Primeras preguntas
Introducción
«¿Cuál será tu primera pregunta?». Preparaba mi interrogatorio para uno de los primeros juicios penales en los que participaría durante mis prácticas como abogado. Un abogado entrado en años y con mucha experiencia me ayudaba en mi formación. Me mostró la importancia que puede tener una primera pregunta.
Salmos 2:1-12
Salmo 2
1 ¿Por qué se sublevan las naciones,
y en vano conspiran los pueblos?
2 Los reyes de la tierra se rebelan;
los gobernantes se confabulan contra el
y contra su ungido.
3 Y dicen: «¡Hagamos pedazos sus cadenas!
¡Librémonos de su yugo!»
4 El rey de los cielos se ríe;
el Señor se burla de ellos.
5 En su enojo los reprende,
en su furor los intimida y dice:
6 «He establecido a mi rey
sobre Sión, mi santo monte.»
7 Yo proclamaré el decreto del Señor:
«Tú eres mi hijo», me ha dicho;
«hoy mismo te he engendrado.
8 Pídeme,
y como herencia te entregaré las naciones;
¡tuyos serán los confines de la tierra!
9 Las gobernarás con puño de hierro;
las harás pedazos como a vasijas de barro.»
10 Ustedes, los reyes, sean prudentes;
déjense enseñar, gobernantes de la tierra.
11 Sirvan al Señor con temor;
con temblor ríndanle alabanza.
12 Bésenle los pies, no sea que se enoje
y sean ustedes destruidos en el camino,
pues su ira se inflama de repente.
¡Dichosos los que en él buscan refugio!
Comentario
1. La primera pregunta en los salmos es sobre Jesús
Todo consiste en Jesús. En la vida, el lugar más seguro donde estar es cerca de él.
Pablo, al predicar el evangelio en Antioquía, cita este salmo. Dice: «Nosotros les anunciamos a ustedes las buenas nuevas respecto a la promesa hecha a nuestros antepasados. Dios nos la ha cumplido plenamente a nosotros, los descendientes de ellos, al resucitar a Jesús. Como está escrito en el segundo salmo: “Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado”». (Hechos 13:32-33, citando el Salmo 2:7).
Jesús es el ungido (Salmo 2:2). La palabra hebreo usada aquí es ‘mashiah’ (mesías). Él es el Cristo, el Hijo de Dios, a quien hemos de amar: «Bésenle los pies» (v.12).
El contexto original del salmo probablemente hacía referencia a una situación particular relacionada con un rey humano, de Israel. Aun así, al leer el texto con un horizonte más amplio en mente, vemos que la mismísima primera pregunta realizada en los salmos apunta, en anticipación, a Jesús. «¿Por qué se sublevan las naciones, y en vano conspiran los pueblos? Los reyes de la tierra se rebelan; los gobernantes se confabulan contra él y contra su ungido» (vv. 1-2).
Esto es exactamente lo que encontramos en el Nuevo Testamento, incluso en el pasaje de hoy, en relación con Jesús. Justo desde el comienzo de la vida de Jesús vemos a los gobernantes confabulando y conspirando en vano (ver Mateo 2:3-4).
No obstante el salmo concluye así: «¡Dichosos los que en él buscan refugio!» (v.12b). Ante todas las tormentas de la vida y, de manera suprema, la tormenta de la venida de Jesús en el juicio final, el único lugar seguro donde estar es «en él».
Oración
Señor, gracias que al considerar el año por delante y todos los retos, los desafíos, las oportunidades y las posibilidades potenciales, el lugar más seguro donde estar es contigo.
Mateo 2:1-18
Visita de los sabios
2Después de que Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes del Oriente.
2 —¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? —preguntaron—. Vimos levantarse su estrella y hemos venido a adorarlo.
3 Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. 4 Así que convocó de entre el pueblo a todos los jefes de los sacerdotes y maestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
5 —En Belén de Judea —le respondieron—, porque esto es lo que ha escrito el profeta:
6 »“Pero tú, Belén, en la tierra de Judá,
de ninguna manera eres la menor entre los principales de Judá;
porque de ti saldrá un príncipe
que será el pastor de mi pueblo Israel.”
7 Luego Herodes llamó en secreto a los sabios y se enteró por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. 8 Los envió a Belén y les dijo:
—Vayan e infórmense bien de ese niño y, tan pronto como lo encuentren, avísenme para que yo también vaya y lo adore.
9 Después de oír al rey, siguieron su camino, y sucedió que la estrella que habían visto levantarse iba delante de ellos hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. 10 Al ver la estrella, se llenaron de alegría. 11 Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra. 12 Entonces, advertidos en sueños de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
La huida a Egipto
13 Cuando ya se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»
14 Así que se levantó cuando todavía era de noche, tomó al niño y a su madre, y partió para Egipto, 15 donde permaneció hasta la muerte de Herodes. De este modo se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo.»
16 Cuando Herodes se dio cuenta de que los sabios se habían burlado de él, se enfureció y mandó matar a todos los niños menores de dos años en Belén y en sus alrededores, de acuerdo con el tiempo que había averiguado de los sabios. 17 Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías:
18 «Se oye un grito en Ramá,
llanto y gran lamentación;
es Raquel, que llora por sus hijos
y no quiere ser consolada;
¡sus hijos ya no existen!»
Comentario
La primera pregunta en el Nuevo Testamento es sobre Jesús
Oportunamente, la primera pregunta en el Nuevo Testamento también trata sobre Jesús. La totalidad del Antiguo Testamento se cumple en él.
Los magos (a menudo referidos como «sabios») percibieron la importancia del nacimiento de Jesús. Preguntaron: «¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos?» (v.2). Lo buscaron y lo hallaron. Cuando «vieron al niño \[…\] postrándose lo adoraron» (v.11). Reconocieron que Jesús era el cumplimiento de todas las esperanzas y los sueños de las personas que vivieron hasta su nacimiento.
Jesús es el único que cumple todas las promesas de Dios. En la lectura de ayer consideramos un ejemplo de tal cumplimiento. Hoy vemos tres ejemplos más:
- El lugar de su nacimiento
Mateo descubrió que aun el lugar del nacimiento de Jesús estaba profetizado en Miqueas 5:2. Era desde Belén que surgiría el «príncipe» y «pastor», «porque esto es lo que ha escrito el profeta» (Mateo 2:5-6).
- El exilio en Egipto
Cuando Herodes intentó matar a Jesús, la familia huyó a Egipto (v.13). Mateo señala: «De este modo se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: “De Egipto llamé a mi hijo”» (v.15, ver también Oseas 11:1).
- La masacre de los niños
Cuando Herodes ordenó asesinar a todos los niños menores de dos años (Mateo 2:16), se cumplió la profecía de Jeremías 31.15 (Mateo 2:17-18) (ver Pippa añade)
Oración
Señor Jesús, hoy quiero inclinarme y adorarte. Te ofrezco todo lo que tengo: mi vida, mi todo.
Génesis 2:18-4:16
18 Luego Dios el Señordijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.» 19 Entonces Dios el Señorformó de la tierra toda ave del cielo y todo animal del campo, y se los llevó al hombre para ver qué nombre les pondría. El hombre les puso nombre a todos los seres vivos, y con ese nombre se les conoce. 20 Así el hombre fue poniéndoles nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo. Sin embargo, no se encontró entre ellos la ayuda adecuada para el hombre.
21 Entonces Dios el Señorhizo que el hombre cayera en un sueño profundo y, mientras éste dormía, le sacó una costilla y le cerró la herida. 22 De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el Señorhizo una mujer y se la presentó al hombre, 23 el cual exclamó:
«Ésta sí es hueso de mis huesos
y carne de mi carne.
Se llamará “mujer”
porque del hombre fue sacada.»
24 Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser.
25 En ese tiempo el hombre y la mujer estaban desnudos, pero ninguno de los dos sentía vergüenza.
La caída del ser humano
3La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señorhabía hecho, así que le preguntó a la mujer:
—¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?
2 —Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. 3 Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán.”
4 Pero la serpiente le dijo a la mujer:
—¡No es cierto, no van a morir! 5 Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.
6 La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen aspecto y era deseable para adquirir sabiduría, así que tomó de su fruto y comió. Luego le dio a su esposo, y también él comió. 7 En ese momento se les abrieron los ojos, y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera.
8 Cuando el día comenzó a refrescar, oyeron el hombre y la mujer que Dios el Señorandaba recorriendo el jardín; entonces corrieron a esconderse entre los árboles, para que Dios no los viera. 9 Pero Dios el Señorllamó al hombre y le dijo:
—¿Dónde estás?
10 El hombre contestó:
—Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí.
11 —¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? —le preguntó Dios—. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer?
12 Él respondió:
—La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí.
13 Entonces Dios el Señorle preguntó a la mujer:
—¿Qué es lo que has hecho?
—La serpiente me engañó, y comí —contestó ella.
14 Dios el Señordijo entonces a la serpiente:
«Por causa de lo que has hecho,
¡maldita serás entre todos los animales,
tanto domésticos como salvajes!
Te arrastrarás sobre tu vientre,
y comerás polvo todos los días de tu vida.
15 Pondré enemistad entre tú y la mujer,
y entre tu simiente y la de ella;
su simiente te aplastará la cabeza,
pero tú le morderás el talón.»
16 A la mujer le dijo:
«Multiplicaré tus dolores en el parto,
y darás a luz a tus hijos con dolor.
Desearás a tu marido,
y él te dominará.»
17 Al hombre le dijo:
«Por cuanto le hiciste caso a tu mujer,
y comiste del árbol del que te prohibí comer,
¡maldita será la tierra por tu culpa!
Con penosos trabajos comerás de ella
todos los días de tu vida.
18 La tierra te producirá cardos y espinas,
y comerás hierbas silvestres.
19 Te ganarás el pan con el sudor de tu frente,
hasta que vuelvas a la misma tierra
de la cual fuiste sacado.
Porque polvo eres,
y al polvo volverás.»
20 El hombre llamó Eva a su mujer, porque ella sería la madre de todo ser viviente.
21 Dios el Señorhizo ropa de pieles para el hombre y su mujer, y los vistió. 22 Y dijo: «El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que extienda su mano y también tome del fruto del árbol de la vida, y lo coma y viva para siempre.» 23 Entonces Dios el Señorexpulsó al ser humano del jardín del Edén, para que trabajara la tierra de la cual había sido hecho. 24 Luego de expulsarlo, puso al oriente del jardín del Edén a los querubines, y una espada ardiente que se movía por todos lados, para custodiar el camino que lleva al árbol de la vida.
Caín y Abel
4El hombre se unió a su mujer Eva, y ella concibió y dio a luz a Caín. Y dijo: «¡Con la ayuda del Señor, he tenido un hijo varón!» 2 Después dio a luz a Abel, hermano de Caín. Abel se dedicó a pastorear ovejas, mientras que Caín se dedicó a trabajar la tierra. 3 Tiempo después, Caín presentó al Señoruna ofrenda del fruto de la tierra. 4 Abel también presentó al Señorlo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa. Y el Señormiró con agrado a Abel y a su ofrenda, 5 pero no miró así a Caín ni a su ofrenda. Por eso Caín se enfureció y andaba cabizbajo.
6 Entonces el Señorle dijo: «¿Por qué estás tan enojado? ¿Por qué andas cabizbajo? 7 Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo.»
8 Caín habló con su hermano Abel. Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano y lo mató.
9 El Señorle preguntó a Caín:
—¿Dónde está tu hermano Abel?
—No lo sé —respondió—. ¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi hermano?
10 —¡Qué has hecho! —exclamó el Señor—. Desde la tierra, la sangre de tu hermano reclama justicia. 11 Por eso, ahora quedarás bajo la maldición de la tierra, la cual ha abierto sus fauces para recibir la sangre de tu hermano, que tú has derramado. 12 Cuando cultives la tierra, no te dará sus frutos, y en el mundo serás un fugitivo errante.
13 —Este castigo es más de lo que puedo soportar —le dijo Caín al Señor—. 14 Hoy me condenas al destierro, y nunca más podré estar en tu presencia. Andaré por el mundo errante como un fugitivo, y cualquiera que me encuentre me matará.
15 —No será así —replicó el Señor—. El que mate a Caín, será castigado siete veces.
Entonces el Señorle puso una marca a Caín, para que no fuera a matarlo quien lo hallara. 16 Así Caín se alejó de la presencia del Señory se fue a vivir a la región llamada Nod, al este del Edén.
Comentario
La primera pregunta en la Biblia es sobre la bondad de Dios
¿Alguna vez tuviste dudas sobre si el camino de Dios era realmente el mejor? ¿Te preguntaste si algo merecía probarse, de todos modos, aunque Dios dijera que era incorrecto?
Dios nos concedió como humanidad todo lo que pudiéramos desear. El mundo entero fue creado para que lo disfrutáramos. Cada posible necesidad fue satisfecha. La cumbre de la creación de Dios fuimos los seres humanos. La necesidad de comunidad fue solucionada mediante la creación de otros seres humanos: «No es bueno que el hombre esté solo» (2:18).
Comenzó con el bello don del matrimonio, la unión duradera de un hombre y una mujer en la que el sexo, otro de los dones bellos de Dios, se propone como algo que ha de disfrutarse en intimidad y con libertad, sin culpa ni «vergüenza» (vv. 24-25).
Pero a pesar de esta abundante provisión de todo lo bueno, los seres humanos hemos buscado algo más y entonces sucumbimos ante la tentación de probar el fruto prohibido.
La tentación comenzó con dudas acerca de Dios. He aquí la primera pregunta en la Biblia: «¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?» (3:1).
El primer error de Eva fue entablar una conversación con la serpiente. Fuimos creados para dialogar con Dios, no con el diablo.
El diablo, en forma de serpiente, engañó a Eva para que pensara que no habría consecuencias por su pecado: «¡No es cierto, no van a morir!» (v.4). Atribuyó malas intenciones a Dios: «Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal» (v.5). Suele ocurrir que tragas una mentira sobre Dios antes de tragar el fruto prohibido.
El fruto parecía «bueno», «tenía buen aspecto» y era «deseable para adquirir sabiduría» (v.6). Así es como suele aparecer la tentación. Adán y Eva pecaron y, como sucede a menudo, el encubrimiento siguió al pecado: «… para cubrirse entretejieron hojas de higuera» (v.7).
4. La primera pregunta que Dios hace en la Biblia es sobre ti
Cada vez que te alejas de tu relación con él, Dios siempre está buscándote.
La amistad de Adán y Eva con Dios estaba quebrada. Cuando oyeron que Dios venía, se escondieron (v.8). Pero Dios de inmediato acudió en su búsqueda. Y así encontramos su primera pregunta en la Biblia: «¿Dónde estás?» (v.9). No se dio por vencido con ellos. Los buscó con el propósito de restaurar la relación.
Dios le dice a la serpiente que uno de los descendientes de Eva «te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón» (v.15b). Jesús es aquel que aplastaría la cabeza de la serpiente. Pero habría un costo: «le morderás el talón». Aquí vemos el primer indicio de lo que costaría restaurar la relación. En la cruz Jesús aplastó a Satanás, pero le costó su vida. Su sangre fue derramada de modo que pudiéramos ser perdonados y que nuestra relación con Dios fuera restaurada.
5. La primera pregunta que los humanos hacemos es sobre la responsabilidad
«¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi hermano?» (4:9b). Esta es una pregunta crucial en nuestro tiempo. ¿Eres responsable por los demás?
El resultado de la caída es una relación quebrada con Dios. Adán y Eva se culparon mutuamente (vv.11-12) y en el capítulo cuatro leemos que sus hijos también se pelearon entre sí. Allí comenzaron las discusiones, las riñas y las peleas. Desde entonces esto ha lacrado a la humanidad. Haz el intento de evitar discusiones. Raramente ganarás una ¡y siempre son tan destructivas!
Caín estaba enojado con su hermano Abel. El interrogatorio de Dios continuó así: «¿Por qué estás tan enojado? ¿Por qué andas cabizbajo? Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo» (4:6-7).
Dominarás el pecado (a través del poder de la cruz y la resurrección y con la ayuda del Espíritu) o el pecado te dominará a ti. En el caso de Caín, el pecado lo controló. Mató a su hermano (v.8). Dios incluso le hizo otra pregunta: «¿Dónde está tu hermano Abel?» (v.9a).
En respuesta, Caín efectuó la primera pregunta hecha por un ser humano en la Biblia: «¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi hermano?» (v.9b). Caín quería evitar la responsabilidad. En verdad decía: «¿Realmente soy responsable por otro que no sea yo?».
La respuesta bíblica es que eres responsable por los demás. No podemos eximirnos de la responsabilidad por lo que ocurre a nuestro alrededor: en nuestra ciudad, nuestra nación y el mundo. Por ejemplo, no podemos aceptar que miles de niños mueran cada día como resultado de la pobreza extrema y simplemente decir que no es nuestra responsabilidad.
No solo tienes responsabilidad hacia los demás seres humanos sino que también es tu privilegio llevar bendición y gozo a tus amigos, tus familiares y todos los que te rodean, y marcar la diferencia en la vida de cuanta gente sea posible.
Oración
Señor, gracias por haber creado este maravilloso universo para que podamos disfrutarlo. Perdóname por las ocasiones en que he caído en la mentira del diablo pensando que no podía confiar en ti. Gracias por buscarme y porque a través de Jesús mi relación contigo es restaurada. Ayúdame este año a desarrollar mi potencial para marcar una diferencia en la vida de los demás.
Añadidos de Pippa
Mateo 2:16
«Cuando Herodes se dio cuenta de que los sabios se habían burlado de él, se enfureció y mandó matar a todos los niños menores de dos años en Belén y en sus alrededores, de acuerdo con el tiempo que había averiguado de los sabios».
Siempre me ha traumado leer este pasaje. Qué acción tan terrible cometió Herodes contra quienes estaban indefensos, solo porque se sentía inseguro de su posición. ¿Alguna vez te has visto ante el peligro de rebajar a los demás para probar o afirmar tu posición?
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Referencias
Nueva Versión Inernacional (NVI)
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