Día 209

Hermosos pies

Sabiduría Proverbios 18:7-16
Nuevo Testamento Romanos 10:5-11:10
Antiguo Testamento 1 Crónicas 2:18-4:8

Introducción

Unos amigos nuestros habían estado esperando diez años concebir un bebé. Les habían dicho que era imposible. Un día, tocaron a nuestra puerta y allí estaba ella, lo llevaba escrito en su rostro. Tan pronto como entró en la casa, empezó a saltar de un lado para otro, taconeando de gozo y deleite, anunciando las buenas nuevas. Finalmente había concebido, su espera había terminado. Llevaba las buenas noticias en su propio cuerpo. ¡No hay nada más emocionante que ser portador de buenas noticias!

También tú eres portador de buenas nuevas: El mensaje de Jesús está en ti. Por eso, según el apóstol Pablo, tienes ¡hermosos pies! (Romanos 10:15, NTV).

Como cristianos, todos estamos llamados a compartir las buenas nuevas de Jesús. Algunos de nosotros tenemos el inmenso privilegio de ser llamados a hacerlo mediante un trabajo a tiempo completo. En enero de 1978, cuando aún trabajaba como abogado, escribí en mi diario de oración:

«Anhelo pasar todo mi tiempo predicando el evangelio, hablándole a la gente acerca del amor de Jesús. Pero Romanos 10:15 advierte: “¿Cómo puede \[la gente\] predicar a menos que sean enviados?”. No puedo y no seré capaz de predicar el evangelio a menos que sea enviado por Dios para hacerlo: es un maravilloso llamado. “¡Qué hermosos son los pies de los mensajeros que traen buenas noticias!”».

El corazón de las buenas nuevas es una justicia que viene por la fe (v.6). «Todo el que invoque el nombre del Señor será salvo» (v.13).

Sabiduría

Proverbios 18:7-16

7 La boca del necio es su perdición;
 sus labios son para él una trampa mortal.

8 Los chismes son deliciosos manjares;
 penetran hasta lo más íntimo del ser.

9 El que es negligente en su trabajo
 confraterniza con el que es destructivo.

10 Torre inexpugnable es el nombre del Señor;
 a ella corren los justos y se ponen a salvo.

11 Ciudad amurallada es la riqueza para el rico,
 y éste cree que sus muros son inexpugnables.

12 Al fracaso lo precede la soberbia humana;
 a los honores los precede la humildad.

13 Es necio y vergonzoso
 responder antes de escuchar.

14 En la enfermedad, el ánimo levanta al enfermo;
 ¿pero quién podrá levantar al abatido?

15 El corazón prudente adquiere conocimiento;
 los oídos de los sabios procuran hallarlo.

16 Con regalos se abren todas las puertas
 y se llega a la presencia de gente importante.

Comentario

1. Corre hacia el Señor

Este pasaje de Proverbios está lleno de sabiduría práctica. Necesitamos guardar nuestros labios: «La boca del necio es su perdición; sus labios son para él una trampa mortal» (v.7). «El chisme» es muy tentador pero debe evitarse; en palabras de The Message: «Los chismes son como caramelos baratos; ¿de verdad quieres chatarra así en tu vientre?» (v.8, MSG).

Necesitamos trabajar duro y no ser «flojos»: «El que es negligente en su trabajo confraterniza con el que es destructivo» (v.9). Es tonto confiar en la riqueza: «Los ricos piensan que su riqueza es una gran defensa; imaginan que es una muralla alta y segura» (v.11, NTV). El orgullo conduce a la caída: «Tras el orgullo viene el fracaso» (v.12a, DHH). La humildad precede al honor (v.12b).

También hay algunos consejos muy buenos para aquellos que son anfitriones o ayudantes en Alpha: «Es necio y vergonzoso responder antes de escuchar» (v.13). «Las personas inteligentes están siempre dispuestas a aprender; tienen los oídos abiertos al conocimiento» (v.15, NTV).

Entre todos estos consejos prácticos, hay un versículo que se relaciona con el tema de hoy: «Torre inexpugnable es el nombre del Señor; a ella corren los justos y se ponen a salvo» (v.10). No todos están seguros, solo los que corren a la torre poderosa, la cual es «el nombre del Señor», se ponen a salvo.

Incluso aquí encontramos las raíces de la enseñanza del Nuevo Testamento, que aquellos que invocan el nombre del Señor serán salvos.

Oración

Señor, ayúdame hoy a guardar mis labios, a tener cuidado con lo que digo, a trabajar duro y humildemente depender de Ti. Gracias porque Tu nombre es una torre poderosa y un lugar seguro para todos los que corremos a ella.

Nuevo Testamento

Romanos 10:5-11:10

5 Así describe Moisés la justicia que se basa en la ley: «Quien practique estas cosas vivirá por ellas.» 6 Pero la justicia que se basa en la fe afirma: «No digas en tu corazón: “¿Quién subirá al cielo?” (es decir, para hacer bajar a Cristo), 7 abismo” 8 ¿Qué afirma entonces? «La palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón.» Ésta es la palabra de fe que predicamos: 9 que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. 11 Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será jamás defraudado.» 12 No hay diferencia entre judíos y gentiles, pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo invocan, 13 porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».

14 Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? 15 ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: «¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!»

16 Sin embargo, no todos los israelitas aceptaron las buenas nuevas. Isaías dice: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?» 17 Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo. 18 Pero pregunto: ¿Acaso no oyeron? ¡Claro que sí!

«Por toda la tierra se difundió su voz,
¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo!»

19 Pero insisto: ¿Acaso no entendió Israel? En primer lugar, Moisés dice:

«Yo haré que ustedes sientan envidia de los que no son nación;
voy a irritarlos con una nación insensata.»

20 Luego Isaías se atreve a decir:

«Dejé que me hallaran los que no me buscaban;
me di a conocer a los que no preguntaban por mí.»

21 En cambio, respecto de Israel, dice:

«Todo el día extendí mis manos
hacia un pueblo desobediente y rebelde.»

El remanente de Israel

11Por lo tanto, pregunto: ¿Acaso rechazó Dios a su pueblo? ¡De ninguna manera! Yo mismo soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. 2 Dios no rechazó a su pueblo, al que de antemano conoció. ¿No saben lo que relata la Escritura en cuanto a Elías? Acusó a Israel delante de Dios: 3 «Señor, han matado a tus profetas y han derribado tus altares. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también!» 4 ¿Y qué le contestó la voz divina? «He apartado para mí siete mil hombres, los que no se han arrodillado ante Baal.» 5 Así también hay en la actualidad un remanente escogido por gracia. 6 Y si es por gracia, ya no es por obras; porque en tal caso la gracia ya no sería gracia.

7 ¿Qué concluiremos? Pues que Israel no consiguió lo que tanto deseaba, pero sí lo consiguieron los elegidos. Los demás fueron endurecidos, 8 como está escrito:

«Dios les dio un espíritu insensible,
ojos con los que no pueden ver
y oídos con los que no pueden oír,
hasta el día de hoy.»

9 Y David dice:

«Que sus banquetes se les conviertan en red y en trampa,
en tropezadero y en castigo.
10 Que se les nublen los ojos para que no vean,
y se encorven sus espaldas para siempre.»

Comentario

2. Llama al Señor

Tenía 18 años y llevaba dos meses siendo cristiano cuando tuve el privilegio de contarle a alguien las buenas nuevas de Jesús de tal forma que creyó. Su vida —como la mía— cambió ese día.

¿Recuerdas la primera vez que entendiste las buenas nuevas de Jesús y creíste en él? ¿Alguna vez has tenido el privilegio de darle a alguien el mensaje de Jesús de tal manera que creyó?

La afirmación del Nuevo Testamento es impresionante. El nombre del Señor era tan sagrado en el Antiguo Testamento que nadie se atrevía a decirlo. Ahora sabemos que el nombre del Señor es Jesús. No solo podemos decirlo, sino que también, cuando creemos en él y lo invocamos, somos «salvos» (10:9-10).

El mensaje cristiano es exclusivo, porque Cristo es el único nombre dado para nuestra salvación; y es inclusivo, porque todos en este mundo pueden invocar su nombre.

Jesús es fácilmente accesible para todos nosotros. Como dice The Message: «No hay subida precaria al cielo para reclutar al Mesías, ni descenso peligroso al infierno para rescatar al Mesías». Pablo continúa:

«La palabra que salva está aquí,

tan cerca como la lengua en tu boca,

tan próximo como el corazón en tu pecho» (vv.6–8, MSG).

No solo es importante que creas en tu corazón, sino también que digas que lo has hecho: «Si confiesas con tu boca que “Jesús es el Señor” y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo» (vv.9-10).

Por ejemplo, con frecuencia me doy cuenta en Alpha de que algo le sucede a una persona cuando «confiesa» con su «boca» por primera vez: «Ahora soy cristiano».

Pablo quiere enfatizar que en lo que respecta a la salvación, «no hay diferencia entre judíos y gentiles» (v.12a). Es «el mismo Señor \[Jesús, que\] es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo invocan, porque “todo el que invoque el nombre del Señor será salvo”» (vv.12b-13).

Por lo tanto, es de suma importancia que le contemos a los demás las buenas nuevas acerca de Jesús. La gente no puede invocar el nombre del Señor a menos que crean. No pueden creer a menos que oigan. No pueden oír a menos que alguien les diga. La gente no les dirá a menos que sean enviados (vv.14-15). Es un privilegio asombroso ser enviado para hablarle a la gente. «¡Qué hermosos son los pies de los mensajeros que traen buenas noticias!» (v.15, NTV).

No basta simplemente con pertenecer a la raza de Israel (tampoco es suficiente con nacer en un país cristiano). Pablo lo demuestra citando a Moisés e Isaías. No todos creyeron, algunos eran desobedientes y rebeldes (v.21).

La respuesta a la pregunta «¿Acaso rechazó Dios a su pueblo?» es «¡De ninguna manera!» (11:1-4). El rechazo de Israel es solo parcial; siempre ha habido y siempre habrá un remanente o resto. Pablo fue un ejemplo de esa verdad (v.1).

Pablo se refiere a Elías (quien estaba deprimido después del Monte Carmelo) diciendo: «Yo soy el único que ha quedado». Dios dice, en efecto: «He apartado para mí siete mil hombres, los que no se han arrodillado ante Baal». Todo es por gracia (v.6). Pablo afirma: «Así también hay en la actualidad un remanente escogido por gracia. Y, si es por gracia, ya no es por obras; porque en tal caso la gracia ya no sería gracia» (vv.5-6).

Oración

Señor, te damos gracias porque todo aquel que invoque Tu nombre será salvo. Gracias porque no hay mayor privilegio que ser enviado a hablarle a otros. Ayúdanos a suscitar y enviar a aquellos que lleven las buenas nuevas tanto a judíos como a gentiles.

Antiguo Testamento

1 Crónicas 2:18-4:8

18 Caleb hijo de Jezrón tuvo hijos con su esposa Azuba y con Jeriot. Éstos fueron sus hijos: Jéser, Sobab y Ardón. 19 Cuando Azuba murió, Caleb tomó por esposa a Efrata, con la que tuvo a su hijo Jur. 20 Jur fue el padre de Uri, y éste lo fue de Bezalel.

21 Cuando Jezrón tenía sesenta años, tomó por esposa a una hija de Maquir, padre de Galaad, y tuvo con ella a su hijo Segub. 22 Segub fue el padre de Yaír, y fue dueño de veintitrés ciudades en la tierra de Galaad. 23 Pero Guesur y Aram le quitaron los campamentos de Yaír y Quenat, y sus aldeas. En total, le quitaron sesenta pueblos. Todos éstos fueron los descendientes de Maquir, padre de Galaad.

24 Después de que Jezrón murió en Caleb Efrata, Abías, la esposa de Jezrón, dio a luz a Asur, padre de Tecoa.

25 Los hijos de Jeramel, primogénito de Jezrón, fueron Ram, el mayor, Buná, Orén, Ozén y Ahías. 26 Jeramel tuvo otra esposa, la cual se llamaba Atará. Ésta fue la madre de Onam.

27 Los hijos de Ram, primogénito de Jeramel, fueron Maaz, Jamín y Équer.

28 Hijos de Onam: Samay y Yada.

Hijos de Samay: Nadab y Abisur.

29 La esposa de Abisur se llamaba Abijaíl, con la que tuvo a Ajbán y Molid.

30 Hijos de Nadab: Séled y Apayin. Séled murió sin tener hijos.

31 El hijo de Apayin fue Isí, el hijo de Isí fue Sesán y el hijo de Sesán fue Ajlay.

32 Los hijos de Yada, hermano de Samay, fueron Jéter y Jonatán. Jéter murió sin tener hijos.

33 Hijos de Jonatán: Pélet y Zazá.

Éstos fueron los descendientes de Jeramel.

34 Sesán no tuvo hijos sino hijas, y tenía un esclavo egipcio llamado Yarjá. 35 A éste le dio por esposa una de sus hijas, la cual fue la madre de Atay.

36 Atay fue el padre de Natán,

Natán fue el padre de Zabad,

37 Zabad fue el padre de Eflal,

Eflal fue el padre de Obed,

38 Obed fue el padre de Jehú,

Jehú fue el padre de Azarías,

39 Azarías fue el padre de Heles,

Heles fue el padre de Elasá,

40 Elasá fue el padre de Sismay,

Sismay fue el padre de Salún,

41 Salún fue el padre de Jecamías,

y Jecamías fue el padre de Elisama.

Descendientes de Caleb

42 Los hijos de Caleb, hermano de Jeramel, fueron: Mesá, el primogénito, que fue el padre de Zif; y Maresá, que fue el padre de Hebrón.

43 Hijos de Hebrón: Coré, Tapúaj, Requen y Semá.

44 Semá fue el padre de Raham, que fue el padre de Jorcoán.

Requen fue el padre de Samay.

45 Samay fue el padre de Maón.

Maón fue el padre de Betsur.

46 Efá, concubina de Caleb, fue la madre de jarán, Mosá y Gazez. Jarán fue el padre de Gazez.

47 Hijos de Yaday: Reguen, Jotán, Guesán, Pélet, Efá y Sagaf.

48 Macá, concubina de Caleb, fue la madre de Séber y de Tirjaná, 49 y también de Sagaf, que fue el padre de Madmana; y de Seva, que fue el padre de Macbena y de Guibeá. Además, Caleb tuvo una hija llamada Acsa.

50 Éstos fueron los descendientes de Caleb.

Los hijos de Jur, primogénito de Efrata, fueron: Sobal, padre de Quiriat Yearín; 51 Salmá, padre de Belén, y Jaref, padre de Bet Gader.

52 Los hijos de Sobal, padre de Quiriat Yearín, fueron: Haroé, la mitad de los manajatitas, 53 las familias de Quiriat Yearín, los itritas, los futitas, los sumatitas y los misraítas, de quienes proceden los zoratitas y los estaolitas.

54 Hijos de Salmá: Belén, los netofatitas, Aterot Bet Joab, la mitad de los manajatitas, los zoreítas, 55 y las familias de los escribas que vivían en Jabés, es decir, los tirateos, los simateos y los sucateos. Éstos fueron los quenitas, descendientes de Jamat, padre de la familia de Recab.

Hijos de David

3Éstos fueron los hijos de David nacidos en Hebrón:

Su primogénito fue Amón hijo de Ajinoán la jezrelita;

el segundo, Daniel hijo de Abigaíl de Carmel;

2 el tercero, Absalón hijo de Macá, la hija del rey Talmay de Guesur;

el cuarto, Adonías hijo de Jaguit;

3 el quinto, Sefatías hijo de Abital;

y el sexto, Itreán hijo de Eglá, que era otra esposa de David.

4 Estos seis le nacieron en Hebrón, donde reinó siete años y seis meses.

En Jerusalén reinó treinta y tres años. 5 Allí le nacieron Simá, Sobab, Natán y Salomón, hijos de Betsabé, la hija de Amiel. 6 Tuvo también a Ibjar, Elisama, Elifelet, 7 Noga, Néfeg, Jafía, 8 Elisama, Eliadá y Elifelet; nueve en total. 9 Todos éstos fueron hijos de David, sin contar los hijos que tuvo con sus concubinas. La hermana de ellos fue Tamar.

Descendientes de Salomón

10 Éstos fueron los descendientes de Salomón en línea directa: Roboán, Abías, Asá, Josafat, 11 Jorán, Ocozías, Joás, 12 Amasías, Azarías, Jotán, 13 Acaz, Ezequías, Manasés, 14 Amón y Josías.

15 Los hijos de Josías fueron:

Johanán, el primero;

Joacim, el segundo;

Sedequías, el tercero,

y Salún, el cuarto.

16 Los hijos de Joacim fueron Jeconías y Sedequías.

17 Los hijos de Jeconías, el desterrado, fueron Salatiel, 18 Malquirán, Pedaías, Senazar, Jecamías, Hosamá y Nedabías.

19 Los hijos de Pedaías fueron Zorobabel y Simí.

Los hijos de Zorobabel fueron Mesulán y Jananías; Selomit fue hermana de ellos. 20 Tuvo también estos cinco: Jasubá, Ohel, Berequías, Jasadías y Yusab Jésed.

21 Los descendientes de Jananías fueron Pelatías e Isaías, y también los hijos de Refaías, los de Arnán, los de Abdías y los de Secanías.

22 Los descendientes de Secanías fueron Semaías y sus hijos Jatús, Igal, Barías, Nearías y Safat; seis en total.

23 Los hijos de Nearías fueron Elihoenay, Ezequías y Azricán; tres en total.

24 Los hijos de Elihoenay fueron Hodavías, Eliasib, Pelaías, Acub, Johanán, Delaías y Ananí; siete en total.

Descendientes de Judá

4Los descendientes de Judá en línea directa fueronFares, Jezrón, Carmí, Jur y Sobal. 2 Reaías hijo de Sobal fue el padre de Yajat, y Yajat fue el padre de Ajumay y de Lajad. Éstas fueron las familias de los zoratitas.

3 Los hijos de Etam fueron Jezrel, Ismá e Idbás. La hermana de ellos fue Jazelelponi. 4 También fueron sus hijos Penuel, padre de Guedor, y Ezer, padre de Jusá. Éstos fueron los descendientes de Jur, primogénito de Efrata, padre de Belén.

5 Asur, padre de Tecoa, tuvo dos esposas, Helá y Nara. 6 Nara fue la madre de Ajusán, Héfer, Temeni y Ajastarí. Éstos fueron los hijos de Nara.

7 Los hijos de Helá fueron Zéret, Yezojar y Etnán.

8 Cos fue el padre de Anub, de Zobebá y de las familias de Ajarjel hijo de Harún.

Comentario

3. Pon tu fe en el Señor

Dios nos creó para vivir en una relación con Él y hasta que no encontremos esa relación, siempre habrá algo que falta en nuestras vidas.

Dios te ama y quiere que encuentres satisfacción y propósito en esa relación, por eso la adoración a Dios es central en nuestras vidas y es la columna vertebral del libro de las Crónicas. La adoración fiel es lo que más importa.

Dios te es fiel y te llama a ser fiel a Él. La infidelidad lleva a problemas.

El cronista continúa su presentación del pueblo de Israel. La lista de los reyes de Judá (3:10-16) es casi como el índice de los libros. Gran parte de 1 Crónicas está dedicada al Rey David, que es presentado como un ejemplo de verdadera adoración y fidelidad a Dios.

Uno de los grandes temas del libro de Crónicas es la importancia de esta fe en el Señor. Va a demostrar que no todo el pueblo de Israel era fiel.

Es posible que a veces te sientas muy aislado y solo, puede parecer que no hay muchos creyentes a tu alrededor, pero siempre hay un remanente que tiene fe en Dios.

Este es uno de los mensajes clave en todo el libro de Crónicas. «¡Confíen en el Señor, y serán librados! ¡Confíen en sus profetas, y tendrán éxito!» (2 Crónicas 20:20).

Oración

Señor, gracias por tener siempre un remanente. Ayúdanos a no desanimarnos, sino más bien a seguir difundiendo las buenas nuevas de Jesús.

Añadidos de Pippa

Romanos 10:13

«Todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».

¡Es tan simple como eso!

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Nueva Versión Inernacional (NVI)

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