Día 3

Habla mientras caminas

Sabiduría Salmos 3:1-8
Nuevo Testamento Mateo 2:19-3:17
Antiguo Testamento Génesis 4:17-6:22

Introducción

Me encanta caminar. Aparentemente es una de las mejores formas de realizar ejercicio físico. Por supuesto, caminar también es un medio de transporte. En el mundo antiguo era la forma más común (y para algunas personas, la única) de moverse.

Caminar por cualquier motivo se disfruta más si se comparte con alguien. Caminar y hablar es un modo excelente de comunicarnos con la familia, los amigos y también con Dios.

El punto es que hacemos dos cosas al mismo tiempo. No solo realizamos ejercicio o viajamos. Al caminar juntos entablamos comunión mutua. Tanto Enoc como Noé «caminaron con Dios» (Génesis 5:24; 6:9). No solo se sentaron, arrodillaron o levantaron con Dios (el tipo de acciones que a menudo asociamos con pasar tiempo con él), sino que también estaban en comunión con Dios cuando hacían algo más. Mientras llevas a cabo otras cosas (trabajar, comer, ejercitarte o relajarte) puedes estar en comunión con Dios simultáneamente.

Personalmente, también me resulta la mejor forma de orar. Ha sido mi estándar durante los últimos años. Luego de leer la Biblia cada día, salgo y camino por un parque local, que casi está desierto bien temprano en la mañana. Llevo conmigo un papel y un bolígrafo para escribir lo que perciba que el Espíritu Santo me dice al orar. Puedes orar mientras caminas hacia la parada del autobús o vas de una reunión a otra durante el día. ¡Habla cuando camines!

La Biblia tiene bastante que decir sobre el caminar con Dios. Es así como se pretendía que viviéramos. Fue el pecado de Adán y Eva el que hizo que se escondieran cuando «oyeron \[…\] que Dios el Señor andaba recorriendo el jardín» (3:8).

El deseo del Señor para ti es caminar «humildemente con tu Dios» en una relación con él (Miqueas 6:8). Esto es lo que él hizo posible de modo que camines como Jesús anduvo (1 Juan 2:6). Puede que de vez en cuando tropieces, pero un día caminarás con él en vestiduras blancas (Apocalipsis 3:4).

Sabiduría

Salmos 3:1-8

Salmo 3

Salmo de David, cuando huía de su hijo Absalón.

1 Muchos son, Señor, mis enemigos;
 muchos son los que se me oponen,
2 y muchos los que de mí aseguran:
 «Dios no lo salvará.»

3 Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo;
 tú eres mi gloria;
 ¡tú mantienes en alto mi cabeza!
4 Clamo al Señor a voz en cuello,
 y desde su monte santo él me responde.

5 Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar,
 porque el Señor me sostiene.
6 No me asustan los numerosos escuadrones
 que me acosan por doquier.

7 ¡Levántate, Señor!
 ¡Ponme a salvo, Dios mío!
 ¡Rómpeles la quijada a mis enemigos!
 ¡Rómpeles los dientes a los malvados!

8 Tuya es, Señor, la salvación;
 ¡envía tu bendición sobre tu pueblo!

Comentario

Camina con la cabeza bien alta

David anduvo con Dios. Pero eso no significa que todo fuera perfecto.

Este salmo fue escrito durante una rebelión impulsada por Absalón, hijo de David, que a su vez había sido parcialmente ocasionada por el adulterio de David (ver 2 Samuel 12:11). No obstante, David se arrepintió por lo que había hecho y Dios lo perdonó, restaurando su relación con él.

David no tuvo una vida fácil: «Muchos son, Señor, mis enemigos; muchos son los que se me oponen, y muchos los que de mí aseguran: “Dios no lo salvará”» (Salmo 3:1-2). Sin embargo, David clama a Dios: «Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza!» (v.3). Al igual que David, debes llevar tus temores y pedidos ante Dios: «Clamo al Señor a voz en cuello, y desde su monte santo él me responde» (v.4).

Pese a su situación angustiante, Dios levantó la cabeza de David. Él no quiere que estés alicaído, trayendo constantemente a tu memoria los remordimientos sobre tu pasado, los problemas a tu alrededor y el pecado dentro de ti. En cambio, quiere que levantes la cabeza y veas la ayuda que está sobre ti, que andes con la cabeza bien alta y tus ojos fijos en él.

David fue capaz de decir: «Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene. No me asustan los numerosos escuadrones que me acosan por doquier» (vv. 5-6). Pese a todos sus problemas parecía tener paz interior, como un lago donde se ven fuertes olas en la superficie pero en lo profundo reina gran quietud.

Oración

Señor, oro por el año que tengo por delante. Por favor ayúdame a transitar contigo el camino de paz, con mi cabeza en alto, confiando en que suplirás todo lo necesario para cada día.

Nuevo Testamento

Mateo 2:19-3:17

El regreso a Nazaret

19 Después de que murió Herodes, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José en Egipto 20 y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel, que ya murieron los que amenazaban con quitarle la vida al niño.»

21 Así que se levantó José, tomó al niño y a su madre, y regresó a la tierra de Israel. 22 Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Advertido por Dios en sueños, se retiró al distrito de Galilea, 23 y fue a vivir en un pueblo llamado Nazaret. Con esto se cumplió lo dicho por los profetas: «Lo llamarán nazareno.»

Juan el Bautista prepara el camino

3En aquellos días se presentó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea. 2 Decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.» 3 Juan era aquel de quien había escrito el profeta Isaías:

«Voz de uno que grita en el desierto:
“Preparen el camino para el Señor,
háganle sendas derechas.” »

4 La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre. 5 Acudía a él la gente de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región del Jordán. 6 Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán.

7 Pero al ver que muchos fariseos y saduceos llegaban adonde él estaba bautizando, les advirtió: «¡Camada de víboras! ¿Quién les dijo que podrán escapar del castigo que se acerca? 8 Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento. 9 No piensen que podrán alegar: “Tenemos a Abraham por padre.” Porque les digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham. 10 El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y arrojado al fuego.

11 »Yo los bautizo a ustedes con agua para que se arrepientan. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. 12 Tiene el rastrillo en la mano y limpiará su era, recogiendo el trigo en su granero; la paja, en cambio, la quemará con fuego que nunca se apagará.»

Bautismo de Jesús

13 Un día Jesús fue de Galilea al Jordán para que Juan lo bautizara. 14 Pero Juan trató de disuadirlo.

—Yo soy el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? —objetó.

15 —Dejémoslo así por ahora, pues nos conviene cumplir con lo que es justo —le contestó Jesús.

Entonces Juan consintió.

16 Tan pronto como Jesús fue bautizado, subió del agua. En ese momento se abrió el cielo, y él vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre él. 17 Y una voz del cielo decía: «Éste es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él.»

Comentario

Camina al paso del Espíritu Santo

Juan el Bautista preparó el camino para Jesús. Mientras que el bautismo de Juan era simbólico, Jesús bautizaría «con el Espíritu Santo y con fuego» (3:11). Esta profecía se reafirma más adelante de manera drástica cuando el Espíritu Santo desciende sobre Jesús en su bautismo (v.16), confirmando que él era aquel de quien hablaba Juan y que Jesús es capaz de derramar el mismo Espíritu Santo sobre tu vida y la mía.

En varios sentidos, el bautismo de Jesús fue diferente al nuestro. No necesitaba ser bautizado «para arrepentimiento» y él ya estaba lleno del Espíritu Santo. Juan el Bautista tenía dudas sobre si debía o no bautizarlo (v.14), pero Jesús dijo: «Dejémoslo así por ahora, pues nos conviene cumplir con lo que es justo» (v.15).

El Señor se identificó con nosotros, seres humanos pecadores, desde el mismo inicio. Procedió de aquella forma con miras a llevar nuestro pecado en la cruz. Como resultado, podemos experimentar el Espíritu Santo de una manera similar y así caminar «guiados por el Espíritu» (Gálatas 5:25). Aquí vemos algo de lo que significa andar «guiados por el Espíritu»:

  • Acrisolar nuestra vida en el fuego

Juan dijo que aunque él bautizaba con agua, Jesús bautizaría «con el Espíritu Santo y con fuego» (Mateo 3:11). El Espíritu Santo vendrá como un fuego acrisolador para dar poder y pureza a tu vida. El fuego acrisolador del Espíritu implica que puedes ser libre del temor del fuego del juicio cuando Jesús regrese (v.12).

  • Llenarnos de paz

Al ser bautizado y salir del agua, «se abrió el cielo, y \[Jesús\] vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre él» (v.16). La paloma es un símbolo de paz que el Espíritu Santo trae a tu vida. El «fruto del Espíritu es \[…\] paz» (Gálatas 5:22).

  • Confirmar nuestra adopción

Una voz del cielo afirmó: «Este es mi hijo amado» (Mateo 3:17). Jesús es el Hijo de Dios de una forma singular. Sin embargo, el Espíritu Santo nos asegura a todos nosotros que en virtud de lo que Jesús ha hecho, también somos hijos e hijas de Dios: recibimos el espíritu de adopción. Y por él podemos decir: «¡Abba! ¡Padre!». El Espíritu Santo mismo testifica a tu espíritu que eres un hijo de Dios (ver Romanos 8:15-16).

  • Entender que somos amados por Dios

La voz del cielo expresó la palabra «amado» (Mateo 3:17). El apóstol Pablo señala que el amor de Dios por ti se derrama en tu corazón por el Espíritu Santo (Romanos 5:5).

  • Sentir su complacencia

La voz del cielo afirma: «Estoy muy complacido con él» (Mateo 3:17). De nuevo, era supremamente cierto con respecto a Jesús, pero al caminar guiados por el Espíritu, tú también puedes experimentar este sentido del deleite y la complacencia de Dios.

Oración

Señor, gracias por concederme el Espíritu Santo para acrisolarme, darme paz, asegurarme que soy hijo tuyo, conocer tu amor y sentir tu complacencia. Ayúdame a caminar «guiado por el Espíritu».

Antiguo Testamento

Génesis 4:17-6:22

17 Caín se unió a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc. Caín había estado construyendo una ciudad, a la que le puso el nombre de su hijo Enoc. 18 Luego Enoc tuvo un hijo llamado Irad, que fue el padre de Mejuyael. Éste, a su vez, fue el padre de Metusael, y Metusael fue el padre de Lamec. 19 Lamec tuvo dos mujeres. Una de ellas se llamaba Ada, y la otra Zila. 20 Ada dio a luz a Jabal, quien a su vez fue el antepasado de los que viven en tiendas de campaña y crían ganado. 21 Jabal tuvo un hermano llamado Jubal, quien fue el antepasado de los que tocan el arpa y la flauta. 22 Por su parte, Zila dio a luz a Tubal Caín, que fue herrero y forjador de toda clase de herramientas de bronce y de hierro. Tubal Caín tuvo una hermana que se llamaba Noamá.

23 Lamec dijo a sus mujeres Ada y Zila:

«¡Escuchen bien, mujeres de Lamec!
¡Escuchen mis palabras!
Maté a un hombre por haberme herido,
y a un muchacho por golpearme.
24 Si Caín será vengado siete veces,
setenta y siete veces será vengado Lamec.»

25 Adán volvió a unirse a su mujer, y ella tuvo un hijo al que llamó Set, porque dijo: «Dios me ha concedido otro hijo en lugar de Abel, al que mató Caín.» 26 También Set tuvo un hijo, a quien llamó Enós. Desde entonces se comenzó a invocar el nombre del Señor.

Descendientes de Adán

5Ésta es la lista de los descendientes de Adán.

Cuando Dios creó al ser humano, lo hizo a semejanza de Dios mismo. 2 Los creó hombre y mujer, y los bendijo. El día que fueron creados los llamó «seres humanos».

3 Cuando Adán llegó a la edad de ciento treinta años, tuvo un hijo a su imagen y semejanza, y lo llamó Set. 4 Después del nacimiento de Set, Adán vivió ochocientos años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. 5 De modo que Adán murió a los novecientos treinta años de edad.

6 Set tenía ciento cinco años cuando fue padre de Enós. 7 Después del nacimiento de Enós, Set vivió ochocientos siete años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. 8 De modo que Set murió a los novecientos doce años de edad.

9 Enós tenía noventa años cuando fue padre de Cainán.

10 Después del nacimiento de Cainán, Enós vivió ochocientos quince años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. 11 De modo que Enós murió a los novecientos cinco años de edad.

12 Cainán tenía setenta años cuando fue padre de Malalel. 13 Después del nacimiento de Malalel, Cainán vivió ochocientos cuarenta años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. 14 De modo que Cainán murió a los novecientos diez años de edad.

15 Malalel tenía sesenta y cinco años cuando fue padre de Jared. 16 Después del nacimiento de Jared, Malalel vivió ochocientos treinta años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. 17 De modo que Malalel murió a los ochocientos noventa y cinco años de edad.

18 Jared tenía ciento sesenta y dos años cuando fue padre de Enoc. 19 Después del nacimiento de Enoc, Jared vivió ochocientos años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. 20 De modo que Jared murió a los novecientos sesenta y dos años de edad.

21 Enoc tenía sesenta y cinco años cuando fue padre de Matusalén. 22 Después del nacimiento de Matusalén, Enoc anduvo fielmente con Dios trescientos años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. 23 En total, Enoc vivió trescientos sesenta y cinco años, 24 y como anduvo fielmente con Dios, un día desapareció porque Dios se lo llevó.

25 Matusalén tenía ciento ochenta y siete años cuando fue padre de Lamec. 26 Después del nacimiento de Lamec, Matusalén vivió setecientos ochenta y dos años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. 27 De modo que Matusalén murió a los novecientos sesenta y nueve años de edad.

28 Lamec tenía ciento ochenta y dos años cuando fue padre de Noé. 29 Le dio ese nombre porque dijo: «Este niño nos dará descanso en nuestra tarea y penosos trabajos, en esta tierra que maldijo el Señor.» 30 Después del nacimiento de Noé, Lamec vivió quinientos noventa y cinco años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. 31 De modo que Lamec murió a los setecientos setenta y siete años de edad.

32 Noé ya había cumplido quinientos años cuando fue padre de Sem, Cam y Jafet.

La maldad humana

6Cuando los seres humanos comenzaron a multiplicarse sobre la tierra y tuvieron hijas, 2 los hijos de Dios vieron que las hijas de los seres humanos eran hermosas. Entonces tomaron como mujeres a todas las que desearon. 3 Pero el Señordijo: «Mi espíritu no permanecerá en el ser humano para siempre, porque no es más que un simple mortal; por eso vivirá solamente ciento veinte años.»

4 Al unirse los hijos de Dios con las hijas de los seres humanos y tener hijos con ellas, nacieron gigantes, que fueron los famosos héroes de antaño. A partir de entonces hubo gigantes en la tierra.

5 Al ver el Señorque la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal, 6 se arrepintió de haber hecho al ser humano en la tierra, y le dolió en el corazón. 7 Entonces dijo: «Voy a borrar de la tierra al ser humano que he creado. Y haré lo mismo con los animales, los reptiles y las aves del cielo. ¡Me arrepiento de haberlos creado!» 8 Pero Noé contaba con el favor del Señor.

El diluvio

9 Ésta es la historia de Noé.

Noé era un hombre justo y honrado entre su gente. Siempre anduvo fielmente con Dios. 10 Tuvo tres hijos: Sem, Cam y Jafet. 11 Pero Dios vio que la tierra estaba corrompida y llena de violencia. 12 Al ver Dios tanta corrupción en la tierra, y tanta perversión en la gente, 13 le dijo a Noé: «He decidido acabar con toda la gente, pues por causa de ella la tierra está llena de violencia. Así que voy a destruir a la gente junto con la tierra. 14 Constrúyete un arca de madera resinosa, hazle compartimentos, y cúbrela con brea por dentro y por fuera. 15 Dale las siguientes medidas: ciento cuarenta metros de largo, veintitrés de ancho y catorce de alto. 16 Hazla de tres pisos, con una abertura a medio metro del techo y con una puerta en uno de sus costados. 17 Porque voy a enviar un diluvio sobre la tierra, para destruir a todos los seres vivientes bajo el cielo. Todo lo que existe en la tierra morirá. 18 Pero contigo estableceré mi pacto, y entrarán en el arca tú y tus hijos, tu esposa y tus nueras. 19 Haz que entre en el arca una pareja de todos los seres vivientes, es decir, un macho y una hembra de cada especie, para que sobrevivan contigo. 20 Contigo entrará también una pareja de cada especie de aves, de ganado y de reptiles, para que puedan sobrevivir. 21 Recoge además toda clase de alimento, y almacénalo, para que a ti y a ellos les sirva de comida.» 22 Y Noé hizo todo según lo que Dios le había mandado.

Comentario

Camina en relación con Dios

Los seres humanos somos la cumbre de la creación de Dios. Nos creó para caminar relacionados con él. Cuando creó al ser humano, lo hizo a semejanza de él mismo. Creó hombre y mujer, y los bendijo. El día que fueron creados los llamó «seres humanos» (5:1-2).

Sin embargo, tristemente la humanidad se descarrió: «… la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal… \[a Dios\] le dolió en el corazón» (6:5-6).

El mal comienza en nuestro pensamiento y nuestra imaginación, esto es, nuestro corazón. Es un caso de «basura adentro, basura afuera». Debemos considerar no solo nuestras acciones sino también nuestros pensamientos, actitudes, motivaciones e imaginación.

En medio de la corrupción y el mal, es posible ser distintos y marcar la diferencia. Enoc y Noé son dos ejemplos de aquellos que no fueron detrás de la multitud sino que «anduvieron con Dios».

Parece que «después del nacimiento de Matusalén» (5:22), Enoc anduvo fielmente con Dios por el resto de su vida. Hay algo tan poderoso, sorprendente y casi milagroso en ver el nacimiento de nuestros propios hijos. Uno de mis mejores amigos se convirtió al cristianismo al ser testigo del nacimiento de su primer hijo.

«… y como \[Enoc\] anduvo fielmente con Dios, un día desapareció porque Dios se lo llevó» (v.24).

Noé también caminó con Dios. Halló gracia (favor) a los ojos del Señor (6:8). Pese a toda la maldad que giraba en torno a él, «Noé era un hombre justo y honrado entre su gente. Siempre anduvo fielmente con Dios» (6:9). Noé le creyó a Dios y construyó un barco, aunque no llovía ni había agua a la vista. Noé hizo exactamente lo que Dios le pidió que hiciera (v.22).

Oración

Señor, ayúdame a ser justo e irreprensible en mis pensamientos, palabras y acciones, caminando contigo en una relación estrecha. Ayúdame a hacer todo lo que me pidas hacer.

Añadidos de Pippa

Génesis 5:18

La edad promedio para formar una familia parece que era un poco más elevada que en nuestro mundo actual. Jared tuvo a su primer hijo a los 162 años. ¡Lo contrario al embarazo adolescente!

Obviamente le llevó mucho tiempo prepararse para la paternidad. Pero al parecer hizo un buen trabajo, porque su hijo Enoc caminó con Dios (Génesis 5:22-24).

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Referencias

Nueva Versión Inernacional (NVI)

Copyright © 1999 by Biblica, Inc

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