Día 208

Tu árbol genealógico

Sabiduría Salmos 89:14-18
Nuevo Testamento Romanos 9:22-10:4
Antiguo Testamento 1 Crónicas 1:1-2:17

Introducción

Mi padre nunca me habló acerca de su vida antes de vivir en Inglaterra y de casarse con mi madre; no sabía prácticamente nada acerca de sus antecedentes. Hace cuatro años me contactó el Museo Judío de Berlín, el cual estaba haciendo algunas investigaciones sobre la familia Gumbel. Me enviaron una copia de mi árbol genealógico y descubrí que mi tatarabuelo se llamaba Abraham Gumbel, mi bisabuelo se llamaba Isaac y su hermano, Moisés.

Mi padre era judío, titulado como abogado y con un Doctorado en Derecho por la Universidad de Tubinga, Alemania recibido en 1927. Un día leyó el libro de Adolfo Hitler «Mi lucha» (Mein Kampf) y supo lo que probablemente le sucedería a alguien como él quien era conocido como un «israelita» (Israelitisch). Viajó a Inglaterra y se certificó como abogado inglés también. Con el tiempo, su hermana y sus padres llegaron a Inglaterra también. Gran parte del resto de su familia murió en Dachau, en Riga y en otros campos de concentración nazis.

El trato recibido por el pueblo judío a través de los siglos ha sido complejo y a veces trágico. En ocasiones, incluso pasajes de la Biblia han sido mal interpretados y mal aplicados como un arma de abuso contra el pueblo judío.

El pueblo de Dios en el Antiguo Testamento era la nación de Israel; el pueblo de Dios en el Nuevo Testamento son todos aquellos que ponen su fe en Jesucristo. Compartimos una historia común y un árbol genealógico; adoramos al mismo Dios y, según el apóstol Pablo, el camino de la salvación es el mismo para todos nosotros.

Sabiduría

Salmos 89:14-18

14 La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono,
 y tus heraldos, el amor y la verdad.
15 Dichosos los que saben aclamarte, Señor,
 y caminan a la luz de tu presencia;
16 los que todo el día se alegran en tu nombre
 y se regocijan en tu justicia.
17 Porque tú eres su gloria y su poder;
 por tu buena voluntad aumentas nuestra fuerza.
18 Tú, Señor, eres nuestro escudo;
 tú, Santo de Israel, eres nuestro rey.

Comentario

1. Tu Dios es el Dios de Israel

El Señor, a quien adoramos, es el Santo de Israel. «Tú, Señor, eres nuestro escudo; tú, Santo de Israel, eres nuestro rey» (v.18).

El salmista dice del Señor: «La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono, y tus heraldos, el amor y la verdad» (v.14). La elección de Dios del pueblo de Israel no lo hace inicuo e injusto. Él es un Dios de amor y fidelidad, ama a toda la gente. El fundamento de su trono es la justicia y el derecho, actuará de una manera que es correcta y su trato a otras naciones nunca será injusto.

Dios quiso que todas las naciones fueran bendecidas por medio de Israel (véase Génesis 12:3). Aquello ha sido posible en estos tiempos gracias a Jesús. Puedes caminar en comunión con Dios y experimentar la bendición de la cual habla este salmo: «Dichosos los que \[…\] caminan a la luz de tu presencia; los que todo el día se alegran en tu nombre y se regocijan en tu justicia. Porque tú eres su gloria y su poder» (Salmo 89:15-17). Como resultado, «¡Caminamos en volandas!» (v.17, The Message).

Oración

Señor, ayúdame hoy a caminar en la luz de tu presencia y a regocijarme en Tu nombre todo el día.

Nuevo Testamento

Romanos 9:22-10:4

22 ¿Y qué si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia a los que eran objeto de su castigo y estaban destinados a la destrucción? 23 ¿Qué si lo hizo para dar a conocer sus gloriosas riquezas a los que eran objeto de su misericordia, y a quienes de antemano preparó para esa gloria? 24 Ésos somos nosotros, a quienes Dios llamó no sólo de entre los judíos sino también de entre los gentiles. 25 Así lo dice Dios en el libro de Oseas:

«Llamaré “mi pueblo” a los que no son mi pueblo;
y llamaré “mi amada” a la que no es mi amada»,

26 «Y sucederá que en el mismo lugar donde se les dijo:
“Ustedes no son mi pueblo”,
serán llamados “hijos del Dios viviente”.»

27 Isaías, por su parte, proclama respecto de Israel:

«Aunque los israelitas sean tan numerosos como la arena del mar,
sólo el remanente será salvo;
28 porque plenamente y sin demora
el Señor cumplirá su sentencia en la tierra.»

29 Así había dicho Isaías:

«Si el Señor Todopoderoso
no nos hubiera dejado descendientes,
seríamos ya como Sodoma,
nos pareceríamos a Gomorra.»

Incredulidad de Israel

30 ¿Qué concluiremos? Pues que los gentiles, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a la justicia que es por la fe. 31 En cambio Israel, que iba en busca de una ley que le diera justicia, no ha alcanzado esa justicia. 32 ¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la fe sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso tropezaron con la «piedra de tropiezo», 33 como está escrito:

«Miren que pongo en Sión una piedra de tropiezo
y una roca que hace caer;
pero el que confíe en él no será defraudado.»

10Hermanos, el deseo de mi corazón, y mi oración a Dios por los israelitas, es que lleguen a ser salvos. 2 Puedo declarar en favor de ellos que muestran celo por Dios, pero su celo no se basa en el conocimiento. 3 No conociendo la justicia que proviene de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. 4 De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia.

Comentario

2. Tu salvación comenzó con Israel

El plan de salvación de Dios comenzó con Israel, Su plan para Israel (los judíos) y para el resto (los gentiles) está indisolublemente unido. ¿Qué significa esto para ti hoy?

Dios tenía un plan para «dar a conocer sus gloriosas riquezas a los que eran objeto de su misericordia, y a quienes de antemano preparó para esa gloria. \[…\] Esos somos nosotros, a quienes Dios llamó no solo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles» (9:23-24). Su plan de salvación va más allá de únicamente la nación de Israel.

La salvación se basa en:

  • Fe – no en tus buenas obras
  • Misericordia – no en aquello que te mereces
  • Creencia – no dónde naciste.

Para demostrar esto, Pablo continúa basándose en las palabras de Oseas. Dios había dicho que llamaría a las personas que «no son mi pueblo», es decir, a los gentiles, a «mi pueblo», a «mi amada» y a los «hijos del Dios viviente» (vv.25-26).

Es un privilegio asombroso ser parte del pueblo de Dios, amado por Dios, llamados a ser Sus hijos, el objeto de Su misericordia, preparados de antemano para la gloria a fin de hacer conocer las riquezas de su gloria (vv.23- 24).

Bajo el nuevo pacto, nadie está excluido. Todo el mundo puede salvarse. Dios ha hecho posible a través de Jesús, la justificación por medio de la fe (v.30).

Jesús es el camino de la salvación. Algunos tropezarán con él, «pero el que confíe en él no será defraudado» (v.33).

Pablo ama al pueblo de Israel, ellos son su pueblo. Él anhela que se salven e intercede fervientemente por su salvación. «Amados hermanos, el profundo deseo de mi corazón y mi oración a Dios es que los israelitas lleguen a ser salvos» (10:1, NTV).

Solo hay una manera de que sean salvos y ésta es por la fe, a través de «la justicia que viene de Dios» (v.3). Esta justicia viene por medio de Cristo. «Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia» (v.4).

Que «Cristo es el fin de la ley» es una declaración enorme y revolucionaria, que cambia vidas y la historia. Ha habido mucho debate sobre lo que Pablo quiso decir exactamente. Sin embargo, algunas cosas están claras:

  • Primero, Jesús te ha liberado de buscar la salvación a través de la ley. ¡Nadie puede ser salvo por la ley! Nadie, aparte de Jesús, ha logrado mantener toda la ley. «Cristo es el fin de la ley», quien te ha liberado de tratar de establecer tu propia justicia. En su lugar, ahora recibes «la justicia que proviene de Dios» (v.3).
  • En segundo lugar, «Cristo es el fin de la ley» porque ha cumplido la ley. Jesús una vez se describió a sí mismo como aquel que vino a «cumplir la ley» (Mateo 5:17). El propósito de la ley era señalarnos a Jesús (Gálatas 3:24). Ahora Jesús ha venido, su rol ha sido completado.
  • Tercero, «Cristo es el fin de la ley» pues él ha guardado la ley. Jesús es la única persona que siempre guardó la ley, pero a través de la cruz recibes el beneficio de su obediencia.
  • En cuarto lugar, «Cristo es el fin de la ley» pues él te ha liberado de la carga y condenación de la ley. Vivimos nuestra vida bajo una nube negra de condenación porque estamos fallando constantemente. Gracias a Jesús, «ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús» (Romanos 8:1).

Oración

Señor, gracias porque la salvación está abierta a todos a través de la fe en Jesús. Hoy oro por el pueblo de Israel: «El profundo deseo de mi corazón y mi oración a Dios es que \[…\] lleguen a ser salvos» (10:1, NTV).

Antiguo Testamento

1 Crónicas 1:1-2:17

Descendientes de Adán

1Adán, Set, Enós, 2 Cainán, Malalel, Jared, 3 Enoc, Matusalén, Lamec, 4 Noé.

Descendientes de Noé

Hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet.

5 Hijos de Jafet: Gómer, Magog, Maday, Javán, Tubal, Mésec y Tirás.

6 Hijos de Gómer: Asquenaz, Rifat y Togarma.

7 Hijos de Javán: Elisá, Tarsis, Chipre y Rodanín.

8 Hijos de Cam: Cus, Misrayin, Fut y Canaán.

9 Hijos de Cus: Seba, Javilá, Sabtá, Ragama y Sabteca.

Hijos de Ragama: Sabá y Dedán.

10 Cus fue el padre de Nimrod, quien llegó a ser un notable guerrero en la tierra.

11 Misrayin fue el antepasado de los ludeos, los anameos, los leabitas, los naftuitas, 12 los patruseos, los caslujitas y los caftoritas, de quienes descienden los filisteos.

13 Canaán fue el padre de Sidón, su primogénito, y de Het, 14 y el antepasado de los jebuseos, los amorreos, los gergeseos, 15 los heveos, los araceos, los sineos, 16 los arvadeos, los zemareos y los jamatitas.

17 Hijos de Sem: Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram.

Hijos de Aram: Uz, Hul, Guéter y Mésec. 18 Arfaxad fue el padre de Selá, y éste lo fue de Éber. 19 Éber tuvo dos hijos; el primero se llamó Péleg, porque en su tiempo se dividió la tierra. El hermano de Péleg se llamó Joctán. 20 Joctán fue el padre de Almodad, Sélef, Jazar Mávet, Yeraj, 21 Hadorán, Uzal, Diclá, 22 Obal, Abimael, Sabá, 23 Ofir, Javilá y Jobab. Todos éstos fueron hijos de Joctán.

Descendientes de Sem

24 Sem, Arfaxad, Selá, 25 Éber, Péleg, Reú, 26 Serug, Najor, Téraj 27 y Abram, que es también Abraham.

Descendientes de Abraham

28 Hijos de Abraham: Isaac e Ismael.

29 Sus descendientes fueron Nebayot, primogénito de Ismael, Cedar, Adbel, Mibsán, 30 Mismá, Dumá, Masá, Hadad, Temá, 31 Jetur, Nafis y Cedema. Éstos fueron los hijos de Ismael.

32 Los hijos de Cetura, la concubina de Abraham, fueron Zimrán, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súah.

Hijos de Jocsán: Sabá y Dedán.

33 Hijos de Madián: Efá, Éfer, Janoc, Abidá y Eldá. Todos éstos fueron hijos de Cetura.

34 Abraham también fue el padre de Isaac. Los hijos de Isaac fueron

Esaú e Israel.

Descendientes de Esaú

35 Hijos de Esaú: Elifaz, Reuel, Jeús, Jalán y Coré.

36 Hijos de Elifaz: Temán, Omar, Zefo, Gatán y Quenaz, Timná y Amalec.

37 Hijos de Reuel: Najat, Zera, Sama y Mizá.

38 Hijos de Seír: Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, Disón, Ezer y Disán.

39 Hijos de Lotán: Horí y Homán. Timná fue hermana de Lotán.

40 Hijos de Sobal: Alván, Manajat, Ebal, Sefó y Onam.

Hijos de Zibeón: Ayá y Aná.

41 El hijo de Aná fue Disón.

Hijos de Disón: Amirán, Esbán, Itrán y Querán.

42 Hijos de Ezer: Bilán, Zaván y Yacán.

Hijos de Disán: Uz y Arán.

Reyes de Edom

43 Los reyes que a continuación se mencionan reinaron en la tierra de Edom antes de que los israelitas tuvieran rey:

Bela hijo de Beor; su ciudad se llamaba Dinaba.

44 Cuando Bela murió, lo sucedió en el trono Jobab hijo de Zera, que era de Bosra.

45 Cuando Jobab murió, lo sucedió en el trono Jusán, que era de la tierra de Temán.

46 Cuando Jusán murió, lo sucedió en el trono Hadad hijo de Bedad, quien derrotó a Madián en el campo de Moab. Su ciudad se llamaba Avit.

47 Cuando Hadad murió, lo sucedió en el trono Samla, que era de Masreca.

48 Cuando Samla murió, lo sucedió en el trono Saúl, que era de Rejobot a orillas del río Éufrates.

49 Cuando Saúl murió, lo sucedió en el trono Baal Janán hijo de Acbor.

50 Cuando Baal Janán murió, lo sucedió en el trono Hadad. Su ciudad se llamaba Pau, y su esposa fue Mehitabel, hija de Matred y nieta de Mezab.

51 Después de que murió Hadad, gobernaron en Edom los siguientes caudillos: Timná, Alvá, Jetet, 52 Aholibama, Elá, Pinón, 53 Quenaz, Temán, Mibzar, 54 Magdiel e Iram. Éstos fueron los caudillos de Edom.

Hijos de Israel

2Los hijos de Israel fueron Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, 2 Dan, José, Benjamín, Neftalí, Gad y Aser.

Descendientes de Judá

3 Hijos de Judá: Er, Onán y Selá. Estos tres le nacieron de una cananea que era hija de Súaj. Er, primogénito de Judá, hizo lo que ofende al Señor, y el Señor le quitó la vida. 4 Y Tamar, nuera de Judá, le dio a éste dos hijos: Fares y Zera. En total, Judá tuvo cinco hijos.

5 Hijos de Fares: Jezrón y Jamul.

6 Los hijos de Zera fueron cinco en total: Zimri, Etán, Hemán, Calcol y Dardá.

7 El hijo de Carmí fue Acar, quien provocó la desgracia sobre Israel por haber violado el mandato de Dios de destruirlo todo.

8 El hijo de Etán fue Azarías.

9 Hijos de Jezrón: Jeramel, Ram y Quelubay.

10 Ram fue el padre de Aminadab, y éste lo fue de Naasón, príncipe de los judíos. 11 Naasón fue el padre de Salmón, y éste lo fue de Booz. 12 Booz fue el padre de Obed, y éste lo fue de Isaí.

13 El primer hijo de Isaí fue Eliab; el segundo, Abinadab; el tercero, Simá; 14 el cuarto, Natanael; el quinto, Raday; 15 el sexto, Ozén; y el séptimo, David. 16 Las hermanas de ellos fueron Sarvia y Abigaíl. Los hijos de Sarvia fueron tres: Abisay, Joab y Asael. 17 Abigaíl fue la madre de Amasá hijo de Jéter, el ismaelita.

Comentario

3. Tu historia está ligada a Israel

En este pasaje vemos otro árbol genealógico. Este es mi árbol genealógico y también es el tuyo.

«Los nombres inician esta historia» —escribe Eugene Peterson—«cientos y cientos de nombres, listas de nombres, página tras página de nombres, nombres personales \[...\]. La historia santa no se construye a partir de fuerzas impersonales o ideas abstractas; se teje de nombres, personas, cada una única. El libro de Crónicas erige una defensa sólida contra la religión despersonalizada».

¡Hay más de una forma de contar una historia! Los dos libros de Crónicas abarcan el mismo período que los libros de Samuel y Reyes. El nuevo escritor (posiblemente Esdra), escribiendo cien años más tarde, traza la historia de Israel desde Adán hasta el regreso del exilio.

En estos capítulos vemos que la historia de Israel es nuestra historia. Nuestra historia se remonta a Adán (1:1) y al comienzo de la raza humana. La iglesia se remonta a Abraham.

«Abraham también fue el padre de Isaac. Los hijos de Isaac fueron Esaú e Israel» (v.34). Tanto Israel como la iglesia de Jesucristo miran a Abraham como su padre.

En el capítulo 2, el cronista traza la historia de Israel a través de los hijos de Israel hasta David (2:15). Una vez más, la historia de Israel es tu historia. La iglesia comenzó con el llamado de Dios a Abraham y ha continuado a través de los siglos hasta ahora.

Que la iglesia sea popular o impopular, grande o pequeña, es relativamente de poca importancia. La gente habla de la iglesia como si fuera un fenómeno bastante marginal al que solo le interesa ganar popularidad. La única pregunta que hacen los medios es si es popular o no.

Pero, como señaló el obispo Lesslie Newbigin, ¡esto es absurdo! La iglesia ha sobrevivido a grandes imperios, sistemas filosóficos y sistemas totalitarios. Dentro de veinte años, las cosas que parecen ocupar todo el horizonte del pensamiento público ahora, simplemente serán fantasmas medio recordados del pasado. Pero la iglesia seguirá allí. Esta realidad tiene que estar en el centro de nuestro pensamiento como cristianos.

Oración

Gracias, Señor, por nuestro árbol genealógico en común con el pueblo de Israel. Gracias por el sorprendente privilegio que tenemos de ser parte del pueblo de Dios, el cual remonta nuestra historia al comienzo de la raza humana, a través de Adán, Abraham e Israel, y continúa hasta nuestros días.

Añadidos de Pippa

Salmo 89:14

«La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono, y tus heraldos, el amor y la verdad».

Con toda la agitación política y los gobiernos cambiantes que hay por todo el mundo, la justicia y el derecho deben ser la base de cualquier forma de gobierno. Sigamos orando por los líderes mundiales.

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Nueva Versión Inernacional (NVI)

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