Día 138

Conoce a Dios como Padre

Sabiduría Salmos 62:1-12
Nuevo Testamento Juan 9:35-10:21
Antiguo Testamento Rut 3:1-4:22

Introducción

  • ¿Qué es lo mejor que existe en la vida, lo que ofrece mayor gozo, delicia y contentamiento que ninguna otra cosa? El conocimiento de Dios.
  • ¿Para qué hemos sido hechos? Para conocer a Dios.
  • ¿Qué meta deberíamos fijarnos en esta vida? La de conocer de Dios.

Estas son las preguntas que J. I. Packer plantea al comienzo de su influyente libro, Hacia el conocimiento de Dios. Jesús dijo: «Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él» (Juan 10:14).

Sabiduría

Salmos 62:1-12

Salmo 62

Al director musical. Para Jedutún. Salmo de David.

1 Sólo en Dios halla descanso mi alma;
 de él viene mi salvación.
2 Sólo él es mi roca y mi salvación;
 él es mi protector.
 ¡Jamás habré de caer!

3 ¿Hasta cuándo atacarán todos ustedes
 a un hombre para derribarlo?
Es como un muro inclinado,
 ¡como una cerca a punto de derrumbarse!
4 Sólo quieren derribarlo
 de su lugar de preeminencia.
 Se complacen en la mentira:
bendicen con la boca,
 pero maldicen con el corazón.

5 Sólo en Dios halla descanso mi alma;
 de él viene mi esperanza.
6 Sólo él es mi roca y mi salvación;
 él es mi protector y no habré de caer.
7 Dios es mi salvación y mi gloria;
 es la roca que me fortalece;
 ¡mi refugio está en Dios!
8 Confía siempre en él, pueblo mío;
 ábrele tu corazón cuando estés ante él.
 ¡Dios es nuestro refugio!

9 Una quimera es la gente de humilde cuna,
 y una mentira la gente de alta alcurnia;
si se les pone juntos en la balanza,
 todos ellos no pesan nada.
10 No confíen en la extorsión
 ni se hagan ilusiones con sus rapiñas;
y aunque se multipliquen sus riquezas,
 no pongan el corazón en ellas.

11 Una cosa ha dicho Dios,
 y dos veces lo he escuchado:
 Que tú, oh Dios, eres poderoso;
12 que tú, Señor, eres todo amor;
 que tú pagarás a cada uno
 según lo que merezcan sus obras.

Comentario

1. Confía en Él en todo momento

Es fácil confiar en Dios cuando las cosas van bien. David incita: «Oh pueblo mío, confía en Dios en todo momento» (v.8a, NTV). Confiar en Dios en todo momento significa confiar en Él no solo cuando las cosas van bien, sino también cuando las cosas no van tan bien. Desarrolla tu carácter confiando en Él cuando enfrentas dificultades en tu vida.

Conocer y confiar en Dios conduce a:

  • Descansar el alma

En medio de todos tus miedos y angustias puedes encontrar paz: «Solo en Dios halla descanso mi alma \[...\]. Solo en Dios halla descanso mi alma» (vv.1, 5).

  • La salvación

La salvación viene por la fe en Dios: «…de él viene mi salvación. Solo él es mi roca y mi salvación \[...\]. Dios es mi salvación y mi gloria» (vv.1b-2a, 7a).

  • La seguridad

Todo lo demás en la vida es incierto y en última instancia inseguro, pero Dios «… es mi protector. ¡Jamás habré de caer! \[...\]; es la roca que me fortalece; ¡mi refugio está en Dios!» (vv.2b, 6b-7b).

Al igual que Jesús, David pone en contraste el amor de Dios y el dinero: «… y aunque se multipliquen sus riquezas, no pongan el corazón en ellas» (v.10). Cuando empecé a ejercer como abogado, escribí esto en el margen de mi Biblia: «Este es un mensaje vital para mí en este momento. Era fácil en los días de estudiante no pensar en el dinero, pero ahora, con el dinero comenzando a venir, pienso en ello cada vez más, hablo de ello cada vez más. La batalla es feroz porque ¡la atracción del mundo es tan fuerte!. O pones tu corazón en Dios o en el dinero».

Oración

Padre, mi alma encuentra descanso en Ti solamente. Gracias porque prometes que jamás habré de caer. Confío hoy en Ti.

Nuevo Testamento

Juan 9:35-10:21

La ceguera espiritual

35 Jesús se enteró de que habían expulsado a aquel hombre, y al encontrarlo le preguntó:

—¿Crees en el Hijo del hombre?

36 —¿Quién es, Señor? Dímelo, para que crea en él.

37 —Pues ya lo has visto —le contestó Jesús—; es el que está hablando contigo.

38 —Creo, Señor —declaró el hombre.

Y, postrándose, lo adoró.

39 Entonces Jesús dijo:

—Yo he venido a este mundo para juzgarlo, para que los ciegos vean, y los que ven se queden ciegos.

40 Algunos fariseos que estaban con él, al oírlo hablar así, le preguntaron:

—¿Qué? ¿Acaso también nosotros somos ciegos?

41 Jesús les contestó:

—Si fueran ciegos, no serían culpables de pecado, pero como afirman que ven, su pecado permanece.

Jesús, el buen pastor

10»Ciertamente les aseguro que el que no entra por la puerta al redil de las ovejas, sino que trepa y se mete por otro lado, es un ladrón y un bandido. 2 El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. 3 El portero le abre la puerta, y las ovejas oyen su voz. Llama por nombre a las ovejas y las saca del redil. 4 Cuando ya ha sacado a todas las que son suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. 5 Pero a un desconocido jamás lo siguen; más bien, huyen de él porque no reconocen voces extrañas.

6 Jesús les puso este ejemplo, pero ellos no captaron el sentido de sus palabras. 7 Por eso volvió a decirles: «Ciertamente les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que vinieron antes de mí eran unos ladrones y unos bandidos, pero las ovejas no les hicieron caso. 9 Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos. 10 El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.

11 »Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 12 El asalariado no es el pastor, y a él no le pertenecen las ovejas. Cuando ve que el lobo se acerca, abandona las ovejas y huye; entonces el lobo ataca al rebaño y lo dispersa. 13 Y ese hombre huye porque, siendo asalariado, no le importan las ovejas.

14 »Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, 15 así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas. 16 Tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traerlas. Así ellas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor. 17 Por eso me ama el Padre: porque entrego mi vida para volver a recibirla. 18 Nadie me la arrebata, sino que yo la entrego por mi propia voluntad. Tengo autoridad para entregarla, y tengo también autoridad para volver a recibirla. Éste es el mandamiento que recibí de mi Padre.»

19 De nuevo las palabras de Jesús fueron motivo de disensión entre los judíos. 20 Muchos de ellos decían: «Está endemoniado y loco de remate. ¿Para qué hacerle caso?» 21 Pero otros opinaban: «Estas palabras no son de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio abrirles los ojos a los ciegos?»

Comentario

2. Disfruta la vida en toda su plenitud

Pensé que convertirme en cristiano significaba dejar de disfrutar la vida. En realidad, creo que es lo contrario. Como dice la versión en inglés de Amplified Bible, Jesús afirma que vino para que pudiéramos «disfrutar de la vida, y tenerla en abundancia (hasta el máximo, hasta que se desborde)» (10:10, AMP).

El hombre ciego que Jesús sanó, no tuvo problemas en creer en él. Cuando Jesús lo encuentra y le pregunta: «¿Crees en el Hijo del hombre?» (9:35), él contesta: «¿Quién es, Señor? Dímelo, para que crea en él» (v.36). Jesús le responde: «Pues ya lo has visto \[…\]; es el que está hablando contigo. ―Creo, Señor —declaró el hombre. Y, postrándose, lo adoró» (vv.37-38). El hombre se dio cuenta de que en Jesús había encontrado a Dios mismo. Tú también puedes encontrar a Dios en Jesús.

Jesús explica cómo puedes conocer a Dios por medio de él, usando dos analogías. Primero, habla de sí mismo como «la puerta» (10:1). La palabra griega «thura» es quizás mejor traducida como «la puerta». Jesús es la puerta para que las ovejas entren y encuentren la salvación (v.9). Él es la puerta del Padre. La puerta para conocer a Dios es conocer a Jesús.

La segunda analogía que Jesús usa es que él es el buen pastor. La palabra griega para el bien (kalos) significa «hermoso», «noble», «maravilloso». Las ovejas conocen al pastor: «Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él» (vv.14-15). El antecedente de esto es que Dios mismo es descrito como el «pastor» en el Antiguo Testamento (por ejemplo, ver Salmo 23:1, Isaías 40:11). Conocer a Jesús es conocer a Dios.

  • Disfruta la plenitud de la vida

En una relación con Jesús, encuentras significado, propósito, realización, paz, perdón y vida en toda su plenitud.

  • No dejes que el diablo te robe

Jesús contrasta con el «ladrón» que viene a «robar, matar y destruir» (Juan 10:10a). El diablo quiere robarte la paz y el disfrute de la vida. No lo dejes.

  • Confía del amor de Dios para ti

Jesús también contrasta al buen pastor con el «hombre asalariado» que, cuando el lobo ataca al rebaño, huye porque no se preocupa por las ovejas (vv.12-13).

Por otra parte, el buen pastor da su vida por las ovejas (vv.11,15). Esto es totalmente voluntario: «Por eso me ama el Padre: porque entrego mi vida para volver a recibirla. Nadie me la arrebata, sino que yo la entrego por mi propia voluntad» (vv.17-18). Si alguna vez dudas de que Dios te ama, simplemente tienes que mirar la cruz: Jesús dio su vida por ti.

Jesús vino a dar su vida en la cruz para quitar todos los obstáculos que te impiden conocer a Dios como tu Padre y estar en comunión Él.

  • Aprende a escuchar su voz

Reconocer la voz del pastor es parte del instinto natural de las ovejas. «Llama por nombre a las ovejas y las saca del redil. Cuando ya ha sacado a todas las que son suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz» (vv.3-4).

Cuanto más conozcas a Jesús, más fácil llegarás a discernir si es su voz o la voz engañosa del lobo.

  • Entiende que tienes vida eterna

Aquel a quien conoces no solo muere por ti, sino que también se levanta de entre los muertos por ti. Tiene el poder de

recibir su vida de nuevo: «Tengo autoridad para entregarla y tengo también autoridad para volver a recibirla» (v.18b). Él te da la vida eterna.

Más adelante, Jesús define la vida eterna de esta manera: «Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado» (17:3).

Oración

Señor, gracias porque me amas tanto que me diste tu vida. Gracias por darme vida, y vida en toda su plenitud.

Antiguo Testamento

Rut 3:1-4:22

Rut y Booz en la era

3Un día su suegra Noemí le dijo:

—Hija mía, ¿no debiera yo buscarte un hogar seguro donde no te falte nada? 2 Además, ¿acaso Booz, con cuyas criadas has estado, no es nuestro pariente? Pues bien, él va esta noche a la era para aventar la cebada. 3 Báñate y perfúmate, y ponte tu mejor ropa. Baja luego a la era, pero no dejes que él se dé cuenta de que estás allí hasta que haya terminado de comer y beber. 4 Cuando se vaya a dormir, te fijas dónde se acuesta. Luego vas, le destapas los pies, y te acuestas allí. Verás que él mismo te dice lo que tienes que hacer.

5 —Haré todo lo que me has dicho —respondió Rut.

6 Y bajó a la era e hizo todo lo que su suegra le había mandado.

7 Booz comió y bebió, y se puso alegre. Luego se fue a dormir detrás del montón de grano. Más tarde Rut se acercó sigilosamente, le destapó los pies y se acostó allí. 8 A medianoche Booz se despertó sobresaltado y, al darse vuelta, descubrió que había una mujer acostada a sus pies.

9 —¿Quién eres? —le preguntó.

—Soy Rut, su sierva. Extienda sobre mí el borde de su manto, ya que usted es un pariente que me puede redimir.

10 —Que el Señor te bendiga, hija mía. Esta nueva muestra de lealtad de tu parte supera la anterior, ya que no has ido en busca de hombres jóvenes, sean ricos o pobres. 11 Y ahora, hija mía, no tengas miedo. Haré por ti todo lo que me pidas. Todo mi pueblo sabe que eres una mujer ejemplar. 12 Ahora bien, aunque es cierto que soy un pariente que puede redimirte, hay otro más cercano que yo. 13 Quédate aquí esta noche. Mañana, si él quiere redimirte, está bien que lo haga. Pero si no está dispuesto a hacerlo, ¡tan cierto como que el Señor vive, te juro que yo te redimiré! Ahora acuéstate aquí hasta que amanezca.

14 Así que se quedó acostada a sus pies hasta el amanecer, y se levantó cuando aún estaba oscuro; pues él había dicho: «Que no se sepa que una mujer vino a la era.»

15 Luego Booz le dijo:

—Pásame el manto que llevas puesto y sosténlo firmemente.

Rut lo hizo así, y él echó en el manto veinte kilos de cebada y puso la carga sobre ella. Luego él regresó al pueblo.

16 Cuando Rut llegó adonde estaba su suegra, ésta le preguntó:

—¿Cómo te fue, hija mía?

Rut le contó todo lo que aquel hombre había hecho por ella, 17 y añadió:

—Me dio estos veinte kilos de cebada, y me dijo: “No debes volver a tu suegra con las manos vacías.”

18 Entonces Noemí le dijo:

—Espérate, hija mía, a ver qué sucede. Porque este hombre no va a descansar hasta dejar resuelto este asunto hoy mismo.

Matrimonio de Booz y Rut

4Booz, por su parte, subió hasta la puerta de la ciudad y se sentó allí. En eso pasó el pariente redentor que él había mencionado.

—Ven acá, amigo mío, y siéntate —le dijo Booz.

El hombre fue y se sentó.

2 Entonces Booz llamó a diez de los ancianos de la ciudad, y les dijo:

—Siéntense aquí.

Y ellos se sentaron. 3 Booz le dijo al pariente redentor:

—Noemí, que ha regresado de la tierra de Moab, está vendiendo el terreno que perteneció a nuestro hermano Elimélec. 4 Consideré que debía informarte del asunto y sugerirte que lo compres en presencia de estos testigos y de los ancianos de mi pueblo. Si vas a redimir el terreno, hazlo. Pero si no vas a redimirlo, házmelo saber, para que yo lo sepa. Porque ningún otro tiene el derecho de redimirlo sino tú, y después de ti, yo tengo ese derecho.

—Yo lo redimo —le contestó.

5 Pero Booz le aclaró:

—El día que adquieras el terreno de Noemí, adquieres también a Rut la moabita, viuda del difunto, a fin de conservar su nombre junto con su heredad.

6 —Entonces no puedo redimirlo —respondió el pariente redentor—, porque podría perjudicar mi propia herencia. Redímelo tú; te cedo mi derecho. Yo no puedo ejercerlo.

7 En aquellos tiempos, para ratificar la redención o el traspaso de una propiedad en Israel, una de las partes contratantes se quitaba la sandalia y se la daba a la otra. Así se acostumbraba legalizar los contratos en Israel. 8 Por eso el pariente redentor le dijo a Booz:

—Cómpralo tú.

Y se quitó la sandalia.

9 Entonces Booz proclamó ante los ancianos y ante todo el pueblo:

—Hoy son ustedes testigos de que le he comprado a Noemí toda la propiedad de Elimélec, Quilión y Majlón, 10 y de que he tomado como esposa a Rut la moabita, viuda de Majlón, a fin de preservar el nombre del difunto con su heredad, para que su nombre no desaparezca de entre su familia ni de los registros del pueblo. ¡Hoy son ustedes testigos!

11 Los ancianos y todos los que estaban en la puerta respondieron:

—Somos testigos.

»¡Que el Señor haga que la mujer que va a formar parte de tu hogar sea como Raquel y Lea, quienes juntas edificaron el pueblo de Israel!

»¡Que seas un hombre ilustre en Efrata, y que adquieras renombre en Belén!

12 »¡Que por medio de esta joven el Señor te conceda una descendencia tal que tu familia sea como la de Fares, el hijo que Tamar le dio a Judá!

Genealogía de David

13 Así que Booz tomó a Rut y se casó con ella. Cuando se unieron, el Señor le concedió quedar embarazada, de modo que tuvo un hijo. 14 Las mujeres le decían a Noemí: «¡Alabado sea el Señor, que no te ha dejado hoy sin un redentor! ¡Que llegue a tener renombre en Israel! 15 Este niño renovará tu vida y te sustentará en la vejez, porque lo ha dado a luz tu nuera, que te ama y es para ti mejor que siete hijos.»

16 Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y se encargó de criarlo. 17 Las vecinas decían: «¡Noemí ha tenido un hijo!» Y lo llamaron Obed. Éste fue el padre de Isaí, padre de David.

18 Así que éste es el linaje de Fares:

Fares fue el padre de Jezrón;

19 Jezrón, el padre de Ram;

Ram, el padre de Aminadab;

20 Aminadab, el padre de Naasón;

Naasón, el padre de Salmón;

21 Salmón, el padre de Booz;

Booz, el padre de Obed;

22 Obed, el padre de Isaí;

e Isaí, el padre de David.

Comentario

3. Honra a Dios en todas las circunstancias

Dios honra a aquellos que lo honran y hacen lo que es correcto, incluso cuando es costoso hacerlo e incluso a través de las pruebas y dificultades de la vida. Vemos cómo cada uno de los personajes principales honra al Señor: Noemí (1:8-9), Rut (v.17 y siguientes), y Booz (2:4,12; 3:10,13; 4:11). Ellos son grandes ejemplos a seguir.

El libro de Rut comienza con Noemí desconfiando de la bondad de Dios (1:20-21). Ella entonces experimenta cómo mucha de la gente a su alrededor muestra una gran amabilidad humana. Lo experimenta en sus dos nueras, Rut y Orfa (v.8), y en el trato de Booz con Rut. Finalmente, Noemí declara, «El Señor no ha dejado de mostrar su fiel amor hacia los vivos y los muertos» (2:20).

Rut obedece a su suegra en cada detalle. La preocupación de Noemí es el bienestar total de Rut. Booz es sereno, generoso y respetable. La vida de Booz está obviamente centrada en Dios. Su reacción inmediata cuando se despierta y ve a Rut es: «Que el Señor te bendiga» y «tan cierto como que el Señor vive» (3:10,13).

Ayer, vimos cómo Rut honró al Señor e hizo lo correcto al ser leal a su suegra. Hoy, vemos cómo Booz claramente quería casarse con Rut y sentía que era lo correcto. Pero sin embargo, él simplemente no siguió adelante, cuando habría podido hacerlo, justificado por el dicho que el fin justifica los medios. Booz abordó el asunto con una integridad total, respetando las costumbres y las tradiciones de su cultura.

Booz no se apresuró para casarse, sino que completó el proceso correcto. Humanamente hablando, estaba asumiendo un gran riesgo y podría haber perdido a Rut, pero confiaba en que el Señor tenía el control.

El Señor honró esto de una manera increíble y maravillosa. Booz y Rut se casaron y dieron a luz al abuelo del rey David (4:17). De hecho, Rut, la criada, se convirtió en un antepasado del Señor Jesucristo (Mateo 1:5-6). En cierto sentido, Jesús es nuestro pariente-redentor (Rut 4:14). Él nos llama sus hermanos y hermanas, entiende nuestras luchas y actúa para redimirnos (Hebreos 2:11-12, 17-18).

Vemos la bondad de Dios en todo el libro de Rut. Detrás de la bondad humana de Rut, Noemí y Booz reside la bondad de Dios.

Oración

Padre, gracias por Tu increíble bondad hacia mí. Gracias por redimirme. Dame coraje para honrarte siempre y para tratar de hacer lo correcto aun cuando hacerlo sea difícil.

Añadidos de Pippa

Juan 10:10

«Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia».

La Biblia tiene gran poder. Me hice cristiana al leer este versículo cuando alguien me lo mostró.

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Referencias

Nueva Versión Inernacional (NVI)

Copyright © 1999 by Biblica, Inc

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