Nada es demasiado difícil para el Señor
Introducción
¿Enfrentas una situación aparentemente imposible? ¿Habrá algún quiebre de relación que pareciera irreconciliable? ¿Un problema grave de salud? ¿Un desafío casi imposible en tu trabajo? ¿Un hábito o una adicción que te resulta difícil cambiar?
Sea cual fuere el desafío que enfrentas al comenzar el año, nada es demasiado difícil para el Señor.
Abraham tenía cien años. Su esposa Sara noventa. Dios les prometió un hijo. Ellos dijeron, en efecto, que era «algo imposible». En tal contexto aparece la gran pregunta retórica: «¿Acaso hay algo imposible para el Señor?» (Génesis 18:14). La respuesta es «No». Si podían concebir cuando «eran ya bastante ancianos, y Sara ya había dejado de menstruar» (v.11), entonces nada es demasiado difícil para el Señor.
En cada uno de los tres grandes desafíos que vemos en los pasajes de hoy, debemos recordar que nada es demasiado difícil para el Señor.
Proverbios 1:8-19
Exhortaciones a buscar la sabiduría
Advertencia contra el engaño
8 Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre
y no abandones las enseñanzas de tu madre.
9 Adornarán tu cabeza como una diadema;
adornarán tu cuello como un collar.
10 Hijo mío, si los pecadores quieren engañarte,
no vayas con ellos.
11 Éstos te dirán:
«¡Ven con nosotros!
Acechemos a algún inocente
y démonos el gusto de matar a algún incauto;
12 traguémonos a alguien vivo,
como se traga el sepulcro a la gente;
devorémoslo entero,
como devora la fosa a los muertos.
13 Obtendremos toda clase de riquezas;
con el botín llenaremos nuestras casas.
14 Comparte tu suerte con nosotros,
y compartiremos contigo lo que obtengamos.»
15 ¡Pero no te dejes llevar por ellos, hijo mío!
¡Apártate de sus senderos!
16 Pues corren presurosos a hacer lo malo;
¡tienen prisa por derramar sangre!
17 De nada sirve tender la red
a la vista de todos los pájaros,
18 pero aquéllos acechan su propia vida
y acabarán por destruirse a sí mismos.
19 Así terminan los que van tras ganancias mal habidas;
por éstas perderán la vida.
Comentario
Resistir las tentaciones
Jesús nunca nos pide aislarnos del mundo. El desafío es estar «en el mundo» pero no ser «del mundo». Somos llamados a resistir las tentaciones del mundo que nos rodea.
El libro de Proverbios ofrece consejos prácticos sobre cómo lograr tal equilibrio. No dejes que otros te lleven al pecado: «Hijo mío, si los pecadores quieren engañarte, no vayas con ellos» (v.10). «Estos te dirán: “¡Ven con nosotros!”» (v.11), pero no debemos seguirlos.
Cuando desarrollaba mis prácticas profesionales como abogado, noté cuánta gente era arrastrada al mundo del delito por otros que decían: «Ven con nosotros».
En medio de la crisis financiera global, algunos bancos del Reino Unido defendieron prácticas antiéticas con la excusa de que otros bancos hacían lo mismo.
No seas atraído hacia el pecado por el hecho de que todos parezcan hacerlo: evasión fiscal o de impuestos de viaje, ebriedad o promiscuidad. No sigas a la multitud: «¡Apártate de sus senderos!» (v.15b). Las cosas no son aceptables simplemente porque otros las practiquen. No puedo justificar mis acciones con la excusa de que es la manera en la que funciona el mundo.
Al final, si tus pies «corren presurosos a hacer lo malo» (v.16) o persigues «ganancias mal habidas» (v.19a), terminarás por perder la vida. «Tal es el final de los ambiciosos: su propia ambición los mata» (v.19, DHH).
La seducción del mundo es muy fuerte. No obstante, nada es demasiado difícil para el Señor.
Oración
Señor, pido que en el año que tengo por delante me des las fuerzas para resistir todas las tentaciones del mundo y no ser atraído hacia el pecado.
Mateo 6:25-7:23
De nada sirve preocuparse
25 »Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? 26 Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? 27 ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?
28 »¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; 29 sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. 30 Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? 31 Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?” 32 Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. 33 Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. 34 Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.
El juzgar a los demás
7»No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. 2 Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.
3 »¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? 4 ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla del ojo”, cuando ahí tienes una viga en el tuyo? 5 ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano.
6 »No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.
Pidan, busquen, llamen
7 »Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. 8 Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
9 »¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? 10 ¿O si le pide un pescado, le da una serpiente? 11 Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan! 12 Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas.
La puerta estrecha y la puerta ancha
13 »Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. 14 Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran.
El árbol y sus frutos
15 »Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. 16 Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos? 17 Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. 18 Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno. 19 Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego. 20 Así que por sus frutos los conocerán.
21 »No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. 22 Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?” 23 Entonces les diré claramente: “Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!”
Comentario
Vivir el estilo de vida de Jesús
Las palabras de Jesús son las más grandes que jamás se hayan pronunciado. También son desafiantes. Por ejemplo, dice: «Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes» (7:12). Esta regla de oro es bellamente simple pero quizá parezca imposible de practicar. Sería algo así como preguntarnos qué desean los demás y entonces tomar la iniciativa y hacerlo por ellos.
El gran reto y desafío es poner en práctica las palabras de Jesús. Sus instrucciones son claras, pero algunos de los estándares parecen imposiblemente elevados. Sin embargo, nada es demasiado difícil para el Señor.
- Deja de preocuparte y comienza a vivir
Jesús te ordena no preocuparte por la vida ni las cosas materiales (6:25,28-31). Piensa hacia adelante, planifica el futuro, pero no te preocupes por lo que ocurrirá. Confía en que tu Padre celestial proveerá (v.26). Él conoce cada necesidad (v.32). La fe es el antídoto para la preocupación.
No puedes añadir una sola hora a tu vida mediante la preocupación (v.27). Como señaló Corrie ten Boom: «La preocupación no elimina el dolor del mañana sino que deja sin fuerzas el hoy».
Vive en compartimentos estancos cotidianos. Vive los días de uno en uno. No tomes prestados problemas del mañana: «Cada día ya tiene sus propios problemas» (v.34b). Hoy mismo toma la decisión de no preocuparte sobre el mañana. Confía en que Dios te proveerá, de día en día.
- Establece prioridades
Jesús te insta a cambiar tus ambiciones y prioridades. Busca a Dios por quién es y no por lo que podría hacer por ti. Como nosotros, Dios no quiere a sus amigos solo por el interés de lo que pudiera obtener de ellos. Desea que procures su «presencia», no solo sus «presentes».
Adquiere un nuevo conjunto de responsabilidades que sean emocionantes y desafiantes a la vez: «… busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas» (v.33).
- No juzgues a nadie
No hemos de complacernos en juzgar ni criticar a los demás, tampoco en disfrutar al descubrir los fallos de los demás ni en presuponer que sus acciones brotan de las malas intenciones. Si supiéramos lo que la gente ha vivido, su dolor y su sufrimiento, no seríamos tan prontos en juzgar. Jesús nos dice que primero ordenemos nuestra vida. Hemos de cambiar nosotros antes de intentar cambiar a los demás (7:1-5). En lugar de expresar críticas duras y emitir juicios, siembra misericordia, amabilidad y amor.
- Persiste en oración
No seas repetitivo pero sí persistente. Jesús hace maravillosas promesas sobre las oraciones contestadas (vv.7-8). Te promete «cosas buenas» cuando oras (vv.9-11).
-
- Elige llevar una vida radical
Permanece en el camino angosto que conduce a la vida (vv.13-14). Allí no hay sitio para el orgullo, la deshonestidad, la ira, el odio a los enemigos ni la falta de perdón.
Por el contrario, la humildad está a la orden del día. Debes dar, orar, ejercitar el autocontrol y buscar primero el reino de Dios. Es un camino de pureza, integridad, honestidad y perdón. Un sendero donde se nos pide tratar «a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes» (v.12). Has de mostrar buenos frutos por tu carácter, tu estilo de vida, tu enseñanza, tus acciones, tu impacto y tus relaciones (vv.15-23).
Oración
Señor, al afrontar el desafío de llevar a cabo el estilo de vida de Jesús este año, gracias porque contigo nada es imposible. Lléname hoy con tu Espíritu Santo y ayúdame a vivir la clase de vida que anhelo vivir en el fondo.
Génesis 17:1-18:33
El pacto y la circuncisión
17Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señorse le apareció y le dijo:
—Yo soy el Dios Todopoderoso. Vive en mi presencia y sé intachable. 2 Así confirmaré mi pacto contigo, y multiplicaré tu descendencia en gran manera.
3 Al oír que Dios le hablaba, Abram cayó rostro en tierra, y Dios continuó:
4 —Éste es el pacto que establezco contigo: Tú serás el padre de una multitud de naciones. 5 Ya no te llamarás Abram, sino que de ahora en adelante tu nombre será Abraham, porque te he confirmado como padre de una multitud de naciones. 6 Te haré tan fecundo que de ti saldrán reyes y naciones. 7 Estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia, como pacto perpetuo, por todas las generaciones. Yo seré tu Dios, y el Dios de tus descendientes. 8 A ti y a tu descendencia les daré, en posesión perpetua, toda la tierra de Canaán, donde ahora andan peregrinando. Y yo seré su Dios.
9 Dios también le dijo a Abraham:
—Cumple con mi pacto, tú y toda tu descendencia, por todas las generaciones. 10 Y éste es el pacto que establezco contigo y con tu descendencia, y que todos deberán cumplir: Todos los varones entre ustedes deberán ser circuncidados. 11 Circuncidarán la carne de su prepucio, y ésa será la señal del pacto entre nosotros. 12 Todos los varones de cada generación deberán ser circuncidados a los ocho días de nacidos, tanto los niños nacidos en casa como los que hayan sido comprados por dinero a un extranjero y que, por lo tanto, no sean de la estirpe de ustedes. 13 Todos sin excepción, tanto el nacido en casa como el que haya sido comprado por dinero, deberán ser circuncidados. De esta manera mi pacto quedará como una marca indeleble en la carne de ustedes, como un pacto perpetuo. 14 Pero el varón incircunciso, al que no se le haya cortado la carne del prepucio, será eliminado de su pueblo por quebrantar mi pacto.
15 También le dijo Dios a Abraham:
—A Saray, tu esposa, ya no la llamarás Saray, sino que su nombre será Sara. 16 Yo la bendeciré, y por medio de ella te daré un hijo. Tanto la bendeciré, que será madre de naciones, y de ella surgirán reyes de pueblos.
17 Entonces Abraham inclinó el rostro hasta el suelo y se rió de pensar: «¿Acaso puede un hombre tener un hijo a los cien años, y ser madre Sara a los noventa?» 18 Por eso le dijo a Dios:
—¡Concédele a Ismael vivir bajo tu bendición!
19 A lo que Dios contestó:
—¡Pero es Sara, tu esposa, la que te dará un hijo, al que llamarás Isaac! Yo estableceré mi pacto con él y con sus descendientes, como pacto perpetuo. 20 En cuanto a Ismael, ya te he escuchado. Yo lo bendeciré, lo haré fecundo y le daré una descendencia numerosa. Él será el padre de doce príncipes. Haré de él una nación muy grande. 21 Pero mi pacto lo estableceré con Isaac, el hijo que te dará Sara de aquí a un año, por estos días.
22 Cuando Dios terminó de hablar con Abraham, se retiró de su presencia. 23 Ese mismo día Abraham tomó a su hijo Ismael, a los criados nacidos en su casa, a los que había comprado con su dinero y a todos los otros varones que había en su casa, y los circuncidó, tal como Dios se lo había mandado. 24 Abraham tenía noventa y nueve años cuando fue circuncidado, 25 mientras que su hijo Ismael tenía trece. 26 Así que ambos fueron circuncidados el mismo día 27 junto con todos los varones de su casa, tanto los nacidos en ella como los comprados a extranjeros.
La visita del
18El Señorse le apareció a Abraham junto al encinar de Mamré, cuando Abraham estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora más calurosa del día. 2 Abraham alzó la vista, y vio a tres hombres de pie cerca de él. Al verlos, corrió desde la entrada de la carpa a saludarlos. Inclinándose hasta el suelo, 3 dijo:
—Mi señor, si este servidor suyo cuenta con su favor, le ruego que no me pase de largo. 4 Haré que les traigan un poco de agua para que ustedes se laven los pies, y luego podrán descansar bajo el árbol. 5 Ya que han pasado por donde está su servidor, déjenme traerles algo de comer para que se sientan mejor antes de seguir su camino.
—¡Está bien —respondieron ellos—, hazlo así!
6 Abraham fue rápidamente a la carpa donde estaba Sara, y le dijo:
—¡Date prisa! Toma unos veinte kilos de harina fina, amásalos y haz unos panes.
7 Después Abraham fue corriendo adonde estaba el ganado, eligió un ternero bueno y tierno, y se lo dio a su sirviente, quien a toda prisa se puso a prepararlo. 8 Luego les sirvió requesón y leche con el ternero que estaba preparado. Mientras comían, Abraham se quedó de pie junto a ellos, debajo del árbol. 9 Entonces ellos le preguntaron:
—¿Dónde está Sara, tu esposa?
—Allí en la carpa —les respondió.
10 —Dentro de un año volveré a verte —dijo uno de ellos—, y para entonces tu esposa Sara tendrá un hijo.
Sara estaba escuchando a la entrada de la carpa, a espaldas del que hablaba. 11 Abraham y Sara eran ya bastante ancianos, y Sara ya había dejado de menstruar. 12 Por eso, Sara se rió y pensó: «¿Acaso voy a tener este placer, ahora que ya estoy consumida y mi esposo es tan viejo?» 13 Pero el Señorle dijo a Abraham:
—¿Por qué se ríe Sara? ¿No cree que podrá tener un hijo en su vejez? 14 ¿Acaso hay algo imposible para el Señor? El año que viene volveré a visitarte en esta fecha, y para entonces Sara habrá tenido un hijo.
15 Sara, por su parte, tuvo miedo y mintió al decirle:
—Yo no me estaba riendo.
Pero el Señorle replicó:
—Sí te reíste.
Abraham intercede en favor de Sodoma
16 Luego aquellos visitantes se levantaron y partieron de allí en dirección a Sodoma. Abraham los acompañó para despedirlos. 17 Pero el Señorestaba pensando: «¿Le ocultaré a Abraham lo que estoy por hacer? 18 Es un hecho que Abraham se convertirá en una nación grande y poderosa, y en él serán bendecidas todas las naciones de la tierra. 19 Yo lo he elegido para que instruya a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del Señory pongan en práctica lo que es justo y recto. Así el Señorcumplirá lo que le ha prometido.»
20 Entonces el Señorle dijo a Abraham:
—El clamor contra Sodoma y Gomorra resulta ya insoportable, y su pecado es gravísimo. 21 Por eso bajaré, a ver si realmente sus acciones son tan malas como el clamor contra ellas me lo indica; y si no, he de saberlo.
22 Dos de los visitantes partieron de allí y se encaminaron a Sodoma, pero Abraham se quedó de pie frente al Señor. 23 Entonces se acercó al Señory le dijo:
—¿De veras vas a exterminar al justo junto con el malvado? 24 Quizá haya cincuenta justos en la ciudad. ¿Exterminarás a todos, y no perdonarás a ese lugar por amor a los cincuenta justos que allí hay? 25 ¡Lejos de ti el hacer tal cosa! ¿Matar al justo junto con el malvado, y que ambos sean tratados de la misma manera? ¡Jamás hagas tal cosa! Tú, que eres el Juez de toda la tierra, ¿no harás justicia?
26 El Señorle respondió:
—Si encuentro cincuenta justos en Sodoma, por ellos perdonaré a toda la ciudad.
27 Abraham le dijo:
—Reconozco que he sido muy atrevido al dirigirme a mi Señor, yo, que apenas soy polvo y ceniza. 28 Pero tal vez falten cinco justos para completar los cincuenta. ¿Destruirás a toda la ciudad si faltan esos cinco?
—Si encuentro cuarenta y cinco justos no la destruiré —contestó el Señor.
29 Pero Abraham insistió:
—Tal vez se encuentren sólo cuarenta.
—Por esos cuarenta justos, no destruiré la ciudad —respondió el Señor.
30 Abraham volvió a insistir:
—No se enoje mi Señor, pero permítame seguir hablando. Tal vez se encuentren sólo treinta.
—No lo haré si encuentro allí a esos treinta —contestó el Señor.
31 Abraham siguió insistiendo:
—Sé que he sido muy atrevido en hablarle así a mi Señor, pero tal vez se encuentren sólo veinte.
—Por esos veinte no la destruiré.
32 Abraham volvió a decir:
—No se enoje mi Señor, pero permítame hablar una vez más. Tal vez se encuentren sólo diez ...
—Aun por esos diez no la destruiré —respondió el Señorpor última vez.
33 Cuando el Señorterminó de hablar con Abraham, se fue de allí, y Abraham regresó a su carpa.
Comentario
Confiar en el Señor durante los tiempos difíciles
El Señor se aparece a Abraham y le presenta un gran desafío: «Yo soy el Dios Todopoderoso. Vive en mi presencia y sé intachable» (17:1). Luego promete algo maravilloso: «Así confirmaré mi pacto contigo, y multiplicaré tu descendencia en gran manera» (v.2). No sorprende que Abraham se inclinara «rostro en tierra» (v.3).
Dios establece un pacto con Abraham. Le promete la tierra de Canaán y también que muchos descendientes y naciones surgirán de él (vv.4-8). Esta promesa está subrayada por Dios en el cambio de nombre, de Abram a Abraham, que significa «padre de una multitud de naciones» (v.5). También cambia el nombre de Saray por Sara, que sería llamada «madre de naciones» (v.16). La señal del pacto fue la circuncisión (v.9 en adelante).
Dios no le dijo a Abraham que tendría un hijo solamente en una ocasión. Lo confirmó una y otra vez (15:4; 17:16; 18:10). Puedes esperar que Dios te hable sobre las grandes cuestiones en tu vida y la confirme luego en muchas oportunidades.
La relación de Abraham con Dios era muy íntima. Entablaba una conversación con Abraham. Este le rogó por Ismael. Dios respondió «Sí, pero…» (17:19). Dijo que no solo respondería la oración de Abraham por Ismael sino que también haría más de lo que Abraham hubiera pedido o incluso imaginado (vv.19-21).
La tercera vez que Dios hace esta promesa a Abraham envía los «tres visitantes» (18:1-15). Al leer esto bajo la luz del Nuevo Testamento, podemos ver una imagen de la Trinidad. Resulta evidente que hay tres de ellos (v.2) pero aun así parece que hablan como uno: «Pero el Señor le dijo…» (v.13).
Por cierto, esta es la famosa obra ilustrada por Andrei Rublev en 1410 d.C. (ver abajo) que refleja la comunión de los tres ángeles que visitaron a Abraham y simboliza el aspecto trinitario de Dios (un Dios en tres personas) y el compañerismo de amor, que está en el corazón del ser de Dios.
Dios promete: «Dentro de un año volveré a verte y para entonces tu esposa Sara tendrá un hijo» (v.10). Sara se ríe, pensando: «¿Acaso voy a tener este placer, ahora que ya estoy consumida y mi esposo es tan viejo?» (v.12).
Resulta alentador ver que Sara también reaccionó con la natural debilidad humana. El Señor dice a Abraham: «¿Por qué se ríe Sara? ¿No cree que podrá tener un hijo en su vejez?» (v.13). «Sara, por su parte, tuvo miedo y mintió al decirle: “Yo no me estaba riendo”» (v.15). En ocasiones somos tentados a mentir para librarnos de problemas. Con la excepción de Jesús, la Biblia nunca presenta a grandes hombres y mujeres de Dios como gente libre de pecado.
La respuesta del Señor es reiterar su promesa y preguntar retóricamente: «¿Acaso hay algo imposible para el Señor?».
Oración
Señor, ayúdame este año a seguir confiando en ti. Gracias porque sin importar los problemas que enfrente en mi vida, nada es demasiado difícil para ti.
Añadidos de Pippa
Pippa añade:
Mateo 6:25
«No se preocupen por su vida…»
A lo largo de mi vida he pasado mucho tiempo preocupándome por distintas cosas: familia, enfermedad, ¡qué ropa ponerme…! Me resulta difícil no preocuparme. Si uno no se preocupa pareciera como si no le importara.
Pero hay un equilibrio entre estar realmente preocupado y cargado como para orar, y estar abrumado por la preocupación. Creo que la respuesta es confiar en que Dios oye nuestras oraciones y actuará en consecuencia. ¡Lo bueno es que a él no le molesta que le pidamos montones de veces!
\[Para obtener una explicación y una aplicación más detalladas del «Sermón del Monte» (Mateo 5–7), lee el libro de Nicky Gumbel titulado The Jesus Lifestyle: shop.alpha.org/product/182/jesus-lifestyle-nicky-gumbel\]
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Referencias
Notas: