzar Daberat y subía hasta Jafía. 13 La frontera cruzaba por el oriente hacia Gat Jefer e Itacasín, hasta llegar a Rimón y girar hacia Negá. 14 De allí la frontera giraba hacia el norte hasta llegar a Janatón, y terminaba en el valle de Jeftel. 15 Ese territorio incluía doce ciudades y sus poblaciones, entre ellas Catat, Nalal, Simrón, Idalá y Belén. 16 Éste es el territorio asignado como herencia a los clanes de la tribu de Zabulón, incluyendo sus ciudades y pueblos.

El territorio de Isacar

17 Isacar fue la cuarta tribu que recibió su territorio, según sus clanes. 18 Las ciudades que se encontraban dentro de ese territorio eran: Jezrel, Quesulot, Sunén, 19 Jafarayin, Sijón, Anajarat, 20 Rabit, Cisón, Abez, 21 Rémet, Enganín, Enadá y Bet Pasés. 22 La frontera llegaba a Tabor, Sajazimá y Bet Semes, y terminaba en el río Jordán. 23 En total, dieciséis ciudades con sus poblaciones componían la herencia de los clanes de la tribu de Isacar.

El territorio de Aser

24 Aser fue la quinta tribu que recibió su territorio, según sus clanes. 25 En él se incluían las ciudades de Jelcat, Jalí, Betén, Acsaf, 26 Alamélec, Amad y Miseal. La frontera tocaba, por el oeste, el monte Carmelo y Sijor Libnat. 27 De allí giraba al este en dirección a Bet Dagón y llegaba a Zabulón, en el valle de Jeftel. Luego se dirigía al norte rumbo a Bet Émec y Neyel, bordeando, a la izquierda, Cabul. 28 La frontera seguía hacia Abdón, Rejob, Hamón y Caná, hasta tocar la gran ciudad de Sidón. 29 Luego hacía un giro hacia Ramá, y de allí, hasta la ciudad fortificada de Tiro. Después giraba hacia Josá y salía al mar Mediterráneo. 30 Las ciudades sumaban veintidós, entre ellas Majaleb, Aczib, Uma, Afec y Rejob. 31 Éste es el territorio asignado como herencia a los clanes de la tribu de Aser, incluyendo sus ciudades y pueblos.

El territorio de Neftalí

32 Neftalí fue la sexta tribu que recibió su territorio, según sus clanes. 33 Su territorio abarcaba desde Jélef y el gran árbol de Sananín hacia Adaminéqueb y Jabnel, y continuaba hacia Lacún, hasta el río Jordán. 34 La frontera seguía por el occidente, pasando por Aznot Tabor, y proseguía en Hucoc. Bordeaba el territorio de la tribu de Zabulón por el sur, la de Aser por el occidente y el río Jordán por el oriente. 35 Las ciudades fortificadas eran: Sidín, Ser, Jamat, Racat, Quinéret, 36 Adamá, Ramá, Jazor, 37 Cedes, Edrey, Enjazor, 38 Irón, Migdal El, Jorén, Bet Anat y Bet Semes. En total sumaban diecinueve ciudades con sus poblaciones. 39 Éste es el territorio asignado como herencia a los clanes de la tribu de Neftalí, incluyendo sus ciudades y pueblos.

El territorio de Dan

40 Dan fue la séptima tribu que recibió territorio, según sus clanes. 41 Se incluían en el territorio Zora, Estaol, Ir Semes, 42 Sagalbín, Ayalón, Jetlá, 43 Elón, Timnat, Ecrón, 44 Eltequé, Guibetón, Balat, 45 Jehúd, Bené Berac, Gat Rimón, 46 Mejarcón y Racón, con la región que estaba frente a Jope.

47 Como a los danitas no les alcanzó el territorio que se les asignó, fueron a conquistar la ciudad de Lesén. Después de que la tomaron, pasaron a filo de espada a todos sus habitantes. Luego los danitas la habitaron y le dieron por nombre Dan, en honor de su antepasado. 48 Así quedó establecido el territorio de los clanes de la tribu de Dan, junto con sus ciudades y pueblos.

El territorio de Josué

49 Cuando se terminó de asignarle a cada tribu el territorio que le correspondía, el pueblo de Israel le entregó a Josué hijo de Nun el territorio que le pertenecía a él como herencia. 50 Así cumplieron con lo que el Señor había ordenado. Josué recibió la ciudad de Timnat Sera, que estaba enclavada en la región montañosa de Efraín. Él la había solicitado, así que la reconstruyó y se estableció en ella.

51 De este modo terminaron de dividir los territorios el sacerdote Eleazar, Josué y los jefes de las tribus de Israel. El sorteo lo realizaron en Siló, en presencia del Señor, a la entrada de la Tienda de reunión.

Ciudades de refugio

20El Señor le dijo a Josué: 2 «Pídeles a los israelitas que designen algunas ciudades de refugio, tal como te lo ordené por medio de Moisés. 3 Así cualquier persona que mate a otra accidentalmente o sin premeditación podrá huir a esas ciudades para refugiarse del vengador del delito de sangre.

4 »Cuando tal persona huya a una de esas ciudades, se ubicará a la entrada y allí presentará su caso ante los ancianos de la ciudad. Acto seguido, los ancianos lo aceptarán en esa ciudad y le asignarán un lugar para vivir con ellos. 5 Si el vengador del delito de sangre persigue a la persona hasta esa ciudad, los ancianos no deberán entregárselo, pues ya habrán aceptado al que mató sin premeditación ni rencor alguno. 6 El acusado permanecerá en aquella ciudad hasta haber comparecido ante la asamblea del pueblo y hasta que el sumo sacerdote en funciones haya fallecido. Sólo después de esto el acusado podrá regresar a su hogar y al pueblo del cual huyó tiempo atrás.»

7 En respuesta a la orden de Josué, los israelitas designaron Cedes en Galilea, en la región montañosa de Neftalí; Siquén, en la región montañosa de Efraín, y Quiriat Arbá, conocida como Hebrón, en la región montañosa de Judá. 8 Al este del río Jordán, escogieron las tres ciudades siguientes: Béser, en el desierto que está en la meseta perteneciente al territorio de la tribu de Rubén; Ramot de Galaad, en el territorio de la tribu de Gad, y Golán de Basán, en el territorio de la tribu de Manasés. 9 Todo israelita o inmigrante que hubiera matado accidentalmente a alguien podría huir hacia una de esas ciudades para no morir por mano del vengador del delito de sangre, antes de ser juzgado por la asamblea.

Las poblaciones de los levitas

21Los jefes de familia de los levitas se acercaron al sacerdote Eleazar, a Josué hijo de Nun y a los representantes de los clanes israelitas, 2 los cuales estaban en Siló, en la tierra de Canaán, y les dijeron: «El Señor ordenó por medio de Moisés que ustedes nos asignaran pueblos donde vivir y tierras para nuestro ganado.»

3 Entonces, según el mandato del Señor, los israelitas entregaron, de su propiedad, las siguientes poblaciones y campos de pastoreo a los levitas:

4 Los primeros en recibir sus poblaciones, por sorteo, fueron los levitas descendientes de Coat. A estos descendientes del sacerdote Aarón se les entregaron trece poblaciones en los territorios de las tribus de Judá, Simeón y Benjamín. 5 Al resto de los descendientes de Coat se les entregaron diez poblaciones en los territorios de las tribus de Efraín, Dan y la media tribu de Manasés.

6 A los descendientes de Guersón se les entregaron, por sorteo, trece poblaciones en los territorios de las tribus de Isacar, Aser, Neftalí y la media tribu de Manasés en Basán.

7 Los descendientes de Merari recibieron doce poblaciones en los territorios de las tribus de Rubén, Gad y Zabulón.

8 De este modo los israelitas asignaron todas estas poblaciones con sus campos de pastoreo a los levitas, según el mandato del Señor por medio de Moisés.

9 Lo mismo se hizo con los territorios de las tribus de Judá y Simeón. 10 Las poblaciones que se asignaron las recibieron los descendientes aaronitas del clan de Coat, porque ellos fueron los primeros que resultaron favorecidos en el sorteo. 11 A ellos se les asignó Quiriat Arbá, es decir, Hebrón, junto con sus campos de pastoreo, en la región montañosa de Judá (Arbá fue un ancestro de los anaquitas). 12 Pero las aldeas y los campos adyacentes a Hebrón no se asignaron a ningún levita, pues ya se habían asignado a Caleb hijo de Jefone.

13 Además de Hebrón (ciudad de refugio para los acusados de homicidio), a los descendientes del sacerdote Aarón se les asignaron las siguientes poblaciones con sus campos de pastoreo: Libná, 14 Jatir, Estemoa, 15 Holón, Debir, 16 Ayin, Yutá y Bet Semes, nueve poblaciones en total. 17 Del territorio de la tribu de Benjamín se asignaron las siguientes poblaciones con sus campos de pastoreo: Gabaón, Gueba, 18 Anatot y Almón, es decir, cuatro poblaciones. 19 En total fueron trece poblaciones con sus campos de pastoreo las que se asignaron a los sacerdotes descendientes de Aarón.

Comentario

Sorprendido por la humanidad

Cuando Pippa y yo viajamos alrededor del mundo, a menudo hemos visitado las prisiones locales. En algunos países, el sistema de justicia parece ser relativamente humano. En otros las condiciones penitenciarias y las penas impuestas parecen crueles.

Muchas veces nos sentimos sorprendidos e incluso impactados por algunas leyes del Antiguo Testamento. Los israelitas también tuvieron que quedar boquiabiertos, aunque de una manera diferente, pues aquellas leyes eran sorprendentemente humanas comparadas con las normas de la época.

Si surgía una situación en la que parecía ser un homicidio accidental, una persona podía ser admitida en una ciudad de refugio. Posteriormente, podía quedarse allí mismo después del juicio, si el vengador no podía demostrar que había sido un asesinato. La ciudad tenía el deber de protegerlo hasta que llegara el momento de regresarlo a su lugar de origen (Josué 20).

Estas leyes preservaban la inviolabilidad de la vida humana. Toda vida humana tiene un valor infinito para Dios. Quitarle la vida a una persona, incluso accidentalmente, es un asunto muy grave. Por otra parte, estas leyes tienen un aspecto humano que protege a la persona que ha matado accidentalmente. Probablemente, esta humanidad tuvo que sorprender a la gente de aquella época.

Como pueblo de Dios hoy, debemos por supuesto tener pasión por la justicia y las leyes justas; disuadir y reducir el crimen. Pero también debemos procurar que nuestros sistemas de justicia sean humanos.

Oración

Señor, ayúdame en mi propia vida y también en la sociedad, a trabajar por leyes justas y humanas. Gracias por tu amor, compasión y misericordia.

Añadidos de Pippa

Pippa añade

Juan 2:1–11

Me encantan las bodas. Cuando cada uno de nuestros hijos se casó, se hicieron muchísimos preparativos para organizar aquellos días. Este pasaje nos recuerda que lo único que realmente importa en una boda es que Jesús esté en ella... (y él se preocupa incluso por cosas prácticas como el vino).

La interacción entre Jesús y su madre es muy conmovedora; aquí ya vemos la fe de María en su hijo.

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Referencias

Notas:

Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida a español, se parafrasea.

Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.

Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)

Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.

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